La Real Armada y Federico Gravina en Tolón, en 1793

Por Carlos Martínez-Valverde

Antecedentes

En el año 1793, el día 7 de marzo, la Convención francesa declaraba la guerra a España. Su consecuencia fue la alianza de nuestra patria con la Gran Bretaña, firmándose el tratado de Aranjuez, que llevó consigo un gran armamento de buques. Siguió a éste la expedición española contra Cerdeña, llevada a cabo por la escuadra mandada por el Teniente General de la Armada don Francisco de Borja, marqués de los Camachos (24 navíos y 9 fragatas), con la ocupación de las islas de San Pedro y San Antíoco. Se tomaron en esta campaña 104 cañones y cinco morteros, se hicieron 1.225 prisioneros, se apresó la fragata Elena y se incendió la Richmond.

La escuadra del General Lángara operaba sobre Rosas, en la costa de Gerona. El día 9 de julio salía de Ferrol, para reforzarla, una fuerza naval mandada por don Federico Gravina, a la sazón Jefe de Escuadra. El Almirante británico sir Samuel Hood, que con su escuadra cruzaba ante las costas francesas, recibió una petición de auxilio de los toloneses sublevados en favor del Rey. Hodd pidió, a su vez, a Lángara el refuerzo de seis navíos y el General español reaccionó dirigiéndose a Tolón con toda su escuadra.

Plano de la rada de Tolón.
Plano de la rada de Tolón (Toulon).

Las operaciones de defensa de Tolón en el año 1793, llevadas a cabo por las fuerzas navales españolas e inglesas, escuadras de los Almirantes Lángara y Hood, presentan un interés especial, pues, aparte de las enseñanzas que puedan dar en el terreno político, estratégico y táctico, que ya analizaremos, ponen de manifiesto la personalidad militar de don Federico Gravina, en un aspecto distinto del que se le conoce relacionado con la batalla de Trafalgar: Gravina, como Comandante de Armas, esto es, General Jefe de las tropas aliadas españolas, inglesas, napolitanas y sardas que reaccionan desde Tolón contra el ataque de los convencionales franceses. Este mando lo desempeña Gravina de un modo heroico, siendo admirado por los toloneses (2).

Interés da también a estas operaciones, en el campo contrario, el haberse revelado en ellas el genio militar de Napoleón Bonaparte, elaborando el plan de empleo de la artillería, en masa, contra la plaza, y el de ataque de conjunto que llevó a la conquista de posiciones dominantes, con que forzó a las escuadras aliadas a salir del puerto, trayendo esto como consecuencia la ocupación de la plaza por los republicanos.

La intervención naval aliada en Tolón nos da, una vez más en la Historia, ejemplo de la flexibilidad que permite en un sistema estratégico el poderío naval, y de la tentadora presa que supone para cada nación las escuadras del enemigo; tanto para aumentar el poder naval propio como para disminuir el del adversario (3).

Las escuadras inglesa y española apoyan a los realistas franceses de Tolón y consiguen mantener durante un cierto tiempo una plaza para el rey Luis XVII en medio de la Francia revolucionaria. En el Sur había en este momento un intenso movimiento reaccionario en favor de la Monarquía. El impulso político era ese, y la maniobra estratégica por parte de los ingleses iba dirigida a apoderarse de los buques franceses que se encontraban en la importante base naval y también de ésta, y, en último extremo, destruir aquéllos para que no pudiesen ser utilizados por sus enemigas de entonces, los republicanos franceses (4).

Es de interés consignar que después surge la determinación recíproca: los convencionistas franceses aspiran a quedarse con los buques de las escuadras inglesa, española y napolitana. El punto de vista de Napoleón, de gran táctica, expresado en varios documentos y corroborado en su diario de Santa Elena, se basaba en la neutralización del fuego de los fuertes y de los buques aliados, mediante el empleo de un formidable tren de sitio conseguido de Marsella, por su impulso, y utilizado desde posiciones artilleras convenientes.

Plano de la Rada y del puerto de Tolón en 1793.
Plano de la Rada y del puerto de Tolón en 1793.

La figura estratégica del desembarco realizado en los primeros momentos en Tolón, de fuerzas de marinería y tropa de los buques españoles e ingleses, que más tarde, en cuanto se pudiese, habrían de ser reforzadas con tropas de los ejércitos aliados, es en un todo semejante a la constituida por los desembarcos de los destacamentos de marinería y tropa de los buques ingleses en la guerra mundial II, para ocupar cabezas de playa a lo largo de la costa, antes de que el Ejército alemán llegase a las correspondientes zonas en una veloz carrera de Sur a Norte.

Desembarcos efectuados (como en Tolón) como formando la fuerza avanzada de los que se hicieran una vez que hubiese reunido la fuerza de Ejército, susceptible de ser llevada a las referidas cabezas de playa para ulteriores operaciones. Enseñanzas de la Historia.

Tolón. La situación general en el sur de Francia en agosto de 1793

Barrére, en la Convención, leyó una carta del Comisario Albitte, de fecha 3 de agosto, en que decía:

Marsellay Tolón continúan en su estado de contrarevolución; los compatriotas están presos; cuatro Representantes del pueblo gimen en las prisiones; los Jefes de la Marina son los que más contribuyen a mantener al pueblo en el error…

El Representante del pueblo Luiller, por su parte, expresaba en una carta de 6 del mismo mes, escrita en Aviñón:

Los Oficiales de Marina de Tolón han corrompido a nuestras tropas y las hacen marchar contra nosotros: haremos frente a esta tempestad; pero castigad a los traidores…

Añadía su carta un impreso en el cual se decía que no quedaba ninguna duda sobre la traición del Contralmirante Truget. Se ve, por las anteriores líneas, la acción antirrevolucionaria de los Oficiales de Marina franceses, muchos de ellos de la nobleza.

El General de la Convención, Carteaux, habla llevado a cabo la represión de la contrarrevolución en Marsella, pasando a cuchillo a los del partido opuesto. Los Representantes del pueblo escriben a la Convención:

Hemos entrado esta mañana en Marsella con el ejército del General Carbeaux, y nos han recibido con los mayores aplausos, gritando ¡Viva la República!, ¡Viva la Montaña!… Hemos puesto en libertad a los patriotas, y en su lugar hemos puesto a los aristócratas.

Al llegar la noticia a Tolón causó el mayor sobresalto…:

en aquel aprieto, hallándose en aquellas aguas las dos escuadras, española e inglesa, resolvieron los toloneses implorar su auxilio, mayormente hallándose faltos de víveres y sin ningún recurso para resistir por mucho tiempo. Se arrestaron en la plaza 300 jacobinos.

En Lyón se había efectuado una represión muy sangrienta (5). Carteaux, con el representante Salicette, se dirige después contra Tolón (6). Las tropas republicanas acababan de apoderarse del condado de Niza. A todo esto, la guerra civil ardía en la Vendée… Los ingleses sitiaban Dunkerque.

El día 14 de septiembre, Barréré, ante la Convención, resumía la situación:

Los enemigos tienen bloqueados nuestros puertos; los piamonteses están en Chamberí; los insurgentes de la Vendée nos molestan; los austríacos y prusianos adelantan sus conquistas; el dinero de Pitt hace progresos; nos faltan 30.000 caballos.

Tolón significaba mucho: estaba equidistante de las fronteras española e italiana; era magnífica base para operaciones navales en la zona del Mediterráneo. Era, y aún es, base defensiva del litoral francés, que en estas costas presenta buena viabilidad en su comunicación con el interior; era, y es, en esencia, una plaza de suma importancia estratégica (7).

Para que hubiese tenido consecuencias posteriores favorables la acción sobre Tolón, para el eficaz establecimiento de una cabeza de desembarco y después expansionarse y con ello extenderse también la reacción monárquica francesa, hubiera sido necesario el empleo directo, por los aliados, de unos efectivos militares mucho mayores que los que invirtieron, así como una acción coordinada con las fuerzas contrarrevolucionarias austríacas y piamontesas del frente de los Alpes.

De otro modo —como ocurrió— el nuevo frente creado estaba muy cerca del antiguo, y los convencionistas quedaban libres para maniobrar por líneas interiores. Durante este año de 1793, contrariamente a lo que debía de haber ocurrido, no se produjo nada de interés en el frente alpino, y gracias a la libertad en que se dejó a los convencionistas pudieron llevar a Tolón efectivos considerables.

El Cuerpo de Ejército revolucionario de Carteaux pudo actuar primero sobre el Durance, después lanzarse sobre Marsella y Tolón y hasta cooperar con 10.000 hombres en el sitio de Lyón. La zona a ocupar por los aliados debería, también, haber sido de mayor profundidad para la misma finalidad; al menos debería haber comprometido la comunicación Brignols-Frejus, vital para los republicanos, forzándoles con ello a la retirada, facilitando así la invasión del sur de Francia par los aliados. El ataque desde la zona de Tolón debería haberse llevado a cabo, por lo menos, con unos 50.000 hombres y, sin embargo, entre todas las fuerzas aliadas sumaban solamente unos 17.000.

En un principio, hubo en Tolón tan sólo los efectivos desembarcados de los buques de guerra, después se reforzaron con fuerzas de los Ejércitos aliados, pero, ya en diciembre, es decir, al final del asedio, no había sino 14.000 combatientes aliados en tierra, deducidos los muertos, heridos, enfermos, prisioneros y desaparecidos.

En lo político, el mando británico no actuó con la diplomacia que debía, pues limitó el contingente de tropas realistas francesas, trató a la ciudad como país conquistado y prohibió la entrada en la plaza al conde de Artois.

Zona de operaciones de Tolón

Tolón era una plaza bien fortificada, especialmente mejoradas sus obras defensivas por Enrique IV y Luis XIV. Ya en 1707, gracias a esto, había fracasado un fuerte ataque de las fuerzas del duque de Saboya.

El terreno que rodea a la plaza es muy quebrado y favorece a aquel de los adversarios, atacante o defensor, que domine las alturas. El que ocupe éstas controla el puerto militar, pues los buques en él surtos quedan batidos desde aquéllas, siempre que se disponga de buena y abundante artillería.

Esta, ocupando posiciones adecuadas, puede también impedir la entrada y salida en el puerto, que está compuesto por una gran bahía dividida en tres radas principales (véase plano). Una de estas es la Petite Rade, a orillas de la cual está la amurallada población; otra es la Grande Rade, más exterior; situada al Sudeste de la primera. Se prolongan los fondeaderos de ésta hacia el Oeste con la bahía de la Seyne, a orillas de la cual está el pueblo de ese nombre.

La península del Caire, llamada también de Balaguier y Petit Gibraltar, se termina hacia el Este por las puntas Eguillete y Balaguier. El objetivo principal del ataque como manifestó Napoleón en el Consejo de Guerra de Ollioules (25-11-1793), había de ser la referida península de Caire, donde estaban los fuertes y baterías aliados de Mulgrave, San Carlos, San Luis, Balaguier y L’Eguillete (véase plano).

La conquista de estos dos últimos puntos, que batían el canal de salida, llevaba consigo el que las escuadras aliadas desalojasen el puerto, para no ser destruidas o quedar embotelladas por los buques de ellas que fuesen hundidos. La figura estratégico táctica venía a ser como un formidable ataque artillero dirigido al flanco del dispositivo aliado.

Más al sur de la península de Caire se encuentra otra que remata al cabo Cepét en su extremo de Levante. Esta península de Cepét, a su vez compuesta de dos más pequeñas, la del Lazareto y la del Semáforo, se une a otra mayor por un itsmo arenoso llamado la Sablette. Esta otra mayor está rematada al Oeste por el cabo Negre y al Sur por el cabo Scicié, testigo del éxito de nuestro Marqués de la Victoria sobre los ingleses en 1744.

Vista de la zona y costa de TOLON desde Lat 42º57'7 N y Long. 6º 02' E. Monte Faraón a 340°y 12.2 millas Situación La entrada de la Roda, entre C.Cepet y pta. Carqueiranne.
Vista de la zona y costa de TOLON desde Lat 42º57’7 N y Long. 6º 02′ E. Monte Faraón a 340°y 12.2 millas Situación La entrada de la Roda, entre C.Cepet y pta. Carqueiranne.

Al Nordeste de la plaza se alza la alta mole del Monte Farón, con posiciones muy dominantes y algunas fortificaciones permanentes representadas en el plano.

Al Noroeste, distante dos leguas, estaba el pueblo de Ollioules gobernando un desfiladero, protegido en parte por el río del mismo nombre, que después desemboca en el de la Reppe. Este pueblo de Ollioules constituía una posición militar muy dominante del camino de Marsella, importante base ésta, pues de su Arsenal militar habían de recibir los republicanos atacantes los elementos necesarios para el sitio, entre ellos un importante tren de artillería.

Fuerzas contendientes y consideraciones sobre ellas

El Ejército republicano que atacó Tolón Llegó a tener en total más de 74.000 hombres; su artillería era muy escasa antes de que llegase Napoleón, pues no tenían los convencionales más que seis piezas; pero, una vez llegado Bonaparte, también lo hizo de Marsella el tren de sitio, con 53 piezas que se repartieron, en principio, en ocho baterías para la toma de L’Eguillete, dos para el ataque al fuerte de Malbousquet y seis morteros para el bombardeo de la plaza, puerto y arsenal.

El Ejército republicano, al principio, estaba muy escaso de Oficiales, pues se sospechaba que muchos de éstos estaban en contacto con los realistas, y en muchos casos así era. Los Comisarios Políticos no dejaban ejercer el mando militar con la libertad necesaria. Había Oficiales procedentes de la clase de tropa, sin formación básica y sin prestigio; Napoleón, cuando tuvo influencia, al no contar con Oficiales, se basó mucho en los Sargentos, habilitándoles de hecho.

El Ejército aliado, después de ser reforzado, se componía, como antes queda dicho, de tan sólo 16.912 hombres. Contaba con un formidable apoyo naval, pero que no era adecuado (por no ocupar posiciones dominantes esta artillería) sino para batir zonas costeras de baja cota. Las primeras tropas que llegaron a los aliados fueron las españolas, las del Ejército de Rosellón, transportadas por una División naval de tres navíos y una fragata, mandada por don Joaquín Moreno: tres batallones de los regimientos de Mallorca e Hibernia.

El 26 de septiembre llegó una división naval inglesa transportando 750 soldados sardos, esto es, del Rey de Cerdeña, y al día siguiente desembarcaron fuerzas sicilianas transportadas en una escuadra napolitana. Según las cifras que da el Almirante Castex en sus Théories stratégiques, las fuerzas aliadas desembarcadas constaban de los siguientes efectivos: españoles, 6.840 hombres; ingleses, 2.140; napolitanos, 4.832; piamonteses, 1.584, y 1.542 realistas franceses; un total, pues, de 16.912 hombres. De ellos había que deducir al final 3.000 entre enfermos y heridos. Asegura Castex que:

las tropas napolitanas eran de valor mediocre y el contingente británico se componía tan sólo de unos centenares de soldados procedentes de Gibraltar, siendo el resto mercenarios de Hessex.

De las fuerzas que tomaron parte en las últimas acciones de contraofensiva podemos anotar corno Cuerpos del Ejército y de la Marina de España: los regimientos de Córdoba, de Mallorca, de Hibernia, de Málaga, el suizo de Betschart, los granaderos provinciales de Mallorca, el regimiento provincial de Chinchilla, milicias de Lorca, Dragones del Rey y Dragones de Pavía, tropas del Real Cuerpo de Artillería del Ejército, batallones y brigadas de artillería de Marina, llegadas estas dos últimas fuerzas las primeras, con la escuadra, como queda dicho.

La Escuadra española era la llamada del Océano; se componía en estos primeros tiempos de 17 navíos, una fragata y un bergantín (8). En el Reina Luisade 112 cañones, arbolaba su insignia el Teniente General don Juan de Lángara. Fue reforzada por la división de Gravina, de tres navíos. Cinco navíos de guerra franceses se sumaron en seguida a las fuerzas navales aliadas. Siete, ya antes, se habían pronunciado a favor de la Convención.

"Extraños aliados", pintura de Carlos Parrilla
«Extraños aliados», pintura de Carlos Parrilla. En la imagen se muestra al navío San Hermenegildo navegando en las aguas tolonesas junto con otros buques británicos. El tres puentes español era el insignia del Jefe de escuadra don Federico Gravina.

El Ejército republicano francés, ya mandado al final por Dugomier, llegó a tener unos 60.000 hombres en los efectivos que atacaban por el Oeste y de 12.000 a 14.000 los que lo hacían por el Este (9). Tenía un formidable tren de artillería de 53 piezas de grueso calibre, que, como queda expresado, fueron muy bien utilizadas por Bonaparte.

Los buques de guerra franceses que existían en Tolón, según relación del momento del incendio, eran 22 navíos, ocho fragatas, una corbeta, ocho urcas afragatadas, siete bergantines, dos tartanes y siete lanchas de fuerzas; total, 55 (10).

Entrada en Tolón de las escuadras aliadas

La plaza fue entregada a los aliados por pacto entre el Almirante Hood y el Vicealmirante francés Trogoff. Las fuerzas navales española e inglesa entraron en Tolón el día 29 de agosto. La española dejó las costas del Rosellón en la mañana del día 27, y el 28 estaba ya delante de Tolón.

No bien llegó Lángara con sus buques, recibió a bordo un emisario de la ciudad con cartas firmadas por tres miembros del Consejo General, en las que se pintaba la angustiosa situación de la plaza y se pedía urgente socorro. Dábanle cuenta también que algunos navios franceses se habían sumado al movimiento contrarrevolucionario aquella misma mañana, una vez que los vigías hicieron la señal de que una Escuadra española se dirigía al puerto.

Lángara reunió a sus Comandantes para preparar el plan para el desembarco de tropas y para nombrar los mandos de los destacamentos.

Dice en su parte: 

facilitó la operación la bonanza del viento y del mar. Nombré al Jefe de Escuadra don Federico Gravina para que con los navíos San Ildefonso, San Agustín, Bahama y San Leandro, arbolando su insignia en el primero, protegiese el desembarco.

Los dos últimos habían de acercar la tropa de todos los navíos a tierra: en total, 800 hombres de Infantería y 200 de brigadas de Artillería de Marina. Habían de fondear los buques muy cerca de la costa para cubrir la retirada, si ella se hacía necesaria.

Lángara dio facultades al General Gravina para obrar en esto como Jefe independiente de la Escuadra. Continúa en su parte:

Envié a bordo del Comandante (buque insignia) inglés a mi mayor General, el Brigadier don Ignacio María de Álava, a fin de que hiciese entender al Almirante Hood mis eficaces disposiciones.

Momento de la llegada de los aliados a Tolón bajo la aclamación popular de los toloneses realistas.
Momento de la llegada de los aliados a Tolón, bajo la aclamación popular de los toloneses realistas.

Entraron las escuadras aliadas en el puerto con un viento bonancible, apercibidos los buques para hacer fuego contra los fuertes si era necesario. Entraron dando bordadas: en cabeza, los buques insignia de los Comandantes Generales, y mezclados los navíos, pero en disposición de poder forzar el puerto, esto es, en zafarrancho de combate.

Para poder disparar sin poner en riesgo los buques los aliados idearon unos pontones o pequeñas plataformas de tiro frente a las baterías de los franceses. Lamentablemente sólo sirvieron como entrenamiento para los tiradores de Napoleón.
Para poder disparar sin poner en riesgo los buques los aliados idearon unos pontones o pequeñas plataformas de tiro frente a las baterías de los franceses. Lamentablemente sólo sirvieron como entrenamiento para los tiradores de Napoleón.

Desembarcó la tropa de Marina de las dos Escuadras, mandada la de la española por el Capitán de Navío don Antonio de Estrada. llevando de segundo al Capitán de Fragata don Joaquín de Barrada. Las ingleses se posesionaron de la puerta llamada de Francia, y los españoles de la llamada de Italia. A las nueve de la noche de dicho día 29 ya estaban las tropas ocupando la plaza y los fuertes exteriores.

Se proclamó como Rey a Luis XVII (11). Se acordó destacar una división naval compuesta por los navíos San Ildefonso y San Joaquín, mandada por el Brigadier don Domingo de la Nava, para cruzar sobre Marsella e interceptar toda clase de comunicaciones de esta plaza por mar. Se procedió a desarmar los 17 navíos franceses que estaban en la rada y a desembarcar la pólvora, y en tierra se desmontaron algunos cañones de los fuertes.

Esto último lo hicieron los artilleros de brigadas españolas: en total, 14 cañones de a 36 y cuatro de a 84; también destruyeron los hornillos para bala roja que tenían preparados, para batir buques, los antiguos defensores de la plaza.

Retrato del marino español Federico Gravina (1756-1814), que fue capitán general de la Real Armada Española y caballero de la Orden de Santiago.
Retrato del marino español Federico Gravina (1756-1814), que fue capitán general de la Real Armada Española y caballero de la Orden de Santiago. En Toulon Gravina era entonces Jefe de Escuadra, mando supremo de todas las fuerzas desembarcadas aliadas.

Al día siguiente, 30 de agosto, visitó a Lángara un Diputado de las Secciones de Tolón para manifestarle que éstas le presentaban sus respetos. Le llevaban un mensaje en el que se decía, entre otros conceptos:

La ciudad de Tolón, subyugada mucho tiempo ha por sociedades sanguinarias; la ciudad de Tolón, donde la parte sana de sus habitantes gemía bajo el cuchillo destructor de los malvados, ha vuelto, en fin, sobre sí, recobrando su energía. Ha implorado vuestro socorro y el de los ingleses, y se lo habéis concedido generosamente. Esta época será memorable en la Historia, en la cual se verá que los españoles, que en todos los tiempos han sido nuestros hermanos y amigos, han sido también en la circunstancia más crítica y memorable nuestros protectores y libertadores…

Imágenes de arriba: Diorama del puerto de Tolón donde se encontraba la escuadra francesa a la llegada de los aliados. La escuadra en la gran y en la pequeña rada constaba de 18 navíos, 6 fragatas y 3 barcos menores; 13 embarcaciones fueron destruidas por el fuego de los aliados. Los británicos, aprovechando el momento, se llevaron con ellos 3 navíos, entre los que se encontraba el magnífico buque insignia » Le Commerce de Marseille » de 118 cañones. También se apropiaron de 5 fragatas, 2 Corbetas, 3 Gabarras y 1 Bricbarca.

Listado en detalle de los buques franceses fondeados en el puerto

Los habitantes (Junta General de las Secciones de Tolón), por su parte, con fecha 3 de septiembre, le presentaron otro documento en el que se expresaban, con el estilo propio de la época, en los siguientes términos:

Dos naciones generosas ofrecen hoy a nuestra admiración un gran espectáculo destinado a remediar nuestros males… Dos héroes dignos de la antigua Grecia se han unido… Llega uno de los puertos de la Gran Bretaña mandando una majestuosa escuadra y, lejos de querer aprovecharse de nuestras desgracias y de enriquecerse con nuestras pérdidas, ofrece gallardamente su poder, su valor y su socorro a unos hombres justos y oprimidos… Animado el otro con el mismo espíritu, y disponiendo de fuerzas no menos poderosas, pero destinada a diferente objeto (a la guerra del Rosellón), se determina por sí a suspenderlo, conociendo que los sentimientos que animan a un inglés magnánimo no son menos propios de un español generoso… El valeroso don Juan de Lángara se prestó, desde luego, al convite que le hace el intrépido milord Hood para ejecutar el más grande de los proyectos… ¡Oh vosotros Generales, Oficiales, soldados. marineros, destinados a tener parte en esta gloria!, dignaos de aceptar las expresiones de un pueblo sensible y desgraciado, entre tanto que la Europa entera consagra nuestros afectos y celebra con más pompa nuestros sacrificios y virtudes.

Principales combates de la batalla de Toulon (1793)
Principales combates de la batalla de Toulon (1793). (1) Primera salida de los aliados, del 30 de agosto. Ocupan Ollioules.—(2) Combates del 6 y 7 de septiembre en los alrededores de Ollioules. Los aliados pierden esta posición.-(3) Combates del 7 de septiembre. Apoyo de la retirada de Ollioules.—(4) Duelos artilleros del 18 de septiembre entre baterías republicanas de La Seyne, y las baterías flotantes y los buques aliados—(5) Desembarco de Gravina, del 21 de septiembre, para guarnecer la península de Caire.—(6) Ataques republicanos, del 22 de septiembre, contra posiciones de dicha península.—(7) Duelos artilleros de los días 23 y 25 de septiembre entre baterías republicanas y los buques.—(8) Combates artilleros, del día 26 de septiembre, en sector Farón-Fuerte Pomet.—(9) Combates del 1 de octubre sobre alturas de Farón. Gravina es herido.—(10) Golpe de mano aliado, del 8 de octubre, para clavar cañones que tiraban sobre posiciones de Balaguier.—(11) Ataque republicano y contraataque aliado, del 14 de octubre, en el sector de Malbousquet.—(12) Salida (también día 14) del Gobernador británico del castillo de La Malga, conquistando las alturas de Cabo Brun.—(13) Combates del 15 de octubre en la zona La Valette-La Garde-Cabo Brun. Se recuperan, las alturas de éste.—(14) Ataques republicanos, del 15 de noviembre, en el sector de Malbousquet. Intervienen lanchas cañoneras españolas.—(15) Ataques republicanos (también día 15) sobre San Antonio el Chico.—(16) Ataques republicanos (también día 15) en la península de Caire.—(17) Salida del 28 de noviembre contra la batería Avenne. Combates en sector de Malbousquet. Es hecho prisionero el General O’Hara.—(18) Combate al oeste de Malbousquet. Fuerzas de Gravina y lanchas rechazan columna republicana.—(19) Combates del 16 y del 17 de diciembre. Ataques contra la península de Caire. Se pierden todas las posiciones.—(20) Se retiran los restos de las guarniciones de dicha península.—(21) Ataques del 17 de diciembre contra San Antonio el Grande.—(22) Ataques (también 17 de diciembre) en el sector de Farón. Los aliados han de retirarse.—(23) Evacuación (el día 18 de diciembre) de enfermos y heridos y de los toloneses monárquicos—(24) Retirada de las tropas de la poterna cercana a Puerta de Italia y embarque junto al fuerte de La Malgue, dirigido por don Ignacio María de Alava.

El Contralmirante republicano francés Saint Julien, perseguido por los toloneses realistas, que habían puesto precio a su cabeza, se entregó al Almirante Hood. Era el Jefe de los siete navíos franceses pronunciados a favor de la Convención. Fue conducido a Barcelona en calidad de prisionero de guerra, a bordo del navío español San Fermín, también portador éste de pliegos (llegó el 5 de septiembre).

Previamente puestos de acuerdo los Mayores Generales de las Escuadras española y británica, de la primera don Ignacio María de Alava y de la segunda el Contralmirante Hyder Parker, se llevó a cabo el ceremonial de entrevista de ambos jefes con saludo recíproco, encontrándose Hood y Lángara en medio de la rada y, después de pasar el segundo al buque insignia del primero, fueron ambos a inspeccionar las fortificaciones exteriores de la plaza.

Pasaron luego a casa del Gobernador, donde, en presencia de los miembros del Consejo General de Tolón se dio a conocer como Comandante General de las Tropas al Jefe de Escuadra español don Federico Gravina y por Gobernador de la plaza al Contralmirante inglés Samuel Granston Goodhall. También se constituyó un Consejo o junta de Defensa.

Ante una posible necesidad de disponer en tierra de más fuerza, se prepararon en los buques 1.000 marineros en los españoles y otros 1.000 en los ingleses, listos para desembarcar al primer aviso.

Operaciones

En la tarde del día 30 de agosto efectuó una salida de la plaza una fuerza, mandada por un Capitán de Navío británico, compuesta de 300 hombres de tropa de Marina española y 200 hombres de la inglesa, dirigiéndose hacia el pueblo de Ollioules, distante dos leguas de Tolón, posición que mandaba mucho sobre el camino de Marsella.

Estableció esta fuerza contacto con una republicana de 1.500 hombres, bien parapetados y apoyados por cuatro piezas de artillería. Los españoles e ingleses se batieron con extraordinario arrojo, forzando a retirarse a los convencionistas franceses. Se tomaron a éstos dos banderas, una culebrina, dos cañones y se les hicieron treinta prisioneros.

En esta acción se distinguió notablemente el Teniente de Navío don José Montero de Espinosa, Capitán de la Compañía de Granaderos que mandaba la tropa de Marina española (12).

En este combate fue herido de gravedad el Comandante en Jefe de la Artillería republicana, siendo designado para el Mando de esta arma el joven Napoleón Bonaparte (13), que pronto había de proclamar con orgullo que era la Artillería la que iba a trabajar en beneficio de la Infantería.

Va a escoger el emplazamiento de las baterías, durante el sitio, las va a agrupar bajó un mando único y a utilizar atendiendo a la economía de municiones. Va a emplear adecuadamente sus fuegos potentes y va a infundir ánimo en los soldados (14). El mando va a depositar en el su confianza, no sólo en lo que concierne a la táctica artillera, sino a la general del sitio.

Era muy difícil para los aliados mantenerse en Ollioules, tan lejos y disponiendo de tan poca fuerza: El día 6 de septiembre apareció el enemigo en la alturas Gran Cervaux y Pequeño Cervaux, avanzando sobre la de Santa Bárbara, que ocupó; con ello quedaba completamente dominado el Ollioules.

El Coronel don Diego Bret, Capitán de Hibernia, con tan sólo 150 hombres, dividiendo sus fuerzas en dos destacamentos, desalojó al enemigo de Santa Bárbara, causándole muchas bajas y rechazándole hasta el Gran Cervaux. Seguidamente fue reforzado con dos compañías de granaderos, una de Marina y otra del regimiento de Mallorca, y 170 hombres de la Guardia Nacional Realista francesa, logrando detener momentáneamente el avance del enemigo y mantenerse en la altura de Santa Bárbara.

Desde sus avanzadillas, los soldados republicanos dirigían groseros insultos a los españoles y, sobre todo, a los franceses realistas. Al día siguiente, a las ocho de la mañana, reforzados nuevamente los atacantes, se lanzaron contra los nuestros, que en poco tiempo les mataron quince hombres y les causaron numerosos heridos.

Pero Bret, gastadas las municiones y no teniendo repuesto, al haberse extraviado maliciosamente el carro que las llevaba, enviado desde Tolón, hubo al fin de retirarse.

A mediodía avanzó el Ejército de los convencionistas, mandado por el General Carteaux en persona, en tres columnas: la del medio, marchando por la carretera de Marsella a Ollioules, precedida de dos cañones de a doce y de una descubierta de cincuenta dragones, intentando forzar la salida del desfiladero.

Las otras dos columnas, a derecha e izquierda, flanqueaban por las alturas a la primera, avanzando con mucha dificultad por lo quebrado del terreno. El Sub-teniente del regimiento de Mallorca don Angel Blanco, que mandaba la retaguardia del Capitán Bret (solamente con 50 hombres), casi agotadas sus municiones, tuvo también, al fin, que retirarse de la altura que ocupaba, disparando los pocos tiros que reservó para la maniobra.

Con esto, todas las fuerzas aliadas de Ollioules estaban en retirada ante el empuje arrollador de una fuerza enemiga muy superior en número.

Gráfico de algunas acciones en el sector de Ollioules y en el de Malbousquet

Gráfico de algunas acciones en el sector de Ollioules y en el de Malbousquet
Combates de los días 6 y 7 de septiembre. (1) Los republicanos avanzan sobre Ollioules desde el Gran Cervau. —(2) Los aliados contraatacan ocupando alturas de Santa Bárbara (día 6).—(3) Los republicanos (día 7) avanzan en tres columnas, haciendo retirarse a los aliados.—(4) Combate (día 7) entre el Brigadier Izquierdo y el General republicano Carteau.—(5) Columna Conde del Puerto ataca a los republicanos. — (6) Columna republicana trata de envolverle por su derecha. —(7) Ante la maniobra enemiga han de retirarse los aliados sobre Malbousquet. Salida del 28 de noviembre del General O’Hara.
(a) Ataque del General Dundas con tres columnas: derecha, republicana; centro, española, e izquierda, anglo-sarda después del éxito inicial, ha de retirarse.—(b) Príncipe de Pignatelli (cerca de San Antonio el Chico) en misión de apoyo del ataque por la derecha.—(e) General Valdés (cerca del puente de Ollioules), en misión de apoyo por la izquierda. —(d) Columna francesa que ataca a Malbousquet y es rechazada por refuerzos y luego lanchas cañoneras. —(e) Emplazamiento de la artillería (británica).— (f) Gravina sale y apoya la retirada.

A las dos y media de la tarde salió de Tolón una columna mandada por el Brigadier don Domingo Izquierdo, segundo de Gravina en su Comandancia de las Armas, y a sus órdenes el Capitán de Navío Estrada; el Coronel Conde del Puerto, agregado al regimiento de Mallorca, y el Coronel francés Villeneuve; llevaban solamente 200 españoles, 100 ingleses, con cuatro cañones de batallón.

A su paso recogieron de los puestos cuantos refuerzos pudieron, avistando, al fin, al enemigo, que ocupaba una elevación situada como a una milla de Ollioules y a unas dos millas de los fuertes de Malbousquet y de San Antonio. Desde dicha elevación, los convencionalistas, con su artillería, batían de enfilada el camino real.

No se apreciaba ocupasen otras alturas a los flancos. Ordenó el ataque el Brigadier Izquierdo, para proteger la retirada de los que la efectuaban desde Ollioules, con dos columnas, una por el frente y otra por la izquierda, manteniendo junto a él al Capitán de Navío Estrada con una reserva de infantes y con cuatro cañones violentos; algunas guerrillas atraían la atención del enemigo para distraerle de los antedichos ataques contra él dirigidos.

La artillería española, cañones de a cuatro, aunque servida con bizarría por artilleros de Marina, fue incapaz de apagar los fuegos de la francesa, que era de a 12. La columna del ataque de frente, española, mandada por el Conde del Puerto (más tarde Duque de San Carlos) luego de causar muchas bajas a los republicanos, al observar una columna de ellos muy fuerte, que amenazaba envolverle, inició la retirada con mucho orden hacia la posición que ocupaban Izquierdo y Estrada con la artillería.

Acudió en persona el General don Federico Gravina a sostener toda esta maniobra retrógrada con 500 hombres. Con su apoyo, las fuerzas aliadas se retiraron, con orden y sin ser perseguidas por los republicanos, hacia la plaza, dejando reforzado el referido fuerte de Malbousquet con 100 hombres del regimiento de Hibernia.

Un desertor del campo enemigo, pasado al siguiente día, declaró que los convencionistas, que pasaban de 4.000, habían conseguido la ocupación de Ollioules a costa de más de 150 muertos y gran número de heridos (15).

El 18 de septiembre, los republicanos, con una batería emplazada cerca de la costa, rompieron fuego contra una fragata y una flotante inglesas. Al siguiente día lo continuaron con otras tres baterías cercanas al pueblo de La Seyne. Los buques y baterías flotantes respondieron desde la madrugada del 19 con su artillería de a 24 y, desde más lejos, los navíos San Juan Nepomuceno (74 c.) y Saint George (98 c.), español e inglés, respectivamente.

No obstante tras sufrir averías de consideración y algunas bajas, los republicanos repararon las primeras y continuaron sus fuegos el día 20, siendo de nuevo contestados reciamente por los de los buques (16).

En la noche (le ese día, el 21, bajo el mando de don Federico Gravina, se efectuó un desembarco en la península de Caire o de Balaguier con 530 hombres, de ellos 150 del regimiento de Mallorca, 150 ingleses, 50 granaderos y 93 fusileros de Marina, y 57 granaderos del regimiento de Hibernia, divididos en tres columnas. Ocuparon la altura de L’Eguillete, donde el enemigo intentaba emplazar cañones para tirar contra los fondeaderos.

Al siguiente día, 21, atacaron los franceses (unos 500), pero cogidos entre fuegos cruzados fueron muy castigados y rechazados. Mandaba el puesto el Coronel Echaburu con fuerzas de Marina, Hibernia, Mallorca y británicas, que maniobraron impecablemente a la orden de su jefe.

El día 23 fue de intenso duelo artillero. Contestaron al de los enemigos los navíos San Juan, San Ildefonso y Saint George, una flotante con cuatro cañones y la fragata francesa La Efigénie, armada en bombarda con dos morteros. Se destruyó la batería republicana de la Viña. El San Juan, que era el objetivo principal del enemigo, recibió algunos impactos desde las seis de la mañana hasta las cinco y media de la tarde, en que terminó la acción, efectuando, por su parte, 1.695 disparos.

Otro duelo artillero, entre artillería republicana y los buques, tuvo lugar el día 25, sufriendo esta vez el que más el navío San Ildefonso. El día 24 se había artillado la altura de Balaguier con una pieza de a 24 y cuatro de a seis, desde donde los cañones llegaban a unos molinos ocupados por las avanzadas republicanas.

El día 26 de este mismo mes de septiembre, avanzando por las alturas del NE, se acercaron los franceses a los fuertes de Faron y Pomet y atacaron a éste, siendo rechazados por cuatro veces, con grandes perdidas (17).

El día 27 rompe el fuego la artillería del Castillo de Pomet al divisar patrullas enemigas en sus alrededores. También en ese día, el Alferez de Fragata don Juan Vildosola, escoltando ocho carros de municiones, bate y dispersa a una fuerza enemiga superior a la suya que le había tendido una emboscada.

El día 1 de octubre, al amanecer, se apoderan los republicanos de la altura que domina a Fuerte Faron, donde había una avanzada y un reducto guarnecidos por un centenar de hombres.

A las diez de la mañana del mismo día, el General Gravina, en persona, sale al contraataque al frente de 1.200 hombres de todas las naciones aliadas; iban con él su segundo, el Brigadier Izquierdo, lord Mulgrave, Comandante de las fuerzas inglesas; el caballero Revell, de las sardas; el caballero Pignatelli, de las sicilianas, y el Conde del Puerto. Lleva en vanguardia a los españoles. También hicieron una salida los del fuerte Faron.

A las tres de la tarde, los españoles, avanzando ardorosamente por un terreno muy quebrado, recuperaban la altura dominante. Los republicanos se retiraron precipitadamente montaña abajo, dejando en la cumbre 250 muertos y muchos más en el barranco. Pereció Mr. Didot, que mandaba el ataque.

Don Federico Gravina, que actuó demostrando la inteligencia, valor y actividad que lo han distinguido siempre, resulta herido de consideración en una pierna (18). Este brillante combate fue contemplando con ansiedad desde los buques y por el Ejercito aliado, y también, del lado enemigo, por los soldados que tomaron parte en el. Gravina, cuando volvía a la plaza tendido sobre una parihuela, fue vitoreado con gran entusiasmo.

El Consejo General de Tolón le presentó el homenaje de su admiración y una corona de laurel, a la que unía un escrito de las Secciones altamente entusiástico, que empezaba:

Digno y valeroso Jefe de intrépidos soldados: Los habitantes de Tolón, tan sensibles y reconocidos a vuestros beneficios, como justos apreciadores de vuestras virtudes políticas y guerreras, vienen a ofreceros sus respetos, habiendo sido testigos de vuestro valor y de vuestra victoria (19).

Como recompensa a su mérito y servicios, especialmente por los de este día, Gravina fue promovido por S. M. a Teniente General de la Real Armada.

El día 8 de octubre, para clavar los cañones de una batería que los republicanos preparaban para tirar contra la de la izquierda de Balaguier, que defendía el fondeadero de las Escuadras y, desde este puesto, se efectuó una salida después de reforzarle con 230 hombres de marinería y tropa de la Escuadra española.

A las doce de la noche, mandadas por el Teniente Coronel Nugent, del regimiento de Hibernia, salieron 400 hombres, asaltando por sorpresa la batería y clavando tres cañones enemigos de a 24 y uno de a seis y dos morteros de 14 pulgadas; lo efectuaron los artilleros de brigadas y marineros mandados por el Teniente de Fragata don Tadeo Ferrer, rompiendo también las cureñas e inutilizando las municiones.

Se tomaron en esta salida a los convencionistas muchos fusiles; cajas de guerra y víveres; y se les mataron 14 hombres e hicieron 27 prisioneros. Todo a costa de cinco muertos y nueve heridos entre españoles e ingleses.

La niebla impidió una acción, prevista y coordinada con ésta, contra la batería republicana de este frente llamado de los Molinos, pues las tropas que estaban preparadas para efectuarla no vieron el cohete de señal de haber conseguido las otras el objetivo con destrucción de la artillería.

Mapa del Sitio de Tolón (Toulon) con los emplazamientos de artillería y las unidades navales.
En este mapa de la época se puede observar el Sitio de Tolón y los emplazamientos de artillería y unidades navales. Los pequeños rectángulos rayados pertenecen a las tropas republicanas, los otros a las fuerzas aliadas.

El 14 de octubre fue avisado Gravina de que el Ejercito republicano montaba una operación, en fuerza, contra el fuerte de Malbousquet; salió al encuentro de los atacantes con fuerzas españolas y napolitanas mandadas por el Brigadier Izquierdo, e inglesas y sardas, por lord Mulgrave.

Los españoles, que estaban a la izquierda, ocuparon la altura de Les Gaux, frente a Malbousquet, y un destacamento maniobró en apoyo de los ingleses, que habían establecido contacto con el enemigo por la derecha; así fue este cogido de flanco y batido por el Conde del Puerto, que fue prontamente reforzado por las tropas de Marina del Capitán de Navío Estrada y el batallón de Hibernia.

Después, a causa de lo quebrado del terreno, la gran superioridad del enemigo, estar apoyado este con artillería y acercarse la noche, se vieron forzados los aliados a emprender la retirada, que se hizo en el mejor orden. Tuvieron los aliados seis muertos, 22 heridos y cuatro extraviados; entre los heridos el Teniente de Navío don José Vasco.

En este mismo día 14 también hubo operaciones en el frente de Levante, pues el Gobernador del castillo de la Malgue, Capitán de Navío Helfiston, con tropas españolas, inglesas, napolitanas y francesas (Batallón Real Luís XVII), tomó posesión de la altura que domina al Cabo Brun, puesto de gran importancia por dominar una amplia zona de la Rada Grande. (Hoy, sobre dicha altura, existe un antiguo castillo.)

Los republicanos atacaron en fuerza, al día siguiente, y Mr. Helfiston tuvo que replegarse. Gravina, luego que recibió noticias de esta retirada, ordenó una salida o amplia incursión para la recuperación de esa altura de Cabo Brun, cortar al enemigo si se podía y, en todo caso, atacar el campamento republicano de La Garde.

La base de partida fue el fuerte de Artigues; la fuerza 3.003 hombres de infantería, 40 dragones y ocho piezas de artillería, se dividió en dos columnas, que marcharon juntas hasta La Valette; mandando previamente, a la altura de cabo Brun, un destacamento compuesto por una compañía de Marina y otra de Mallorca, a ocupar una elevación que aseguraba la comunicación con la plaza y vigilaba el valle Favier, por el que discurren las comunicaciones con el castillo de Turnes, Ardenes y Lugar de Ribest.

Izquierdo se dirigió por el Camino de Sollies, batiendo su vanguardia, de dragones, un destacamento enemigo. El grueso de éste, de unos 300 hombres, se hizo fuerte, pero fué puesto en fuga, quedando los aliados dueños de esta avenida, guardándola el caballero Pignatelli con el Capitán de Navío Estrada.

Izquierdo, con el resto de las fuerzas españolas y napolitanas, se dirigió a ocupar la altura de Thouar, que domina a La Garde, subiendo a ella la artillería a brazo. Cañoneó a La Garde y rechazó a los enemigos que desde dicho campamento se dirigían a envolver a las fuerzas de Pignatelli.

La artillería de La Garle contestó cumplidamente a la de los aliados, pero sin hacerle daño, pues estaba muy bien emplazada en la contrapendiente. Por contra, se causaron muchas bajas en el campamento republicano. Izquierdo observó que una columna de caballería e infantería y algunos cañones, fuerte de unos 700 hombres, pretendían envolverle a él, y se retiró sobre la altura de cabo Brun por su lado de Levante.

La escuadra aliada ocupa el cabo Brun, en octubre de 1793. Pintura del Museo Marítimo de Londres.
La escuadra aliada ocupa el cabo Brun, en octubre de 1793. Pintura del Museo Marítimo de Londres.

Gráfico de los combates del día 15 de octubre, en la zona de La Valette-la-Garde-Cabo Brun

Gráfico de los combates del día 15 de octubre, en la zona de La Valette-la-Garde-Cabo Brun
(1) Las columnas del Brigadier Izquierdo y lord Mulgrave salen de Artigues y se dirigen a La Valette.—(2) Se ocupan alturas para asegurar retirada a la plaza en caso necesario. —(3) Lord Mulgrave contramarcha a atacar de revés las posiciones republicanas en altura Cabo Brun.—(4) El caballero Pignatelli ocupa posiciones ante fuerzas republicanas en el camino de Sollies.—(5) El Brigadier Izquierdo ocupa posiciones para atacar el campamento de La Garde.—(6) Una columna republicana, dirigida para cortar al caballero Pignatelli, es reohazada por Izquierdo.—(7) Columna republicana, que trata de envolver a Izquierdo, es batida por fuerzas de (4) Pignatelli.—(8). El Brigadier Izquierdo, y después Pignatelli, terminada la incursión, se repliegan sobre alturas de Cabo Brun, ocupadas por lord Mulgrave.—(9) Al hacerse de noche se retiran las fuerzas a la plaza amenazada por Cartean, para que no quede desamparada.

Lord Mulgrave ocupaba la de Poniente, pues, con el caballero Rebell, con tropas inglesas y sardas, se había desviado desde La Valette y había atacado de revés la posición enemiga sobre cabo Brun, siendo abandonada precipitadamente por los republicanos.

La columna de éstos que intentaba envolver a Izquierdo fue batida por las fuerzas de Pignatelli. Los dragones y una compañía de granaderos quedaron en el llano para cubrir las avenidas de Sollies. Toda esta operación se hizo con apoyo de fuego naval de las lanchas de fuerza y de algunos buques.

Una vez conseguida la ocupación de la altura de cabo Brun, y ya de noche, se ordenó la retirada sobre la plaza que había de proteger de la constante amenaza del General Carteaux.

El 15 de noviembre, al acercarse una avanzada enemiga a la del fuerte de Malbousquet, se entabló un combate en el que intervino un destacamento de 37 cazadores de Marina, mandados por el Alférez de Navío don Benito Prieto, procedentes del campamento español más próximo.

El enemigo la atacó en dos direcciones, con fuerzas muy superiores y con apoyo de dos cañones de a cuatro. Los cazadores fueron pronto apoyados por granaderos de Mallorca y de Marina, y ello hizo posible su retirada a pesar de haberse comprometido, avanzando demasiado, hacia el enemigo. La retirada fué apoyada también por los fuegos de Malbousquet y de cuatro lanchas mandadas por el Capitán de Fragata don Ignacio Marrón.

Siguieron ese día, a las dos de la tarde, los ataques enemigos contra la avanzada del fuerte de San Antonio Chico, situado a la derecha de Malbousquet, mandado por el Capitán de Fragata don Francisco Xavier de Uriarte. Fueron primero batidos los republicanos por fuego de cañón, a metralla, y después desalojados, por un destacamento inglés, procedente del cercano puente que estaba guarnecido.

Se veía así que los efectivos de los convencionalistas habían sido muy aumentados, y ya los ataques iniciados por pocos eran seguidos por el empuje de muchos. No obstante, en este caso fueron rechazados y quedó una avanzada de 100 hombres ocupando unos molinos próximos, por si el enemigo se acercaba de nuevo (20).

Los dos ataques anteriores en el sector Malbousquet-San Antonio no fueron sino acciones de diversión para enmascarar su esfuerzo principal de este día sobre el sector de Balaguier, para establecer allí baterías y batir a los buques surtos en el puerto.

Empezó el ataque mostrando al enemigo una pequeña avanzada de 50 hombres, cebo para que las fuerzas aliadas saliesen de sus atrincheramientos y parapetos. Avanzaron los republicanos hacia el fuerte de San Luis, de aquel sector, mandado por el Capitán de Fragata don Felipe Jado de Cagigal.

Avanzaron en el número de cuatro a cinco mil hombres, divididos en tres columnas, atacando por la derecha, el centro y la izquierda las posiciones ocupadas por los aliados. Tan reciamente les recibieron éstos, que, al fin, después de una hora de esfuerzo, se retiraron en desorden hacia La Seyne.

De allí, una vez reorganizados, partieron para un segundo ataque, llegando audazmente esta vez hasta los caballos de frisa, pero fueron nuevamente rechazados con muchas bajas, persiguiéndoles Jado de Cagigal a pesar de estar herido. También lo resultó mortalmente el Teniente de Fragata don Juan Llorente.

Para rechazar un tercer ataque bastó el fuego de la. artillería aliada. Este sector de Balaguier fue reforzado por fuerzas de la plaza y por otras desembarcadas de la Escuadra, que volvieron a sus buques una vez que se vio que no se repetían los ataques (21).

Bonaparte en el asedio de Toulon, 1793 , lienzo de Édouard Detaille, Museo del Ejército.
Bonaparte en el asedio de Toulon, 1793, lienzo de Édouard Detaille, Museo del Ejército.

El día 28 de noviembre se sucedieron los combates, esta vez en el sector de Malbousquet, pues la batería enemiga de Arenne, a 650 toesas del fuerte, rompió el fuego contra él con seis cañones de a 24. Además existía la amenaza, según el decir de los desertores, de que los republicanos iban a emplazar en dicha altura morteros de gran calibre para bombardear la ciudad.

Por todo ello, el General O’Hara, Gobernador de la plaza, proyectó una salida contra la Arenne, llevándose a cabo la operación, previamente oída la opinión de Gravina, el día 30 por la mañana, dirigiéndola el General Dundas. Salieron los aliados, 700 españoles, otros tantos napolitanos y el mismo número de ingleses y sardos, organizados en tres columnas, manteniéndose la de la derecha a la espera, en las inmediaciones del puente de San Antonio el Chico, mandada por el Príncipe de Pignatelli; la de la izquierda, mandada por el Mariscal de Campo don Rafael María de Valdés, en el puente de Ollioules.

El ataque central, mandado por el General Dundas, se condujo un poco a la derecha del anterior, quedando el fuerte de Malbousquet algo a la izquierda para que hubiese apoyo mutuo.

La artillería (toda inglesa: cuatro cañones de a 12, dos obuses y dos cañones de a seis) fue emplazada detrás del canal, entre el puente de Ollioules y un vado existente más arriba. La columna de ataque se componía, a su vez, de tres subdivisiones: una, anglo-sarda, tomó la izquierda; la napolitana, la derecha, y la española, mandada por el Conde del Puerto, el centro.

Eran poco más de las siete de la mañana cuando los aliados, en vanguardia los españoles, ya se habían apoderado de la altura y batería de Arenne, haciendo retirarse al enemigo hasta el Escaillón. Pero las tropas se habían adelantado en desorden hasta los campamentos del enemigo abandonados en la retirada, y ello permitió que sus fuerzas pudiesen maniobrar a envolver a los que ocupaban la batería, viéndose éstos precisados a retirarse, clavando antes los cañones. Protegieron la retirada los españoles de la columna del General Valdés.

El General O’Hara, que se había adelantado hasta la batería enemiga, fué herido y hecho prisionero, y con él el Capitán D. Rafael Echaburu, que le acompañaba como Ayudante de Campo del General Gravina que era, para enlace con las tropas españolas. Otro de los ayudantes de O’Hara, el Alférez de Navío Vázquez de Figueroa, se libró de caer prisionero porque estaba llevando una orden cuando cogieron al General (22).

Hubo que cubrir la artillería con fuerzas del regimiento de Córdoba para que no se apoderase de ella el enemigo (23).

Una columna enemiga que se dirigía por la playa, rodeando el fuerte de Malbousquet, para atacar el campamento inmediato, fué rechazada por las fuerzas que envió el General Gravina, apoyadas por las lanchas cañoneras y bombarderas españolas. Otras tropas, enviadas por Gravina, cubrieron la retirada de las diferentes columnas.

Al mismo tiempo que tenían estos combates, el ya Mariscal de Campo Izquierdo, en el sector de Balaguier, llevaba a cabo algunas acciones de diversión y la plaza se mantenía sobre las armas.

El día 16 de diciembre, desde las diez de la mañana, por Balaguier, rompieron el fuego de artillería los republicanos con extraordinaria viveza. Ya habían cañoneado las posiciones de este sector durante los tres días precedentes. Suponiendo Gravina que se acercaba un ataque de gran estilo, se reforzaron los puestos de dicho sector, primero con tan sólo 50 cazadores del regimiento de Málaga, por no haber más efectivos en la plaza, y necesitarse una reserva para hacer frente a un ataque general. De los buques mandó 150 hombres el General Lángara y 100 napolitanos el caballero Fortiguerri.

El día 17, a la una y media de la mañana, las avanzadas aliadas de las posiciones Balaguier establecieron contacto con el enemigo. A las dos ya era muy vivo el fuego de la fusilería. A las cuatro de la mañana recibió noticia el General Gravina de que los enemigos habían ocupado las baterías de Mulgrave y el fuerte de San Luís y de que los defensores se habían replegado sobre una altura inmediata a retaguardia, donde se encontraba el fuerte de San Carlos, resistiendo en ella.

Gravina preguntó al jefe del sector, Mariscal de Campo Izquierdo, si podría recuperar los fuertes perdidos o al menos mantenerse en San Carlos, pero no siendo posible ni lo uno ni lo otro, por la enorme intensidad del ataque enemigo, el General Lángara dispuso se retirase a la playa de Balaguier, donde estarían las lanchas de la escuadra con el Mayor General don Ignacio María de Álava para proceder a la evacuación del sector.

Esta misma noche fué atacado el fuerte de San Antonio el Grande, mandado por el Teniente de Navío don Mariano Mendicueta. Rechazó a los enemigos, pero la guarnición inglesa del puesto de la Masca se vió obligada a retirarse sobre el referido fuerte de San Antonio. También el enemigo había incrementado sus fuegos contra Malbousquet y lo mismo sobre las posiciones de cabo Brun.

En el sector de Faron también atacó en fuerza, aprovechando una densa niebla, apoderándose de las alturas; no cabía duda que se desarrollaba el ataque general. Gravina se movía llevado de un lado a otro en una silla de manos; tenía aún abierta la herida. Dispuso un contraataque para expulsar al enemigo del paso de la Masca, del de Monge y de las alturas de San Antonio.

Su plan era atacar en tres columnas, de modo semejante a como se había hecho el primero de octubre, saliendo de los campamentos de San Antonio y Artigues, reforzando mucho la columna procedente de este último. Se desistió al ver que las fuerzas de que se disponía eran insuficientes para la empresa, que los enemigo del paso de la Masca, del de Monge y de las alturas de San Antonio. Su Caire o de Balaguier. A todo esto se había reunido una junta de Generales (24) y de Jefes de Artillería y de Ingenieros.

Gravina se hizo llevar y ofreció ponerse a la cabeza del contraataque, herido como estaba, atado sobre su caballo. El Consejo estudió si era posible defender la plaza y mantener los buques en los fondeaderos al estar éstos ya bajo el fuego enemigo, que batía toda la pequeña rada y parte de la grande. Por ello se verían precisados a fondear en la boca con muy mal tenedero y con tiempo muy riguroso.

Navío de tres puentes Commerce de Marseille de 120 cañones.
Navío de tres puentes Commerce de Marseille de 120 cañones. Imagen publicada en 1801. Por John Sewell. National Maritime Museum, Greenwich, Londres. A diferencia de otros navíos apresados por los británicos, este no resultó de tan buena construcción como esperaban, apenas sirviendo en el mar y dado de baja en 1802.

El Consejo, después de estudiar la situación, una vez perdido Faron y Balaguier, y de considerar las posibilidades que daría el conservar Cepét, muy fortificado, acordó la evacuación de la plaza, y además hacerlo pronto, antes de que empeorase el tiempo. El reembarco había de hacerse a las once de la noche del día 18, en la playa inmediata al fuerte de la Malgue.

Las fuerzas españolas, al mando del Teniente Coronel Hogan, del regimiento de Hibernia, había de cubrir la retaguardia durante la retirada.

Ya en la mañana del día 18 embarcaron los enfermos en los buques (más de 2.000). Los toloneses, que temían represalias de los convencionalistas, embarcaron atropelladamente, arrojándose desde los muelles a las lanchas que envió Lángara al interior del puerto. En la tarde de este día, las baterías de Balaguier y del fuerte de Santa Margarita bombardearon a los buques, forzando a que se franqueasen hasta la boca del puerto.

También por la tarde se evacuaron las guarniciones de La Sablette y cabo Brun, éstas por la Malgue. Gravina, a pesar de su herida, quiso permanecer en la plaza hasta el último momento, pero, al adelantarse la hora de la evacuación, se retiró a bordo, a las once de la noche, embarcando en el muelle.

La retirada de las tropas fué dirigida, en la noche del 18 al 19, por don Domingo Izquierdo. Ya desde las siete de la tarde se prepararon, formando en columnas, en la muralla. Se había proyectado salir por la puerta de Italia para dirigirse a la Malgue, pero, al avanzar los enemigos desde Faron, acercarse y quedar abatida la referida puerta, se salió por una poterna situada más cerca de la orilla, a buscar un camino para la Malgue, más bajo y que no quedaba batido.

Vista de la evacuación de Tolón el 18 de diciembre de 1793
Vista de la evacuación de Tolón, el 18 de diciembre. Ese día, y ante el empuje de las fuerzas republicanas francesas, se produjeron momentos de pánico en la población civil que querían abandonar la ciudad a bordo de los buques aliados. Como se puede apreciar en la imagen numerosas embarcaciones de los navíos aliados evacuan a parte de la población. No todos los que querían huir lo consiguieron. La evacuación, a pesar de las prisas y fuego enemigo, se llevó a cabo en un buen orden de los aliados y con el embarque de centenares de refugiados realistas franceses, que desesperados y presa del pánico, huían de las seguras represalias que hubieran sufrido de quedarse en la ciudad.

De este plan fueron debidamente informados los Almirantes Lángara y Hood. Se hizo como estaba previsto, formando la extrema retaguardia la segunda compañía de granaderos de Mallorca, y la de cazadores de Marina del Teniente de Navío don José Ortega, si bien quedaron aún más atrás el Teniente de Navío don José Montemayor y el Teniente de Fragata don Ramón de Ansoátegui, con un destacamento de Artillería de Marina que clavó los últimos cañones.

Durante el embarco de las fuerzas de otras naciones estuvo la retaguardia formada en batalla en una altura, a la izquierda de la ciudadela de la Malgue, en previsión de que los enemigos intentasen un ataque. Se distinguió dirigiendo el embarco de las fuerzas el Mayor General de la Escuadra española don Ignacio María de Álava. Las últimas que embarcaron fueron las de los regimientos de Córdoba y Mallorca y, simultáneamente, la guarnición inglesa de La Malgue, con su Gobernador, que fue el último en salir de la fortaleza.

El último hombre que embarcó fue el Coronel don José Ago, Mayor General español, que no quiso hacerlo hasta no haber puesto a salvo a todos los soldados de todas las naciones aliadas.

Evacuación de Tolón, 1793.
La espectacular y caótica evacuación de Tolón en la noche del 18 de diciembre. A la izquierda de la imagen la fragata francesa Isis, cargada con 200 toneladas de pólvora, explosionando. En el centro los navíos de 74 cañones franceses Héros y Thémistocle ardiendo a consecuencia del fuego provocado por las pequeñas embarcaciones de los aliados, sobre todo británicos, que querían deshacerse de los buques franceses que no pudieron llevarse consigo. El capitán Sir Sydney Smith, encargado de volar dichos buques cometió el terrible error de quemar las naves antes de completarse la evacuación de tropas y civiles de Tolón, causando aún más si cabe el terror entre la población civil. National Maritime Museum, Greenwich, Londres.

El arsenal militar y los buques de guerra franceses que no podían salir se había dispuesto que fuesen incendiados, para lo cual el Almirante Hood designó al Capitán de Navío Sidney Smith con algunos Oficiales. El General Lángara dedicó a esta misión de destrucción de elementos útiles para el enemigo a los Tenientes de Navío don Pedro Cotiella y don Francisco Riquelme, con una lancha obusera al mando del Teniente de Fragata don Francisco Truxillo (25).

El incendio se inició en el Arsenal a las nueve de la noche, antes de la hora convenida, debido a una señal equivocada. A las diez de la noche ya había terminado la salida de las tropas y el Arsenal estaba totalmente en llamas. Se distinguió notablemente el Teniente de Navío Riquelme, al incendiar, con camisa de fuego, dos fragatas cargadas con 4.000 quintales de pólvora, todo bajo los disparos del pueblo sublevado. Mientras todo esto ocurría, el enemigo seguía bombardeando la ciudad, especialmente las fortificaciones de las puertas de Francia y de Italia.

Destrucción de la flota francesa en Toulon el 18 de diciembre de 1793.
Destrucción de la flota francesa en Toulon el 18 de diciembre de 1793. Museo Naval Real de Portsmouth

En la noche del 18 al 19, Lángara, que arbolaba su insignia en el navío Concepción, estando cerca del monte Cepét, el del semáforo, ya en poder de los enemigos, quiso apartarse, pero se lo impidió el viento que soplaba del Sur. Al ser de día, teniendo noticia de que las tropas habían ya embarcado en los buques, la Escuadra española salió, dando bordadas, cuando ya el tiempo amenazaba que iba a dejar de ser posible hacerlo.

Después refrescó el viento por el Sudeste, y la Escuadra española se dirigió al fondeadero de las vecinas islas de Hyéres, para prepararse allí y dirigirse después a Mahón, con objeto de dejar enfermos, tropa y emigrados, éstos muy numerosos, al serlo los toloneses que temían la reacción de los convencionalistas (26).

Frente a Tolón quedaron el navío San Joaquín y las fragatas Santa Cecilia y Florentina, para advertir a quien por mar llegase que la plaza estaba ocupada por el enemigo.

El Almirante Hood dedicó su Escuadra al bloqueo tanto de Tolón como de Marsella, después de destacar algunos buques para transportar tropas.

Lángara termina el parte que da a Godoy, de este remate de la campaña de Tolón, con estas palabras:

Espero que en tan desgraciado suceso que me veo, aunque con dolor, precisado a comunicar a V. E., logren la aprobación de S. M. las operaciones de la escuadra de mi mando en lo cual creo que me ha hecho mucho honor a la Marina del Rey entre las naciones coaligadas. habiéndose logrado embarcar todas las tropas y enfermos (27), libertar los navíos situados en lo más interior de la pequeña rada y pegar fuego al arsenal, navíos y demás embarcaciones, en sólo veinticuatro horas y en medio de los ejércitos enemigos.

Con respecto al comportamiento de los españoles, tomemos la autorizada palabra del Almirante Jurien de la Graviére, eminente historiador naval francés:

que la conducta del mando español no sólo fue dictada por la más alta política, sino por un sentimiento natural de hidalguía que, con los actos subsecuentes, fue lo que salvó a los desgraciados habitantes de Tolón de los horribles efectos de la evacuación emprendida bajo el cañón de los republicanos.

Así, la campaña de Tolón dio mucho honor a las armas españolas; nuestra Marina, una vez más en la Historia, se batió junto al Ejército, teniendo en este caso el honor de llegar antes a la zona de combate por circunstancias estratégicas y logísticas. El General de la Real Armada don Federico Gravina tuvo el mando de las fuerzas aliadas desembarcadas, tanto de Marina como de Ejército, siendo admirado por propios y extraños por su competencia y valor.

Si conocida es su actuación en Trafalgar, y en la campaña que precede a la batalla, justo es también conocer su meritísima acción en Tolón.

Notas

  1.  Este artículo se publicó originalmente en la Revista de Historia Naval, Agosto-Septiembre. Artículo reproducido con su permiso. Las fotografías de los planos de Tolón y del sitio de la ciudad han sido enviados por Alberto González García. (Nota de Todo a a babor)
  2. Durante el sitio de Tolón el mando de las fuerzas, en su conjunto, lo tuvo, siempre Gravina, pero el de la plaza, con el titulo de Gobernador, fue desempeñado sucesivamente por Generales británicos. De ellos, lord Mulgrave se hermanó fácilmente con Gravina; el segundo, el General O’Hara, de carácter difícil, sostuvo grandes altercados con él a cuenta de su jurisdicción; al ser hecho prisionero le siguió el General Dundas, que estuvo, como el primero, compenetrado con Gravina.
  3. Es curioso considerar otra acción semejante en tiempos más modernos; dícese, tantas veces con razón, que la historia se repite y a veces en los mismos lugares. Durante la segunda guerra mundial los alemanes tratan de apoderarse de los buques de guerra franceses de Tolón que, para evitarlo, son echados a pique por sus dotaciones (unas 250.000 toneladas con varios centenares de piezas de artillería), en la noche del 26 al 27 de noviembre de 1942.
  4. Sobre todo esto dice el Almirante Castex, en sus Théories stratégiques: Para Inglaterra no se trataba en Tolón ni de ataque decisivo, ni aun de diversión. Todo lo que veía era el medio de lanzar un golpe importante sobre la Marina francesa destruyendo su Arsenal y el mayor número posible de sus buques, Hood no llega a conseguir su objeto; consigue capturar cuatro navíos y quince buques ligeros, y quemar nueve navíos y cinco fragatas. El resto escapa a sus deseos, en parte gracias a la oposición española, el Arsenal no es quemado por completo.
  5. Dicen las noticias de París, publicadas en el periódico español Mercurio Histórico-Político, de noviembre de 1793: La conducta que la Convención ha observado contra Lyón ha sido tan bárbara coma impolítica, pues este ejemplar servirá de documento a Tolón y a otras ciudades que se levanten contra la Convención, de la suerte que les espera si cediera las reducciones de los jacobinos ocultos. De Tolón no se ha recibido sino unas noticias poco agradables de haber derrotado los anglo-hispanos a los convencionalistas, tomándoles puertos de la mayor importancia: esto se ha atribuído a una traición, parque la Convención está persuadida de que sus tropas deben ser invencibles…
  6. L’armé française, commandée par Cartearme est, en réalité, sous la direction d’un de ces représentant en mission que la Convention envoié auxquatre horizons pour tentar de maintenir la patrie qui part en lambcaux. Il, s’agit, en l’ocurrence d’un Corse intelligent et avisé, Christophe Salicctte…
  7. La Historia muestra la veracidad de esta afirmación con el gran número de ataques que Tolón ha sido objeto a lo largo de los tiempos.
  8. Navíos: Reina Luisa (112 cañones), insignia; Conde de Regla (114). San Hermenegildo (112). San José (112), San Carlos (114), Terrible (74), San Pablo (74), Santa Isabel (74), San Pascual (74), San Fermín (74), San Agustín (74), Vencedor (74), Oriente (74), Monarca (70), Serio (74). Triunfante (70) y otros más.
  9. Los desertores, pasados al final del sitio al campo realista, aseguraron que tenía 62.000 hombres.
  10. Navíos: El Delfín Real (118 cañones), El Tonante (80), La Corona (80), Triunfante (74), Languedoc (80), Héroe (74), Dichoso (74), Destino (74), Suficiente (74), Comercio de Burdeos (74), Tres Colores (74), Centauro (74), Generoso (74), Duguai-Trouin (74), Temistocles (74), Dictador (74), Censor (74), Guerrero (74), Soberano (74), Mercurio (74), Conquistador (74), y uno en construcción en grada, de 74. Fragatas: una de 40 cañones, Iris (34), Efinenia (34), Seria (34), Alceste (34), Sultana (34), Monreal (34). Corbeta La Sardina. Urcas afragatadas: Carolina, Angustia, Sincera, Lluvia, Lamprea, Mosela, Procedida y otras más. Bergantines: Alerta, Sansculotte, Boston Chico, Sociedad de Ayeu, Vigilante, Libertad y otros más.
  11. Con tan fausto motivo, una vez que se supo la noticia en el Real Sitio de San Ildefonso, donde a la sazón se encontraba la Corte ordenó Su Majestad se cantase un solemne Te Deum en su Real Capilla. Igualmente se hizo en todas las iglesias de Madrid. (Mercurio Histórico y Político).
  12. El 30 por la mañana dispuse —dice Lángara— que concurriendo los Generales. Capellánes y Oficialidad de la Escuadra se cantase en este navío comandante (Reina Luisa) un solemne Te Deum.
  13. Tuvieron los españoles tres muertos y dos heridos, y los ingleses, un Capitán y varios muertos y un subalterno gravemente herido. En acción de gracias por el resultado de este combate ordenó Su Majestad de España se cantase un Te Deum en su Real Capilla y en otras iglesias de la Corte. El día 11 de septiembre había llegado al Real Sitio de San Ildefonso el Teniente de Navío don Martín Fernández de Navarrete, Ayudante de don Juan de Lángara, con noticias de la ocupación de Tolón.
  14. El representante de la Convención en el ejército de Carteaux, Salicetti, corso, como Bonaparte, se fijó en su joven compatriota lleno de ideas, plein d’idées, y por su mediación se le confió el mando de la artillería, cuyo comandante había sido herido gravemente. Por el momento sólo dispone de dos piezas de a 24, dos de a 16 y dos morteros.
  15. Cuentan que en cierta ocasión, á pique de coger él la sarna, toma un atacador de manos de un artillero presa de tal mal en gran intensidad, y anima a los hombres con su propia acción: Era en la batería de los hombres sin miedo, les hommes sans peur. Conforme va fracasando en sus tentativas el General Carteaux al ir Bonaparte afirmándose en el mando, diciendo a representantes de la Convención en el Ejército: Dedicaos a vuestros asuntos y dejadme a mí hacer mi oficio de artillero.
  16. Los españoles tuvieron 18 muertos, 16 heridos, cinco contusos y nueve desaparecidos, entre ellos el Teniente de Navío don Manuel Guerrero, al que se le vio gravemente herido cerca de las lineas enemigas.
  17. Las noticias de Tolón vía Génova (Mercurio. Histórico y Político, octubre 1793) fueron: El General Carteaux ha hecho su primera inútil tentativa contra las escuadras inglesas (sic); no habiendo podido acercarse a la ciudad se dirigió con su ejército a lo largo de la playa, y habiendo levantado algunos baterías, empezó a hacer fuego contra la escuadra inglesa (sic). Pero como la artillería que llevaba era de poco calibre hizo poco daño a las naves; al contrario, la artillería gruesa de los navíos correspondió con tanta vigor al fuego de los enemigos que en breve desmontó las baterías francesas.
  18. El Oficial inglés que mandaba el puesto no quiso ser retirado del combate después de ser herido y murió, siendo su entierro una gran manifestación de condolencia.
  19. Se distinguieron también en esta acción un Sargento de Batallones de Marina, Manuel Moreno, y cuatro soldados, también de Marina. Fueron ascendidos el Sargento a Subteniente y los soldados a Sargentos.
  20. Seguía: Han visto rendidos por vuestras armas protectoras los viles y odiosos satélites de los tiranos franceses, atrevidos destructores del orden y de la felicidad pública… Y con el estilo marcado de la época: Emulo de los héroes de la antigua Grecia: permitid, en fin, de unos hombres cuyo valor habéis adquirido tan justamente, os rueguen que moderéis vuestro ardor guerrero y que conservéis para nosotros y para nuestros intrépidos soldados los preciosos días de su denodado Jefe. Aquiles, el invencible, no era invulnerable; no nos expongáis, pues, a que los sentimientos de alegría debidos a vuestro valor y a vuestras gloriosas victorias sean acibarados con lágrimas de dolor.—Los comisarios de las secciones y del Consejo General. Tolón, a 2 de octubre de 1793, año primero del reinado de Luis XVII, Gautier y otros dieciséis sujetos.
  21. A la mañana siguiente, la descubierta vio grandes regueros de sangre al otro lado del puente, y a lo lejos un carro enemigo transportando cadáveres.
  22. En estos ataques siguió dando su contribución de sangre; resultaron muertos doce hombres, incluido el Teniente de Fragata Llorente; 39 heridos, entre ellos un Teniente segundo y un Alférez de Fragata y dos Capitanes contusos. A la mañana siguiente las descubiertas encontraron 20 cadáveres enemigos y más de 60 fusiles abandonados.
  23. Don José Vázquez de Figueroa fue herido de un bayonetazo cuando se dirigía a llevar la orden. Más adelante fue Ministro de Marina, durante la Guerra de la Independencia.
  24. En toda esta acción los españoles tuvieron 25 individuos de tropa y varios Oficiales muertos, 77 y varios Oficiales heridos y siete extraviados. Los ingleses, 18 soldados y un Oficial muertos y varios Oficiales y Sargentos, 80 de tropa heridos y extraviados. Los napolitanos, nueve soldados muertos y un Oficial, 41 soldados heridos y 13 extraviados. Los sardos, siete soldados y un Oficial muertos, 44 soldados y cuatro Oficiales heridos y nueve extraviados. Total, 430 bajas; además, el General O’Hara, británico, y el Capitán de Guardias don Rafael Echaburu, español, heridos y prisioneros.
  25. Formaba parte de ella el Almirante Hood, el General Lángara, el General Gravina, el General Dundas, Gobernador de la plaza; el Jefe de la Escuadra napolitana, caballero Fortiguerri; el caballero Hyde Parker; el Jefe de las fuerzas españolas, Mariscal de Campo don Rafael Valdés; el de las napolitanas, Príncipe de Pignatelli; el Comandante de las sardas, Conde de Rebel; el Ministro de Su Majestad británica Elliot y los jefes de Artillería y de Ingenieros de las naciones coaligadas: Teniente Coronel don José Pozo, don Vicente María Maturana, el ingeniero jefe Mr. D’Aubant y Mr. Collier, Comandante de la Royal Artillery.
  26. No se incendiaron los buques que estaban dedicados a acuartelamiento de tropas y sí un navío, prisión de delincuentes, el Temístocles con 280 presos que capitularon al abandonarlo con la condición de que se les pusiese en tierra, cosa que se hizo.
  27. A finales de diciembre había la Escuadra de dirigirse a Cartagena. Gravilla pasó a Murcia a convalecer de su grave herida, pero antes de estar restablecido salió de nuevo en el San Hermenegildo (mayo 1794) con una Escuadra de socorro para las plazas de Collioure y Pontvendres, sitiadas por los franceses.
  28. El embarco en términos increíbles —dice— de más de 12.000 hombres de tropa y un gran número de realistas, dado a la vista de los ejércitos enemigos, que no bajaban de 45.000 hombres y, según las declaraciones de los desertores, ascienden a 62.000, estando la plaza por ellos, pues lo eran ya declaradas los franceses que se quedaron allá.

Anexos

Composición de las escuadras anglo españolas al mando del Almirante Hood y el Teniente General Lángara en la toma, ocupación y posterior evacuación de la plaza de Tolón, 1793

Navíos ingleses que componían la flota del Mediterráneo al mando de Lord Hood empleada durante los meses de agosto a diciembre de 1793 en Tolón

Navíos de línea
100VictoryVicealmirante (roja) Lord Hood.
Contralmirante (blanca) Sir Hyde Parker.
Capitán John Knight.
BritanniaVicealmirante (blanca) William Hotham.
Capitán John Holloway.
98Windsor-CastleVicealmirante (azul) Philip Cosby,
Capitán Sir Thomas Byard.
Princess-RoyalContralmirante (roja) Charles Goodall.
Capitán John Child Purvis,
St. GeorgeContralmirante (azul) John Gell.
Capitán Thomas Foley.
74AlcideCapitán Robert Linzee.
TerribleCapitán Skeffington Lutwidge.
EgmontCapitán Archibald Dickson.
RobustCapitán Geo. Keith Elphinstone
CourageuxCapitán William Waldegrave.
BedfordCapitán Robert Mann.
BerwickCapitán Sir John Collins
CaptainCapitán Samuel Reeve.
FortitudeCapitán William Young.
LeviathanCapitán Hugh Seymour Conway.
ColossusCapitán Charles Morice Pole.
IllustriousCapitán Thomas Lennox Frederick.
64AgamemnonCapitán Horatio Nelson.
ArdentCapitán Robert Manners Sutton.
DiademCapitán Andrew Sutherland.
IntrepidCapitán Charles Carpenter.
Fragatas
– Aigle-36-Capitán John Nicholson Inglefield
– Inconstant
36-Capitán Augustus Montgomery
– Leda
36Capitán George Campbell
– Romulus
36Capitán John Sutton
– Isis
32-Capitán George Lumsdaine
– Juno
32-Capitán Samuel Hood
– Aimable32-
Capitán Sir Harry Burrard
– Lowestoft32-
Capitán William Wolseley
– Meleager32-
Capitán Charles Tyler
– Mermaid32-
Capitán John Trigge
– Aquilon32-
Capitán Robert Stopford
– Castor32-
Capitán Thomas Troubridge
– Dido28-
Capitán Charles Hamilton
– Nemesis28-
Capitán Lord Amelius Beauclerk
– Tartar28-
Capitán Thomas F. Fremantle
– Amphitrite24-
Capitán Anthony Hunt

La escuadra al mando del Teniente general don Juan de Lángara que entró en Tolón en agosto de 1793

  • Mexicano (insignia)-112-Teniente General D.Juan de Lángara-Brigadier Pérez de Grandallana
  • Salvador del Mundo112-Brigadier José Bustillo y Gómez
  • Reina Luisa-112-Brigadier Tomás Gómez Gayangos
  • San Hermenegildo-112- Jefe de Escuadra D.Federico Gravina-Capitán Pedro Luis de Obregón
  • San Fernando-94-Brigadier Diego de Quiroga y Ulloa
  • San Rafael80-Brigadier Juan Quidós y Pardo
  • Bahama-74-Capitán José Orozco y Herrera
  • San Agustín-74-Capitán Miguel Antonio Tacón
  • Santa Isabel74-Capitán Pedro Pablo de Landa
  • San Juan Nepomuceno-74-Capitán José de Escaño
  • San Ildefonso-74-Brigadier Domingo de Nava Grimon
  • San Francisco de Paula-74-Capitán José Ruiz de Apodaca
  • Soberano-74-Capitán Fulgencio Montemayor
  • San Pedro Apóstol-74-Capitán Joaquín Valdés
  • San Joaquín-74-Capitán Manuel Bilbao y Sánchez
  • San Fermín-74-Capitán José Javier de Ezquerro
  • San Leandro-64-Capitán Juan de Morales Ríos
  • San Fulgencio-64-Capitán Antonio de Escaño
  • Fragata Santa Casilda-34-Capitán Juan Villavicencio

Otros navíos españoles participantes que llegaron posteriormente o sustituyeron a otros que regresaron a la Península

Navíos

  • Purísima Concepción-112-Brigadier Fco. Santiesteban Egues
  • Ángel de la Guarda-74-Capitán Antonio Basurto
  • San Felipe Apóstol-68-Capitán Rafael Maestre y Thous
  • San Julián-58-Capitán Bruno Heceta y Fontecha

Fragatas

  • Diana-34 -Capitán Baltasar Hidalgo
  • Santa Florentina-34-Capitán Manuel Bustamante
  • Santa Rosalía-34-Capitán José Justo
  • Santa Cecilia-34-Capitán Valero Gonzalez
  • Palas-34-Capitán Félix Pascual Mezquita
  • Juno-34-Capitán Diego de Villagómez
  • Perla-34-Capitán Fco. Vázquez Mondragon
  • Mahonesa-34-Capitán José de Torres
  • Esmeralda-34-Capitán José Pascual Bonanza

Otros países participantes en las operaciones

De Nápoles

Navíos: Tancredi (74), Guiscardo (74), Partenope (74) Samnita (74)
Fragatas: Aretusa (40) Minerva (40)Sibila (40) y Sirena (40)
Otros: Fortuna (24), Vulcano (20), Aurora (18) y Spartiviero (18).

Del Piamonte la fragata Saint Victor.

Bajas

Aproximadamente las fuerzas aliadas sufrieron durante el sitio de Tolón unas 1.600 bajas, incluidas 300 a 400 mortales.

El Ejército y la Royal Navy británica sufrieron unas 700 bajas, de las cuales 150 fueron mortales, 280 heridos y 270 capturados o desaparecidos.

El Ejército y la Real Armada española sufrieron 1.241 bajas (eran los que más hombres aportaron). Con unos 200 muertos, 640 heridos y 400 capturados o desaparecidos.

Los napolitanos y piamonteses tuvieron unas 100 bajas en batalla.

Las bajas francesas se estiman en unos 500 muertos y 1.200 heridos.

Destino final de la flota francesa tras la ocupación de los aliados. 18 de diciembre de 1793.
Según William James.

 120807440363228CorbetasTotal
Incendiados o destruídos
1
8
1
2
2
14
CapturadosPor los británicosBuques en servicio
2
2
1
1
3
9
Buques desarmados
1
1
2
1
2
7
Por los demás aliados
1
2
3
TotalPerdidos por los franceses
1
1
11
3
4
2
9
33
Quedan en poder de los franceses
1
3
14
1
3
3
25
Total absoluto
2
4
25
4
7
2
2
12
58

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