Por Juan García (Todo a Babor)
En la entrada de hoy traemos el apresamiento de un gran corsario británico por parte del navío de línea español San Juan Nepomuceno.
Se trata de la fragata corsaria (o corbeta en su servicio francés) nombrada como Ellis y que sirvió anteriormente, aunque por poco tiempo, a británicos y franceses, ya que fue apresada, luego represada y por último vuelta a apresar por los españoles.
Muchas fuentes nombran a la Ellis como Clyde, pero es un error.
Índice
Origen del corsario Ellis
Se desconoce el año de construcción de esta fragata, pero sí se sabe que fue adquirida por sus armadores para labores de corso en 1777, en la localidad inglesa de Liverpool.
Sus propietarios la armaron con 28 cañones de 9 libras, con un complemento de 130 hombres. Sus dimensiones originales son desconocidas, pero en su posterior servicio en la Armada española se daban los siguientes datos: 102 pies de eslora, 27 de manga, 20 de puntal y 336,8 toneladas de arqueo total.
En manos británicas enseguida se puso en servicio como corsario, siendo su primera presa, en enero de 1778, el Endeavour, un mercante de Carolina del Norte, que transportaba duelas y 43 barriles de tabaco. y el Nancy, de Esequibo, con café, algodón y 115 barriles de ron.
En abril de aquel mismo año apresaría, en compañía de otro corsario británico llamado Gregson, al Ville du Cap, que iba de Santo Domingo a Nantzand y al Aigle, «un gran bergantín de snow, nuevo de 70 pies de quilla y 24 pies de manga, de 16 cañones», que iba de Puerto Príncipe a Nantz.
Pasa a manos francesas
La prometedora campaña del corsario Ellis tocó a su fin en enero de 1779, cuando los franceses la capturaron y la pusieron en servicio en su marina, con el nombre de Elise.
Se sustituyeron los cañones de calibre británico por 20 de 8 libras y ocho de 6 libras.
Se puso al mando al teniente de fragata M. Fonteneau. El 21 de diciembre de 1779 formaba parte de la siguiente división que por orden del almirante d’Estaing debían llevar tropas y municiones a las islas de Granada y Guadalupe:
- Blanche, fragata de 32 cañones bajo el mando de Athanase Scipion Barrin de La Galissonnière (cuarto marqués de La Galissonnière).
- Fortunée, fragata de 32 cañones bajo el mando de Charles Louis de Bernard de Marigny (Caballero).
- Elise, corbeta de 28 cañones.
Pero les interceptó una escuadra británica perteneciente al contralmirante de la Azul Joshua Rowley, que constaba de los siguientes efectivos:
- Suffolk, navío de 74 cañones bajo el mando de Hugh Cloberry Christian.
- Magnificent, de 74 cañones bajo el mando de John Elphinstone.
- Vengeance, de 74 cañones bajo el mando de Samuel Uppleby.
- Stirling Castle, de 64 cañones, bajo el mando de Robert Carkett.
En la acción consecuente todas las fragatas francesas fueron apresadas.
Los británicos llevaron sus presas a Jamaica, donde pasaron al servicio de su marina de guerra, excepto la Ellis que fue armada en corso por el gobernador de la isla, John Dalling, quien hizo de armador para beneficiarse del negocio que suponía el corso en el Caribe.
El 9 de noviembre de 1781 el jefe de escuadra Juan Tomaseo, con insignia en el navío San Juan Nepomuceno y junto con los navíos Magnánimo, San Gabriel y San Ramón, además del bergantín, que por casualidad también se llamaba San Juan Nepomuceno (alias Renombrado), estaban escoltando ocho mercantes que habían salido de Guarico para la Habana.
La caza
El 14 de diciembre, sobre Môle-Saint-Nicolas, en la isla de Santo Domingo, se descubrieron por parte de la división de Tomaseo, tres velas por la proa, ordenándose de inmediato la caza general por toda la escuadra.
Una de las embarcaciones divisada se separó de las otras dos al poco tiempo, dirigiéndose hacia los bajos, mientras que las otras dos huyeron, emprendiendo los buques españoles la caza sobre estas.
Fue el navío San Juan Nepomuceno y el bergantín Renombrado quienes al ser los más veleros tomaron la delantera a los otros navíos españoles.
El San Juan siempre fue un magnífico velero. Por ejemplo, antes de la Batalla de Trafalgar, cuando se encontraba encuadrado en la escuadra franco española mandada por el vicealmirante francés Villeneuve, el navío español ejerció siempre como buque de observación o descubierta, dadas sus inmejorables cualidades para tal tarea.
Según pasaba la mañana los buques españoles iban recortando la distancia, de tal modo que a las dos de la tarde el bergantín Renombrado llegó a tiro de cañón de los buques enemigos.
Uno de los buques disparó al bergantín, quien correspondió con fuego muy vivo. Sin embargo, desde el San Juan, que se iba acercando, vieron que el corsario enemigo era una fragata y que podía dañar seriamente al bergantín, que era de menor porte.
El jefe de escuadra Juan Tomaseo lo tuvo claro:
Le puse señal para que marinase la otra fragata que estaba ya por mi costado a tercio de tiro de cañón, sin bandera y con aparejo como de rendida.
El navío insignia se ocuparía entonces de seguir con la caza de aquella fragata, que para ser corsaria era de buenas dimensiones, y que intentaba escapar de nuevo, con el San Juan Nepomuceno detrás con toda la fuerza de vela posible.
El apresamiento
A las tres de la tarde el navío español se puso a tiro de cañón de la fragata corsaria, empezando a dispararla con los cañones de las miras de proa. En ese momento el San Juan aprovechó una orzada para lograr dispararle once cañonazos más de los más a proa de las dos baterías de un costado.
Aquella andanada dejó maltrecho el aparejo de la Ellis. Sin embargo, debido a aquella orzada del buque español, esta consiguió separarse de nuevo, teniendo que seguir con los cañones de caza el San Juan Nepomuceno.
Tras unos disparos, a la fragata británica se le vino abajo la verga de velacho, lo que la ralentizó sobremanera, aprovechando el navío español para ponerse a la voz. Desde el San Juan intimaron a los británicos que sino se rendía al instante lo echaría a pique sin darle cuartel.
Aquello convenció a los de la Ellis para arriar su bandera y dejar el buque de tal manera que pareciera que de verdad se rendía, que no era ningún truco, como fue cortar precipitadamente drizas y escotines.
Tomaseo indicó que la fragata corsaria en cuestión se llamaba la Elide (sic), con 26 cañones de 9 libras y dos obuses; con 150 tripulantes, abundantes municiones y armas, forrada en cobre y armada por cuenta del comisario y Gobernador de aquella isla (Jamaica).
Al parecer la otra embarcación que se había rendido tan rápidamente era un buque americano armado en corso y mercancía, que había sido apresado aquella misma mañana por la Ellis. Como nota curiosa los británicos no quisieron detenerse a ponerles una tripulación de presa y simplemente los intimaron a seguirlos como presa.
El día 16 de diciembre la escuadra española fondeó en Guarico con las dos presas. La carga de la británica estaba valorada en 185.253 pesos fuertes.
En Jamaica pensaron que la fragata que habían apresado los españoles se trataba de la HMS Sibyl, que tenía su puerto en aquella isla, aunque estaba de crucero y que tenía el mismo porte que la Ellis, de ahí la confusión, que incluso llegó a creérsela los franceses y los británicos desde Londres, debido a una prematura redacción de un diario francés sobre los hechos y que dieron por apresado al buque de guerra británico.
La Ellis acabó siendo incorporada a la Armada bajo el nombre de Héroe, otorgándole su mando al segundo comandante del San Juan Nepomuceno, el capitán de fragata Luis Santisteban.
Otra presa del San Juan Nepomuceno en aquellas aguas
El San Juan volvió a demostrar lo buen navío que era al apresar el 17 de febrero de 1782 a otra fragata corsaria británica, nombrada London, que tenía como derrota de Charlestown a Jamaica.
Dicha fragata tenía un porte de 20 cañones de 9 y 4 libras, además de 6 pedreros. Tenía medio centenar de tripulantes y un porte de 370 toneladas.
Fuente
- Presas de la Armada española 1779 – 1828. Rubén Vela Cuadros.
- Three Decks – Warships in the Age of Sail.