Funeral de un oficial naval bajo Luis XVI (Pintura)

Funeral de un oficial naval

Hoy traemos a otro pintor francés. Hay que reconocer que los franceses han tenido grandes pintores de temáticas marinas. Se trata esta vez de Eugène Isabey, un pintor romántico que muchas veces hizo escenas marítimas sin que saliera apenas el mar, como retratar a marineros u olas rebotando en acantilados.

En esta pintura que nos ocupa de 1836, funeral de un oficial naval bajo Luis XVI, tenemos también al mar como elemento secundario, siendo un soberbio navío de línea de dos puentes el protagonista.

Tal y como indica el titulo, se trata de un funeral en alta mar, siguiendo la costumbre de entonces. Es un navío francés, pero podía haber sido perfectamente uno británico o español. El ritual no cambiaba mucho por la nacionalidad.

El cuerpo en una mortaja blanca con un peso y al agua, tras una oración y la atenta mirada, respetuosa suponemos, de gran parte de la tripulación del buque. Otros parecen más curiosos, agarrados a la cabullería y los obenques. Alguno hay quien se asoma por las portas de los cañones. Aunque tétrico aquello no deja de ser un espectáculo que les saca por un momento de la tediosa rutina de a bordo.

El capellán del navío está con la mano alzada arrojando el agua bendita y rezando por el alma de aquel oficial, con el comandante del navío a su lado, en señal de respeto hacia su subordinado fallecido. Quizás pensando que eso también le podrá pasar a él en algún momento de su vida.

Una salva acompaña al momento clave cuando el cuerpo es arrojado a las frias y oscuras aguas del mar.

Una pintura oscura, algo sombría, muy romántica e innegablemente hermosa.

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