Por Juan García (Todo a Babor)
Índice
Introducción
De nuevo volvemos a contar la historia de un modelo de arsenal del Museo Naval de Madrid. Esta vez se trata de la preciosa fragata Diana, un modelo que encandila a quien lo ve, pues es una de las joyas de este estupendo museo; una más de las muchas que posee.
Si habéis leído los artículos que ya hicimos sobre los modelos de arsenal del navío Santísima Trinidad y el navío Real Borbón, habréis comprobado que no se trata de simples «maquetas», sino que son modelos de arsenal, de los que hacían en los mismos astilleros para su aprobación por las autoridades navales antes de su construcción. Estamos, por tanto, ante unas obras de arte con más de doscientos años de antiguedad.
Construcción de la fragata Diana
Antes de pasar a relatar la historia del modelo de arsenal, vamos a comentar algo sobre la construcción del buque real.
Nuestra fragata fue botada el 10 de marzo de 1792 en Mahón, con diseño de Julián de Retamosa.
La fragata Diana era algo más pequeña que la fragata Soledad, tenida hasta entonces como la mejor de la Armada y con cuyos planos se hicieron otras fragatas: 154 pies de eslora y 40 de manga de la primera por 158 pies de eslora y 42 de manga de la segunda. Desplazando la Diana 1.107 toneladas por 1.112 de la Soledad. Asímismo, su arboladura era más reducida.
Aunque era menos manguda que las otras fragatas, podía disponer de la misma artillería que estas y con la misma amplitud, ya que los costados se hicieron más rectos y los cañones podían meterse más en batería. En esto se adelantaron los constructores españoles a los británicos, que lo adoptarían más adelante en sus buques.
Su primer comandante, el capitán de navío don Baltasar Hidalgo de Cisneros, la probó al llevarla desde Mahón a Cartagena, aún con los fondos sucios y sin forrar de cobre, observando que tenía buen andar pese a esos inconvenientes. Se la consideró ya entonces como de las mejores que poseía la Armada.
En Cartagena la completaron: forrada en cobre y con artillería de a 12 libras en su batería principal. Y la sacaron de nuevo en pruebas, esta vez frente a la mejor de todas hasta ese momento: la fragata Soledad.
Y el resultado fue que la fragata Diana aventajaba a la Soledad en todos los aspectos, por lo que se decidió construir las siguientes fragatas bajo los planos de la Diana. Así se construyeron la Ninfa y Proserpina en Mahón y la Pomona en Ferrol.
La Diana portó siempre 26 cañones de 12 libras, aunque el armamento del alcázar y castillo sí que varió durante su vida operativa, llevando en estos emplazamientos un diverso número de cañones de 6 libras y obuses de 24 libras. Solía llevar una dotación de entre 265 y 283 hombres.
Aquí hay que hacer un inciso. Y es que esta fragata llevó, como casi todas las de la Real Armada, menos calibre en su batería que los británicos, que armaban a sus fragatas, aún las de 32 cañones con piezas de a 18 libras, lo que les daba una evidente superioridad en un combate con una homóloga española de 34 cañones.
No fue hasta la construcción de las fragatas de 40 cañones cuando la Armada dispuso de este tipo de buques, armados ya por fin con el calibre de 18 libras. Pero fueron muy pocas las que estuvieron en activo.
El modelo de arsenal de la Diana
¿Cómo es este modelo?
Cuando uno se acerca a la enorme vitrina donde está expuesto, lo primero que llama la atención es su tamaño. Algo normal por otra parte en este tipo de modelos a escala.
Tiene una eslora de 1,79 metros con una manga de 48,5 centímetros. Está construído con madera de aliso, con jarcia de cáñamo y velas de raso de seda (introducidas con posterioridad como veremos).
No olvidemos que servían para dar a conocer su sistema de construcción a los que tenían que decidir si llevarla a cabo o no, o hacer las oportunas modificaciones, por lo que que el modelo tenía que estar lo más detallado posible en sus formas, dejando al descubierto mucha parte de la misma para poder inspeccionar los interiores y sus elementos estructurales.
Este modelo fue construido bajo la dirección de Honorato de Bouyon, a iniciativa del autor de los planos, Julián Martín de Retamosa. Este introdujo una serie de modificaciones a los anteriores planos de Romero Landa. Entre los que destaca una vuelta a la arboladura a la inglesa, retrasando el palo mayor a popa, aumentando la astilla muerta, manteniendo el plan, lo que lograría afinar el casco, dejándolo en excelentes condiciones para la navegación al lograr un mejor comportamiento hidrodinámico.
Así pues, nos encontramos con una fragata Diana provista con toda su arboladura y aparejos y con su casco entablado de cintas para arriba, dejando en la obra viva las vagras de construcción sin poner el forro, precisamente para que se vea perfectamente el interior.
En cada costado hay catorce portas para los cañones, reforzado con una gruesa cinta de cinco tracas de altura que posee siete pequeñas portas con tapaderas que servían para la ventilación e iluminación del sollado. Ahí también nos encontramos los imbornales, donde se desagua.
En la proa destaca la hermosa figura de su mascarón, representado por la diosa romana de la caza Diana. Está hecho en hueso o marfil. Hasta 1793 todos los buques de la Real Armada llevaban un león engallado como mascarón, pero a partir de esa fecha se autorizó a que los buques llevaran un mascarón alusivo al nombre del buque, tal y como era normal en las demás marinas del mundo.
La popa sólo tiene una única cristalera, cerrada con un coronamiento en forma de herradura (típico de las embarcaciones francesas y españolas), sin ningún tipo de adorno.
La cubierta de artillería es totalmente corrida y detallada con escotillas, camarotes del comandante y oficiales. En el alcázar, castillo y popa de la fragata vemos la chimenea del fogón en proa, una bomba de achique y el soporte de la campana. La batayola con los coys (hamacas) de la tripulación están estibados en orden. También la rueda del timón. No hay ningún cañón representado.
El alcázar y el castillo están unidos por dos corredores que dejan el pozo del combés en el centro, donde irían estibadas las embarcaciones menores.
La arboladura está completa, así como su jarcia. Las velas están aferradas. En el palo mayor hay enarbolada una bandera de España: insignia de dos puntas, llamado gallardetón y que indicaba la presencia de un brigadier a bordo (los britanicos lo llamaban comodoro), o de un capitán de navío con mando temporal de una división.
A cada lado en proa tenemos dos anclas reglamentarias. La fragata está pintada con los colores reglamentarios: casco en su obra muerta de color negro y la batería de artillería dejada con el color más claro, natural de la madera.
El modelo se encuentra en buen estado y sólo se aprecia una reconstrucción del coronamiento de popa, al igual que la jarcia y el velamen, que seguramente fueron realizados antes de su inclusión en el Museo Naval de Madrid.
Historia del modelo de arsenal
Tras emplearlo como modelo para la construcción de la fragata Ninfa, una orden del 1 de diciembre de 1797 autorizó a traerlo a la corte.
Fue trasladado a Barcelona a bordo de la fragata Pomona y desde allí pasó a Madrid, adonde llegaría en enero de 1798.
A Carlos IV le gustaban estos modelos de arsenal y mucho debió quedar abosorto con la Diana cuando mandó que la completasen con el velamen y artillería, puesto que el original nunca dispuso de esos elementos.
Esto se completó en 1800, cuando los operarios del arsenal de Cartagena realizaron el velamen así como las 34 piezas de artillería. Hoy en día la Diana lleva todas las velas aferradas a las vergas y los foques a los estays.
Fernando VII la tenía en su biblioteca particular del Palacio Real de Madrid en la misma vitrina que podemos ver hoy en el Museo Naval de Madrid, adonde ingresó por orden de la reina Isabel II de 8 de junio de 1847.
En definitiva, este es un modelo para observar con detenimiento y recrearse en su excelente factura. Si un día se acercan al Museo Naval de Madrid (cuya visita siempre recomiendo) observen una pieza única que sirvió de modelo para construir una de las mejores fragatas que ha tenido este país.
Fuentes:
- Modelos de arsenal del Museo Naval de Madrid. Evolución de la construcción naval española, siglos XVII-XVIII. Lunwerg Editores, 2004. Colección Ciencia y Mar. Varios autores.
- Las fragatas de vela de la armada española 1600-1850. (Su evolución técnica). Enrique Gª-Torralba Pérez.
- Imágenes del modelo de arsenal pertenecientes al Museo Naval de Madrid.