El pasado 18 de febrero fue formalmente inaugurada la exposición del Museo Marítimo de Barcelona (MMB): “Atureu el vaixell! Els atacs a la marina mercant espanyola durant la primera guerra mundial (1914-1918)” ¡Detened el buque! Los ataques a la marina mercante española durante la primera guerra mundial (1914-1918).
En una guerra, todo el mundo recibe daño, ya seas de un bando u otro o neutral.
Con dichas palabras los responsables del MMB empezaron el discurso de abertura de la ya mencionada exposición y hago esta cita ya que me parece la frase que podría llegar a resumir los acontecimientos que se muestran.
En 1914 estalló lo que parecía ser una guerra breve entre las potencias antagónicas europeas. Si bien en España existían tanto círculos germanófilos como aliadófilos, cosa que la prensa del momento hacía eco con cómicas caricaturas (la mayoría expuestas en la exposición) el país se declaró neutral. Aunque esto no impidió comerciar con las potencias beligerantes en un lucrativo negocio que los convertiría en objetivos de los submarinos alemanes.

Si bien en un principio los U-Boats seguían un procedimiento de identificación y comprobación de la ruta del que el buque apresado y que no transportara ningún elemento útil para la economía de guerra de los aliados, se dejaba tiempo para evacuarlo antes de hundirlo. Dicho procedimiento quedó olvidado por una campaña sin restricciones y totalmente indiscriminada cuando la guerra empezó a hacer mella en los germanos.
Y es en este punto donde la exposición cobra un sentido especial ya que se centra en el punto “humano”. Es decir, siempre se habla de las vicisitudes de las tripulaciones de los sumergibles, pero poco se dice acerca de la desgracia que vivieron los marinos civiles víctimas de una contienda ajena; mientras el gobierno central nunca tomó ninguna acción al respecto.
La brutalidad llegó a costar más de 80 buques perdidos y 300 marineros muertos, donde también encontró su fin el gran músico Enrique Granados y sean testigos de la epopeya del Igortz Mendi.
Como colofón, se muestra la maqueta de un submarino alemán U-81 que fue regalado por el Káiser Guillermo II al rey Alfonso XIII por el buen trato que recibieron los alemanes de las colonias africanas cuando fueron expulsados por los aliados tras vencer al ejército alemán. Y para los más pequeños, hay material audiovisual para que aprendan que es y cómo funciona un submarino.
Sin duda un gran complemento para quien quiera visitar la exposición permanente del museo, la recomiendo.
Dicha exposición ha contado con la colaboración del Museo Naval de Madrid, la biblioteca de la Universidad de Barcelona, el Museo de arte Nacional de Cataluña (MNAC), la Filmoteca Española y el Bundesarchiv alemán.
