Por Juan García (Todo a Babor)
El almirante británico Edward Vernon, crecido por su fácil e inflada victoria al bombardear Portobelo, escribió a don Blas de Lezo, que se encontraba en Cartagena de indias, una carta en la que se jactaba de la mala defensa de aquella plaza.
Desde la toma de Portobelo, la posibilidad de capturar la ciudad de Cartagena de Indias parece que había cobrado fuerza en el ánimo de Vernon. Ya desde aquella ciudad había enviado dos cartas, una de ellas dirigida a Lezo como comandante de la fuerza naval que operaba en la zona y la otra a D. Pedro Hidalgo, gobernador de Cartagena de Indias, proponiendo el intercambio de prisioneros. Las misivas fueron enviadas a la ciudad a bordo del Fraternity, por dos de los españoles capturados, uno de ellos D. Francisco de Abarroa, al que hace mención Lezo en su respuesta aceptando la propuesta, aunque en términos mucho más rudos que los utilizados por Vernon. Se ha insistido mucho en las razones que impulsaron al almirante inglés para dirigirse personalmente a Lezo. Al margen de que pudiera conocerle, es indudable que una iniciativa de estas características debía tener como destinatario a la máxima autoridad de la Armada en esa zona, responsable de las capturas de corsarios, y al gobernador de la plaza en la que estaban detenidos. Los nombres de uno y otro pudieron serle facilitados por los españoles de Portobelo. Pero, junto con los indudables propósitos humanitarios que el mensaje tenía, algunos han apuntado la posibilidad de que se tratara de una excusa para efectuar un reconocimiento de las defensas de la ciudad, por medio del oficial inglés que lo llevaba. Algo debieron recelar, ya que no se permitió la entrada del buque en la bahía y la entrega de las cartas, así como la recepción de la respuesta, se realizaron fuera de la misma.
Manuel Gracia Rivas
Si quieren saber algo más sobre esta «gloriosa» gesta lean este artículo sobre la toma de Portobelo.
Estas son las cartas que aludimos. La primera de Vernon a Lezo y la segunda la contestación de este, en unos términos que pueden asombrarnos hoy en día por su rudeza, en un tiempo en que, entre los oficiales, aún siendo enemigos, solían tratarse con una cortesía exquisita.
Portobelo 27 de noviembre de 1739.
Señor:Esta se entrega a V. E. por Don Francisco de Abarca y en alguna manera V. E. puede extrañar que su fecha es de Portovelo. En Justicia al Portador, es preciso asegurar a V. E. que la defensa que se hizo aquí era por el Comandante y por los de devaxo de su mando, no pareciendo en los demás ánimo para hacer cualquiera defensa.
Espero que de la manera que he tratado a todos, V. E. quedará combencido de que generosidad a los Enemigos es una virtud nativa de un Yngles, la cual parece más evidente en esta ocasión, por averlo practicado con los Españoles, con quienes la nación Ynglesa tiene una Ynclinación natural, vivir vien que discurro es el interés mutuo de ambas Naciones.
Haviendo Yo mostrado en esta ocasión tantos favores, y urbanidades, además de lo Capitulado, tengo entera confianza del amable carácter de V. E. (aun que depende de otro) los Factores de la Compañía de la Mar del Sur en Cartagena, estarán remitidos inmediatamente a la Jamayca, a lo cual V. E. vien save tienen derecho induvitable por tratados, aun seis meses después de la declaración de la guerra.
El Capitán Pelanco deve dar gracias a Dios de ha ver caido por Capitulación en nuestras manos, por que sino, su trato vil, y indigno, de los Yngleses, avía tenido de otro un castigo correspondiente.
Y soy Señor de V. E. su mas humilde servidor D. Eduardo Vernon Burford — Portovelo— 27 de Nbre de 1739.
A lo que contesta don Blas de Lezo:
Cartagena 27 Dicembre 1739.
Exmo. Sor. —Muy Sr mío: He recivido la de V. E. de 27 de Noviembre que me entregó Dn Francisco de Abarca y antecedentemente la que conduxo la Valandra que traxo a Don Juan de Armendáriz. Y en inteligencia del contenido de ambas diré, que vien instruido V. E. por los factores de Portovelo (como no lo ignoro) del Estado en que se halla va aquella Plaza, tomó la resolución de irla a atacar con su Esquadra, aprovechándose de la oportuna ocasión de su imposibilidad (de defenderse), para conseguir sus fines, los que si ubiera podido penetrar, y creer que las represalías y obstilidades que V. E. intenta va practicar en esos mares, en satisfacción de las que dizen havían executado los Espáñoles, ubieran llegado asta insultar las plazas del Rey mi Amo, puedo asegurar a V. E. me ubiera hallado en Portovelo para impedírselo, y si las cosas ubieran ido a mi satisfacción, aún para buscarle en otra qualquiera parte, persuadiéndome que el ánimo que le faltó a los de Portovelo, me hubiera sobrado para contener su cobardía.
La manera con que dice V. E. a tratado a sus Enemigos, es muy propia de la generosidad de V. E. pero rara vez experimentada en lo General de la nación, y sin duda la que V. E. aora a practicado, sería imitando la que Yo e executado con los vasallos de S. M. B. en el tiempo que me hallo en estas costas (y antes de aora,) y por que V. E. es sabidor de ellas, no las resfiero, por que en todos tiempos e savido practicar las mesmas generosidades, y umanidades con todos los desvalidos; y si V. E. lo dudare podrá preguntárselo al Governador de Esa Ysia quien enterará a V. E. (le todo lo que llevo expresado, y conocerá V. E. que lo que yo e executado en beneficio de la nacion Ynglesa exede a lo que V. E. por precissión y en virtud de Capitulaciones debía observar.
En quanto el encargo que me hace V. E. de que sus Paisanos, hallarán en mi la misma correspondencia que los míos han experimentado en esta ocasión y que solicité que los factores del sur sean remitidos a Jamayca, inmediatamente diré, que no dependiendo esta providencia de mi arbitrio, no obstante, practiqué las diligencias comnbenientes con el governador de esta Plaza, a fin de que se restitujesen a esa Ysla; pero parece que sin orden del rey no puede practicar esta disposición, respecto de que son Ministros de ambos so veranos, en la comisson que manexan; Y en correspondencia Yo quedo para servir a V. E. con las mas segura voluntad, y deseo le guarde Dios muchos años.
A bordo del Conquistador en la Bahía de Cartagena de Yndias. 24 (de Diziembre de 1739. BLM de V. E. su más atento servidor
— Don Blas de Lezo.
Está claro que don Blas era mucho don Blas, y que como después le demostraría a propio Vernon, era de armas tomar. Que manera más admirable de nuestro bravo marino de llamarle la atención al inglés en unos pocos párrafos.