Por Joan Comas
En 2005 se cumplieron 200 años de la ya legendaria batalla de Trafalgar y el gobierno británico quiso celebrar tal y como marca la tradición con pompa y circunstancia por todo lo alto. Entre los actos conmemorativos se invitaron a las armadas extranjeras enviar buques de guerra y civiles en representación de sus naciones, como se hacía en los siglos pasados.
A parte del impresionante despliegue de la Royal Navy, se presentaron las armadas de Estados Unidos, Bélgica, Francia, Alemania, Grecia, Irlanda, Italia, Polonia, Portugal, Rumania, Serbia, España, Turquía, Estonia, Letonia, Lituania, Rusia, Dinamarca, Finlandia, Alergia, Nigeria, Marruecos, Sudáfrica, Brasil, Colombia, Uruguay, Australia, India, Canadá, Paquistán, Indonesia, Omán, Japón y Corea del Sur. Prácticamente todas las armadas del mundo.
Lo más curioso (desde nuestro punto de vista claro está) fueron los buques que mandó la armada española: el portaaviones Príncipe de Asturias y una fragata perteneciente a la clase Álvaro de Bazán con un nombre bien conocido por los británicos. Sí es lo que se imaginan, la fragata se llama Blas de Lezo.
Pese a que los británicos no hicieron ningún comentario al respecto, al parecer sí que se percataron del “pequeño” mensaje subliminal que les mandamos.
- Imagen: La fragata Blas de Lezo navega junto al portaaviones USS Dwight D. Eisenhower durante unos ejercicios navales. Imagen de la Armada española.