Por Juan García (Todo a Babor)
Índice
Introducción
En nuestra anterior entrada sobre la soberbia victoria del Duque de Alburquerque contra unos buques de guerra franceses dejábamos la moral de los españoles bastante elevada.
Además de aquel suceso, los franceses no pudieron contar con la ayuda prometida de los portugueses ya que estos se habían enemistado con Inglaterra y una escuadra de esta nación había atacado a la flota que llegaba de Brasil, echando a pique la gran nao de la India, incendiando la almiranta y apresando otros siete buques, que condujeron a Cádiz con 1.200 prisioneros. No fue hasta 1654 cuando lusos e ingleses renovaron su amistad.
Todo aquello había animado las operaciones españolas en la zona. El virrey de Sicilia, Juan José de Austria (Hijo bastardo de Felipe IV y la actriz María Calderón), fue mandado por el Rey para recuperar Barcelona, a cuya zona llegaría en junio de 1651.
El buque francés Lion Couronné
Antes de meternos en materia conviene aclarar algunos datos sobre este navío francés de vela: el León Coronado, o Lion Couronné en su idioma original, puesto que hay algunos puntos nada claros.
Fernández Duro nos cuenta poca cosa sobre el mismo; que era un navío, vago vocablo que no aclara tampoco qué clase era exactamente, aunque por el porte y gente que llevaba, según el historiador español: 36 cañones y 400 hombres, podría tratarse de los primeros navíos de línea que eran una evolución de los galeones que habían dominado los mares hasta entonces y que, poco a poco, se fueron construyendo en todas las marinas europeas.
Lo malo es que no hay mucha información sobre este buque. Aunque existir sí que existió y que fue apresado por los españoles también es un hecho cierto. Pero con la información disponible trataremos de responder a la pregunta del enunciado.
En el libro «The History of the Ship: The Comprehensive story of seafaring from the earliest times to the present day«, de Richard Woodman (Bloomsbury Publishing 2012), se dice en un momento dado, mientras toca el tema de las galeras:
In 1651 the small French frigate Lion Couronné held off an attack by eleven galleys for many hours…
(En 1651, la pequeña fragata francesa Lion Couronné resistió el ataque de once galeras durante muchas horas …)
Y no hay más información ni pie de página que amplíe lo expuesto. Es un libro generalista, así que no es ni mucho menos fiable para lo que buscamos.
Algo más podemos sacar en el libro «French Warships in the Age of Sail 1626–1786«, de Rif Winfield y Stephen S Roberts (Pen & Sword Books Limited, 2017), donde se detallan las operaciones navales de los buques franceses de guerra durante aquel periodo histórico.
Pues bien, en el capítulo sobre las operaciones navales galas de 1646 tenemos la Batalla de Orbitello del 14 de junio, el Lion Couronné aparece como uno de los buques presentes en aquella acción. En concreto, pertenecía al escuadrón de Maillé-Brézé, de 16 buques.
También se encontró en la batalla de Castellammare del 21/22 de diciembre de 1647, perteneciente al escuadrón Richelieu de 29 buques, tres de ellos portugueses, y donde aparece mandado por Louis Forbin, que era en ese momento Capitaine de Vaisseau, o lo que es lo mismo: capitán de navío. Lo que pone en duda que nuestro buque fuera una pequeña fragata tal y como hemos visto anteriormente.
Hay un documento en francés (traducido del español parece ser) de 12 páginas de aquel mismo año de 1651 que se titula así:
Relation particuliere, ou journal de tout ce qui s’est passé dez la sortie du marquis de Mortara de Saragosse jusques à l’arrivée de l’armée de sa Maté à Molin de Rech … Avec le recit des succés de l’armée du … Prince Dom Iean d’Autriche … qui fut le 22. de juin, jusques au mois d’aoust de la presente année 1651. Et un extrait d’une lettre du marquis de Mortara … contenant … succés qu’il a remportez sur les ennemis à la vüe de Barcelonne.
Guillaume Scheybels: & se vend chez Guillaume Hacquebaud, 1651
En dicho documento podemos leer lo siguiente:
Como vemos, el documento, que es contemporáneo, habla de un navío. También se dice que la batalla fue el día 22 de junio, pero lo cierto es que fue el 17 del mismo mes.
Pero lo que debería zanjar el asunto es que en «Nomenclature des Navires Français de 1610 à 1661» de Alain Demerliac, (una Biblia de datos de la marina de guerra de Francia) se dice que el León Coronado fue un galeón de tercer rango.
También se aclara los comandantes que tuvo desde su botadura.
- 1643 – Chef d’escadre – Chevalier Philippe Raquin des Gouttes
- 1643-1644 – Capitaine de Vaisseau – Montade
- 1644 – Chef d’escadre – Chevalier Philippe Raquin des Gouttes
- 1646-1647- Capitaine de Vaisseau – Louis Forbin
- 1648 – Capitaine de Vaisseau – La Ferriere
- 1651-17/6/1651 – Capitaine de Vaisseau – La Chesnaye († 1651)
No sólo había capitanes de navío desde que el buque tuvo su primera comisión en 1643, si no que tuvo hasta un jefe de escuadra. Eso no es normal en una fragata, por lo que nos va quedando más claro el asunto.
Todo esto nos confirma que, en efecto, debía tratarse de un galeón. Por otra parte, sólo un buque de este tipo aguantaría lo que pasaremos a relatar a continuación.
Sobre este galeón se especifica que tenía 28 cañones nominales (que bien pudieron cambiar o ampliar durante su vida operativa); se le puso la quilla en Brest en 1639 y fue adquirido por la Marina Real francesa en 1641.
Desplazaba 500 toneladas y tenía una tripulación de 205 hombres. Y, como hemos visto, su primer mando fue un jefe de escuadra: el caballero Philippe Raquin des Gouttes, que moriría en 1649, tras una larga trayectoria marítima.
Apresamiento del «León Coronado»
Juan José de Austria se trajo consigo seis galeras de Nápoles, que estaban bajo el mando de Álvaro de Melo, debido a la ausencia temporal del general Doria. También llegaron cinco de Sicilia y cuatro buques de transporte con 40.000 fanegas de trigo. Todos ellos habían salido de Palermo el 28 de mayo.
Dicha escuadra se encontraba en aguas baleares el 17 de junio cuando, estando las galeras al abrigo del viento del Levante que soplaba con mucha fuerza, avisaron a Juan José de Austria de que en la cala inmediata de Formentera se encontraba un buque de guerra francés con una saetía presa, también a resguardo del vendaval.
La escuadra española se dirigió entonces a por el galeón francés.
El comandante francés se apellidaba La Chesnaye, que era capitán de navío.
Sabemos poco de la carrera de este hombre, sólo que en 1638 era comandante de La Licorne, un buque de 30 cañones, con el que estuvo en la Batalla de Guetaria en el primer escuadrón bajo el mando de Joseph Montigny; en 1641 fue el comandante del Dantzig, un buque de cuarto rango y 16 cañones y 125 hombres, en el cual estaría hasta 1651, año en el que tomó el mando de nuestro «León Coronado».
Como ya hemos visto, Fernández Duro adjudica al Lion Couronné 36 cañones y 400 hombres de tripulación.
Aquí el historiador supone que el ataque que sucedió pudo haber sido influido por el anterior del Duque de Alburquerque. Si aquel pudo hacerlo, ¿por qué no repetirlo y con mejores medios y sólo un buque enemigo?
Sin embargo, esta ocasión no fue tan bien para los españoles.
La Chesnaye ordenó desfondar la embarcación presa y pasar su gente a su navío para pasar a romper el fuego sobre las galeras que se les echaba encima.
Al abrigo de la cala, había que tomar el galeón como si de un castillo flotante se tratara. La poderosa artillería del Lion Couronné hizo estragos en las galeras hispanas.
Rompió el fuego de cañón con efecto terrible.
Las galeras tenían que acercarse lo más rápidamente posible, bogando briosamente para llegar al costado. Muchísimas bajas españolas serían causadas en esta carrera por llegar cuanto antes al enemigo resguardado.
Los españoles, no obstante, llegaron hasta el Lion Couronné, aferrándose a sus costados, en especial por la proa, luchando por hacerse con la cubierta cuanto antes.
Los franceses lucharon con valentía, pero eran once las galeras y mucha gente la que les entraba. La ventaja inicial de los altos costados y artillería pronto sería superada por el número. El final fue el que tenía que ser, pero a costa de muchos muertos.
Por parte española tuvieron 99 bajas mortales y 227 heridos. Los franceses, que se habían defendido con bravura, dejaron en sus cubiertas a 103 muertos y 58 heridos, según Alain Demerliac o 200 marineros y soldados según Fernández Duro, cuatro de los cuales serían caballeros de Malta, y 70 heridos. Me inclino a pensar en que las cifras dadas por el francés son más realistas, puesto que dudo que embarcaran tanta gente como afirmó Duro.
Eso sí, el capitán La Chesnaye fue uno de los que murieron en la refriega.
Las fuentes francesas hablan de un combate de cuatro horas, las españolas de hora y media. Las galeras españolas acabaron todas con averías, siendo la de Fernando Carrillo la más perjudicada que acabó casi deshecha.
Tras el apresamiento, regresaron a Ibiza a reparar y desembarcar a los heridos.
Otro apresamiento notable
Menos trabajo le costaría a Juan José de Austria el apresamiento de un navío catalán de 30 cañones llamado Nuestra Señora de la Estrella, comandado por un tal Ferret.
Dicho buque se encontraba bajo la protección de una torre artillada en la misma ciudad condal. En la playa misma, protegidos a proa y popa del buque, había sendas baterías de cestones formando una línea las saetías y tartanas varadas y guarnecidas por mosqueteros, con la infantería francesa parapetada a la espalda.
La escuadra de Juan José de Austria se había unido a las galeras del Duque de Alburquerque, haciendo un total de 22 buques. Desembarcaron 600 hombres en la playa, mandando 12 de las galeras a responder frente a las baterías y las otras diez a abordar al navío.
Dos galeras se situaron por el costado, otras dos por popa y las seis restantes por la proa. Los tripulantes del navío, viendo que no había otra, se descolgaron a la playa. Las galeras sacaron entonces el buque a remolque del muelle de Barcelona. Todo ello con un costo de 60 bajas entre muertos y heridos. Pocas si se tiene en cuenta lo difícil de la acción.
Fuentes:
- «La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón». Cesáreo Fernández Duro.
- «French Warships in the Age of Sail 1626–1786», de Rif Winfield y Stephen S. Roberts, Pen & Sword Books Limited.
- Three Decks – Warships in the Age of Sail