Por Santiago Gómez Cañas
Autor del libro: «Historiales de los navíos de línea españoles, 1700-1850»
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Historiales de las embarcaciones menores de la Armada española (XVIII-XIX)
Índice
Historial del bergantín Peruano (ad) San Francisco
Construido en el arsenal de Cartagena en 1793, junto al bergantín Limeño, para realizar sus servicios en el apostadero naval de Callao. Protagonista en aquellas aguas en las guerras contra los británicos.
Para evitar el aumento de contrabando en aguas del océano Pacífico, el virrey del Perú, Francisco Gil Taboada, logró que se emitiese una real orden del 7 de noviembre de 1791 para la construcción en Cartagena de dos bergantines.
El ministro de Marina Antonio Valdés ordena al ingeniero Romero Landa que realice los planos de los buques, que debían ser de mucha vela y capaces de aguantar los mares del Cabo de Hornos.
Los gastos de construcción de las dos unidades, que serían asumidos por el virreinato, ascendieron a 1.912.413 reales de vellón y 30 maravedíes, 930.847 pesos el del bergantín Peruano, pagados en julio de 1794.
Se coloca la quilla de los dos buques en Cartagena el 14 de febrero de 1793, y se botaron la mañana del 23 de agosto de ese mismo año. Al día siguiente se comienza a colocar la arboladura.
Por Real orden de 27 de agosto de 1793 reciben los nombres o advocación de San Francisco, alias Peruano, y San Gil, alias Limeño, del porte de 20 cañones de a 6 libras.
A primeros de junio de 1793 son designados sus comandantes, el teniente de navío José Pascual de Vivero al mando del bergantín Peruano, y el teniente de navío Felipe Martínez al bergantín Limeño.
Debían haber zarpado inmediatamente rumbo al océano Pacífico. Debido a la guerra con Francia hubo varios retrasos, saliendo de Cartagena el 12 de octubre de 1793 rumbo a Cádiz para completar los últimos aprestos.
Al llegar a Cádiz tres días después, son incorporados a la escuadra del teniente general Francisco de Borja y destinados a la defensa de la bahía gaditana.
Realizaron varias comisiones en el Mediterráneo con la escuadra de Juan de Lángara recalando en los puertos de Cartagena, Génova y finalmente Cádiz en marzo de 1794.
El bergantín Peruano realiza una travesía a las islas Canarias en mayo de 1794 llevando correspondencia, regresando en junio para realizar otras comisiones en Ceuta y Algeciras.
Con la reclamación del virrey Gil y Taboada de la llegada de los dos bergantines, a partir de julio fueron alistados para la travesía.
Zarpan de Cádiz el 13 de agosto de 1794, armados con 16 cañones de a 6 libras y 6 obuses de a 3 libras. Tras haber escoltado hasta las islas Canarias a dos buques mercantes, llegaron los dos bergantines a Río de la Plata el 11 de octubre de 1794, fondeando después en Montevideo.
Realizan varias comisiones en aquellas aguas, zarpan de Montevideo el 10 de diciembre, llegando a Callao el bergantín Peruano el 13 de febrero de 1795. Separados durante la travesía, el Limeño llega a Callao unos días antes, el 4 de febrero.
Después de la larga travesía, los dos bergantines son sometidos en Callao a varias reparaciones.
El 30 de marzo de 1795 zarpa de Callao para patrullar la costa hasta Arica con órdenes de encontrar a varios buques británicos, que resultaron ser cuatro fragatas balleneras. Desde el sur de Ilo regresa a Callao el 30 de abril.
El 25 de enero de 1796 zarpa de Callao para combatir a los corsarios enemigos y llevar pertrechos a las islas Juan Fernández y a Valparaíso.
A primeros de marzo de 1796 releva en la patrulla al bergantín Limeño, cuando se encontraron en Talcahuano. En el puerto de Valparaíso espera el arribo de la escuadra de Ignacio María de Álava destinada a Manila.
Realiza una salida para dar caza a una embarcación sospechosa. El 24 de mayo se hace a la vela rumbo a Callao en conserva de la fragata mercante Pilar, donde se encontraba embarcado el marqués de Osorno, nuevo virrey del Perú. A su llegada a Callao, el 6 de junio, se incorpora a la escuadra de Álava, con la que zarpa el 6 de octubre.
Mientras la escuadra sigue su rumbo a Manila, el bergantín regresa a Callao con la correspondencia de Álava. Vuelve a zarpar de Callao el 29 de octubre con pólvora, municiones y otros pertrechos para la guarnición de Juan Fernández, regresando a Callao el 9 de diciembre.
El 21 de enero de 1797 llega a Lima la noticia del inicio de una nueva guerra con Gran Bretaña, declarada en octubre del año anterior.
Sin pérdida de tiempo, zarpa de Callao el 26 de enero, al mando del teniente de navío Pascual de Vivero, para llevar tropas y pertrechos a Juan Fernández y Valdivia y recalar en varios puertos de la costa con la noticia de la guerra. Se hace a la vela el 17 de febrero y recala en los puertos de Coquimbo, Guasco, Arica, Ilo y Pisco, avisando del estado de guerra y buscando buques británicos.
Llega a Pisco el 6 de abril y captura la noche del 8 de abril a la fragata ballenera británica Triumph, de 330 toneladas, que había salido de Londres en julio, recala en Río de Janeiro y sale en octubre para el Pacífico. Estaba al mando del capitán Thomas Anderson, tripulada por 25 hombres y armada con 8 cañones de a 4 libras.
La fragata es avistada al mediodía del día 8 al norte de la isla de San Gallán, pero no pudo alcanzarla por los vientos contrarios. Asumiendo que se dirigía a Pisco, el capitán Vivero se acerca al fondeadero, pero calma el viento y fondea a las siete de la tarde a unas tres millas y media.
Vivero envía la lancha armada con 16 hombres y los AN Pedro Cortázar y Antonio Quartara para abordar a la fragata. A las 10 de la noche, con el regreso del viento, el bergantín avanzó hacia la fragata, enviando un bote con 7 hombres al mando del AF Luis Muniarini, volviendo a fondear el bergantín, por falta de viento a las 11 de la noche a distancia de dos tiros de cañón de la fragata.
Los hombres de la lancha y bote se acercan al buque británico y suben a bordo, ocultando sus armas, para informar a su capitán que tenían que reconocerlo.
Los británicos ya sabían que estas tropas y marineros eran del bergantín español que ya habían visto, consiguiendo su rendición sin combatir.
La mañana siguiente fondea el bergantín al costado de la fragata. Marinada por el AF Munarini y 15 hombres, al anochecer del día 10 se hizo a la vela con la presa rumbo a Callao, llegando a puerto el 13 de abril.
En mayo de 1797 zarpa de Callao para patrullar hasta Nazca, recala en Pisco hasta en tres ocasiones, y regresa a Callao el 17 de junio con la captura de dos balleneros norteamericanos.
Vuelve a zarpar el 23 de agosto a la caza de una goleta corsaria británica que había capturado en Pisco al paquebote español África, propiedad de Domingo de Orué.
El bergantín recala en Pisco entre el 1º y 2 de septiembre y en Ilo entre en 24 y el 25 de ese mes, regresando a Callao el 4 de octubre. El corsario sería capturado por el navío corsario Hércules.
El bergantín Peruano fue sometido a varias reparaciones muy necesarias en el Callao.
El 4 de junio de 1798 zarpa de Callao para llevar el situado a Panamá. Cuando se encontraba de regreso, encentra el 26 de agosto al bergantín Limeño, teniente de navío Felipe Martínez, y a dos lanchas cañoneras que había salido de Callao el día anterior rumbo al norte en busca de dos corsarios británicos.
El 31 de agosto de 1798 llegan las cuatro embarcaciones a Paita y el 7 de septiembre entran en Tumbes. Buscan a los corsarios y balleneros hasta la isla de Gorgona, desde donde bajan por la costa y llegan a Guayaquil el 30 de octubre.
El 22 de noviembre salen los dos bergantines a la caza de una fragata británica. El 25 de marzo de 1799 regresan los bergantines a Callao dando escolta a un convoy de siete mercantes.
El bergantín Peruano necesitó nuevas reparaciones, estimadas en 22.249 pesos, que se efectuaron entre los meses de abril y julio de 1799.
El 1º de septiembre de 1799 zarpan de Callao los dos bergantines, mandados por el capitán de fragata Felipe Martínez, del Limeño, dando escolta a la fragata Princesa, que regresaba al apostadero de San Blas con azogues para Acapulco, pertrechos y géneros pedidos por el virrey de Nueva España.
Según las instrucciones dadas al capitán de fragata Martínez, los tres buques debían dejar en Panamá 260.000 pesos, 200 botijas de aguardiente y 61 ½ quintales de plomo.
Cargados tabaco y otros géneros debían escoltar a la fragata hasta una altura convenida, donde se separarán y los bergantines continuarán navegación hacia el sur.
En la travesía de regreso, dando escolta a tres mercantes, el bergantín Limeño tuvo serias averías que retrasan la navegación, permaneciendo cuatro días en Puna reparando la arboladura. Tras recalar en el puerto de Paita, regresan a Callao el 13 de enero de 1800.
El 11 de febrero de 1800 se hace a la vela con el situado para Valdivia. Permanece fondeado en puerto entre el 20 y el 27 de marzo. Vuelve a zarpar y recala en las islas Mocha y Santa María.
Desde Valparaíso regresa a Callao el 20 de agosto. En este último crucero captura dos fragatas balleneras norteamericanas. El 7 de noviembre de 1800 zarpa de Callao con la fragata Santa Leocadia y dos mercantes con destino a Panamá, con el situado. La fragata naufraga el 16 de noviembre en la punta Santa Elena.
El bergantín tuvo que dedicarse al rescate de los náufragos, que son llevados a Guayaquil. El 27 de enero de 1801 continúa viaje a Panamá con el nuevo situado, llevado a Guayaquil a bordo del bergantín Limeño.
Llega a Panamá el 13 de febrero de 1801, zarpando un mes después. Recala en Paita el 23 de marzo, donde permanece reconociendo las islas Lobos hasta primeros de abril, que emprende la navegación para entrar en Callao el 1º de mayo de 1801.
En mayo de ese año es sometido a una carena en la isla de San Lorenzo. Al mes siguiente realiza una breve salida en busca de un corsario británico.
A primeros de julio de 1801 el teniente de navío Vivero se resiente de su salud y es reemplazado de forma interina por el teniente de fragata Miguel de Iriarte, con el que sale de Callao el 8 de julio en conserva de la corbeta corsaria Castor, TN José de Llanos Garay, con órdenes de patrullar la costa de Callao hasta Pisco, recalar sobre Arequipa y dar caza a tres corsarios enemigos avistados en aquella costa.
Frente a Arequipa esperan la llegada del nuevo virrey del Perú, marqués de Avilés, por si decidía llegar por mar desde Buenos Aires. Estuvieron de patrulla hasta mediados de octubre, regresando a Callao, procedentes de Arica, el día 2 de noviembre de 1801.
Al mando del teniente de fragata Miguel de Uriarte, el 21 de noviembre zarpa rumbo a Panamá con 130.000 pesos del situado y dando escolta a la fragata mercante Peregrina, que llevaba aguardiente, pólvora y otros pertrechos. Separado del mercante el 12 de abril, regresa al Callao el 23 de abril.
Con la llegada de la paz de Amiens en 1802 es destinado a comisiones hidrográficas. El 1º de julio de 1802 toma el mando del bergantín el teniente de navío José Ignacio Colmenares.
Con el teniente de fragata José de Moraleda, al mando de la corbeta Castor, se encargan de levantar planos de la costa de Veragua, Nicaragua y Guatemala y de los puertos de Panamá a Sonsonate.
Para fines de noviembre o primeros de diciembre de 1802 se esperaba de Guayaquil la llegada a Callao de la goleta Extremeña, construida allí, para hacerse a la vela con el Peruano, que había descubierto la quilla para su reparación, y realizar una nueva comisión hidrográfica en la costa norte del virreinato.
La paz dura poco tiempo y a finales de año 1804 España entra de nuevo en guerra con Gran Bretaña. El bergantín Peruano, al mando del teniente Colmenares, que se encontraba en la costa de Chile en octubre de 1804, vuelve a desempeñar servicios de guerra.
Aún en la época de paz las autoridades españolas debían combatir a los corsarios y a los contrabandistas. Mientras el capitán de fragata Colmenares levantaba los planos de la isla Chiloé, debía también reconocer las islas Santa María y Juan Fernández de Afuera según una Real orden del 25 de junio de 1803, pues se tenían sospechas de establecimientos extranjeros.
El bergantín Peruano entra en el puerto de Talcahuano el 10 de febrero de 1804, donde Colmenares informa de sus órdenes y patrulla a Luis de Álava, gobernador de Concepción. Los buques norteamericanos habían dejado una población de unos 500 hombres y mujeres bien provistos de todo.
El virrey del Perú ordena desalojarlos, enviando a la corbeta Castor y a la goleta Alavesa. Por su parte, José Ignacio Colmenares zarpa de Pisco y recala en la isla Mocha, donde realiza planos cartográficos y quema los establecimientos ilegales.
El 1º de enero de 1805 sorprende en la isla Santa María a la goleta norteamericana Nancy y al bergantín Snow Polly, dejando libre a su capitán John F. Trowbridge al no encontrar mercancías de contrabando. De la Nancy se recoge la pólvora y otros pertrechos y se encarga de su mando al teniente Luis Munarini.
En enero de 1805 reconoce la isla Juan Fernández, donde se detiene a dieciséis norteamericanos, que son llevados a Valparaíso.
El 6 de febrero de 1805 ordena el Presidente y Capitán General de Chile al teniente Colmenares hacerse a la vela en busca de varios buques británicos, avistados en aguas de Coquimbo. Zarpa en conserva de la fragata Astrea, recién llegada al océano Pacífico.
El 10 de febrero llega el bergantín frente a Coquimbo, colocándose a las ocho de la noche a tiro de pistola del bergantín británico Dardo.
Colmenares le pide a su capitán los papeles, informándole que al día siguiente registraría su carga. Aprovechando la noche, el bergantín enemigo huye, a pesar de la caza y disparos realizados por el bergantín y la fragata Astrea, que había llegado en la noche.
En abril de 1805 salen de Valparaíso el bergantín Peruano y la corbeta Castor para reconocer las islas Juan Fernández, regresando a Callao en el mes de mayo. Zarpa de nuevo en julio con la corbeta Castor para dar caza a varios buques extranjeros contrabandistas.
El bergantín captura el 27 de julio a la fragata británica Sprightly. Escoltando un convoy desde Chile salen los dos buques para retornar a Callao.
El Peruano tuvo que entrar entes en Coquimbo para reparar la presa al hacer mucha agua, sospechando que las averías habían sido provocadas por los mismos británicos. Regresan a Callao el 25 de agosto dando escolta a un convoy de 12 mercantes.
En julio de 1805 se encontraba armado y asignado al departamento de Cartagena, destinado en el apostadero de Callao como guardacostas, al mando del teniente de navío José Ignacio Colmenares.
Aprovechando la carena de firme que se le realiza, a instancias del teniente Colmenares, la Junta del Apostadero de Callao del 25 de agosto de 1805 determina aparejarlo de corbeta, quedando artillado con 18 cañones cortos de bronce de a 8 libras, fundidas en Lima, y 2 carronadas. Sus cañones de a 6 libras se instalan en la corbeta corsaria Castor.
Poco después, en el mes de octubre de 1805 se encontraba en Coquimbo, desde donde Colmenares dio la noticia de la captura por los británicos del bergantín Extremeño. Para el mes de marzo de 1806 había regresado a Callao, haciéndose de nuevo a la vela el 29 de mayo para patrullar entre Callao y Pisco, regresando el 21 de junio escoltando buques mercantes desde Pisco.
Poco después zarpa con la corbeta Castor para dar protección al comercio y llevar el situado a Panamá y Chiloé. A finales de año parte de nuevo hacia Panamá, regresando a Callao a comienzos de 1807 dando escolta a las fragatas Peregrina y Rosita. En septiembre de 1807 se hace a la mar con la corbeta Castor para patrullar la costa chilena, buscando a la fragata corsaria británica Cornwallis.
Dejaron en Valparaíso 30.000 pesos, 20.000 quintales de plomo en barras, 30 libras de acero y un cajón con mil piedras de chispa. Desembarcados los pertrechos, regresan a Callao el 2 de octubre, patrullando antes la costa en busca de corsarios sin ningún resultado.
El 2 de enero de 1808 se hace a la vela rumbo a Panamá con el situado, dando escolta al mercante Margarita, llegando a su destino el 25 de febrero. A su regreso a Callao el 4 de junio se le debían hacer varios trabajos de reparación.
Los trabajos se suspenden por la falta de fondos en el apostadero y la llegada de la paz con Gran Bretaña. Llegaron años de inactividad, donde permanece desarmado en el apostadero de Callao. Entre 1808 y 1810 estuvo al mando del teniente de navío graduado Joaquín de Toledo y Parra.
Exceptuando una corta navegación en 1815, permanece desarmada la corbeta hasta 1816, esperando realizar unas reparaciones que nunca se efectúan.
Dado su mal estado, el 14 de noviembre de 1816 la Junta del Apostadero aprueba su venta. Se saca a remate, o subasta, el 7 de diciembre, donde solo se presenta un comprador que ofrece dos tercios de su valor.
Se realiza otra subasta el 12 de diciembre, pero no se presenta postor, por lo que se vende al anterior postor, Antonio Calvo, por 7.238 pesos, en julio de 1817.
También se vende, por su mal estado, el bergantín Trinidad por 10.100 pesos, con la intención de costear la compra del bergantín Pezuela, en mejores condiciones.
Dimensiones
- 102 pies de eslora
- 91 pies y 2 pulgadas de quilla
- 28 y 6 pulgadas de manga
- 13 y 9 pulgadas de puntal
- 14 de plan
- 12 y 6 pulgadas de calado a popa a plena carga y 11 pies y 6 pulgadas de calado a proa y a plena carga
- 5,2 de batería en medio, 1300 quintales de lastre (300 de piedra y 1000 de hierro)
- Arqueo de 229 toneladas.
Artillado
- En 1794: 20 cañones de a 6 libras.
- El 8 julio 1801: 18 cañones de a 6 libras y 6 obuses de a 3.
- El 21 noviembre de 1801: 18 cañones de a 6 libras y 6 obuses de a 3.
- En agosto 1805: 18 cañones de a 8 libras y 2 carronadas.
- El 30 abril de 1812: 22 cañones de a 8 y 2 obuses de a 32 libras.
Dotación
El 8 julio 1801: 120 hombres (5 oficiales de guerra, TF Iriarte, AN Juan Latre, AF Alejandro Filly, pilotos habilitados de oficiales José Isusquiza y Antonio Vez, 4 mayores, 9 de mar, 30 tropas de infantería, 8 de brigadas, 3 artilleros preferentes, 13 ordinarios, 14 marineros, 30 grumetes y 2 pajes.
21 noviembre de 1801: 117 hombres (5 oficiales de guerra, 4 mayores, 11 de mar, 8 tropas de marina, 18 del ejército, 2 artilleros de mar, 8 del ejército, 6 artilleros preferentes, 13 ordinarios, 17 marineros, 23 grumetes, un paje, 2 despenseros de provisiones)
Bibliografía
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- Estado General de la Real Armada, Imprenta Real, Madrid, 1805, p. 158.
Fuentes documentales
- AGMAB. EI, leg. 15, doc. 042, 043. Cartagena, 1793.
- AGMAB. EI, leg. 19, doc. 113 y 116. Callao, 1795.
- AGMAB. EI, leg. 22, doc. 139. Callao, 1797.
- AGMAB. EI, leg. 23, doc. 052. Callao, 1797.
- AGMAB. EI, leg. 27, doc. 132. Callao, 1797.
- AGMAB. EI, leg. 26, doc. 059. Callao, 1799.
- AGMAB. EI, leg. 30, doc. 007, 049, 137 y 144. Callao, 1801.
- AGMAB. EI, leg. 32, doc. 127, 142 y 148. Lima, 1802.
- AGMAB. EI, leg. 37, doc. 038, 045. Callao, 1805.
- AGMAB. EI, leg. 40, doc. 035, 039. Callao, 1805 y 1806.
- AGMAB. EI, leg. 57, doc. 046. Lima, 1816.
- Archivo General de Indias. Estado, 74, N. 11. Lima, 23/08/1797.