El apresamiento de la goleta HMS Crafty

Por Juan García (Todo a Babor)

Goleta británica similar a la apresada HMS Crafty
Goleta británica similar a la apresada HMS Crafty. The Schooner ‘Monkey’. Pintura del National Maritime Museum.

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Buques británicos de guerra apresados por los españoles en el siglo XVIII-XIX

Saliendo de Gibraltar con despachos oficiales salió el 7 de marzo de 1807 la hermosa y rápida goleta británica HMS Crafty.

Este buque de 146 toneladas, medio centenar de tripulantes y 12 cañones (12 carronadas de 12 libras y dos de 4) había sido botada apenas dos años antes en Francia, luego fue capturada por los ingleses, que viendo lo buen buque que era fue comprado por la Royal Navy y puesta bajo el mando del Teniente Richard Spencer.

En un principio salió en conserva del bergantín HMS Confounder, para hacer más fuerza al tener que atravesar el infestado nido de corsarios que era el estrecho de Gibraltar. Pero el Confounder, mucho más lento que su compañero y con menos vela, terminó separándose y dejando a la veloz Crafty en solitario. Y no era un lugar para quedarse solo, como pudo comprobar el día 9 al atardecer cuando avistaron desde la goleta tres velas latinas sospechosas que raudas se dirigían hacia ella.

Eran tres corsarios españoles, que salieron de Ceuta. Pequeños pero veloces. El Generalísimo, el Hurón y el Pastora (alias Águila). Cada uno con 4 cañones y medio centenar de tripulantes, que sin andarse con rodeos atacaron al buque británico que se vio inmediatamente rodeado, rechazando en un principio el terrible abordaje que los corsarios les hicieron.

Uno de los buques corsarios españoles, el místico Generalísimo (se llamaba Gibraltar pero tenía aquel apodo) había apresado el año anterior, y en solitario, a otro buque de guerra británico, al HMS Hannah. Así que experiencia tenía.

Pero la constancia tiene premio y el HMS Crafty tuvo que arriar la bandera de San Jorge tras otro abordaje con “cuchillo entre los dientes”. Cuatro muertos y catorce heridos fue el balance por parte de los ingleses. Los españoles sufrieron nueve muertos y trece heridos. Entre las bajas mortales se encontraba el patrón del Hurón, Bartolomé Cacobí.

El 26 junio de ese mismo año Lord Collingwood se quejaba, fiandose en el Comandante Spencer, sobre unas supuestas vejaciones sufridas por la tripulación del buque de guerra británico por parte de los corsarios españoles. Se refería a la pérdida, según él, de parte de su equipaje personal. El sumario demostró su inexactitud y se desestimó. Supongo que Spencer pensaba que quejándose de los españoles él saldría airoso del proceso que le aguardaba en su país por la captura de su buque.

Pero no fue así.

El Teniente sufrió una dura reprimenda en el consejo de guerra por haberse separado del Confounder. Quizás el amigo Spencer estaba tan maravillado por el andar de su goleta que se dejó llevar

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