Por Juan L. Calvó
Autor de libros sobre armas y de la web Catalogación de armas
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En su documentada obra “Swords of the Sea Service”, W.G. May & P.G.W. Annis exponen como en España, durante el siglo XVIII los Oficiales de la Armada no utilizaron un determinado modelo de espada, y que la identificación de las navales debe basarse en lo concerniente a su empuñadura, que por especial concesión real debía ser de metal dorado para diferenciarse de las de plata de los Oficiales de Casa Real.
Esta disposición perdería vigencia a finales del siglo ya que en 1793 las “Ordenanzas Generales de la Armada Naval”, en su precepto 70 para Oficiales de la Armada, determinaba: “Prohíbo el uso de otra clase de espadas y evillas que las doradas establecidas en mi Armada y Exercito para con el uniforme”, lo que da pie a considerar la existencia de unos “modelos establecidos” a figurar en documentación hasta el momento ignorada.
Durante la segunda mitad del siglo XVIII sólo cabe afirmar utilizados por Oficiales de la Armada dos tipos de espada de ceñir o espadín, ambos con empuñadura de latón sobredorado.
Uno es el que figura en el Museo Naval como el perteneciente al Teniente General Antonio Barceló (1717-1797), el marino más notorio durante el reinado de Carlos III.
La existencia de espadas de este tipo es más abundante que la del otro, con guarnición de barquilla con vela, labrada, ocasionalmente mostrando las Armas Reales sobre dos anclas cruzadas en aspa, señalando un indiscutible uso en la Armada.
En las Ordenanzas de 1793 no se citan sables, pero de la escasa efectividad que como arma ofrecían los espadines, resulta obligado considerar que en acciones de abordaje y desembarco, los Oficiales sustituirían la espada por el sable pese a no existir disposición que lo autorizara.
En 1832 Ángel Laborde, Jefe de Escuadra, mandó traducir y publicar la Instrucción para ejercicio del sable utilizada por la Infantería inglesa, afirmando en su Prólogo que es en los bajeles de Su Majestad, “adonde se hace incuestionable la gran ventaja, de que todos los que los montan tengan la mayor destreza en el manejo de las armas blancas en los lances de dar ó rechazar un abordage”
En distintas publicaciones figuran ilustrados sables ingleses de Oficial de Marina, a datar en la segunda mitad del siglo XVIII, labrados con motivos navales.
En museos y colecciones españolas tengo vistos sables parecidos a estos ingleses, pero entre ellos no recuerdo alguno con atributos de Marina. Este tipo de decoración figura en ejemplares más tardíos, producidos a inicios del siglo XIX.
En mi opinión, durante la primera mitad del siglo XIX los Oficiales de la Armada carecieron de unos “modelos reglamentarios” de sable o espada, equipándose con los adquiridos en el comercio de efectos militares según su personal criterio, optando algunos por equiparse con el cutó, introducido a inicio de siglo por moda adquirida durante el periodo de alianza con la Marina francesa (1796-1808).
Mediado el siglo cesó el uso de espada y se generalizó el del sable de Oficial de Marina, modelo de 1827 inglés, que no antes de la publicación de la tarifa de la Fábrica de Toledo de 1871 aparece nominado como “modelo 1857”.
En la tarifa de 1856 figura como “Sable para oficial de Marina con vaina de suela con juegos” al precio de 130 rs., y existe producción del mismo con hojas marcadas en Toledo, fechadas en 1850.
La producción nacional de este sable se ajusta con exactitud a la inglesa, variando únicamente el diseño de la corona real que figura sobre el ancla con calabrote, en la guarnición.
Un detalle a considerar poco relevante, que unido al regular número de sables ingleses que aparecen en España permite apuntar la hipótesis de que este modelo se introdujo mediante ejemplares adquiridos en Inglaterra, y que fue tras generalizarse su uso, que se inició la fabricación nacional del mismo.
El Cuerpo de Artillería e Infantería de Marina no utilizó este modelo de sable, sino tal vez otro basado en el modelo 1822 inglés de Oficial de Infantería, que restó en el equipo de los Oficiales de Infantería de Marina cuando el 1857 se creó el Cuerpo de Estado Mayor de Artillería de la Armada, equipado con un nuevo modelo de sable mantenido en servicio por menos tiempo.
En 1881 el brigadier Barrios, de éste mismo Cuerpo, afirmaba que el sable de Oficial de Marina “es también reglamentario para los oficiales de artillería, ingenieros, sanidad militar y contabilidad”.
Ignoro cuando se produjo esta unificación de modelo en la Armada, que no incluyó a los Oficiales de Infantería de Marina, que se dicen equipados entonces con la espada de ceñir “Md. 1869”.
La guarnición del sable de Oficial de la Armada, “Md. 1857”, es la decana de las nacionales, reflejada en cuantos Reglamentos de uniformidad de la Marina incluyeron el uso de arma blanca.
Ignoro si durante el periodo 1868-75 se produjo con alguna variación de la corona sobre el ancla con calabrote.
Tras la proclamación de la República, en 1931, sí se cambió la corona real por la mural, y el cambio más notable se produjo tras la guerra 1936-39, que se fabricó como espada-sable con hoja del modelo Puerto-Seguro, variando también la corona sobre el ancla que pasó a ser la imperial.
Barceló informa de que también se produjo un sable del mismo tipo para Contramaestre, diferenciado del de Oficial por tener las piezas metálicas de su empuñadura y vaina de metal blanco, niquelado.
Bibliografía
- “Swords for Sea Service”, W.E. May y P.G.W. Annis, Londres, 1970
- “Ordenanzas Generales de la Armada Naval”, Madrid, 1793
- “Ejercicio del sable mandado observar por el Gefe de la Escuadra”, Habana, 1832
- “Naval Swords, 1660-1852”, P.G.W. Annis, Londres, 1970
- “Tratado elemental de Armas Portátiles”, Brigadier Barrios, Madrid, 1881
- “Prontuario de Artillería”, José Mª Enrile y Méndez de Sotomayor, Madrid, 1856
- “3 Siglos de Armamento Portátil en España”, B. Barceló Rubí, Cala Millor, 2002