Por Carlos Parrilla
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Hernán Cortés, por orden del emperador Carlos V, encomendó a su primo, Don Álvaro de Saavedra Cerón, dirigirse a las Islas de la Especiaría, averiguar qué había sucedido con los supervivientes de las expediciones de Magallanes y Loaysa respectivamente, y explorar las islas de los alrededores para ver si en ellas encontraban las especias que abundaban en la región, pero sobre todo el modo de encontrar el camino de vuelta a Nueva España.
El 31 de octubre de 1527 zarpa de Zihuatanejo (actual estado de Guerrero, México) la flota de Saavedra, compuesta por tres naves, las carabelas “Florida” insignia de Don Álvaro y “Santiago” comandada por Don Luis de Cárdenas, y el bergantín “Espíritu Santo” comandado por Don Pedro Laso, con 110 hombres repartidos entre ellas.
Después de semanas de navegación muy dificultosa avistan en la lejanía unas islas más o menos en las coordenadas de las Hawái, pero que posteriormente no encontrarían a pesar de buscarlas por varios días.
El 15 de diciembre los barcos se dispersan para no reunirse jamás.
Muy probablemente alguna de las naves separadas acabaría en aquel archipiélago ya que la tradición oral hawaiana habla de unos barcos que llegaron por aquellas fechas con hombres de tez clara.
Así las cosas la “Florida” de Saavedra continuó en solitario, llegando a los archipiélagos de las Marshall y Carolinas, haciendo aguada en el atolón de Faraulep, para arribar el 10 de febrero de 1528 en Mindanao, Filipinas. Por fin el 30 de marzo atracan en Tidore ya en las Molucas.
Allí encontraron a unos 30 hombres de la expedición de Loaysa que habían estado desde entonces en continuo combate contra los portugueses instalados en la vecina isla de Ternate.
El 12 de junio zarpan rumbo Noreste cargando sesenta quintales de clavo con la intención de retornar a Nueva España pero se lo impiden los vientos alisios que les obligan a regresar a las Molucas.
Un tiempo después se vuelve a intentar el regreso pero esta vez yendo más al Sur, recalando en Nueva Guinea para después dirigirse a las islas del Almirantazgo, virar al Norte pasando por las Carolinas y llegando a las Marianas, pero nuevamente fue imposible, los vientos alisios les obligaron a volver primero a Filipinas y de nuevo a Tidore.
El 3 de mayo de 1529 zarpa Saavedra en su tercer intento en el cual encontró la muerte a la altura de los 26º Norte. La “Florida” continuó navegando con el mismo rumbo, pero el desánimo de los tripulantes hizo que se decidiera volver a las Molucas donde fueron hechos prisioneros por los portugueses, para acabar tristemente sus días en cautiverio.
El objetivo de la misión fracasó en lo esencial, descubrir el modo de volver a Nueva España, aunque al final los intentos en completarla abrieron grandes espacios del Pacífico y sus archipiélagos, islas y atolones al conocimiento geográfico de la época.
En la imagen la “Florida” de Saavedra llegando a Faraulep en las Carolinas, acortando trapo para hacer escala y reponer agua y víveres.