La isla de Vancouver… y Quadra

Por Juan García (Todo a Babor)

Al oeste de la Isla Vancouver se encontraba la isla de Nutka, donde los españoles tenían un asentamiento.
Fuerte de San Miguel en la isla de Nutka.

Si miran un mapa del norte de América comprobarán que en la costa de lo que hoy es la Columbia británica en Canadá hay decenas de topónimos de origen español. ¿Pero es que los navegantes españoles llegaron hasta tan arriba? Pues sí, miren ustedes.

Otra cosa no será, pero navegar lo que se dice navegar nuestros antepasados lo hicieron muchísimo, y además bastante bien. Y pudo haber más nombres españoles, pero como pasó más de una vez, luego llegaron otros y o bien los cambiaron o los borraron. Lean, por favor lo que pasó en la Isla de Vancouver.

Hoy en día la ciudad de Vancouver debe su nombre al explorador británico George Vancouver que a finales del siglo XVIII fue comisionado por su gobierno para explorar la zona y hacer firme la posición de su país en Nootka, una isla que formaba parte de la isla de Vancouver y que los españoles ya la habían reconocido y ocupado años antes.

Esto ocasionaría un conflicto diplomático que ocasionaría casi una guerra en 1790. También se sumó al hecho de que varios años antes buques de la Armada habían capturado en las inmediaciones a varios buques británicos.

Explorando la isla de Vancouver

Así que pueden imaginarse lo caldeado que estaba el ambiente. George Vancouver estuvo todo el verano de 1792 con los buques HMS DiscoveryHMS Chatham reconociendo la que sería conocida luego como isla Vancouver.

Lo que pasa es que se topó con una expedición española comandada por Alcalá Galiano y Cayetano Valdés. El marino británico se entrevistó de forma muy amistosa con los oficiales españoles que no dudaron en informarle que un año antes otra expedición española bajo el mando del piloto de la Armada José María Narváez ya había recorrido aquellos parajes y que incluso tenían la primera carta del Estrecho de Georgia, aunque lógicamente los españoles ya lo habían nombrado como Gran Canal de Nuestra Señora del Rosario la Marinera, quedando simplemente como Canal del Rosario.

Vancouver se quedó mortificado, según sus propias palabras, al comprobar que ya habían pasado antes por ahí los españoles primero (como tantas y tantas otras veces, por cierto).

Pero aquello no impidió que, posteriormente, nombrara el Canal del Rosario como el actualmente conocido Estrecho de Georgia.

El entendimiento de británicos y españoles fue, contra todo pronóstico, excelente y eso hizo que ambas expediciones trabajaran juntas durante varias semanas, reconociendo el Estrecho de Georgia/Canal del Rosario y las islas Discovery antes de seguir cada uno a lo suyo.

Aquel trabajo dio sus frutos y se exploraron amplias zonas. Vancouver puso muchos nombres ingleses a los accidentes y zonas por donde pasaban, pero también respetó muchos de los nombres que los españoles habían dado anteriormente.

Después de aquello, en otoño de 1792, George se dirigió a la isla de Nutka, donde los españoles, como hemos dicho, tenían un asentamiento desde hacía tiempo. Y allí se encontró con el oficial español Juan Francisco de la Bodega y Quadra.

A pesar de las tiranteces de los gobiernos, los británicos y españoles congeniaron de nuevo y Quadra y Vancouver tuvieron unas amigables relaciones. Producto del buen entendimiento, llegaron a un acuerdo de nombrar la isla que habían estado reconociendo tanto españoles como británicos como la Isla de Quadra y Vancouver.

Retrato de Juan Francisco de la Bodega y Quadra
Retrato de Juan Francisco de la Bodega y Quadra. Museo Naval de Madrid

Sin embargo, los cartógrafos de la Compañía de Hudson decidieron acortarlo y se quedó como está en la actualidad: isla de Vancouver.

Y así es como la conoce todo el mundo. Algunos dicen que lo hicieron a propósito para que quedara constancia de que los británicos llegaron los primeros a la zona, aunque esto no fuera cierto. Que cada uno piense lo que quiera. Ya no tiene remedio.

George Vancouver sí que fue el primero en llegar a la zona del puerto de la actual ciudad de Vancouver, por lo que nombrar a la ciudad sólo con su apellido en este caso sí está justificado.

Hay que reconocer también que él no fue el culpable de que la isla de Vancouver se quedara sólo con su nombre y no el de Quadra. Fue un gran marino y demostró que sin el engreimiento común de los oficiales británicos se conseguían muchas más cosas… y caían mucho mejor.

Al menos han quedado casi un centenar de topónimos españoles en la zona y eso es bastante para lo que estamos acostumbrados.

En 1903 la Junta geográfica de Canadá quiso reparar en parte la injusticia histórica y nombró como isla Quadra a una de las Islas Discovery, al lado de Isla Vancouver. Tiene una superficie de 270 kilómetros cuadrados y algo menos de tres mil habitantes, pero algo es algo.

  • Imagen: Museo Naval de Madrid.

Compartir
Twittear
Pin