Por Juan García (Todo a Babor)
Este especial se compone de los siguientes artículos:
¿Cómo se llegó? | Antecedentes | Antes de la batalla | Escuadra británica | Escuadra combinada | Columna de Nelson | Columna de Collingwood | Tras la batalla | Epílogo | ¿Por qué se perdió la batalla?
Trafalgar fue una devastadora derrota para la flota combinada francesa y española. Los Británicos no perdieron ningún barco, aunque la mayoría fueran dañados, y algunos muy gravemente, sobre todo los navíos que navegaban en las primeras posiciones de las dos columnas ofensivas.
Índice
Daños en buques
Entre estos navíos muy dañados estaban los Victory, Royal Sovereing, Temeraire, Bellerophon, Belleisle, Africa y Tonnant que tuvieron que ser remolcados debido a su pésimo estado. Luego los Achilles, Defiance, Revenge, Colossus y Mars, que habían sufrido graves averías pero que pudieron llegar a Gibraltar con sus aparejos improvisados.
De los 27 navíos británicos hubo alguno, como el Prince de 98 cañones, que no tuvo ni daños ni bajas en combate, porque prácticamente ni llegó a disparar (aunque lo poco que hizo terminó de dañar al «Príncipe» de Gravina) y otros pocos que no tuvieron excesivos daños, esto es debido a que eran navíos pertenecientes a los últimos lugares de las dos columnas y que se incorporaron a la batalla los últimos, cuando ya había clara superioridad numérica y la mayoría de los enemigos o bien se habían rendido, o continuaban luchando pero rodeados de enemigos y en condiciones penosas, o se habían retirado.
El principal fallo que tuvieron los británicos fue el no anclar su flota y sus presas ante la tormenta que se avecinaba y en el que perdieron la mayoría de los barcos capturados.
Sólo tres o cuatro buques apresados (según las fuentes) pudieron llegar a Gibraltar de los 18 que habían apresado. Fue tanto el «desconsuelo» de no llegar con más barcos, que incluso salió algún navío británico, de los que se encontraban en Gibraltar, a intentar apresar algún barco enemigo, de los que todavía estaban cerca de la costa esperando entrar en Cádiz.
Tal fue el caso del «Argonaute» francés, que se vio atacado por un navío británico y al que pudo rechazar gracias a la cobertura que le dieron las baterías de costa españolas.
Bajas
En la batalla de Trafalgar los españoles tuvieron 1.022 muertos y 1.383 heridos, siendo la mitad de estos muertos correspondientes a las tripulaciones de sólo tres navíos, que fueron salvajemente atacados: el Santísima Trinidad con cerca de 300 muertos, el San Juan Nepomuceno con cerca de 200 y el Santa Ana con casi 100 muertos.
Los franceses sufrieron la mayor parte de las bajas aliadas con 2.218 muertos y 1.155 heridos de los que cerca de 500 muertos resultaron de la voladura del Achilles y casi otros 500 del Redoutable. Aunque estas cifras no son ni mucho menos definitivas.
Todo el combate fue particularmente brutal y sangriento. Como dijo un infante de marina inglés:
Mis ojos estaban horrorizados por la visión de los cuerpos destrozados y mis oídos retumbaban por los alaridos de los moribundos.
La falta de pericia de las tripulaciones aliadas fueron suplidas por un valor que sorprendió a los británicos, que se encontraron en algunos casos con una resistencia feroz. Sirven como ejemplo de esto las palabras de don Teodoro Argumosa, comandante del Monarca tras el combate:
…los demás Oficiales Mayores y de Mar, guarnición y tripulación, en los que he notado un espíritu y valor con deseos de sacrificarse cual no he visto en muchas acciones en que he tenido el honor de encontrarme desde que estoy en el servicio.
Don Antonio Pareja, comandante del Argonauta, también haría mención de este particular en su parte de la batalla sobre el comportamiento de sus hombres:
…todo lo que me pone en la precisa obligación de suplicar a V. E. recomiende a la piedad de Su Majestad tan beneméritos vasallos, cuya súplica reitero a favor de los Oficiales mayores, de mar, tripulación y guarnición, que se han portado con un valor excesivo y más alto de lo que yo pudiera imaginar.
Siendo el valor de estas tripulaciones comunes al resto de la escuadra española y francesa. William Robinson, un guardiamarina británico a bordo del Revenge dijo sobre la actuación de los hombres de la combinada:
…Los españoles lucharon como los franceses… si hay que elogiar a los hombres y su valor ambas partes tienen el mismo derecho.
Los británicos tuvieron oficialmente 449 muertos y 1.241 heridos, entre las bajas mortales destacan la del Almirante en Jefe de la escuadra británica y dos capitanes de navío (del Bellerophon, John Cooke y del Mars, George Duff) y cuatro más heridos (Los capitanes Durham del Defiance, Moorsom del Revenge, Tyler del Tonnant y el vicealmirante Collingwood del Royal Sovereign).
La cifra de muertos de los tres contendientes fue finalmente mucho más alta, ya que muchos de los heridos más graves murieron a consecuencia de sus heridas, entre ellos Federico Gravina y Nápoli, comandante en jefe de la escuadra española, que murió varios meses después, a consecuencia de su grave herida en un brazo.
Además, los británicos sufrieron bastantes bajas en la tempestad que siguió al combate, aunque no perdieron ningún barco propio.
Por ejemplo el Temeraire tuvo 43 desaparecidos pertenecientes a las dotaciones de presa que se ocupaban de navegar los barcos apresados. Lo que unido a sus 47 muertos en batalla nos da una cifra bastante elevada de muertos. No hay que olvidar que los navíos británicos iban siempre con menor número de tripulaciones que los españoles y franceses.
Un navío de 74 cañones británico llevaba de media 550 hombres, cuando uno español y francés ascendía a los 700 hombres de media. Es decir, hubo buques británicos en los que causaron baja hasta un tercio del total de sus tripulaciones. Y eso es algo a lo que no estaban acostumbrados los británicos.
Las cifras oficiales británicas por tanto pueden resultar un poco engañosas, ya que además de no contar a los muertos por naufragio de sus tripulaciones de presa, o por el temporal posterior, también obvian los heridos que fueron apareciendo más adelante.
Como sucedió en el caso del Victory, en el que su cirujano informó de 27 heridos más, después de que las listas oficiales hubieran sido ya conocidas y mandadas al Vicealmirante Collingwood.
Como se ve estas listas fueron elaboradas precipitadamente, aunque son las que han trascendido hasta la actualidad sin cambiar en lo más mínimo aun sabiendo lo expuesto. Quizás queda así un resultado mucho más favorable a los británicos.
En definitiva, nunca se sabrá la verdadera dimensión de la catástrofe, ya no sólo en las tripulaciones de los españoles y franceses, sino también en las británicas.
Los navíos españoles y franceses también vieron aumentar el número de bajas mortales posteriormente, por la muerte de heridos y por los ahogados en los naufragios.
Además, los navíos británicos, una mayoría de ellos ya de por sí muy tocados por el combate, tardaron casi una semana en llegar a Gibraltar debido a la fuerte tempestad, que a punto estuvo de hacer naufragar algún navío, como el Minotaur o el Colossus.
Todos lograron llegar al Peñón, pero en un estado lamentable y casi todos desarbolados de uno o varios palos. El Prince, al que anteriormente citábamos como casi intacto por el combate, terminó desarbolado y remolcado por una fragata a Gibraltar.
Los daños de Trafalgar, por tanto, fueron en aumento tras la batalla, aumentando considerablemente la sensación de tragedia. En Cádiz cundió la desesperación al ver llegar los pocos navíos de la combinada en un estado tan malo, pero en Gibraltar ocurriría algo parecido ante la llegada de sus buques tan dañados.
No hubo pues paseo triunfal a Gibraltar, como se podría pensar por el resultado. Antes bien al contrario.
De los comandantes de los buques españoles murieron en combate Cosme Damián Churruca de Elorza, comandante del San Juan Nepomuceno, que luchó hasta la extenuación (al igual que su segundo al mando don Francisco de Moyua); el comandante del Bahama Dionisio de Alcalá Galiano y el comandante del Montañés Francisco Alcedo y Bustamante (también su segundo comandante). Fueron heridos los comandantes Valdés, Cajigal, Uriarte, Gardoqui, Argumosa, Pareja y Vargas.
Pierre Charles Villeneuve, el artífice de la catástrofe aliada y comandante en jefe de la flota combinada, fue apresado y conducido a Londres; ya liberado se suicidó de camino a Paris, en Rennes, aunque se cree que pudo ser asesinado por orden del Emperador.
Los franceses tuvieron un contralmirante muerto, Magon a bordo del Algesiras y seis capitanes de navío (Beaudouin del Fogueaux, Gourràge del Aigle, Camas del Berwick, Poulain del Heros, Denieport del Achilles y Tourneur Laurent del Algesiras), a los que se añadiría posteriormente el comandante del Duguay Trouin (Touffet), que murió días después en el combate de Cabo Ortegal. Quedaron heridos los capitanes Magendie del Bucentaure, Prigny jefe de estado mayor del Bucentaure y el valiente capitán Lucas del Redoutable.
La principal víctima de los británicos fue Nelson. Este, horas antes, había hecho su testamento y no tuvo reparos en ir en el Victory al mando de una columna, sabedor de que recibirían un gran castigo, por lo que algunos han querido ver en esto que el británico estaba buscando su muerte, cuando lo cierto es que no tenían muchos altos mandos en la escuadra, por lo que tuvo que poner al vicealmirante Collingwood al frente de una columna y él mismo en otra.
El 2 de noviembre los cuatro navíos de Dumanoir que huyeron se encontraron con la escuadrilla del Comodoro Strachan, de cuatro navíos de línea y cuatro fragatas, capturando los cuatro navíos franceses que no combatieron en Trafalgar, y muriendo, como decíamos anteriormente, uno de sus comandantes.
Dumanoir explicaría más tarde que no acudió al auxilio de la flota para evitar el apresamiento de sus barcos por los británicos. De la escuadrilla al mando de Dumanoir sólo el francés Intrepide del capitán Infernet y el navío español Neptuno de Cayetano Valdés viraron hacia el combate sabiendo que poco podían hacer, pero dispuestos a ayudar a sus compañeros y obedecer la señal del Almirante Villneuve que insistentemente había solicitado la ayuda de la vanguardia para asistir el centro de la castigada línea.
No hay excusa para el comportamiento de Dumanoir, que, aun a sabiendas de que no iba a resolver la batalla, debería haber prestado ayuda al centro de la flota, donde podrían haber «descargado» de presión a los buques que estaban acosados por los británicos y así evitar en parte la carnicería que sufrieron.
Algunas fuentes francesas llaman incluso a este movimiento como «el contrataque de Dumanoir», algo que no merece ningún comentario. Hoy podemos intentar comprender tal maniobra, pero en el contexto de la época, con sus valores y costumbres, fue algo difícil de digerir.
Hay que decir que aunque estos navíos se comportaron de forma poco noble, el resto de los navíos franceses que se quedaron en la batalla combatieron tan duramente como cabía esperar.
Los británicos hicieron en un principio más de 7.000 prisioneros, aunque esta cifra se redujo considerablemente hasta menos de la mitad a los pocos días, debido a la la pérdida de la mayoría de las capturas por la represa de varios buques y, sobre todo, los navíos que se hundieron o encallaron cerca de la costa, salvándose la mayoría de las tripulaciones, aunque como veremos más adelante, otras dotaciones desaparecieron a consecuencia de ello casi en su totalidad.
La mayoría de los prisioneros españoles que permanecían en manos británicas y que no necesitaban atención médica fueron puestos en libertad el 31 del mismo mes.
Los aliados hicieron cerca de varios centenares de prisioneros correspondientes a las dotaciones de presa que se encontraban a bordo de los navíos represados y los naufragados en la costa española.
Hubo casos curiosos como el del navío español «Santa Ana», que fue capturado en la batalla y que pudo ser represado por los barcos que salieron de Cádiz.
El Almirante Colingwood, días después del combate, escribió al Teniente General don Ignacio de Álava (que portaba su insignia en el «Santa Ana») muy caballerosamente, recordándole al jefe español que al haber entregado este en combate su espada como rendición, era un prisionero de guerra, aunque posteriormente pudiera llegar a Cádiz, y que como tal debía ser intercambiado por prisioneros británicos, tal y como mandaban las reglas de entonces. Hasta que no tuviera dicho intercambio oficial no podría servir ni en la Armada ni en el Ejército.
Álava, también muy caballerosamente, le hizo saber al Vicealmirante inglés que la espada que supuestamente creían era de su persona, en realidad se trataba de la de otro oficial español, por lo tanto no tenía porqué cumplir esa obligación.
Este fue el inicio de una «amistad» por correspondencia entre ambos Generales. Eso sí, la tripulación de presa británica que iba a bordo del «Santa Ana» fue inmediatamente puesta en libertad tras llegar a Cádiz, sin necesidad de intercambio.
Los demás prisioneros británicos fueron intercambiados tras pactar el Gobernador de Andalucía, el Marqués de Solano, con Colingwood e incluso ofrecer al británico los hospitales de Cádiz para sus heridos, detalle que agradeció este en nombre de su Rey y que fue recogida con admiración por la prensa británica.
Muchos españoles, la mayoría oficiales, y la mayor parte de los franceses, fueron llevados a Inglaterra, siendo posteriormente liberados, sobre todo los oficiales y tripulaciones españolas.
Los franceses no tuvieron tanta suerte y hubo muchos que se pasaron todas las guerras napoleónicas hacinados en sórdidos pontones británicos, muriendo gran cantidad de estos por las duras condiciones de vida a bordo.
Debido al gran valor demostrado por muchos de los combatientes se otorgaron numerosas condecoraciones, títulos y ascensos, muchos de ellos a título póstumo. En general fueron ascendidos un grado casi todos los oficiales y muchos miembros de las dotaciones.
El «derroche» de ascensos se completó con el no menos de las gratificaciones económicas, concediéndose varios meses de paga extra, cosa bastante insólita cuando se llevaba hasta antes de la batalla 6 meses sin cobrar. Por supuesto, y como se temía, no hubo tales pagos.
Es para preguntarse qué sentirían los oficiales del San Juan, del Trinidad o del San Agustín por poner unos ejemplos, al ver como se ascendían a todos los oficiales del Rayo, Asís y San Justo que en la batalla no habían prácticamente pegado un tiro.
Y aún más doloroso es el caso del San Justo que no sólo no participó apenas en la batalla sino que no pudo salir los días posteriores al rescate de algunos navíos apresados, como al menos si hicieron el Rayo y el Asís, por quedar desarbolado por la tempestad.
Incluso fueron ascendidos oficiales que no habían estado en la batalla. Algo verdaderamente bochornoso.
En el lado británico también hubo ascensos, pero al contrario que en España no fueron generalizados, salvo el caso de todos los primeros tenientes que fueron ascendidos un grado.
Hubo ascensos para Colingwood, que paso de vicealmirante de la azul, a vicealmirante de la roja, se ascendió un grado a unos pocos comandantes de buque, los que más se arriesgaron y sufrieron, también para otros cuantos guardiamarinas y oficiales, pero nunca de manera tan generalizada como los españoles.
Como vemos, incluso en la victoria los británicos sabían darle a quien lo merecía lo que le correspondía, aunque hubo también alguna que otra crítica, como consta en la biografía del conde de Northesk (contralmirante a bordo del Britannia), que aunque no tuvo una actuación como se esperaba de él, debido al poco andar de su navío y a que estaba en las últimas posiciones, no vio con buenos ojos como al contralmirante Strachan, que rindió días después a los cuatro buques de Dumanoir, recibió idénticos honores que algunos oficiales que habían estado en la batalla de Trafalgar y que habían sufrido mucho más.
Pero aún así, la costumbre de premiar a los que se arriesgaban seguía imperando en la mentalidad de la Royal Navy.
El general Escaño decía en el parte de la batalla:
Toda la tropa de infantería y artillería se ha portado con la mayor bizarría, las baterías han estado bien servidas, etc., pero no podemos decir lo mismo de las maniobras ni de los marineros (…). La clase de Contramaestres y Guardianes, se debe considerar endeble, la falta de navegar y la repugnancia que tienen muchos buenos hombres de mar a entrar en aquel servicio, lo ha hecho decaer en algunos años a esta parte, cuando es lo más necesario a bordo de los navíos.
En total, por lo tanto, se redujo la flota combinada de 23 barcos por la campaña de Trafalgar.
El Victory fue remolcado a Portsmouth el mismo día que Napoleón aplastó la Tercera Alianza en Austerlitz, pero sus esperanzas de invadir Inglaterra fueron completamente anuladas. Además de estas pérdidas materiales, los franceses fueron aplastados psicológicamente, destruyendo su moral naval durante décadas.
Los navíos españoles y franceses que sobrevivieron fueron reparados sucesivamente en Cádiz, siendo el Santa Ana el último en salir del Arsenal, a finales de 1806, quedando totalmente listos en puerto, aunque bloqueados por la flota británica.
De los barcos franceses que se salvaron en Cádiz, ninguno debía ver la acción contra los Británicos otra vez. En 1808, cuando Napoleón invadió España, los españoles apresaron los cinco navíos franceses que habían sobrevivido a la batalla, y una fragata de la misma nacionalidad, que no había podido escapar con las otras fragatas que habían logrado romper el bloqueo de los ingleses tiempo antes.
En cuanto al poder naval de España, en contra de lo que muchos piensan que se perdió la flota en esta batalla, la verdad es que la pérdida de los 10 navíos que desaparecieron en Trafalgar no hubiera supuesto un gran descalabro (como anteriormente se indicó se apresaron en 1808 cinco navíos a los franceses y una fragata de 40 cañones (más el navío de 74 cañones l’Atlas en Vigo), totalmente reparados y pertrechados, y todavía se contaba con una treintena de navíos.
Si no hubiera sido por que se dejo casi morir a la Real Armada entre deudas, falta de motivación política, nulo o deficiente mantenimiento de los navíos existentes, que se dejaron casi pudrir en los puertos, e inversiones en los astilleros, donde hacía casi un lustro que no había dinero para botar ningún navío nuevo y poder dotarlos de tripulaciones expertas y entrenadas, como tampoco se hizo, no dándose cuenta de que la conservación de su todavía inmenso imperio ultramarino pasaba por tener una flota de guerra capaz de defenderlo.
Francia sufrió un gran revés, pero las victorias de Napoleón en tierra firme les hicieron sobrellevar mejor el descalabro, además de volver a incentivar posteriormente su maltrecha marina. Gran Bretaña, por su parte, se hizo con el dominio del mar durante casi un siglo, sin que ninguna potencia pudiera discutírselo.
Buques perdidos de la escuadra combinada y sus causas
Total | |||||||||||
Porte de los navíos | Porte de los navíos | ||||||||||
80 | 74 | 130 | 112 | 100 | 80 | 74 | 64 | ||||
No. | No. | No. | No. | No. | No. | No. | No. | No. | |||
Escuadra Combinada | El día de la batalla | Presente | 4 | 14 | 1 | 2 | 1 | 2 | 8 | 1 | 33 |
Capturado | 1 | 8 | 1 | 1 | 2 | 5 | 18 | ||||
Escapados | 3 | 6 | 1 | 1 | 3 | 1 | 15 | ||||
Represados el día 23 de octubre | 1 | 1 | 1 | 4 | |||||||
7 | 2 | 1 | 1 | 3 | 1 | 19 | |||||
Naufragados y capturados el día 24 | 1 | 1 | 4 | ||||||||
2 | 7 | 2 | 1 | 2 | 1 | 15 | |||||
Regresaron a Francia y España | En el mar | 1 | 3 | 4* | |||||||
En Cádiz | 1 | 4 | 2 | 1 | 2 | 1 | 11 | ||||
Capturas hechas por los británicos | Accidentalmente incendiado | 1 | 1 | ||||||||
Represados el día 23 | 1 | 1 | 1 | 1 | 4 | ||||||
Naufragados | 4 | 1 | 1 | 6 | |||||||
Destruídos | 1 | 1 | 1 | 1 | 4 | ||||||
Enviados a Gibraltar | 1 | 3 | 4** | ||||||||
Total capturados entre el 21 y el 24 de octubre | 1 | 1 | 1 | 1 | 2 | 5 | 19 |
Partes de daños y bajas
Escuadra británica
Navío (cañones) | Muertos/heridos | |
– Victory (100) | ||
– Temeraire (98) | ||
– Neptune (98) | ||
– Conqueror (74) | ||
– Leviathan (74) | ||
– Britannia (100) | ||
– Ajax (74) | ||
– Orion (74) | ||
– Agamemnon (64) | ||
– Minotaur (74) | ||
– Spartiate (74) | ||
– Africa (64) | ||
– Royal Sovereign (100) | ||
– Belleisle (74) | ||
– Tonnant (80) | ||
– Mars (74) | ||
– Bellerophon (74) | ||
– Colossus (74) | ||
– Achilles (74) | ||
– Revenge (74) | ||
– Defiance (74) | ||
– Swiftsure (74) | ||
– Thunderer (74) | ||
– Defense (74) | ||
– Dreadnought (98) | ||
– Polyphemus (64) | ||
– Prince (98) | ||
Total muertos/heridos | 449/1.241 (502/1.252)* |
Total navíos británicos: 27
Total nº cañones: 2.148
Total hombres embarcados: 17.237 (aprox.)
Arboladura rendida | Arboladura muy dañada | Casco y otros | |
Victory | Palo de mesana | Palos mayor, trinquete, bauprés. Todas las vergas y masteleros gravemente dañados. | Todo la jarcia y aparejo cortado y los mástiles de repuesto destruídos. Casco muy dañado con muchos impactos a la lumbre del agua, y en general muy acribillado, algunos de los cuales dañaron el interior. En general el costado de estribor sufrió bastante con partes desguazadas. |
Téméraire | Palo mayor, vergas y masteleros de los demás palos. | El bauprés destrozado por varias partes. | Toda la jarcia y aparejo cortado. Popa y timón con graves averías. Parte de la primera batería de estribor quedó hundida ocho pies. Ambos costados del casco con partes desguazadas. |
Neptune | Todos los palos con balazos, pero sin peligro de venirse abajo. | Jarcia y aparejo dañado y 9 tiros a la lumbre del agua. Tras la batalla y a consecuencia de la tempestad perdió varios palos, que aparecieron en las playas de Conil . | |
Leviathan | Verga seca y de gavia | Palos, masteleros y vergas dañados | Buena parte de su jarcia cortada. 8 disparos a la lumbre del agua. Un cañón de a 32 y dos de a 18 destruídos. |
Britannia | Daños leves tanto en la arboladura como en el casco. | ||
Conqueror | Palo mesana | Todos los palos gravemente dañados | Jarcia y aparejo muy cortado. Varios disparos a babor a la lumbre del agua. |
Africa | Verga de mayor | Palo mayor, tres masteleros y el bauprés quedaron en tan mal estado que no pudieron ser reparados. El resto quedaron dañados. | Jarcia y velas completamente destrozados. Y su casco además de serio daño recibió varios impactos a la lumbre del agua. |
Agamemnon | Daños muy leves en general, excepto un gran agujero a la lumbre del agua que le provocó una importante vía de agua, haciendo 4 pies de agua a la hora. | ||
Ajax | Muy levemente dañado. | ||
Orion | Verga de mayor | Palo trinquete | Tras la batalla y a consecuencia de la tempestad quedó desarbolado en la costa de África, teniendo que ser remolcado. |
Minotaur | Verga de trinquete | Palo mayor, mástiles y vergas en general muy dañados. | Jarcia y aparejo muy dañado. Tras la batalla y a consecuencia de la tempestad quedó varado entre la costa de Conil y San Lucar, siendo salvado tras una difícil maniobra. |
Spartiate | Mástiles y vergas en general muy dañados. | Jarcia y aparejo muy dañado | |
Royal-Sovereign | Palos mayor y mesana y verga de trinquete | Palo trinquete | Acribillado todo el casco con partes desguazadas a babor, toda la jarcia y aparejos cortados. Llegó a Gibraltar completamente desmantelado. |
Belleisle | Desmantelado completamente | Casco severamente acribillado y algunas partes de este completamente desguazadas. Muchos disparos a la lumbre del agua. Sin botes y sin anclas. | |
Mars | Palo mayor y varias vergas | Todos los otros palos y vergas. El trinquete cayó posteriormente al agua. | Timón destrozado. Popa también destrozada y casco acribillado. Varios cañones destruídos y varios disparos a la lumbre del agua. |
Tonnant | Palos mayor | Masteleros de mesana y trinquete | Parte del timón destrozado así como buena parte de su costado de estribor. |
Bellerophon | Palos mayor y mesana | Palo trinquete y la mayoría de las vergas | Aparejo cortado a pedazos. Parte de su casco con graves destrozos, al igual que la cubierta baja, que sufrió una explosión debido a la pólvora derramada de los cartuchos, y que pudo haber costado la voladura de todo el navío. |
Colossus | Palo mesana | Palos mayor y trinquete. El mayor tuvo que ser picado por la noche ante el peligro de caída. | Perdidas dos anclas y tres botes. Varios cañones desmontados en cubierta y en la primera batería de estribor cuatro más. Casco muy dañado en su mayor parte. Tras el combate quedó varado en Conil, siendo recuperado tras difícil maniobra. |
Achille | Verga de gavia | Algunas vergas y el bauprés severamente dañado. | Su casco había recibido un daño considerable. |
Dreadnought | Verga mayor | La arboladura tuvo algún disparo encajado, pero nada grave. | |
Polyphemus | Palos y masteleros principales gravemente dañados. Entró en Gibraltar sin palo de mesana ni mastelero de velacho | Un cañón destruído. | |
Revenge | Bauprés, tres masteleros y palo mayor gravemente dañados. | 9 disparos en el forro de cobre. La popa, muchos travesaños, baos y varias vigas fueron dañadas y el casco en general presentaba muchos daños. Varias partes de las baterias fueron arrancadas y tres cañones fueron destruídos. | |
Swiftsure | Verga seca | Palo mesana, mastelero de velacho. | |
Defiance | Bauprés y masteleros principales. | Palo mesana | Aparejo y velas muy dañado y el casco acribillado en varios lugares. |
Thunderer | Daños leves en el palo de mesana y bauprés. | ||
Defence | Palo mayor | Verga seca muy dañada | Varias partes del casco desguazadas. Varios disparos atravesados y 5 en la lumbre del agua. |
Prince | Sólo un disparo en el bauprés, tres en el trinquete y otros tres en el de mesana. En el combate no sufrió muchos daños pero se fue casi a pique por la tempestad, apareciendo su timón en la costa de Conil. |
Escuadra española
Navío (cañones) | Muertos/heridos | Estado del buque | |
– Neptuno (80) | Capturado. Represado posteriormente, pero se estrelló la noche del 23 en la costa de Santa Catalina, salvándose su gente, excepto una veintena de hombres que se ahogaron. | ||
– Rayo (100) | Entrado en Cádiz el 21 por la noche, salió la tarde del 23 entre los que se movieron para represar el Santa Ana y Neptuno, pero no alcanzó a fondear en la noche, y al amanecer del 24 se vió a cinco leguas con sólo el palo de trinquete, fondeado en el placer y en su inmediación dos enemigos, siendo apresado por el Donnegal y quemado, dada la imposibilidad de defensa y maniobra. Se salvó prácticamente toda la gente. Los ingleses de la dotación de presa fueron hechos prisioneros. | ||
– San Francisco de Asis (74) | Entró en Cádiz el 21 con muchas averías, pero la noche del 23, por falta de amarras se estrelló al O de Santa Catalina salvándose su gente, excepto el segundo Piloto, D. Francisco López Cancela, que se ahogó. | ||
– San Augustin (74) | Capturado. Pero con la satisfacción de no haber arriado la bandera del Rey, que con el palo de mesana fué al agua. Quedó tan estropeado que se fué a pique después de la acción. | ||
– Santísima Trinidad (140) | Capturado. Hundido por temporal y mal estado tras el combate. | ||
– San Leandro (64) | Muy Dañado. Regresó a Cádiz. Quedó sólo con el palo de trinquete. | ||
– San Justo (74) | Dañado. Regresó a Cádiz. Entró con algunas averías, pero con su arboladura; su inmediación a varar le obligó a picar los palos mayor y mesana. | ||
– Santa Ana (112) | Capturado. Represado. Regresó a Cádiz desarbolado de los cuatro palos, con la popa desguazada, destrozados en algunas partes sus costados, abiertos de trancaniles y cubiertos, y haciendo apróximadamente doce pulgadas de agua cada veinticuatro horas. Los ingleses de la dotación de presa fueron hechos prisioneros. | ||
– Monarca (74) | Capturado y perdido en Arenas Gordas. Se salvó toda la gente. | ||
– Bahama (74) | Capturado. Desarbolado de todos sus palos y en estado de no poder mantenerse sobre el agua, fué abandonado cerca de la costa por españoles e ingleses. Unas fuentes le dan por perdido y otras aseguran que llegó a Gibraltar remolcado por una fragata inglesa. | ||
– Montañés (74) | Muy Dañado. Entró hasta la boca del puerto de Cádiz en la noche del 21, y el 23, por orden que recibió, dió la vela para proteger a los navíos que venían; volvió a fondear en la noche del mismo día, y a causa del tiempo picó el palo de mesana; después fondeó en bahía y arboló la insigna del General. | ||
– Argonauta (80) | Capturado y hundido por los ingleses para evitar su represa | ||
– San Ildefonso (74) | Capturado y llevado a Gibraltar | ||
– Principe de Asturias (112) | Muy dañado. Regresó a Cádiz. Llegó a puerto con sólo el palo de trinquete, y todo el casco en malísimo estado. | ||
– San Juan Nepomuceno (74) | Capturado y llevado a Gibraltar | ||
Total muertos/heridos | 1.022/1.383 | ||
Total navíos españoles: 15 Total nº cañones: 1.330 Total hombres embarcados: 11.847 |
Escuadra francesa
Navío (cañones) | Muertos/heridos | Estado del buque | |
– Scipion (74) | Combatió de lejos y se retiró de la acción. | ||
– Formidable (80) | Combatió de lejos y se retiró de la acción. | ||
– Duguay-Trouin (74) | Combatió de lejos y se retiró de la acción. | ||
– Mont-Blanc (74) | Combatió de lejos y se retiró de la acción. | ||
– Intrépide (74) | Capturado y hundido por los ingleses para evitar su represa | ||
– Indomptable (80) | Entró en Cádiz la noche del 21 con muchas averías, incluso la del timón, y así se aguantaba en Canal hasta que en la noche del 25, falto de amarras y de gobierno, aunque se puso a la vela se abrió en el Diamante y Galera, y en el modo que llegó a la playa sólo se salvaron doscientos cincuenta y cuatro hombres. | ||
– Fougueux (74) | Capturado y hundido por temporal | ||
– Pluton (74) | Muy dañado. Regresó a Cádiz | ||
– Héros (74) | Muy dañado. Regresó a Cádiz desmantelado. | ||
– Bucentaure (80) | Capturado. Llegó en mal estado y fondeó en tan mal punto en el bajo de la Nao, junto a la Caleta, que apenas dió lugar a salvar la gente y algunos equipajes, yéndose luego a pique; había sido marinado y represado por su tripulación. Los ingleses de la dotación de presa fueron hechos prisioneros. | ||
– Neptune (80) | Dañado. regresó a Cádiz el 21, a la boca del puerto, y salió el 23 para recuperar o proteger los buques a la vista; volvió a fondear el 24, y entró en bahía. | ||
– Redoutable (74) | Capturado. Se hundió tras el combate por su mal estado | ||
– Aigle (74) | El 25 amaneció fondeado en la costa del S., sobre Torregorda, desarbolado y pidiendo socorro. El 25, aprovechando una turbonada del S., pasó en bandolas a la boca de la bahía; pero por la noche, por falta de su amarra, fué a varar al placer de las Arenas de la costa del N., siendo abandonado por los franceses. El buque se perdió. | ||
– Algésiras (74) | Capturado. Fué marinado por los enemigos, pero empeñado la noche del 21 a la entrada, se levantó la gente, y después de capitular con los apresadores, se regresó a Cádiz todo desarbolado y en mal estado. Los ingleses de la dotación de presa fueron hechos prisioneros. | ||
– Swift-sure (74) | Capturado y llevado a Gibraltar | ||
– Argonaute (74) | Muy dañado. Regresó a Cádiz con sólo el trinquete, tras quedar varado en Rota. | ||
– Achille (74) | Incendiado la tarde del combate, voló a las seis de la tarde, salvándose 200 hombres. | ||
– Berwick (74) | Capturado. Varado y posteriormente hundido por temporal |
Total muertos/heridos | 2.218/1.155 | ||
Total navíos franceses: 18 Total nº cañones: 1.527 Total hombres embarcados: 14.831 (aprox.) | |||
Total Escuadra combinada Total muertos/heridos aliados: 3.243/2.538 (aprox.) Total navíos: 33 Total nº cañones: 2.857 Total hombres embarcados: 26.678 (aprox.) |