Por Juan García (Todo a Babor)
Introducción
Hace poco mencionábamos el apresamiento del HMS Pasley por parte de la cañonera corsaria española Poderoso. Hoy vengo a contarles algunas acciones de este corsario y su compañero de escaramuzas, el místico Gibraltar, alias el Valeroso, ambos propiedad del armador español Juan Barhen, del surgidero de Tarifa.
Hubo muchos corsarios en la zona del estrecho, pero estos me han llamado la atención por el arrojo e intrepidez de sus capitanes, que no sólo se atrevían a echar el anzuelo en unas aguas infestadas por buques de guerra británicos y sus privateers, sino que capturaban sin pensarlo hasta sus buques de guerra si podían, como hemos podido leer en la anterior entrada. Así que vamos con una relación de alguna de sus capturas más señaladas, de las muchas que habían hecho.
17 de abril de 1801
Aquel día, los corsarios de Tarifa San Francisco Xavier, alias el Poderoso, el místico Gibraltar, alias el Valeroso, sus capitanes Miguel Villalba e Ignacio Fernández, condujeron a Algeciras la fragata inglesa armada en corso y mercancía Carrier de Deptford (sic) de 210 toneladas armada con 10 carronadas de a 12 libras, cuyo capitán era Thomas Bishop. La embarcación inglesa salió de Plymouth y llevaba carne salada, harina y otros víveres para Gibraltar. Una buena presa magnificamente armada.
Había salido el 30 de marzo en un convoy escoltado por dos fragatas de guerra. Fue interceptado por los corsarios españoles y llevada en un primer momento a Ceuta. La habían capturado a las puertas de casa como quien dice.
28 de agosto de 1801
Estando en su surgidero de Tarifa, los corsarios del Poderoso y el Valeroso, escucharon un cañoneo en la costa de Berbería a la parte del Leste y fueron para allá como buenos oportunistas que eran. No hay que olvidar que el corso era un negocio y como tal había que actuar, aprovechando las ocasiones para sacar tajada.
Al poco rato vieron una fragata de batería corrida y bandera inglesa que se batía con otro corsario español: la goleta Perla, del capitán don Juan Pizarro, de la matrícula de Cádiz, que durante hora y media había estado haciéndole fuego por la popa a la embarcación inglesa, virando continuamente para alejarse de la batería de la fragata, mucho más poderosa que la suya, de ocho cañones por banda. La maniobrabilidad y el buen hacer del corsario español evitó que una andanada cerrada de aquellos los echara a pique.
Miguel Villalba, capitán del Poderoso, junto con los del Valeroso, se animaron a participar en la fiesta. Se dirigieron a cortarle la proa y a tiro de pistola le descerrajaron una andanada. Los de la fragata anduvieron prestos y contestaron con siete de sus ochos cañones.
La segunda descarga de los corsarios fue de palanqueta y a la arboladura, para tratar de frenar a los ingleses, logrando echarle abajo el mastelero del palo trinquete, así como el juanete del palo mayor.
Arrió entonces la bandera el inglés a los cuatro tiros de a 24 libras de la cañonera y cinco descargas de a 12 y 18 libras de los cañones del místico, no sufriendo estos desgracia alguna.
La fragata en cuestión era la Mercurio (sic), de 214 toneladas, forrada en cobre, armada en corso y mercancía con un fenomenal armamento de 18 cañones de 12 y 18 libras. Llevaba de transporte pasas de Corinto, mármol, cuadros y pinturas, entre otros efectos. Su capitán era un tal Daniel Richards y tenía como tripulación a 35 hombres, así como seis oficiales de guerra de transporte, entre ellos dos tenientes de marina y el Mayor del regimiento nº 79 que se embarcaron en Malta para Lóndres. La presa fue marinada por los corsarios y entrada en Algeciras el 31 de agosto.
4 de noviembre de 1801
Nuestros corsarios, con sus capitanes de siempre, se encontraban en el surgidero de Tarifa, junto con la barquilla la Rafaela, y el falucho de combate de Algeciras cuando descubrieron al aclarar el día, al O. E. del Cabo Espartel una balandra y un bergantín ingleses, que con el viento de poniente navegaban para desembocar en el Mediterráneo por el estrecho.
Fiel a su estilo, el Poderoso y el Valeroso se dispusieron a cortarles las aguas y llegaron a tiro de cañón a las ocho de la mañana. Reconocieron que la balandra era de guerra, la cual forzando de vela logró escaparse. Buen rapapolvo le esperaría a su capitán.
Pasaron a reconocer al bergantín y lo alcanzaron, quien les disparó a los corsarios una andanada con siete cañones a la vez. Se trabó entonces un obstinado combate durante dos horas sin que menguase la intensidad, habiendo tirado por ambas partes más de 300 tiros. La cañonera y el místico español dispararon 125 cañonazos del calibre 24 y 18. Hay que tener en cuenta que los corsarios no trataban de hundir el bergantín, sino capturarlo. En el fondo del mar no se ganaba dinero y muchos de esos cañonazos irían destinados sobre todo a la arboladura y aparejo.
Viendo la resistencia del bergantín los del Gibraltar, alias Valeroso, haciendo honor al nombre de su místico, pasaron al abordaje, pudiendo entonces conseguir la rendición de los ingleses, marinándolo hacia Algeciras y entrándolo a las dos de la tarde.
Los ingleses tuvieron ocho heridos y el místico uno. El bergantín se llamaba Maria Elena (recordemos que en aquella época se castellanizaban los nombres de los extranjeros que aparecían en los documentos españoles). Estaba armado en corso y mercancía, tenía 160 toneladas y estaba forrado en cobre. Tenía catorce cañones de a 6 y 12 libras. Tenía 26 hombres, entre ellos su capitán Richard Sharrat, y procedía de Liverpool con destino Malta y Venecia. Su carga era muy variada, con azúcar, plomo, estaño, entre otras cosas.
Como dato, hasta esa fecha, y en 26 meses (desde septiembre de 1799 en que se armó), el Poderoso había hecho 16 presas británicas, con 95 cañones y 293 prisioneros en total, algunos de ellos, como hemos visto, oficiales de guerra. El místico Valeroso no se queda atrás con 12 presas. Entre todas las referidas, como ya comentamos, un bergantín de guerra de 18 cañones y 58 tripulantes, tomada por la cañonera sola.
- Fuente: Gaceta de Madrid.