Kaz II, el misterio de los tres marineros desaparecidos

Por Abraham Pickman.
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Esta entrada pertenece a la sección:
Grandes misterios y sucesos extraños navales

Vídeo sobre el misterio del Kaz II

Los hechos

El 14 de abril de 2007, el Kaz II, un catamarán de 9,8 metros de eslora, zarpó del puerto de Airlie Beach, Australia. En la embarcación se encontraba el dueño, Derek Batten, y dos amigos y vecinos, los hermanos Tunstead; Peter y James.

Planeaban navegar alrededor de Australia desde Queensland, en la costa este, y encontrarse con sus familias en Perth, en el oeste; un viaje de más de 5.500 kilómetros en la que la travesía hasta Townsville sería la primera etapa.

El viaje nunca llegó a completarse

De izquierda a derecha: James Tunstead, Derek Batten y Peter Tunstead.
De izquierda a derecha: James Tunstead, Derek Batten y Peter Tunstead.

Cuatro días después, el 18 de ese mes, un helicóptero divisó al Kaz II navegando en las proximidades de la Gran Barrera de Coral. La embarcación se desplazaba de manera errática, daba la impresión de encontrarse a la deriva.

Se intentó establecer contacto con la tripulación a través de la radio VHF, sin embargo, al no obtener respuesta, se notificó a las autoridades por temor de que sus tripulantes pudieran tener algún problema. 

El barco de Salvamento marítimo y una zódiac junto al Kaz II en el momento de su encuentro.
El barco de Salvamento marítimo y una zódiac junto al Kaz II en el momento de su encuentro.

El motor continuaba en funcionamiento, aunque en punto muerto; todos los sistemas de emergencia de la embarcación, incluidos la radio y el GPS, funcionaban a pleno rendimiento.

Todo parecía estar en orden. Los chalecos salvavidas permanecían en su lugar e incluso el bote auxiliar se encontraba debidamente asegurado.

Había líneas de pescar tendidas sobre el agua y una taza de café encima de la mesa exterior. Las tres camas, deshechas, indicaban que habían sido utilizadas. El único daño visible en la embarcación era un desgarro en una de las velas.

Aunque todo parecía estar bien, no había rastro de los tripulantes ni se halló señal alguna que pudiera arrojar luz sobre lo que les pudiese haber sucedido.

El día 21, el Kaz II fue remolcado hasta el puerto de Townsville para ser sometido a un examen forense. Los sargentos Bardell y Molloy, de la fuerza policial de Queensland, inspeccionaron la embarcación en busca de evidencias de conducta irregular o la intervención de terceros; no hallaron ninguna prueba, excepto un señuelo de pesca enredado en el timón de babor del barco.

En la embarcación, todo permanecía como si los tripulantes se hubieran ido de repente. En el interior, la cena estaba preparada sobre una de las mesas, un ordenador portátil aún permanecía encendido, en el fregadero había varios cubiertos sucios de mantequilla y, sobre la litera de James, estaban sus gafas y su portafolios.

Bajo la cama de Derek, se descubrió su pistola guardada junto a la munición en una caja cerrada, sin señales de haber sido utilizada. En el exterior también había ropa de los tres hombres tendida.

El único desorden aparente eran unas botellas de vino y algunas revistas dispersas en el suelo de la cocina, aunque más tarde se confirmó que se habían caído mientras el Kaz II era remolcado a tierra. 

Los sargentos Bardell y Molloy inspeccionando el Kaz II.
Los sargentos Bardell y Molloy inspeccionando el Kaz II.

Durante la investigación, la policía encontró un vídeo casero a bordo. La grabación mostraba imágenes tomadas por la tripulación durante su viaje, lo que reveló algunas pistas sobre el último día de los hombres.

La última secuencia, grabada por James Tunstead el 14 de abril a las 10:05 de la mañana, poco antes de que desaparecieran, mostraba a Derek Batten en el timón y a Peter Tunstead pescando en la parte posterior del barco. El mar estaba algo agitado y el motor se encontraba apagado porque navegaban a vela.

Ninguno de los dos llevaba puesto el chaleco salvavidas. En la grabación, la cámara se desplaza 360 grados y muestra las islas y los alrededores; esto ayudó a los investigadores a determinar la última ubicación del catamarán con sus tripulantes. 

En el transcurso de la investigación, la policía descubrió que a las 10:30 a.m. del 14 de abril, los datos del sistema GPS del barco marcaban una desviación en la ruta planeada; hasta esa hora, el catamarán había seguido un rumbo constante y estable hacia el noroeste.

Todo indicaba que fue en aquel momento cuando algo les sucedió a los tres hombres

La operación de búsqueda y rescate dio inicio el miércoles 18 de abril, con la movilización de un avión de la Armada por parte del servicio australiano de Búsqueda y Salvamento. Al mismo tiempo, un equipo especializado de salvamento marítimo llevó a cabo una búsqueda en las áreas costeras e insulares.

Durante la noche, se desplegó una aeronave equipada con tecnología infrarroja para explorar los arrecifes y cayos. Al día siguiente, se lanzó una amplia operación de búsqueda y rescate, con la participación de unidades voluntarias de diversas ciudades, así como la guardia costera de Townsville, dos helicópteros, nueve aviones y dos embarcaciones comerciales. Las operaciones aéreas y marítimas en busca de los tres tripulantes se suspendieron el 25 de abril. 

Investigación e hipótesis de lo sucedido

El 4 de agosto de 2008 empezó una investigación sobre la desaparición de los tres hombres en el Tribunal Forense de Townsville, dirigida por el forense del estado de Queensland, Michael Barnes

Michael Barnes, forense del estado de Queensland.
Michael Barnes, forense del estado de Queensland.

Gracias al vídeo casero encontrado a bordo, Barnes elaboró una posible hipótesis sobre lo que pudo haberles pasado a los tres hombres.

El informe señala que, dado que el señuelo de pesca de los individuos se halló enredado en el timón de babor de la embarcación, una explicación evidente sería que uno de ellos trató de liberarlo y cayó al agua en el proceso.

Permanecer de pie en la plataforma del barco, un área cercana a la línea de flotación, mientras la embarcación está en movimiento es arriesgado; caer al agua resulta sencillo, pero regresar a bordo es casi imposible. Según la familia de Derek, Peter no sabía nadar bien.

El forense planteó la idea de que James, quien sí sabía, se lanzó a ayudar a su hermano y dejó a Derek solo en el barco. Basándose en que el bote fue encontrado con el motor encendido y la taza junto a este, Barnes propuso que Derek encendió el motor y se acercó al salvavidas.

El informe menciona un cambio en la dirección del viento, que pudo haber girado la botavara y golpeado al último tripulante del barco, haciéndolo caer al agua. Los tres hombres quedarían a la deriva mientras el bote se alejaba. Al fin, y tras cansarse de nadar, terminarían por ahogarse. 

Captura de la primera página sobre el informe del caso.
Captura de la primera página sobre el informe del caso.

Pero hay cosas que no cuadran, ¿por qué James, un hombre con experiencia en alta mar desde los 18 años, no le lanzó el salvavidas a su hermano Peter? ¿Por qué Derek, también navegante experimentado, no hizo lo mismo con sus compañeros?

Según familiares, Derek tripuló barcos toda su vida. Sabía muy bien de qué manera se comporta la botavara y dónde había que colocarse para estar seguro. ¿Cómo es posible que la botavara le golpeara? ¿Algo le llamó la atención, lo distrajo y por eso no lanzó los salvavidas? 

Otra hipótesis dice que les sorprendió una tormenta y que una ola gigante arrastró a los tres hombres al agua, pero es imposible, pues durante toda la semana, los informes meteorológicos no mostraron ninguna actividad de mal tiempo en la zona.

Además, de haberse encontrado con una tormenta, la taza de café, los platos con la cena y la ropa tendida habrían caído al suelo o al agua. De estar los tres hombres en el mar, ¿dónde se encontraban los cadáveres? Pese a la intensa búsqueda de siete días, nunca se hallaron

La esposa de Derek, Jennifer, declaró que su marido era un hombre muy cauteloso. El plan original era navegar con el Kaz II en pareja, pero a Derek le preocupaba que solo dos personas a bordo no fuera lo suficientemente seguro. Así es como decidió ir con sus vecinos, los hermanos Tunstead.

La planificación del viaje se llevó a cabo a lo largo de varios meses y se debatió a diario mientras trazaban las rutas con ayuda de un ordenador. Según Jennifer, expresaron su preferencia de evitar la navegación nocturna por razones de seguridad y tenían la intención de mantenerse cerca de la línea costera durante todo el trayecto. 

Graeme Douglas, el anterior dueño de la embarcación, corroboró que el Kaz II se encontraba en óptimas condiciones antes de zarpar. Afirmó haber colaborado con Batten en la elección de la ruta y que vio a los tres hombres la noche anterior al inicio del viaje, sin que le mencionaran ningún problema.

¿Qué había pasado entonces a bordo del Kaz II? ¿Qué se llevó a sus tripulantes? La piratería se descartó desde un primer momento, pues no se encontraron señales de lucha ni sangre y todas las pertenencias estaban a bordo.

Más de 16 años después del suceso, el Kaz II se ha convertido en uno de los barcos fantasma más famosos del mundo.

Su caso se ha comparado con el Mary Celeste, un mercante estadounidense que, en 1872, fue encontrado navegando a la deriva en perfectas condiciones y con toda la carga intacta, pero sin ninguno de sus diez tripulantes a bordo.

A pesar de los avances tecnológicos, incluso con la presencia del GPS en las embarcaciones más modernas, el mar continúa sorprendiéndonos con casos como este. No es el único del mismo tipo y no será el último. Solo las olas guardan el secreto de lo que sucedió con los tres hombres que, de forma inexplicable, desaparecieron sin dejar rastro.

Quizás estos enigmáticos casos marítimos tienen una conexión más profunda de la que creemos con las desapariciones en bosques y parques nacionales, un fenómeno conocido como Missing 411. En el vasto misterio del océano, las respuestas a menudo son incluso más elusivas que las que buscamos en tierra firme. 

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