Por Juan García (Todo a Babor)
La historia en general está llena de anécdotas asombrosas y como no podía ser de otra manera la historia naval también.
Esta entrada nos lleva a los inicios de la Francia revolucionaria. Contra los numerosos países que la rodeaban e intentaban socavar a aquellos sanguinarios revolucionarios corta cabezas, los franceses reaccionaron atacando.
En 1794 conquistaron Holanda gracias a los éxitos del general francés Jean-Charles Pichegru, un hombre imbuido de peculiar carácter, que ganó muchas batallas simplemente porque usaba la moral de sus tropas para vencer las dificultades que se les iban presentando.
Una de aquellas ocasiones fue cuando, en enero de 1795, estaba en su cuartel de invierno en Amsterdam y supo que había una escuadra holandesa en Den Helder, a 80 kilómetros de donde se encontraba. Pichegru mandó a la zona al general, de origen holandés, Jean-Guillaume de Winter (que había servido en la Marina francesa desde 1787), con el 8º Regimiento de Húsares y un destacamento del 15º Regimiento de infantería de línea.
El invierno había sido especialmente duro y la escuadra holandesa, que se iba a largar a Inglaterra, estaba congelada e inmóvil en Den Helder. Eran 14 navíos de línea de los que 11 estaban totalmente armados y pertrechados.
Tomados por sorpresa, los holandeses descubren aquel gélido 21 de enero de 1795 que se les acerca un regimiento de caballería apoyados por infantes. Ante la imposibilidad de maniobrar para presentar las bandas de artillería la escuadra en su totalidad se rinden a de Winter. Y todo esto sin una sola baja en ninguno de los dos bandos.
He leído muchas cosas sobre este apresamiento, incluso que los húsares llegaron a cargar contra la escuadra, algo que no permitía hacer el hielo y que, (qué narices), ya me dirán ustedes que clase de carga es esa. ¿Luego saltarían a bordo de los buques?
Fue todo mucho más sencillo. El lugarteniente de Winter, Louis Joseph Lahure, llegó el primero y pidió la capitulación al almirante holandés. Los holandeses no tenían ninguna otra opción a la rendición así que aceptaron las condiciones que se les impuso. Y ya está.
Muchos de aquellos navíos apresados formarían en 1797 parte de la escuadra de la Holanda satélite de Napoleón, que el propio de Winter mandaría en la batalla de Camperdown, donde serían derrotados por los británicos.
- Imagen: Pintura de Léon Morel-Fatio sobre la rendición de la escuadra holandesa en 1795