Dentro de las baterías de un navío de línea

Por Juan García (Todo a Babor)

Este especial se compone de los siguientes artículos:
Armamento en buques | Cañón naval | Calibres¿Cómo se dispara? | Organización | Baterías | Disposición

Hay que imaginarse lo que debe ser la batería de un barco con 28, 30 y hasta 32 cañones de mayor calibre tirando al mismo tiempo desde los dos lados en un entrepuente estrecho y medio inundado, para comprender fácilmente cuáles deben ser la vigilancia, la agilidad, la sangre fría y la habilidad necesarias para evitar el desorden y la confusión en medio de esta multitud de hombres amontonados entre el humo, el ruido, los estragos del enemigo, los gritos, la agitación que todas estas cosas no pueden dejar de originar en el alma de los combatientes». (Salazar, 1828).

El ataque por una o las dos bandas

En la imágen superior tenemos la disposición de los artilleros de la primera batería de un navío de 74 cañones, en una banda y cuando había que combatir con las dos a la vez.

El ataque por una banda era el más común en una batalla naval de dos escuadras formadas en línea de combate. O bien se combatía a estribor o babor. Sólo cuando una de las dos líneas atravesaba al oponente se podía llegar al combate con las dos bandas. En ese caso los artilleros se dividen.

Evidentemente la mayor rapidez en la carga de los cañones se hace cuando se manejan sólo los cañones de una banda. Al dividirse los artilleros el tiempo de carga y disparo se llega a doblar o triplicar.

Para evitar que la estructura del navío sufra por el disparo de docenas de cañones a la vez durante un espacio de tiempo largo (hay que tener en cuenta que los navíos de a 36 libras suponían casi 4 toneladas de potencia de retroceso) y podían llegar a destrincarse de sus aparejos o dejar un costado del buque dañado. Poner una artillería inadecuada al diseño del navío podía suponer regresar al astillero antes de tiempo.

Cada bateria estaba al mando de un oficial de guerra, que se ocupaba de mandar disparar progresivamente las piezas a su cargo para dirigir el fuego y retenerlo cuando se hiciera necesario. Además controlaba que los cañones estuvieran bien servidos y no faltaran cartuchos o evitar la acumulación de estos, por el riesgo de explosión que ocasionaría.

En la batalla de Trafalgar no todos los navíos españoles de dos puentes montaban cañones de a 36 libras en sus primeras baterías, ya que no todos tenían la fortaleza estructural de sus costados preparados para ello, teniendo que conformarse con los de a 24 libras. Los de tres puentes sin embargo, podían llevarlos perfectamente.

Ejemplo de este problema es el caso de la fragata Flora, que en el verano de 1805 fue armada con cañones de a 24, en vez de los de a 18 con los que había estado armada siempre. Su Comandante observó durante la campaña que la estructura de la fragata había sido dañada por este motivo, por lo que recomendó volver a montar los cañones con los calibres originales.

Cuando un navío se retiraba de la acción y era perseguido, había que disparar con los cañones guardatimones (por las dos portas a la popa del buque que se puede ver en las imágenes) para intentar desarbolar o dañar en parte el velamen del cazador y evitar que les alcance.

Estos cañones no estaban fijos en ese puesto, correspondían a los dos últimos de estribor y babor de la primera batería, que se desplazaban a sus nuevos cometidos. En los navíos de tres puentes podían ser hasta cuatro los cañones. En las fragatas y buques menores estos cañones correspondían a los situados en la toldilla que se colocaban en el coronamiento de popa.

Cañones guardatimones
Cañones guardatimones. Ilustración de Todo a babor.

A su vez a proa de los navío se encontraban los cañones de mira, o de caza, que correspondían a los dos cañones situados más a proa del castillo. Eran utilizados cuando el navío (u otro buque menor) perseguía alguna embarcación, tratando de disparar a la arboladura de esta para provocar su ralentización en el andar y poder alcanzarlo.

En los buques menores, como los rápidos jabeques utilizados en corso o guardacostas, debido a su especialización en la persecución de mercantes y pequeños barcos de guerra enemigos, se montaban dos cañones de caza de mayor calibre que los utilizados en sus baterías.

  • Dibujos e información de elaboración propia.

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