Goleta Alavesa (1802)

Por Santiago Gómez Cañas
Autor del libro: «Historiales de los navíos de línea españoles, 1700-1850»

Esta entrada pertenece a la sección:
Historiales de las embarcaciones menores de la Armada española (XVIII-XIX)

Introducción

Historia de la goleta construida en 1802 en Guayaquil para realizar trabajos hidrográficos en la costa del Pacífico, transformada en bergantín en 1809. 

En 1801 se ordena construir dos goletas en Guayaquil para realizar trabajos hidrográficos, la Alavesa y la Extremeña. Para ello se aprovechó el material recuperado de la fragata naufragada Santa Leocadia y el reunido para la construcción de la fragata Ciudad de Lima, que debía sustituir a la anterior, pero los trabajos se abandonan por un incendio que destruye parte de los materiales que se habían reunido.  

Historial

La goleta, que tendrá por nombre San Juan de Mata, alias Alavesa, es botada a finales de diciembre de en 1802. 

En octubre de 1801 se ordena al teniente de navío José de Moraleda y Montero realizar trabajos hidrográficos en la costa entre Panamá y Sonsonate, al igual que unos meses antes se había ordenado al teniente de navío José Ignacio Colmenares realizar dichos trabajos entre Chile y Panamá.

Cumpliendo las órdenes, el 1º de julio de 1802 Moraleda toma el mando de la corbeta Castor. Mientras Colmenares recibe el apoyo de la goleta Extremeña, a Moraleda se le asigna la goleta Alavesa.  

La corbeta al mando de Moraleda zarpa de Callao rumbo a Guayaquil y Panamá la tarde del 24 de diciembre de 1802 con una dotación de 90 hombres, entre ellos al alférez de navío Antonio Quartara y Guarini, que será el comandante de la goleta, tres oficiales, dos guardiamarinas, un piloto y 24 hombres de mar para dotar a la recién botada goleta Alavesa en Guayaquil, así como seis piezas de cuatro libras, pertrechos y víveres para dicha nave.

La corbeta llevaba también a bordo al famoso explorador y científico Alexander von Humboldt, prusiano nacido en Berlín. Humbolt, con el botánico y médico francés Aimé Bonplant, habían llegado a Cumaná, en Tierra Firme, el 16 de julio de 1799 a bordo del paquebote correo Pizarro, salido de La Coruña el 16 de junio.

Después de buscar sin éxito una nave que lo llevara a Acapulco, el virrey del Perú permite a Humboldt y Bonplant embarcar en la corbeta Castor en su viaje a Guayaquil y Panamá.

El 1º de enero de 1803 llega la corbeta a la isla Puná para reunirse con la goleta Alavesa, pero, aunque ya había sido botada, aún no estaba lista, por lo que Moraleda decide entrar en el puerto de Guayaquil la noche del 2 de enero.

Al amanecer del siguiente día, después de saludar al gobernador Juan Mata de Urbina, Moraleda se dirige al astillero para ver el estado de la goleta, cuyos trabajos de alistamiento se habían retrasado. Humboldt y Bonplant desembarcan de la corbeta el 4 de enero para continuar sus exploraciones.

Al mes siguiente, el 5 de febrero, zarpan rumbo a Panamá la corbeta Castor y la goleta Alavesa. A bordo de la Castor se embarca el gobernador Urbina y su familia, que debía relevar al mariscal de campo Antonio Narváez como comandante general de aquella provincia. Llegan a Panamá a mediados de marzo. 

Goleta Alavesa
«Fondeadas las goletas españolas». Litografía de J.J. Martínez. Historia de la Marina Real Española: desde el descubrimiento de las américas hasta el combate de Trafalgar. Fondo Antiguo de la Biblioteca de la Universidad de Sevilla.

os trabajos no comenzaron hasta un mes después de haber llegado a Panamá. Las razonas son varias, Moraleda cae enfermo durante casi dos semanas, los instrumentos necesarios para las mediciones, y que debían recoger en Panamá, no estaban disponibles, ni tampoco el práctico solicitado para las costas de Veragua.

Zarparon finalmente el 13 de abril rumbo a la isla de Otoque, donde embarcan al práctico Pedro Azabache. Iniciaron el reconocimiento del golfo de Panamá y de sus numerosas islas en dirección suroeste. En la isla de Coiba instalaron un campamento como base de operaciones de los trabajos, reconociendo dicha isla y otras cercanas, finalizando los trabajos a mediados de mayo. Ponen rumbo a Guayaquil, recalando antes en la isla Gorgona.

Separados los dos buques entre esta isla y Manta, la corbeta de Moraleda se dirige el 10 de junio a Santa Elena, donde embarca 12 cañones de a 12 libros recuperados de la fragata Santa Leocadia, y los desembarca en Puná, llegando finalmente a Guayaquil el 25 de junio, y unos días después llega la goleta. 

La segunda campaña la iniciaron el 9 de enero de 1804, cuando zarpan de nuevo de Guayaquil para reconocer la costa centroamericana.

Tras haber recalado en Puná, las dos naves se separan, llegando la goleta Alavesa a Panamá el 9 de febrero y la corbeta Castor al puerto de Perico un día después.

Realizadas algunas reparaciones en la corbeta, que había agua desde su salida de Puná, embarcar víveres y al práctico Esteban Muñiz, zarparon el 18 de marzo y llegaron a la isla Coiba el día 20. Reconocieron el río San Juan de dicha isla y la ensenada de Montijo, frente a la isla. Finalizada la campaña, regresaron a Guayaquil el 5 de junio. 

Las órdenes eran invernar y realizar las necesarias reparaciones para continuar su comisión. José Pascual de Vivero, comandante de Marina de Callao, ordena al teniente Moraleda, en noviembre de 1804, hacerse a la vela con su corbeta y unirse en Pisco al bergantín Peruano en su búsqueda del bergantín británico Harrington, que había realizado varios actos hostiles, entre ellos la captura de la goleta Extremeña

Mientras tanto, al teniente de fragata Quartara se le ordena reconocer el río Santiago y el puerto de La Tola con su goleta Alavesa. Tuvo que compaginar estos trabajos hidrográficos con la defensa del comercio costero ante la presencia de buques británicos. 

Después de los ataques de buques británicos a las naves españolas en tiempo de paz, el gobierno español decreta el 8 de noviembre la toma de represalias contra los buques británicos, declarando finalmente la guerra a Gran Bretaña el 12 de diciembre de 1804.

En ese momento el apostadero de Callao solo contaba para defensa de las costas virreinales con la corbeta Castor, el bergantín Peruano y la goleta Alavesa. A estos buques se une la fragata Astrea, llegada a Valparaíso, procedente de Montevideo, a finales de enero de 1805. Varios buques mercantes y otros capturados al enemigo son armados como corsarios. 

La goleta Alavesa llegada a Guayaquil a comienzos de año, es rehabilitada y se le aumenta su artillado. Es destinada, en julio de 1805, al apostadero de Callao como buque guardacostas. Realiza varias salidas para proteger el comercio costero. 

En el mes de julio de 1806, una vez llegada a Callao escoltando un convoy con otros buques de guerra, es desarmada y puesta a remate. El virrey marqués de Avilés ordena a José Pascual de Vivero, comandante de Marina de Callao, la venta de la goleta Alavesa.

Vivero manifestó que la goleta prestaría buenos servicios en la actual guerra y, una vez finalizada la misma, podría retomar sus comisiones hidrográficas.

La venta de la goleta quedó sin efecto, no por las opiniones contrarias del comandante de Marina, sino porque las ofertas que llegaron no cubrían un quinto del valor del buque. 

A finales de 1806 es alistada en Callao y enviada a Guayaquil con la comisión de apoyar el envío de tropas, fusiles y pertrechos desde aquel puerto a las costas de Panamá, donde debía quedar a las órdenes del virrey de Nueva Granada.

La goleta, al mando del teniente de fragata Quartara, llega al puerto de La Tola el día 6 de diciembre y en enero de 1807 se encontraba en Tupica, sobre la costa de Chocó, pasando luego a Panamá.  

Bergantín Alavés

Permaneció en aguas panameñas hasta el 27 de agosto de 1808, que se hace a la vela y llega a Tumbes el 9 de octubre. Se dirige después a Puná para hacer unas reparaciones que no pudo realizar en Paita, pasando después a Guayaquil, donde la goleta Alavesa fue sometida a varias reparaciones que, entre otras cosas, implicaron colocarle arboladura de bergantín.

Los trabajos quedaron concluidos a mediados de 1809, pasando a ser clasificada como bergantín con la nueva denominación de Alavés, resolución que había sido aprobada por la corte. Se aumenta su artillado a 12 cañones de a 4 libras, su dotación a 32 plazas y se disminuye el lastre a 400 quintales. 

Llegado el bergantín Alavés a Callao ese mismo año de 1809, es desarmado por orden del virrey al igual que tres lanchas cañoneras y un bote de fuerza. 

El 1º de diciembre de 1809 se pone al mando del teniente de navío José Villegas y Córdoba. A partir de diciembre de 1809 zarpa del Callao de Lima para patrullar la costa desde Pisagua hasta Coquimbo y realizar levantamientos hidrográficos de todas las radas y calas.

Cumplida la comisión, regresa a Callao en febrero de 1810, donde queda desarmado.  

Es puesto a la venta y vendido en Lima, por 13.500 pesos, el 12 de noviembre de 1811, al comerciante José Manuel Gómez. 

Dimensiones

70 pies de eslora, 63 pies y 6 pulgadas de quilla, 19 pies y 8 pulgadas de manga, 8 pies y 6 pulgadas de puntal, 10 pies de plan, 9 pies de calado a popa, 8 de calado a proa, 600 quintales de lastre.  

Artillado

6 cañones de a 4 libras.

Dotación

23 plazas.

Bibliografía

  • DARÍO ARRÚS, Manuel.: El Callao en la época del coloniaje antes y después de la catástrofe de 1746. Imprenta de «El Callao», 1904, p. 156. 
  • GARCÍA-TORRALBA PÉREZ, Enrique.: Buques menores y fuerzas sutiles españolas, 1700-1850. Fondo editorial de Ingeniería Naval, 2019, p. 409. 
  • González-Aller Hierro, José Ignacio.: La Campaña de Trafalgar. Tomo I, pp. 711, 853. 
  • HUMBOLDT, Alexander von.: Mi viaje por el camino del Inca (1801-1802). Antología. Editorial Universitaria. Santiago de Chile, 2006, pp. 37, 39. 
  • Ortiz Sotelo, Jorge.: «Rosendo Porlier y Pascual de Herazo y Ayesta: dos peruanos en la Antártida (1)». R. H. N., nº 48, año 1995, p. 54. 
  • PAULA PAVÍA, Francisco de.: Galería biográfica de los generales de Marina. Apéndice. Tomo IV. Madrid. Imprenta de F. García y D. Caravera, 1874. 
  • Estado General de la Real Armada. Imprenta Real. Madrid, 1805, p. 155. 

Fuentes documentales

  • Museo Naval Madrid (MNM), Ms. 612/002, Diarios de los viajes desde el puerto del Callao a los de Guayaquil y Panamá, y de estos al reconocimiento y demarcación de las costas de Veracruz, Rica, Nicaragua y Guatemala, con la corbeta Castor, por su comandante José de Moraleda y Montero, teniente de fragata y ayudante del Cuerpo de Pilotos en el Apostadero del Callao, pp. 96-98, pp. 123-127, pp. 160-162, p. 171, p. 280-281. 
  • MNM. Ms. 1409. Expediente sobre salida del bergantín Alavés, diciembre 1809. 
  • Archivo General de Marina Álvaro de Bazán (AGMAB). Expediciones a Indias (EI), leg. 37, doc. 23. Noticia de los guardacostas empleados en América. Madrid, 02/07/1805.  
  • AGMAB. EI, leg. 37, doc. 38. José Pascual de Vivero, comandante de Marina en Lima a Domingo de Grandallana. Callao, 26/05/1805. 
  • AGMAB. EI, leg. 37, doc. 43. Informe mensual de José Pascual de Vivero a Domingo de Grandallana. Callao, 25 de agosto de 1805. 
  • AGMAB, EI, legajo 37, doc. 49. Vivero a Grandallana. Lima, 26/4/1805. 
  • AGMAB. EI, leg. 41, doc. 58. Virrey Marqués de Avilés a Vivero. Lima, 11/07/1806. 
  • AGMAB. EI, leg. 41, doc. 064. Vivero a Francisco Gil. Callao, 24/10/1806.  
  • AGMAB. EI, leg. 44, doc. 094. Vivero a Francisco Gil. Lima, 28/12/1807. 
  • AGMAB. EI, leg. 41, doc. 061. Vivero a Francisco Gil. Callao, 22/01/1807. 
  • AGMAB. EI, leg. 44, doc. 024. Vivero a Francisco Gil. Callao, 25/04/1808. 
  • AGMAB. EI, leg. 44, doc. 034. Vivero a Antonio Valdés. Lima, 25/12/1808.  
  • AGMAB. EI, leg. 44, doc. 034. Félix de Tejada a Antonio de Escaño. Sevilla, 03/06/1809. 
  • AGMAB. EI, leg. 44, doc. 063. Vivero a Francisco Gil. Lima, 24/10/1808. 
  • AGMAB. EI, leg. 44, doc. 069. Vivero a Francisco Gil. Callao, 24/11/1808. 
  • AGMAB. EI, leg. 45, doc. 064. Vivero a Antonio Valdés. Callao, 24/03/1809.  
  • AGMAB. EI, leg. 47, doc. 064. Vivero al Secretario de Estado y del Despacho de Marina. Callao, 29/10/1810. 
  • AGMAB. EI, leg. 47, doc. 153. Vivero al Secretario de Estado y del Despacho de Marina. Callao, 29/11/1810. 

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