Por Rafael Vidal Delgado
Este especial se compone de los siguientes artículos:
Fuerzas en presencia | La batalla desde el punto de vista naval | La batalla desde el punto de vista terrestre | Consideraciones | Según el Gibraltar Chronicle | Según los ingleses | Según la Gaceta de Madrid | Juicios del combate de Algeciras
El texto de esta serie de artículos sobre la Batalla de Algeciras pertenece al libro de Rafael Vidal Delgado «La Batalla de Algeciras y el Fuerte de Santiago» del cual se han extraído varios capítulos de forma íntegra. Desde Todo a Babor agradecemos a su autor, don Rafael Vidal Delgado, la amabilidad al permitir su publicación. No hemos querido añadir todo el libro por la extensión del mismo y sobre todo porque el capítulo sobre el desastre en el Estrecho, que aconteció varios días después de la batalla de Algeciras, porque ya lo tratamos a fondo en otro artículo.
Antes de iniciar un relato de los acontecimientos, vamos a relacionar las fuerzas navales y terrestres que se enfrentaron, así como la fuerza naval hispano-francesa que operaría en el Mediterráneo, en consonancia con el acuerdo de Aranjuez.
Índice
Fuerzas francesas
Por parte francesa se contaba con tres navíos, «Indomptable” al mando del capitán de navío, Moncoure, y «Formidable«, al mando del capitán Aimable-Gilles Troude (48), ambos de 80 cañones (49); «Desaix», al mando del capitán Palliere, de 74 y la fragata «Muiron«, al mando del capitán de fragata, de Martineng, de 44.
Esta pequeña flota se encontraba al mando del contralmirante, conde de Linois (50). En realidad era una división naval de la escuadra del almirante Ganteaume (51). Como hecho a reseñar, en la fragata «Muiron» se trasladó Napoleón de Egipto a Francia, ordenando construir un modelo de ella que exhibió en su palacio (52).
La división naval transportaba una fuerza de desembarco, al mando del general de brigada, Devaux (53) compuesta por unos 2.000 hombres, con parte de los cuales reforzó las baterías de costa españolas. (54)
En el Campo de Gibraltar se encontraba de Comandante General, el conde Saint-Hilaire (55), teniente general de los ejércitos españoles y de jefe del cantón de Algeciras, el mariscal de campo, don Adrián Jácome.
Se pusieron a disposición del combinado hispano-francés, no sólo todos los fuertes y baterías de la bahía, sino a tropas de infantería y caballería. De hecho, el general Jácome ordenó a los regimientos Provinciales de Ronda y Xérez que completaran las dotaciones de artilleros de los fuertes, y el Comandante General, ordenó al batallón de Jaén, que a marchas forzadas se incorporara desde San Roque a Algeciras, para apoyar la defensa (56). El Comandante de Artillería del cantón, era el coronel de Artillería, don Juan Río Soto.
Baterías de costa
Todas las baterías existentes en la bahía se encontraban en buen estado, aunque sus fortificaciones dejaban mucho que desear, al no ser en la mayoría de los casos de sillería, sino de mampostería.
Su artillería podía considerarse de excelente calidad y los artilleros muy preparados, siendo con los ingenieros, los únicos oficiales que procedían de academias militares. Las baterías cruzaban fuegos entre ellas, de tal manera que todo objetivo era batido por al menos dos baterías.
Las baterías, tal como posteriormente se verá, estaban artilladas por cañones de a 24 libras, cuyo alcance podía exceder de los 3.000 metros, superior al de la artillería naval, no porque los buques no pudieran llevar este mismo calibre, sino por la incapacidad de esta última de «jugar» con los alcances y los ángulos de elevación.
Organización de la artillería de costa española
Este breve estudio e investigación sobre la batalla naval de Algeciras ha de tener en cuenta la organización de la Artillería en el Campo de Gibraltar, única forma de entroncar el historial del Regimiento de Artillería de Costa n° 5 con los hechos que acaecieron durante los siglos XVIII y XIX.
No ha sido un tema de investigación la organización de la Artillería a lo largo de los tiempos, a pesar de que se hayan escritos diversas historias sobre la Artillería Española, y por supuesto está por vislumbrarse cuál fue la organización de la Artillería durante los más de doscientos años que duró el sitio de Gibraltar.
Intentando entrever la organización verdadera, se ha podido comprobar que se denomina comandante general de Artillería a un brigadier o mariscal de campo de dicha Arma y que tenía a su cargo la dirección de las baterías, los trenes de municionamiento y bagajes y la coordinación de los fuegos, siendo asesor en todos estos aspectos del general en jefe.
De hecho, en la organización de los ejércitos españoles del siglo XVIII existe la figura del cuartelmaestre general, que junto a una serie de ayudantes generales de Infantería y Caballería y un número indeterminado d ayudantes y de ayudantes de órdenes, configuraban lo que con lenguaje moderno se podría denominar un estado mayor.
Paralelamente existía un cuartelmaestre de Artillería y otro de Ingenieros, con sus correspondientes ayudantes; estos cuartelmaestres se encontraban subordinados, en cierta manera, del cuartelmaestre de ejército. En determinados momentos los cuartelmestre de Artillería e Ingenieros se denominan inspectores o subinspectores.
En el Campo de San Roque o de Gibraltar existía un ejército, bajo el mando de un comandante general, con categoría de teniente. general, que tal como se ha indicado anteriormente era, don Domingo Izquierdo, conde de Saint-Hilaire, subordinados a él se encontraban los correspondientes inspectores o similares de Ingenieros y Artillería.
Además la Comandancia General, se encontraba dividida en «cantones», estando cada uno al mando de Comandante de Armas, de categoría mariscal de campo o brigadier. Sin haberse investigado el tema, seguramente el Campo de Gibraltar se dividía en varios cantones, siendo los conocidos: San Roque; Algeciras; Tarifa; Estepona y Ronda, aunque no hay que descartar que existieran algunos más.
Cada cantón del Campo, tenía una guarnición de tropas de infantería, caballería y artillería, ésta última era de plaza y posición (actual Artillería de Costa), que artillaba los fuertes y baterías en la costa, o las murallas de Ronda, Jimena o Castellar.
El Cuerpo de Artillería disponía de fábricas de pólvoras en Jimena, y los correspondientes parques y trenes Artillería en las distintas guarniciones, concretamente en Algeciras existía parque, con miles de fusiles, armas blancas y un número considerable de bocas de fuego (57).
Para que nos demos cuenta de la importancia de la Artillería en el Campo de Gibraltar, hagamos mención al recuento que hace de ella, el general Gómez Arteche (58), estado que aunque es referido a 1808, es probable que fuera más numeroso en 1801.
El estado hace referencia a todo el material a cargo del Cuerpo de Artillería:
Comandancia de Artillería | Elemento | Número |
Algeciras | Cañones de broce | 130 |
Morteros de bronce | 20 | |
Obuses | 9 | |
Balas de artillería | 29.937 | |
Metralla en botes o racimos | 5.042 | |
Bombas | 2.213 | |
Granadas | 8.205 | |
Quintales de pólvora | 952 | |
Munición engarzada de artillería | 1.305 | |
Cañones de bronce | 21 | |
Cañones de hierro | 4 | |
Cureñas de plaza | 3 | |
Armones | 1 | |
Tarifa | Balas de artillería | 2.287 |
Metralla en botes o racimos | 268 | |
Quintales de pólvora | 35 |
Toda la Artillería de cada cantón se agrupaba en una Comandancia de Artillería, que reunía en sí misma, no sólo las baterías, sino también las fábricas, parques y almacenes. Estas Comandancias, según la entidad de elementos artilleros de que disponía, eran mandadas por un oficial de artillería de graduación adecuada.
La de Algeciras, que era la más importante, era plaza de coronel, siendo en 1801, y tal como se ha expuesto antes, don Juan Río Soto. Don Juan Riosoto, puede considerarse uno de los coroneles que mandaron la unidad precursora del Regimiento de Artillería de Costa n°. 5.
La guarnición de soldados de artillería era relativamente escasa, parece que solamente existía una compañía fija de artillería, capaz de atender exclusivamente la puntería de las piezas, debiendo las baterías ser reforzadas con personal de otros cuerpos.
Este sistema, que hoy parecería extraño, no lo era en aquella época. Por eso se reforzaron la baterías con personal de los Regimientos Provinciales de Ronda y Xérez. Asimismo se tiene constancia de que el almirante Linois, reforzó las baterías; con personal francés, precisamente del contingente de desembarco, del general Devaux. (59)
La Artillería de la época era y es en la actualidad el Arma del Mando, siendo bueno clarificar la cuestión para dignificar y poner en su justo lugar la contribución militar española a la batalla de Algeciras, minimizada por cuestiones interesadas de los escritores ingleses y franceses principalmente los últimos.
La relación de baterías, que podían tener alguna acción sobre la batalla, era la siguiente:
Batería | Fortificación | Artillería | Observaciones |
Tolmo | Fuerte en la ensenada del mismo nombre. | 2 Cañones de 24 y 3 de 18 | Impedía la navegación próxima a la costa española. |
San Diego | Fuerte en Punta del Fraile | Idem anterior. | |
Punta Carnero | Fuerte | 4 Cañones de 24 y 1 de 18. | Idem anterior. |
San García | Fuerte en Punta San García. | 5 Cañones de 24, 1 de 18 y 2 morteros. | Idem anterior. |
Isla Verde | Fuerte | 12 Cañones de 24, 2 de 18 y 4 morteros de 12 pulgadas (60) | Protegía el puerto y fondeadero de Algeciras. |
Santiago | Fuerte de Santiago. | 12 Cañones de 24, 2 de 18 y 4 morteros de 14 pulgadas. | Idem anterior. |
Almiranta | Torre | 3 Cañones de 18 (61) | Protegía por el este la batería de Santiago. |
Mirador (62) | Fuerte del Mirador | 4 Cañones de 24. |
El número de piezas coincidía con el que los estados de 1789 daba a la Comandancia de Algeciras: 60 cañones. (63)
De los capitanes de todas las baterías, el único que nos ha llegado su nombre, es el de la de Santiago, don Manuel Velasco y Coello, de vida tan heroica como desgraciada (64).
De todas las baterías anteriores, de forma inexplicable no actuaron al pasar bajo sus cañones la flota inglesa, las del Tolmo, San Diego y Punta Carnero, aunque parece que dieron la voz de alarma de que se aproximaba la escuadra, doblando Punta Carnero. La de San García fue la que inició la batalla de Algeciras, al romper el fuego contra los buques ingleses (65)
Se dispone, por tanto para la batalla, de 28 piezas de a 24 libras y 7 de a 18 libras, ya que los morteros, no tenían ninguna aplicación en una acción naval, sirviendo para proteger la fortificación ante desembarcos y en ocasiones, para cubrir con sus fuegos el espacio próximo a la costa y que sobre él no tenían capacidad de disparar los cañones aunque en este caso su efectividad era precaria. Posteriormente se vera que el almirante inglés intentó efectuar un desembarco en Isla Verde, para acallar sus cañones (66).
Asimismo se proporcionaron, siete lanchas cañoneras, de las inventadas en su momento por el almirante Barceló, armadas de un solo cañón situado a proa.
Estas lanchas tenían bastante movilidad gracias al empleo de remos y vela, aptas para navegar en medio de la bahía, pero con dificultades y desde luego muy vulnerable en espacios más constreñidos, ya que una andanada de babor o estribor de cualquier buque podía dar al traste con más de una de ellas, como desgraciadamente así ocurrió (67).
Las lanchas se pusieron bajo el mando del capitán de navío, don Juan Lodares, siendo los comandantes de ellas, con los numerales, 2, 3, 4, 7, 8, 12 y 14, don Adrián Varcárcel, don Francisco Birmighan, don Rafael Domínguez, don José de la Puente, don Bernardo Rojas, don Nicolás Abreu y don Jerónimo Lobatón (68), siendo este último alférez de navío.
Fuente inglesas mencionan 14 lanchas cañoneras, ya que indican que tres se situaron al suroeste de isla Verde, cuatro delante de la batería de Santiago y otras siete en la Almiranta (69). En realidad lo más probable es que fueran más de siete la cañoneras que participaron, aunque solo siete de ellas pertenecían a la Armada española, siendo el resto las que se dedicaban al corso en aguas de la Bahía.
Linois al conocer la superioridad numérica inglesa, manda aviso al almirante don Joaquín Moreno (70), con cuya fuerza tiene que unirse en Cádiz para operar en el Mediterráneo. Moreno se hace a la vela con 10 buques, los españoles «Real Carlos» y «San Hermenegildo«, de 112 cañones, al mando de los capitanes Ezquerra (71) y Emparán (72); el navío de 94 cañones, «San Fernando«, al mando de J. Molina (73); los «Argonauta» y «San Agustín«, ambos de 74 cañones, al mando respectivamente de los capitanes Herrera (74) y Topete (75), y la fragata «Sabina» de 34 cañones.
Por parte francesa, se hace a la mar el navío «Saint Antoine«, de 74 cañones, al mando del capitán de navío Le Roy; las fragatas «Liberté» e «Indienne«, de 44 cañones, al mando de los capitanes Proteau y Bourdet y el bergatín «Vautour«, de 14 cañones, al mando de Reniel, encontrándose la división al mando del contralmirante Dumanoir (76).
A finales del siglo XVIII, la mayoría de las naciones habían adoptado como navío tipo el de 74 cañones, denominado «navío real» en la Armada española.
Cuando un navío superaba los 90 cañones se le denominaba «navío de tres puentes«, encontrándose dos de ellos en la flota del almirante Moreno.
Excepcionalmente, cuando superaban los 130 cañones, se denominaban de «cuatro puentes», existiendo uno sólo de estas características, el «Santísima Trinidad«, navío de más de 3.000 toneladas, totalmente de madera y con una tripulación cercana a los 1.100 hombres.
Generalmente, contra menor número de cañones, mejor maniobrabilidad y mayor velocidad. De hecho no se consideraban muy marineros al «Real Carlos» y «San Hermenegildo«, y mucho menos al «Santísima Trinidad«, que acusaba sensibles fallos, salvándose en la batalla del Cabo San Vicente, por las acertadas disposiciones del almirante Moreno, pero que terminó por sucumbir en Trafalgar.
Efectivos británicos
Por su parte los ingleses contaban con seis navíos de línea, el «Caesar«, de 80 cañones, al mando del capitán Jahleel Brenton, y «Pompée«, (Capitán Charles Stirling); «Venerable» (capitán Samuel Hood); «Hannibal» (capitán Solomon Ferris); «Spencer» (capitán Henry D’Esterre Darby) y «Audacious» (capitán Shuldham Perd), de 74, y la fragata «Thames» (capitán Aiskew Paffard), de 40 (77).
Se encontraban destacados dos buques vigilando la desembocadura del Guadalquivir, el navío «Suberb» (capitán Richard Goodwin Keats), de 74 cañones y el bergantín «Pasley«, al mando del teniente Willian Wooldrigge.
La flota se encontraba al mando del almirante, sir James Saumarez (78), izando su insignia en el «Caesar«.
De guarnición en Gibraltar se encontraban una serie de buques de guerra, que normalmente se dedicaban al corso o al «contracorso», es decir luchar contra las actividades de corso españoles, que tenían repercusión en la navegación por las aguas del Estrecho.
De esta forma, se unió a la flota, dos lugres (79) de 16 y 10 cañones; una polacra (80) de 10 cañones; dos lanchas cañoneras y catorce botes (81). Se tiene constancia de que los lugres, uno tenía por nombre «Calpe«, encontrándose al mando del capitán George Heneage Lawrence Dundas, y el otro «Plymouth«, de 10 cañones.
Tras la batalla de Algeciras, se les unió el navío «Superb«, también de 74 cañones y el bergantín «Pasley«.
Los perfiles bélicos de los almirantes Saumarez y Linois eran bien distintos. El primero arrojado, intrépido, y muy buen navegante, el segundo con el complejo que aquejaba a los marinos franceses de la época, de su inferioridad frente a los ingleses.
Saumarez considerándose señor de los mares, y Linois, pusilánime, contentándose con los apresamientos del «Hannibal«, «Speedy» y otro buque del que no nos ha llegado el nombre, que pretenderá llevar a Cádiz como botín de guerra y mostrar de esta forma su maestría ante el Primer Cónsul.
Estos serán los protagonistas de la jornada del 7 de julio y del desastre posterior del 12 del mismo mes. Trescientos dieciséis cañones, por parte franco española por cuatrocientos noventa de los ingleses, una superioridad abrumadora, no solo en buques y cañones, sino en lo que era más importante en capacidad bélica naval. La situación no podía ser más desventajosa.
Notas
Debido a que no hemos incluido algunos capítulos, la numeración de las notas empieza en la 48, para respetar las mismas del libro original.
- (48)- AIMABLE-GILLES TROUDE: Nació en Cherburgo en 1762 y murió en 1824. Tomó parte en la campaña de la Martinica en 1777 y en la guerra contra Inglaterra de 1781. Mandando un buque, hizo después las de Brasil y Guadalupe, y posteriormente participó en el transporte de tropas del ejército expedicionario al mando de Napoleón, a Egipto. Tras la batalla de Algeciras fue felicitado por el Primer Cónsul. En la nueva guerra contra Inglaterra mandó el «Suffren» y con él operó en las Antillas incendiando la ciudad de Roseau en la Dominica. Mandó una división naval apostada en Cherburgo, ascendiendo a contralmirante en 1811.
- (49)- F.P.D. «Desastre naval en el Estrecho de Gibraltar durante la noche del 12 al 13 de julio-1801». Revista Militar de febrero de 1850. En el trabajo que se consigna en esta revista los navíos «Indomptable» y «Formidable» eran de 74 cañones.
- (50)- CHARLES-ALEXANDRE-LEÓN DURAND, CONDE DE LINOIS:
Nació en 1761 y murió en 1848. Se distinguió en la guerra de la independencia americana a las órdenes de Villaret Joyeuse, asistiendo a la batalla de Groix, donde se enfrentaría a su futuro enemigo, sir James Saumarez, perdiendo el brazo izquierdo en la misma. Ascendido a contralmirante en 1799. En 1801 sostuvo la batalla de Algeciras y el desastre posterior del Estrecho, pese a lo cual fue felicitado por Napoleón. En 1803 fue enviado al océano indico desembarcando tropas en la isla de Francia. Después de numerosos combates, se vío envuelto por la escuadra inglesa del almirante Warren y fue cogido prisionero. Hasta 1814 no recobró la libertad, regresando a Francia y siendo nombrado gobernador de Guadalupe, colonia que en 1815 cayó en manos inglesas, quedando de nuevo prisionero. Al regresar a Francia fue encarcelado en la Abadía. - (51)- GANTEAUME, HONORATO JOSÉ ANTONIO, CONDE:
Almirante francés. Nació en La Ciotat en 1755 y murió en La Pauligne en 1818. Antes de la revolución sirvió algunos empleos secundarios y en 1794 ascendió a capitán de navío. El mismo año se distinguió a las órdenes de Villaret-Joyeuse Y Reanudin, y luego se le confió el mando de la división naval de las costas de Brest. En 1798 fue jefe de estado mayor del almirante Brueys, y después de la muerte de éste se encargó del mando de las fuerzas navales de Egipto y de las costas del Nilo. Mandó también la flota que acompañó a Napoleón a su regreso a Francia, y luego condujo a Egipto tropas de refuerzo (1801) y al año siguiente a Santo Domingo. En 1804 ascendió a vicealmirante y fue nombrado jefe de la flota de Brest y más tarde de la del Mediterráneo. En 1810 Napoleón le concedió el titulo de conde y en 1811 fue comandante de los marinos de la guardia y chambelán del emperador. A la caída de éste reconoció a los Borbones y fue llamado a la Cámara de los Pares, donde votó la muerte del mariscal Ney. - (52)- La fragata «Muiron» fue construida a finales del siglo XVIII en Venecia y era de 44 cañones, cuando lo normal de las fragatas eran 40.
- (53)- D. PEDRO DEVAUX, barón de Devaux: Nació en Vuerzón en 1762 y murió en París en 1818. Entró en el servicio a los 20 años, y en 1792 era capitán de granaderos. Posteriormente se distinguió en Fleurus y en el ejército de los Pirineos. En 1795 fue nombrado ayudante general de la guardia nacional de París. En 1797 sirvió en Italia y en Egipto. Tomó parte en el combate de Algeciras, y en 1813 se distinguió en Lutzen, Bautzen y Hanau, retirándose al año siguiente con el empleo de general de brigada, que ya era en 1801.
- (54)- A finales de 1801 la escuadra de Linois se encuentra en Cádiz para emprender la campaña de Santo Domingo. En ese momento las tropas de desembarco que llevan sus buques, son: el 19° Regimiento Ligero, un batallón alemán y el 10° Regimiento de Dragones, en total 2.400 hombres. Lo más normal es que este contingente de tropas es el que llevaba Linois al mando del general. Devaux, cuando se dio la batalla de Algeciras. La Nota está extraída de internet, que cita como fuente a Jomini, barón de, «Histoire critique et militaire des Guerres de la Revolution», tomo IV, Bruselas 1842.
- (55)- D. DOMINGO IZQUIERDO, conde de la HAGE DE SAINT HILAIRE
Comandante General a principios de siglo (de 1799 a 1802). Tras la muerte del marqués de Roben le ‘sustituyó el Teniente General, Don Ventura de Escalante, que permaneció escasos meses en el puesto, siendo nombrado el de igual empleo, Don Domingo Izquierdo, en el mes de febrero de 1799, tomando posesión el día 15, que fue cumplimentado por las autoridades municipales. El decreto de nombramiento era para el «Mando del Campo y Tropas del Ejército». Veamos algunos episodios de su trayectoria en el Campo de Gibraltar, acuciados por la guerra contra los ingleses. La lucha contra Inglaterra provocaba que Estepona, que pertenecía a la jurisdicción del Campo de Gibraltar, fuera frecuentemente bombardeada. Con tal motivo se ordenó que se construyera una Batería de Costa junto a la playa, a la parte de levante del río Monterroso. El director de la obra fue el Teniente de ingenieros, D. Nicolás Garrido, y el Comandante de la guarnición militar, D. Baltasar de Frías. Esta Batería, que constó 7.000 reales, fue sufragada por las autoridades municipales; inaugurandose el 29 de junio de 1801, día de San Pedro, colocándose una lápida que decia; «En tiempo de S.M. el Rey Carlos IV, se ha construido por este Ayuntamiento, siendo Comandante General el Conde de la Haye y Corregidor de Estepona D. Ignacio Pérez Vizcaíno en el presente año de 1801». Cuentan las crónicas que después de la bendición se dio un refresco y se hizo una gran verbena. El 10 de noviembre de 1800, y según órdenes del Comandante General, se formó en Estepona una Compañía Urbana, compuesta por vecinos de la villa. Para el cargo de Capitán se nombró a D. Manuel García Núñez, como Teniente a D. Tomás de la Puente, como Alférez a [Don Bartolomé de Casas y como Sargentos a D. Miguel Navarro, D. Francisco Romo y D. Alfonso Sánchez. En la mañana del 21 de marzo de 1802, una cañonera de la Real Armada Británica bombardea Estepona, así como a las embarcaciones que se encontraban fondeadas. BIBLIOGRAFIA: Caldelas López, Rafael. «Ciudad de Gibraltar en San Roque. Cuaderno de Notas. Actas Capitulares, 1706-1882». Ediciones Caja de Ahorros de Cádiz. Pág. 57. - (56)- «GIBRALTAR CHRONICLE», edición del 31 de julio: «Continuación a la relación del combate de Algeciras del día 6 de julio de 1801».
- (57)- Vidal Delgado, Rafael. «Historia de la Guerra de la Independencia en el Campo de Gibraltar». Algeciras 1995. Págs. 24 y 25. Algeciras
- (58)- Gómez Arteche. «Guerra de la Independencia». Tomo I, Apéndice núm. 10. Pág. 561.
- (59)- GIBRALTAR CHRONICLE» del 14 de agosto de 1801, edita una crónica aparecida el 19 de julio en París sobre la batalla de Algeciras, y en donde se consignan los detalles de la fuerza de desembarco y su apoyo a la artillería de costa.
- (60)- En el tomo VIII de la historia de la «Armada Española, desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón» de don Cesáreo Fernández Duro, se señalan 7 piezas de 24 para isla Verde y 5 cañones de 18 para la de Santiago, pero debían estar mucho más artilladas, porque cada fuerte contaba con dos baterías como mínimo.
- (61)- No existe mucha fiabilidad sobre estos datos. Esta batería seguramente se ubicaría en la misma torre Almiranta.
- (62)- Las crónicas de la batalla, extraídas del GIBRALTAR CHRONICLE, hablan de la batería del Mirador, cuando era muy improbable que pudiera participar, porque este fuerte se encontraba cerca de la línea de contravalación, lo más probable es que se refiera a una batería de fajina, existente en la desembocadura del río Palmones y que disponía del mismo número y calibre de piezas. Esta batería prolongaba la acción de la Almiranta.
- (63)- Vigón, Jorge. «Historia de la Artillería Española». Madrid 1947. Pág. 268.
- (64)- Vigón: ob. cit.. Tomo 11 1. Pág. 22.
- (65)- En la crónica de la batalla, extraída del «Gibraltar Chronicle», cita las baterías que participaron activamente en la batalla, comprendiendo las baterías desde San García (que indica que fue la que inició la batalla), hasta la del Mirador.
- (66)- Era táctica habitual de la Armada británica disponer siempre de una pequeña fuerza de desembarco, para apoderarse por tierra de los fuertes que desde tierra pudieran hacerle más daño. En la batalla de Tenerife, en donde tanta importancia tuvo la Artillería de Costa y el cañón TIGRE, el almirante Nelson, procedió a desembarcar, desembarco que fue rechazado por los valientes ciudadanos tinerfeños.
- (67) – La lanchas cañoneras inventadas por el almirante Barceló, tenían 56 pies de eslora en la quilla, 18 de mayor manga y 6 de puntal; 14 remos por banda y una gran vela latina; llevaban un cañón giratorio de 24 libras. Para su defensa iban protegidas por un parapeto que se podía alzar o batir. Barceló construyó 13 lanchas, quedando en 1801, 7, que fueron las que participaron en la batalla.
- (68)- Fernández Duro, Cesáreo. «Armada Española desde la unión de los Reinos de Castilla y Aragón». Págs. 220 y 222.
- (69)- Clowes, Laird W. «History of the Royal Navy». Seven Volumes 1893-1901.
- (70)- JUAN JOAQUÍN MORENO D’HOUTLIER:
Capitán general de la Armada. Nació en Ceuta en 1735 y murió en Cádiz en 1812. Fueron sus padres, el mariscal de campo, don Francisco Moreno Mondragón y doña Celina d’Houtlier y Verttier, de noble familia flamenca. Sentó plaza de guardiamarina en 1751, tomando parte en diferentes acciones contra los piratas berberiscos. Alférez de fragata en 1754, de navío en 1757 y teniente de fragata en 1760. Pasó a La Habana con la escuadra del marqués del Real Transporte, defendiendo el castillo del Morro como oficial de órdenes de su comandante, don Luis Vicente de Velasco, en 1762, siendo herido de gravedad. En 1764 se le nombró mayor, general de una flota mandada por el jefe de escuadra, don Agustín Idiáquez, con el que navego por aguas americanas. En 1769 mandó la fragata «Jesús Nazareno», armada en guerra para la expedición a la Luisiana. Pasó en 1775 al Mediterráneo, como segundo comandante del navío «San José», tornando parte en la guerra de Argel. En 1780, ya de capitán de navío, mandando una división naval, compuesta por el navío «San Miguel», las fragatas «Rosario» y «Gertrudis» y el jabeque «San Luis», las corrientes le arrastraron a las inmediaciones de Gibraltar, quedando al alcance de sus cañones, pero Moreno no se amilanó y salió airoso del combate, cañoneando a un navío y cuatro fragatas fondeadas frente al Peñón. Por este hecho y por su honroso hoja de servicios se le promovió al empleo de brigadier, asistiendo al mando del «San Miguel» al Gran Sitio de Gibraltar, a las órdenes del almirante Córdoba. A consecuencia de un temporal su navío se estrelló contra las rocas de la colonia británica, y antes de que cayera en poder del enemigo, le prendió fuego. Por este hecho fue juzgado en consejo de guerra, del que salió absuelto. Ascendió a jefe de escuadra en 1783, navegando por el Mediterráneo y el Atlántico.
Recorrió América en trabajos de carácter científicos, mandando el navío «San Julián», en 1787 En 1793 en la guerra contra la República Francesa, se encontró en la defensa de Tolón acendiendo a teniente general. Participó en el combate de San Vicente y gracias a su intervención la derrota española no fue más severa. El mismo Nelson, le dirigió una carta en Ios siguientes términos: «el comandante en jefe, sir John Jervis, ha querido remita a V.E. una gaceta en que se dan noticias del navío de V.E.. Afirma que V.E. fue quién en aquella tarde salvó al «Santísima Trinidad»; y sir John Jervis está pronto a certificar que un navío de tres puentes que arbolaba insignia de almirante de línea emprendió la bizarra acción de atravesar la escuadra inglesa entre el «Victory» y el «Egmont». Por su heroico y capacitado comportamiento recibió la encomienda de la Orden de Calatrava. En 1799 se le confirió a Moreno el mando de una escuadra surta en El Ferrol izando su insignia en «Real Carlos», defendiendo la ciudad del ataque inglés de 1800. En 1801 participó en el desgraciado desastre del Estrecho encontrándose por orden del almirante Mazarredo en la fragata «Sabina», junto a Linois salvándose de esta forma del naufragio del «Real Carlos», mereciendo los elogios de Napoleón. Capitán general del departamento marítimo de Cádiz, gracias a su labor se salvaron muchás vidas del desastre de Trafalgar. Posteriormente, en 1808, dirigió las operaciones navales que culminaron con la rendición de la escuadra del almirante Rosilly. El 3 de septiembre fue nombrado ministro del supremo consejo de guerra y marina, entregando poco después mando del departamento, conservando Moreno los honores de capitán general hasta su muerte. Dejó varios escritos, entre ellos notables traducciones. - (71)- D. JOSÉ DE EZQUERRA Y GUIRIOR:
Nació en Tudela y murió el 13 de julio de 1801. Sentó plaza de guardiamarina en 1769. En 1774 obtuvo el mando de la balandra «Ventura», naufragando en el golfo de Maracaibo, motivo por el cual se le formó consejo de guerra del que salió absuelto. Al mando de la fragata «Rosario» regresó a Cádiz, donde por desarme de la misma tuvo que desembarcar en 1776. Tomó parte en la expedición a Fernando Poo y Annobón, donde efectuó trabajos hidrográficos, regresando a Cádiz en 1779. Formó parte de la escuadra combinada franco-española de los almirantes Córdoba y conde de Orvilliers, asistiendo a las operaciones en el canal de la Mancha, en donde apresó al navío «Ardiente» de 74 cañones. Asistió al bloqueo de Gibraltar hasta el 10 de noviembre de 1881. Tomó el mando de la fragata «Santa Bibiana», con la que salió de Cádiz en dirección a la Habana y Veracruz, con pertrechos navales y de azogue. Regresó a Cádiz con la escuadra del almirante Solano. En 1787 obtuvo el mando de la fragata «Santa Teresa» y en 1788 pasó a mandar la «Santa Leocadia». Ascendió a capitán de navío el 17 de enero de 1792, y al comenzar le guerra contra la república Francesa pasó a mandar el navío «San Fermín», formando parte de la escuadra del almirante Lángara, participando en el combate de Tolón. En guerra contra Gran Bretaña se le confirió el mando del navío «San Fernando», trasladando a Santa Cruz de Tenerife a las fuerzas del mariscal de campo, marqués de Casa Cajigal. En 1800 se le confió el mando del navío «Real Carlos», con el que concurrió a la defensa de el Ferrol, formando parte de la escuadra del almirante Moreno. El 9 de julio se trasladó a la bahía de Algeciras para unirse a la escuadra del contraalmirante Linois. En la madrugada del 12 al 13 de julio voló su barco en el desgraciado enfrentamiento con el «San Hermenegildo». - (72)- D. MANUEL EMPARÁN:
Nació en Azpeitia y murió el 13 de julio de 1801. Sentó plaza de guardiamarina en 1766. De subalterno combatió a los piratas berberiscos. Al mando de la fragata «Palas» practicó el corso en el océano y en el Mediterráneo. Posteriormente mandó el navío «Intrépido». En 1797 se le confió el mando de una flotilla de fragatas, arbolando su gallardete en la «Ceres». En 1800 se le confió el mando del navío de tres puentes «San Hermenegildo», concurriendo con él a la defensa de el Ferrol y salió para Cádiz en abril de 1801. Salió el 9 de julio, de este puerto, con el almirante Moreno, a unirse con le escuadra francesa de Linois, incendiándose su barco en la confrontación con el Real Carlos en la madrugada del 12 al 13 de julio de 1801. - (73)- «D. JOAQUÍN MOLINA:
Nació en Sevilla en 1750 y murió en Madrid en 1821. Sentó plaza de guardimarina en 1767. Hizo las campañas del Canal de la Mancha en la escuadra del almirante, don Luis de Córdoba. Entre 1779 y 1782 estuvo en el bloqueo de Gibraltar y sirvió en las baterías flotantes. A continuación estuvo en la campaña de Argel. Ascendió a capitán de navío en 1795, pasando a mandar la fragata «Rosalía» con la que estuvo en los mares del Sur. En 1800 lo encontramos en la defensa de El Ferrol, pasando posteriormente al estado mayor de la Armada en Madrid, organizado por Godoy. A continuación fue destinado como jefe del apostadero de el Callao, y en junio de 1808 participó en el alzamiento de Cádiz y en la rendición de la escuadra del almirante francés Rosilly. En la desastrosa jornada de julio de 1801 mandaba el navío “Argonauta». Ascendió a jefe de escuadra en 1809, siendo designado presidente y comandante general de la provincia de Quito, cuando la llama de le independencia empezaba a alumbrar en las Colonias españolas. Obtuvo importantes éxitos, aunque dimitió por motivos de salud. En 1817 fue nombrado ministro del Supremo Consejo del Almirantazgo y en 1829 del Tribunal Especial de Guerra y Marina, falleciendo en dicho cargo. - (74)- D. JUAN HERRERA DÁVILA:
Nació en Jérez de la Frontera en 1754 y murió en 1811. Sentó plaza de guardiamarina en 1760. Contribuyó a expulsar a los ingleses de las islas Malvinas. Con la barca «Pelegrín» de 18 cañones escoltó un convoy de 29 velas al río Molbina, tomando parte en la rendición de dicha: plaza. Transportó tropas que atacaron Penzacola. En 1783 condujo un convoy de 40 velas desde la Habana a Cádiz, obteniendo a continuación el mando de todas las galeras para el socorro de Ceuta y Algeciras, hallándose en el apresamiento de tres barcos moros y seis ingleses, entre ellos una balandra corsaria de 12 cañones. En 1791 se le confió el mando de la galera «San Antonio», y en 1793 el del navío «San Juan Bautista». Al mando de dicho buque salí para la Habana, regresando a Ferrol en 1798, con caudales. En 1799 se le confió el mando del «Argonauta», hallándose en la defensa de el Ferrol, en la escuadra del almirante Moreno. Salió para Algeciras a unirse a la escuadra de Linois. Tras hacerse la paz, salió Herrera hacia América Septentrional, estando en Puerto Rico, la Habana, Veracruz, Cartagena, La Guayra y Puerto Cabello, regresando ala Habana el 23 de diciembre de 1801. Al romperse de nuevo las hostilidades con Inglaterra se le confió la defensa de la Habana, puesto que desempeñó hasta 1809. Hasta 1819 desempeñó el cargo de comandante general del apostadero, quedando a continuación de segundo jefe de la escuadra, arbolando su insignia en el navío «San Lorenzo», donde falleció. - (75)- RAMÓN TOPETE:
Nació en Morón de la Frontera y murió en 1822. Sentó plaza de guardiamarina en 1759, ascendiendo a alférez de fragata en 1767 y a navío en el mismo año. Con el jabeque «Ibicenco’ hizo el corso contra los berberiscos. A propuesta del almirante Barceló se le dio el mando de la goleta «San Francisco» en 1770, continuando con el corso en el Mediterráneo, ascendiendo posteriormente a teniente de fragata. Combatió en América, donde en 1775 ascendió a capitán de fragata. En 1778 formó parte de la expedición a Fernando Poo y Annobón. Se halló en el bloqueo de Gibraltar en 1781, y fue segundo comandante de la batería flotante «Princesa Paula». En 1782 se le dio el mando de la fragata «Carmen» y el 21 de diciembre asciende a capitán de navío. Participó en la guerra contra la República Francesa. A finales del siglo XVIII ostentaba el mando del navío «San Agustín», con el estuvo en el desastre naval del Estrecho n 1801. Brigadier en 1802, pasó a mandar el «Argonauta», combatiendo en 1808 con la escuadra francesa del almirante Rosilly. Jefe de escuadra en 1809, retirándose en 1811 por motivos de salud. - (76)- DUMANOIR LE PELLEY, PIERRE-ETIENNE-RENÉ:
Nació en Granville (Manche) en 1770 y murió en París en 1829. Hizo la carrera meteórica que hicieron muchos de los generales de Napoleón, ya que en 1793 era teniente de navío, en capitán de navío y en 1799 era ya contralmirante, ascendiendo en 1815 a vicealmirante. Combatió contra Inglaterra en el Mediterráneo, Terranova e Irlanda. Tomo parte en la expedición a Egipto de 1798, regresando con Napoleón. Estuvo al mando de la división naval francesa en el desastre del Estrecho, sin conocerse donde arbolaba su insignia, aunque no fue en el «Saint Antoine», que fue apresado y era el buque más emblemático de la flotilla. Posteriormente combatió en Trafalgar, mandando la vanguardia compuesta de 10 navíos, no acudiendo con la destreza debida a las señales que le hacía el almirante Villeneuve de que virara y se dirigiera a la zona de combate. Llegó tarde cuando la batalla estaba prácticamente perdida, quedando prisionero con 4 de sus navíos. Tras unos años de cautividad volvió a Francia en 1808, formándosele consejo de guerra del que salió absuelto. Luchó contra los turcos en Kiev, quedando de nuevo prisionero, regresando a la metrópoli en 1814, en donde se le recibió bien, se le ascendió a vicealmirante y se le confirió el título de conde. Posteriormente fue elegido tres veces diputado. - (77)- En una publicación, que no se conoce su procedencia, cita que la fragata era de 32 cañones. Esta fragata en realidad no participó en la batalla, sino que fue enviada por Saumarez a avisar al «Suberb» y al «Pasley», para se le unieran en el Estrecho de Gibraltar.
- (78)- JAMES SAUMAREZ, BARÓN DE:
Nació en 1757 y murió en 1836. Muy experto, siendo considerado uno de los mejores capitanes de la época de Nelson, el cual oscureció la gloria de muchos de los que en aquellos años turbulentos se batieron en los mares. En 1781 tomó parte en el combate de Doggen-Bank, y en 1793 se le ennobleció por el apresamiento de la fragata «Reunión», frente a Cherburgo. En la acción de la isla de Groix (1795) iba al mando del «Orión», y en la batalla del Cabo San Vicente era el tercero de la línea del almirante Jervis. Segundo de Nelson en la batalla de Abukir siendo el encargado de dar escolta a las naves apresadas a Gibraltar. Posteriormente permaneció en la zona del Estrecho, siendo uno de sus hechos de armas más apreciables por el almirantazgo inglés el golpe dado a la flota hispano-francesa en aquellas aguas, en la jornada de julio de 1801. Su último mando fue en el Báltico, donde dio pruebas de buen diplomático. - (79)- LUGRE: Embarcación pequeña, con tres palos, velas al tercio y gavias flotantes. El buque, nació en las costas francesas del Canal de la Mancha, en el siglo XVIII, como resultado de la aplicación al «quechemarín» bretón de ciertas características técnicas procedentes de las embarcaciones usadas en el Golfo de Vizcaya. Por su gran velocidad y excelentes cualidades marineras, se empleó fundamentalmente en el corso, aunque los hubo también de guerra. Ambas actividades cayeron en desuso en el siglo XIX, quedando limitadas a partir de entonces y hasta mediados del siglo XX a la pesca y al comercio de cabotaje.
- (80)- POLACRA: Buque de cruz, de dos o tres palos enterizos y sin cofas. De origen mediterráneo apareció en el siglo XVII. Al principio tuvo un casco muy parecido al «jabeque», en tanto que posteriormente se confundiría con el bergantín. En cuanto al aparejo hubo las llamadas «polacras redondas», con velas cuadradas en todos los palos, y las «polacras-goletas» con velamen cuadro en el trinquete y cangreja en los demás palos.
- (81)- GAZETA EXTRAORDINARIA DE MADRID, del 13 de julio de 1801. Relaciona todos los buques ingleses, aunque tiene el error de indicar que la escuadra británica sale desde Gibraltar, cuando en realidad son únicamente los pequeños buques los que los hicieron.