Recelos entre británicos y españoles en Tolón en 1793

Por Juan García (Todo a Babor)

Navío de línea Mejicano
Navío Mejicano, cuadro de Carlos Parrilla Penagos.

Durante la ocupación de Tolón, por parte de las fuerzas anglo españolas, entre agosto y diciembre de 1793, hubo entre ambas naciones varios piques producto de una alianza que muchos veían contra natura, después de siglos de guerras y hostilidades entre los dos países que les hacía desconfiar mutuamente.

Uno de estos roces se produjo el 23 de octubre de 1793, tras varios meses de ocupación, cuando el Teniente General Lángara, comandante en jefe de las fuerzas navales españolas, le notificó a su homólogo de las fuerzas británicas, el Vicealmirante Hood, que el Gobierno español deseaba que Gravina, por entonces Jefe de Escuadra, fuera nombrado comandante en jefe de todas las fuerzas terrestres aliadas, que combatían en esos momentos en los montes de Tolón a las tropas revolucionarias francesas, intentando contener su avance a la ciudad.

Según los británicos los españoles, para hacer presión en la decisión del Gobierno inglés, situaron al poderoso navío de línea llamado Mejicano, de 112 cañones, al costado del HMS Victory de 100 cañones, además de varios navíos más situados dentro del rango de tiro del insignia de Hood, dejándolo por tanto rodeado y en mala posición de defensa.

En aquel momento los españoles contaban en Tolón con 20 navíos de línea, frente a 10 de los británicos por lo que hubieran estado en manifiesta superioridad de producirse un combate naval.

Aquí habría que apuntar que en esos momentos el nivel de las tripulaciones británicas y españolas era muy similar, ya que ambas flotas nacionales fueron armadas el mismo año de 1793 y tenían más o menos el mismo tiempo de navegación en escuadras.

La diferencia entre ambas marinas no era tan abismal como fue unos pocos años después, ya que en 1795, tras la paz con Francia, los españoles desarmaron sus buques y los británicos siguieron navegando, acumulando experiencia sin casi interrupción hasta 1815, con lo que esto supuso en las operaciones navales de la época de ambas naciones.

El Almirante Hood, molesto por la supuesta actitud arrogante de los aliados españoles, escribe a Lord Greenville quejándose por esos movimientos sospechosos y claramente desafiantes de la escuadra española.

Este le replica que el rey inglés prefería tener a los españoles fuera de la ciudad de Tolón, por si en un momento dado cambiasen de bando, o intentasen cualquier cosa contra sus fuerzas, que era mejor para sus intereses acceder a que Gravina fuera el jefe de las fuerzas terrestes y se marchara a las afueras a guerrear, dejando el gobierno interino de la ciudad en manos británicas, que entre otras cosas tenía toda una flota francesa amarrada a su completa disposición.

Hood también escribiría al secretario de guerra Dundas farfullando que los españoles sólo estaban en Tolón con el único objetivo de obtener poder.

De todos modos se enviaron refuerzos británicos desde Gibraltar. En concreto 1.000 hombres de varios Regimientos británicos se sumaron a los que ya estaban en la plaza francesa. Aun así los españoles disponían de más de 7.000 hombres frente a los poco más de 3.000 británicos. El resto, hasta alcanzar la cifra de 15.000 hombres, eran soldados napolitanos y piamonteses que tampoco eran de fiar para los británicos.

Esta es la versión británica, que como se puede leer en sus libros de historia fueron a Tolón como una ONG, para ayudar a los pobres franceses realistas, movidos por su caballerosidad ante una petición de ayuda de los toloneses y siempre quejándose de sus aliados españoles, a los que tachaban de arrogantes y aprovechados.

Se olvidan mencionar que los buques de ambas naciones navegaron y combatieron juntos contra las baterías francesas o que las tropas españolas y británicas, en conjunción con las napolitanas y piamontesas, lucharon codo con codo en las trincheras y fuertes de las montañas circundantes de Tolón. O que las bajas españolas, consecuencia del mayor aporte de tropas, fueron mayores que las de los demás aliados.

Sin embargo, los británicos, como muestra de que sólo iban a ayudar, se llevaron la mayor parte de la escuadra francesa de Tolón a sus puertos, para que así los realistas franceses se los pidieran si ganaban la guerra, y eso tras dejar también el arsenal y astillero de la ciudad poco menos que como una escombrera para que los que vinieran luego no pudieran aprovechar nada.

  • Fuente: antiguo foro de historia naval, ya desaparecido.

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