Por Juan García (Todo a Babor)
Índice
Introducción
Al comenzar la guerra contra la República francesa, la Real Armada española moviliza sus unidades para, en conjunción algunas veces con la británica, tratar de bloquear a los navíos franceses.
Sin embargo, los intereses españoles son distintos a los británicos, puesto que si bien los primeros querían preservar la marina francesa para que volviera a su lugar cuando la monarquía gala recuperase lo perdido, los británicos no lo tenían tan claro.
Como veremos en esta entrada, sobre el controvertido apresamiento de la fragata de guerra francesa Impérieuse, al final a los británicos también les podía mover motivos más prosaicos que el defender a una monarquía desaparecida, que por otra parte había sido enemiga de la suya desde hacía mucho tiempo.
Una escuadra española en Génova
El puerto italiano de La Spezia había ganado importancia al ser un puerto principal de los franceses, y eso a pesar de que Génova se había declarado neutral en el conflicto.
Desde allí partían corsarios y fragatas francesas que atacaban al comercio aliado, causando no pocos quebraderos de cabeza. Además, Génova y Francia al estar detrás, se beneficiaban del comercio que había en aquel puerto.
La escuadra del teniente general Juan de Lángara y Huarte realiza operaciones en la costa de Cataluña y en Tolón contra los franceses, por lo que los buques franceses que habían escapado de su base en Tolón se encontraban sin un lugar fijo, salvo las aguas genovesas.
En julio de 1793 el general Lángara destaca una división al mando del jefe de escuadra Juan Joaquín Moreno, con insignia en el Salvador del Mundo, además de los navíos de 74 cañones San Francisco de Paula y Bahama1 y la fragata Santa Casilda. Su misión era demandar al gobierno de Génova que dejara de refugiar en sus puertos a los franceses y que no les suministrara víveres.
Ante la pasividad de los italianos, Lángara envió un ultimátum redactado en Tolón, donde estaban surtas las escuadras hispano-británicas el 26 de septiembre.
Los británicos enviaron un destacamento a la zona, bajo el mando del contraalmirante John Gell con insignia en el navío de 98 cañones HMS St George y compuesto además por los navíos de 74 cañones HMS Bedford y HMS Captain. Los acompañaba también un numeroso grupo de embarcaciones menores, entre ellos el bergantín HMS Speedy.
El escuadrón británico llegó a Génova el 5 de octubre y allí abordaron y apresaron a una de las dos fragatas que estaban en la zona (la otra era la Impérieuse), la Modeste2.
A pesar de que eran aliados, España y Gran Bretaña no tenían en aquella guerra una sintonía perfecta, tal y como veremos a continuación.
La fragata Impérieuse
La protagonista de esta historia era una fragata de guerra de la Marina francesa de 40 cañones. Había sido construida en Tolón y botada el 11 de julio de 1787, era por tanto una fragata de relativa nueva construcción.
Era de la clase Minerve, una serie de seis fragatas3 pesadas, con batería de 18 libras, construidas en Tolón entre 1782 y 1794. Todas ellas fueron apresadas entre 1793 y 1799.
Fueron construidas bajo los diseños de Joseph-Marie-Blaise Coulomb, aunque modificados por otros constructores de las dos últimas fragatas.
En Francia se prefirieron los diseños de Jacques-Noël Sané, aunque las fragatas de la serie Minerve fueron del gusto de los británicos, que copiaron su diseño para fragatas posteriores.
La fragata Impérieuse tenía una batería de 28 cañones de 18 libras y 12 cañones de 8 libras y dos obuses en alcázar y castillo. Tenía una eslora de 151 pies y 3 pulgadas (46,1 metros), una manga de 38 pies y 5 pulgadas (11,7 metros) y un calado de 18 pies y 1 pulgada (5,5 metros). Su dotación era de 280 hombres.
En la Spezia
El 3 de octubre de 1793 la fragata Impérieuse, bajo el mando del teniente Toussaint-Théodore Eydoux, se topó con la división española del jefe de escuadra Juan Joaquín Moreno.
Este destacó al navío Bahama para que la apresara, pero aquella logró escapar y refugiarse de nuevo en el puerto de la Spezia, donde tenía su base.
Los españoles se dirigieron entonces al puerto de Génova, donde encontraron a la escuadra británica del contralmirante John Gell. Allí Moreno le informó de que la fragata Impérieuse estaba en la Spezia.
Inmediatamente, los británicos quieren apresar a la fragata francesa, y para ello cuentan con los españoles.
El jefe de escuadra Moreno le informa a su superior Antonio Valdés el 8 de octubre:
El contralmirante Gell me ha pasado hoy un oficio pidiéndome envíe un navío de los de la división de mi mando de auxiliar al inglés nombrado el Captain de 74 cañones para apresar en La Spezia la fragata francesa de guerra la Imperiosa, de 40 cañones del calibre de a 18 que suele salir de aquel fondeadero a cruzar en las inmediaciones de aquel golfo con evidente riesgo de nuestros pequeños buques de guerra y de comercio que navegan en estos mares, por lo que considerando de suma importancia asegurarlos de sus piraterías he dado orden al comandante del navío Bahama para que salga en conserva del referido buque, y opere de acuerdo con el comandante de aquel.
El día 9 de octubre salen de Génova el navío Bahama, bajo el mando del capitán de navío Rafael Orozco, junto con el HMS Captain, del mando del capitán Samuel Reeve, y el bergantín Speedy, bajo el mando del comandante Charles Cunningham.
Llegaron el día 11 delante del puerto de la Spezia, ante lo cual el capitán de la Impérieuse, Toussaint-Théodore Eydoux, tomó la determinación de llevar la fragata a Fezzano, que estaba a corta distancia hacia el sur de La Spezia, donde había una batería en el llamado Fuerte de Santa María.
Apresamiento de la fragata Impérieuse
El HMS Captain se había situado al llegar en el puerto de la Spezia, junto con el HMS Speedy, mientras que el Bahama se situaba cerca de la entrada de la bahía.
El capitán Reeve envió un aviso a las autoridades genovesas del fuerte de Santa María, tratando de persuadirles para que no intentaran nada si ellos iban a por la Impérieuse.
Orozco y Reeves llegan al acuerdo de tratar de poner a flote la fragata y de no ser así, intentar anegarla del todo o quemarla.
El comandante del fuerte responde que no hará nada, lo que deja vía libre a los aliados para actuar.
A partir de aquí vienen puntos importantes. Según el parte del capitán Reeves, su navío se situó al norte del Lazareto, cerca de la fragata francesa, donde comprobaron que no había gente en ella y que “por la apariencia la dejaban arriando su bandera francesa nacional, que hasta entonces había estado izada”.
El británico envió entonces a las ocho de la noche a un oficial y tripulantes, tomando posesión de la fragata, que estaba sin víveres ni armamento, barrenada por sus anteriores tripulantes y varada.
Siguiendo con el parte del capitán británico, el navío Bahama no apareció hasta la mañana siguiente, cuando Orozco se prestó a ayudar en lo posible, facilitando “algún auxilio de embarcaciones aquella tarde”. También aseguró que los españoles facilitaron gente sólo cuando lo propuso el propio Reeves, “para ayudar a dar a la bomba y bombear el agua de la fragata”.
Orozco remitió un parte, que Moreno se encargó de enviar a su vez a Valdés el 24 de octubre, en el que decía:
A extraordinarios esfuerzos del capitán de navío D. Rafael Orozco comandante del Bahama y del capitán inglés Mr. Reeve comandante del Captain, con la gente de sus respectivos buques, se ha logrado tapar los barrenos que habían dado los franceses a la fragata Imperiosa: ponerla estanca: sacarla del paraje en que estaba varada en Puerto Especie, y se ha dirigido al de Tolón convoyada del navío Captain. Esta fragata que causaba notables perjuicios en estos mares se ha salvado al Rey cristianísimo por la actividad con que han maniobrado los dos referidos capitanes, y no debo omitir a V.E. que el comandante del Bahama se ha distinguido muy particularmente por su conducta, oficios que paso al gobernador del fuerte de Santa María y viveza con que hizo hacer las faenas.
Puede achacarse a Orozco, siempre según el parte británico, de poca iniciativa a la hora de tomar decisiones, pero este siempre estuvo dispuesto a ayudar y tanto sus hombres como los británicos lograron reflotar la embarcación francesa con mucho esfuerzo, algo que los británicos no habrían conseguido por sí solos.
¿Quién se quedó la fragata francesa?
Tras reflotar y reparar lo suficiente a la fragata Impérieuse, los británicos se la llevaron a Tolón bajo pabellón británico, algo que no gustó nada a los españoles, ya que consideraban que la fragata debía ser restituida a los realistas franceses. Mientras, el navío Bahama seguía patrullando la zona de Génova, ajeno a aquella treta, aunque sí llegaron los partes de este.
Lángara escribió al vicealmirante Hood protestando porque los británicos se habían adjudicado la fragata, respondiendo este con evasivas.
Además, las apreciaciones del capitán Reeves no pasaron desapercibidas para los mandos españoles. Lángara informaba a Valdés de la actuación de británicos y españoles en aquel caso:
No debe considerarse legalmente como presa de los británicos, y que en el caso que lo fuese sería nuestra parte igual a la de los ingleses por la unión con que se concertaron para esta expedición el almirante Gell y Don Juan Moreno, no puedo dejar de incluir a V.E. la contestación del Almirante Hood a mi carta que incluí el correo pasado con el n.º 3. Por ella se ve el artificio con que se consideran las finas y eficaces maniobras del navío Bahama como meramente un auxilio amistoso y casual, y como por la misma relación del capitán Reeve se convence lo ilegal de la presa de un buque abandonado en una costa neutral por los mismos usurpadores de los derechos y bienes de Luis XVII
Efectivamente, los británicos, tal y como sospechaba Lángara, querían dejar a la ayuda del Bahama como una pequeña cooperación que tuvieron ellos a bien dejar hacer.
Así que no hicieron caso a las objeciones de los españoles y declararon como buena presa a la fragata francesa, aduciendo que al tener una dotación hostil tenían derecho a quedársela ellos, tal y como harían poco después cuando se llevaron de Tolón unos cuantos buques de guerra franceses.
Prueba de que la actuación de los hombres del Bahama había sido necesaria, la dieron los propios británicos, que unos meses más tarde solicitaron información a las autoridades españolas sobre si estos iban a reclamar su parte por la presa a la que tenían derecho.
Así lo informaría Manuel Godoy en noviembre de 1794:
Con fecha de 10 del corriente dicen desde Gibraltar los agentes generales e interesados en las presas hechas por la escuadra del Almirante Hood en el Mediterráneo que habiendo declarado el Almirantazgo de aquella plaza por buena presa a la fragata francesa L’Imperieuse apresada en el Golfo de Spezia en el mes de octubre de 1793 y teniendo noticia de que el navío de nuestra Marina Real denominado el Bahama estuvo a la vista y coadyuvó al apresamiento de dicha fragata, sin embargo de que no hemos representado nada sobre el particular, desean saber si nuestra corte reclamará en este asunto la parte a que pueda tener derecho según lo que alegase. Lo participo todo a V.E. de Orden de S.M. para poder satisfacer con su respuesta a la pregunta de los mencionados Agentes.
Hemos de suponer que no se reclamó nada, y si lo hizo no pasó nada, y que los británicos se ahorraron dar a los españoles su parte de presa.
Notas
- Aunque las islas Bahamas eran por entonces una colonia inglesa se quería homenajear nombrando así a un navío por la conquista de aquellas islas que en 1782 efectuaron las armas españolas, aunque luego fueron devueltas al siguiente año al finalizar la guerra como parte del Tratado de Versalles.
- El HMS Bedford se acercó el día 5 de octubre por un lado de la fragata francesa Modeste, mientras que por el otro se situaban los botes del HMS Captain. Una partida de abordaje del Bedford subió a la fragata francesa y atacaron a la tripulación. Estos se rindieron al poco tiempo. Mientras, el Speedy se acercó a los pequeños buques de transporte franceses que también había y los apresó. La redada se había saldado con la muerte de un marinero francés y diez heridos, mientras que los británicos no sufrieron ninguna baja. Los franceses, no obstante, proclamaron que los británicos habían hecho una masacre y habían matado a medio centenar de hombres. Incluso se realizó un cuadro propagandístico con el título de “la masacre de la tripulación de la Modeste”, realizado por Nicolas Ozanne.
- La serie constaba de las siguientes embarcaciones, en orden de antigüedad: MInerve, Junon, Impérieuse, Melpomene, Perle, Minerve (nombrada así de nuevo por el apresamiento de la primera).
Fuentes
- «Presas de la Armada española (1779-1828)». Rubén Vela Cuadros.
- “Historial del navío Bahama”. Santiago Gómez Cañas.