El audaz abordaje de Santiago Liniers en Menorca

Por Carlos Pesado Riccardi.
Universidad Complutense de Madrid

El presente artículo es un capítulo del libro: De Aventurero a Capitán. Inicios de D. Santiago de Liniers en la Real Armada Española (1775-1788). Publicado por la Asociación francesa Mémoire Jacques de Liniers. Agradecemos a su autor el permiso para su publicación.

Una prueba indeleble de coraje

No cabe duda de que Santiago Liniers demostró buenas dotes militares desde su primer contacto con la Armada Española, pero no tuvo la gran posibilidad de demostrar su valía hasta 1781 en la reconquista de Menorca, frente a los británicos.

Fue allí el momento, en palabras de Pavía, donde se le proporcionó practicar una de las acciones “[…] más atrevidas y gloriosas que pueden presentarse en la guerra de mar” (1).

En Cádiz se lo destinó al navío San Pascual, una de las embarcaciones destinadas a la expedición de Mahón (2). Pero no era cualquier buque, sino el que arbolaba la insignia del comandante de la escuadra y del convoy.

Aquel navío de 70 cañones, era uno de los dos únicos navíos de la expedición, junto al Atlante. Su comandante era el capitán de navío D. Luis Francisco Varona, pero también se encontraron allí el comandante de la escuadra, el brigadier mayor general D. Buenaventura Moreno, el comandante general del ejército, teniente general duque de Crillón, junto a la mayor parte de su plana mayor, entre otros, los mariscales de campo marqués de Casa Cagigal y conde de Cifuentes y el brigadier mayor general D. Juan Roca. También iba a bordo, por R.O. de 13 de julio, el capitán de navío D. José Castejón, procedente del Santísima Trinidad.

Retrato de Santiago Liniers
Retrato de Santiago Liniers. Museo Naval de Madrid.

D. José Gella Iturriaga nos brinda en uno de sus trabajos una interesante relación de cómo se compuso la mencionada escuadra, y las distintas vicisitudes vividas en aquella campaña. Uno de los manuscritos importantes que analizó fue precisamente el diario de navegación (3) del navío San Pascual.

Además de las personalidades ya mencionadas el navío de destino de Liniers tenía 567 hombres de dotación y transportaba distinto material: 2.920 quintales de pólvora, 6 cañones con sus cureñas, un afuste de mortero con sus útiles correspondientes, 48 palanquetas, 300 balas de a 24 y 2400 de a libra.

La escuadra expedicionaria la conformaron 27 buques de la Real Armada: 2 navíos, 4 fragatas, 6 jabeques, 3 balandras, 2 bombardas, 2 brulotes, 2 galeotas y 6 gabarras, con un total de 504 cañones.

De Cádiz partieron los dos navíos junto a ocho embarcaciones y el convoy, luego se incorporaron trece en Cartagena [La Subida] y cuatro por el mar balear [Mallorca].

La expedición permaneció hasta el 6 de agosto en la Subida por los vientos contrarios, y cuando iniciaron la segunda parte de la derrota tuvieron que afrontar una navegación lenta y dura por los vientos desfavorables alternados con calmas que no permitieron al convoy mantener la formación requerida (4).

En el San Pascual, mientras tanto, se reunió en varias oportunidades la plana mayor del ejército para analizar el proyecto de Crillón de cara a preparar las instrucciones para los destacamentos de desembarco y las primeras acciones en tierra.

El 19 de agosto de 1781 veintitrés cañonazos se dispararon desde el San Pascual, anunciando la hora del desembarco. El mismo fue dirigido por Varona, el capitán de fragata Salazar y otros marinos. La siguiente cita puede servirnos para tomar dimensión del valor de aquella victoria:

Concluido el desembarco, salvo el material pesado, tomado y protegido el arsenal, así como 53 almacenes valiosos, apresadas varias embarcaciones, hechos más de 150 prisioneros, tomados cañones, establecido el cuartel general en Mahón, acampadas las vanguardias ante el castillo, bloqueado el puerto, entrados por tierra en Ciudadela y Fornells los destacamentos de los marqueses de Avilés y Peñafiel y acatada jubilosamente la soberanía de Carlos III, el 24 era toda la isla del rey de España, excepto el fuerte de San Felipe (5).

En esos días, más precisamente el 23 de agosto, se dio una acción de armas que tuvo como uno de sus principales protagonistas al alférez de navío Santiago de Liniers, al capturar unas embarcaciones enemigas que se encontraban a tiro de fusil del fuerte de San Felipe (6).

En aquella jornada demostró a sus superiores y camaradas su arrojo y coraje, al punto de ser recomendado por el propio duque de Crillón, y ser recogida aquella proeza en la Gaceta de Francia (7) de diciembre del mismo año.

El apresamiento de los buques británicos

Por la misma Gaceta de Francia y distintos informes y cartas, entre ellos una misiva del propio Liniers a D. Ventura Moreno (8), sabemos que los hechos ocurrieron de la siguiente manera:

En la noche del 22 de agosto el duque de Crillón resolvió capturar cuatro embarcaciones enemigas que estaban amarradas sobre el glacis del castillo de San Felipe, para ello dispuso a tal efecto distintas lanchas con cabos para el remolque y dos carpinteros en cada una con sus hachas, mientras que en otra lancha separada irían un oficial francés y el alférez de fragata D. Honorato Bullón, y en un bote a la retaguardia el caballero de San Luis Eries y el alférez de navío D. Gerónimo Taberne, comandante del Arsenal.

Sobre un pequeño corsario fueron 25 granaderos del Regimiento de Vitoria con D. Ricardo Marcutin con el fin de defender las primeras lanchas en caso de que salieran otras del castillo a oponerse, quedando el marqués de Cagigal en la avanzada para sostener si fuesen atacados por la playa.

Convenida la acción se dirigieron a ejecutarla a las ocho y media de la noche, y habiendo llegado a aquel fondeadero cortaron los cabos, dieron sus remolques y al tiempo de alarde ellos se vieron batidos por “fuego propio o amigo”, como se dice en la actualidad, dado que los Voluntarios de Cataluña, no advertidos de la acción, y discurriéndose fundadamente ser lanchas enemigas, abrieron fuego, provocando que las baterías británicas de la Plaza hicieran lo mismo.

Esta situación malogró el éxito, pues los marineros mahoneses que bogaban, soltaron los remos y se acobardaron ante el incesante fuego, siendo preciso que se retiraran con la pérdida de algunos de ellos, un carpintero herido y uno de los primeros muerto.

A la siguiente noche se comisionó al capitán de fragata D. José Salazar para el logro de esta empresa y dirigiéndose en tres lanchas a su mando repartidos en ellas Liniers y Taberne, sin ser vistos por los enemigos trajeron a la dársena dos bergantines enemigos.

Se fueron capturando las distintas embarcaciones pero quedaba una última fondeada en el glacis de la fortificación y con carga valiosa.

La captura de la misma era más que arriesgada porque no se contaba con el “efecto sorpresa”, se realizaría a la luz del día, y con un enemigo que había tomado la precaución de quitarle el timón.

En la hoja de servicios de Liniers se destaca que él mismo solicitó llevar a cabo esta peligrosa empresa, la cual fue aplaudida por la demostración de intrepidez y valor.

En la gaceta francesa se comenta que el buque estaba cargado de diversos materiales como piezas de bronce, cobre y hierro trabajado, por un valor estimado en 500.000 libras.

Apresamiento de un bergantín al ser abordado por botes
Apresamiento de un bergantín al ser abordado por botes. William Elmes & John Farburn. National Maritime Museum Londres. Esta bien pudiera ser la escena ocurrida en la acción de Santiago Liniers, ya que este bergantín francés fue sacado por los británicos en unas condiciones similares, con los fuertes como principal peligro.

El propio duque de Crillón, en una carta al conde de Floridablanca, no tiene más que palabras de elogio y recomendación hacia aquellos oficiales que tanto se distinguieron poniendo en juego su propia vida:

(…) faltaría a mi honor si pasara en silencio los servicios en que se han distinguido los oficiales que propongo en la adjunta relación: así diré a V.E. que estos bravos oficiales han retirado debajo del fuego de los enemigos seis embarcaciones donde la última estaba a menos del tiro de fusil, y casi sobre el glacis del fuerte de la Reina habiendo logrado quitar a los enemigos un refuerzo, cuyo valor monta a cuatro millones de reales sin perder un hombre. He de merecer a V.E. haga presente a S.M. sus méritos y lo que conviene al bien del servicio, y gloria de sus Reales Armas el que los demás vean algún premio, en los que se han distinguido primero, tanto más que la empresa ha sido muy atrevida, pues aunque no han tenido desgracia alguna ha sido efecto de torpeza del enemigo y por falta de un evidente riesgo en que tuvieron (…)

(Aclara debajo y al margen) Debo decir a V.E. que esta es copia de las dos cartas que he escrito, una al Ministro de Guerra, y la otra al de Marina, incluyendo una propuesta como la que incluyo a V.E. y que suplico encarecidamente a V.E. procure por su parte aprobarlas para que logren el premio que merecen los oficiales que se distinguen, pues no se deben juzgar las empresas en la guerra por la sangre que cuesta, que regularmente las más atrevidas son las que cuestan menos cuando son bien dirigidas (9).

Ya el 1 de septiembre de 1781, el duque de Crillón le remitió al Secretario de Marina la recomendación de varios oficiales por su participación en el apresamiento de aquellas seis embarcaciones enemigas.

La propuesta fue la siguiente: Para capitán de navío el ascenso del capitán de fragata D. José Salazar, para la Cruz de la Orden de Carlos III al ingeniero extraordinario de la Real Armada D. Jerónimo Taverne, para teniente de fragata al alférez de navío D. Santiago Liniers, y para alférez de navío al alférez de fragata D. Honorato Bullón. Luego continuaba con otros tantos del ejército de tierra (10).

La R.O de ascenso de Liniers a teniente de fragata tenía fecha del 16 de septiembre de 1781. Durante el resto del asedio estuvo destinado tanto a las chalupas como a las baterías establecidas en tierra, hasta que se le concedió el mando de un bricbarca de 18 cañones que “tuvo la libertad de armar a su gusto y que fue destinado a convoyar a los prisioneros de la guarnición hasta el estrecho de Gibraltar” (11).

Seis meses después de ser ascendido a teniente de fragata fue promovido el 2 de marzo de 1782 a teniente de navío (12), sin llevar siquiera diez años en la Armada Española, pero habiendo cumplido con la intrepidez y el valor que se esperaba en un oficial de marina.

Notas

  1. PAVÍA, Francisco de Paula. “Biografía del general…”. op.cit., p.324.
  2. Sobre la reconquista de Menorca se pueden encontrar varios estudios interesantes, nosotros citaremos un artículo de José GELLA ITURRIAGA, por su síntesis del tema y por el trabajo de documentación inédita: “El convoy y el desembarco español de 1781 en Menorca”. En Revista de Historia Naval, Madrid, Instituto de Historia y Cultura Naval, 1983, Nº 1, pp. 9-30.
  3. Diario de navegación del navío San Pascual y Estado que manifiesta cómo se hallan los buques del mando del Brigadier mayor general de la Armada don Buenaventura Moreno, con expresión de sus respectivos destinos. Menorca, 2 de septiembre de 1781. Secretaría de Marina, 481. AGS, Secretaría de Marina, 481.
  4. GELLA ITURRIAGA, José. “El convoy…”.op.cit., p. 21.
  5. Ibidem, pp. 24-25.
  6. La acción heroica de Liniers es recordada al día de hoy en Menorca, como prueba de ello contamos con un artículo sobre la vida de nuestro marino de origen francés publicado en el diario “Menorca” el 30/10/2005, donde se detallan las particularidades del acontecimiento. Ver TERRÓN PONCE, José. El faro de Alejandría. Artículos publicados en la prensa menorquina entre 1979 y 2007. Menorca, Consorcio del Museo Militar de Menorca, pp. 225-227.
  7. Biblioteca Nacional de Francia. Noticia sobre la reconquista de Menorca en la Gaceta de Francia. Fecha: Martes 11 de diciembre de 1781. Microfilm M- Gaëtan de RAUCOURT publicó en la página web de “Memoire Jacques de Liniers” dicho documento en marzo de 2008, siendo traducido al español por Javier LINIERS BERNABEU.
  8. AMN, Colección de documentos de Vargas Ponce. Nº de catálogo: T. XXI, ff. 371-372, doc. 198, Ms. 0052. Carta del alférez de navío Santiago de Liniers, segundo comandante del arsenal de Mahón, al brigadier Ventura Moreno, sobre la toma de unas embarcaciones enemigas. Fecha: 23/8/1781.
  9. AHN, Estado, leg. 4230. Extracto de una carta del duque de Crillón al conde de Floridablanca recomendando a varios oficiales, entre ellos Liniers. Mahón. Fecha: 8/9/1781.
  10. AHN, Estado, leg. 4230. Copia del original que remitió el duque de Crillón al Secretario de Marina recomendando a varios oficiales, entre ellos Liniers. Mahón. Fecha: 1/9/1781. Relación de los oficiales que por haber estado empleados en apresar seis embarcaciones enemigas bajo del cañón del fuerte San Felipe, y la última a tiro de fusil del fuerte de la Reina, cuyo valor asciende las seis a cuatro millones de reales, propone el Excelentísimo Sr. Duque de Crillón para merecer las gracias de S.M.
  11. PELTIER, Jean Gabriel. “Noticias biográficas…”. op.cit. En ningún documento ni publicación se menciona el nombre de la embarcación pero creemos que se trató de la Fincastle. Nos basamos en el dato del propio Peltier cuando posteriormente indica “[…] retomó el mando de su bricbarca el Fincastle […]” haciendo mención al año 1782, dando por sentado que la había comandado anteriormente.
  12. Copia del Real Nombramiento se encuentra en el AGMS, Sección 1, Leg. L-806.

El libro De Aventurero a Capitán. Inicios de D. Santiago de Liniers en la Real Armada Española (1775-1788), aborda la carrera militar del ilustre marino español de origen francés D. Santiago de Liniers y Bremond, desde su incorporación a la Real Compañía de Guardiamarinas de Cádiz hasta su ascenso como capitán de fragata y posterior ida hacia el Río de la Plata, donde convertirá luego en el gran reconquistador y defensor de Buenos Aires ante la invasión británica de 1806 y 1807, y virrey interino del Río de la Plata. La obra profundiza la parte biográfica menos conocida del mencionado marino, a partir del análisis de documentación muy relevante que era desconocida hasta el año 2013, y que con esta investigación fue puesta al servicio de los historiadores. El libro, editado en francés y en español, fue subvencionado por la Asociación francesa Memoire Jacques de Liniers y representa un aporte muy valioso para el conocimiento de la vida de Santiago de Liniers.

Nota: Todas las imágenes de este artículo han sido incluidas por Todo a babor, al igual que sus pies de foto.

Compartir
Twittear
Pin