Buques mercantes al servicio de la Armada en el siglo XVIII

Por Santiago Gómez Cañas
Autor del libro: «Historiales de los navíos de línea españoles, 1700-1850»

Introducción

Como ya sabemos, la precariedad de medios navales a finales del XVII y la llegada de los Borbones hizo casi desaparecer la Armada.

Para escoltar las diferentes flotas se recurrieron a varios medios, la construcción de algunas unidades, el concurso de la Marina francesa y el armamento de naves mercantes.

En este último apartado, hubo mercantes armados al servicio de la Corona hasta mediados del siglo XVIII, siempre por necesidades de las continuas guerras.

Fueron buques de todo tipo, navíos, fragatas y otros buques menores que sirvieron en todos los mares.

Las dificultades para catalogar estas embarcaciones son enormes, no sólo por la falta de información, sino por contradicciones entre las fuentes, los diferentes nombres con que se solía conocer a una misma embarcación, el continuo baile de artillados según las fuentes consultadas, etc.

También incluiré embarcaciones que actuaron de corsarias, armadas con los diferentes Consulados o por los virreyes en contra de la piratería y del comercio ilegal.

Mercante Santo Cristo de San Román

Era un navío de 348 toneladas, propiedad de Juan Antonio Eguilaz. Fue armado con 50 cañones para servir de escolta a las diferentes Flotas que partían de Cádiz rumbo a Veracruz o Tierra Firme.

Sólo realizó tres travesías del Atlántico y en todos lo hizo como navío escolta. El 5 de agosto de 1698 zarpó de Cádiz en la Flota de azogues del mando de Juan Bautista Mascarua, compuesta por dos navíos, que mejor los llamamos galeones, cargados con 1.500 quintales de mercurio.

Para su regreso a la Península se le agregan varios mercantes, cuatro de ellos de la Flota que había llegado a Veracruz con Manuel de Velasco. Zarpan de Veracruz el 27 de agosto de 1700 y llegan a La Habana el 26 de septiembre. Zarpan un mes más tarde para llegar a Cádiz el 25 de enero de 1701.

En la Flota de Nueva España de Diego Fernández de Santillán zarpa de Cádiz el 10 de marzo de 1706 como nave gobierno al mando del capitán Martín de Zavala. Estaba compuesta por 13 mercantes y otros dos buques de guerra, llegando a Cartagena de Indias con la Flota de Galeones de Tierra Firme. Escoltados por la escuadra francesa de Duccase parten hacia Veracruz.

El 10 de mayo de 1708 zarpan de Veracruz para su regreso con sólo 5 mercantes, llegando a Cádiz el 27 de agosto.

El 16 de septiembre de 1712 zarpa de Cádiz con la Flota de Juan Esteban de Ubilla para su tercer y último viaje a Veracruz. Estaba compuesta la flota por 5 mercantes y 3 buques de guerra. En el Santo Cristo de San Román iba embarcado el almirante Francisco Salmón, segundo en el mando de la flota.

El 1 de mayo de 1715 zarpan de Veracruz 3 mercantes, el Santo Cristo de San Román y la fragata francesa Griffon. En La Habana se unen a la Flota de Antonio de Echevers, zarpando ambas el 24 de julio para su regreso a la Península.

Una semana más tarde naufragas las dos flotas en la costa este de Florida, salvándose solamente la fragata Griffon de la Flota de Ubilla.

Buques anclados en Portsmouth al atardecer.
Buques anclados en Portsmouth al atardecer. Pintura de Dominic Serres. Rupert Preston Ltd., Londres, 1971.

Mercante Nuestra Señora del Carmen y San Antonio

Este mercante armado era el navío inglés Hampton Court, de 713 toneladas y construido en Deptford en 1678. Reconstruido en 1701. Es capturado por los franceses en 1707 y vendido a armadores españoles en 1711.

Se incorpora a la Flota de Galeones de Tierra Firme al mando de Antoniode Echevers y Subiza, compuesta por cuatro naves cargadas de mercancías. Ninguna pertenecía a la Armada, pero todas iban artilladas.

La Nuestra Señora del Carmen y San Antonio era la nave capitana y estaba artillada con 72 cañones, aunque otras fuentes menciones 70 y algunas llegan a 80, aunque es dudoso su valor militar por sus muchos años de servicio y servir ahora como mercante. Zarpan de Cádiz el 12 de julio de 1713 y llegan a Cartagena de Indias el 29 de agosto de 1713.

Para su regreso a España, cargados de caudales y pasajeros, zarpa de Cartagena y llega a La Habana esta Flota con 4 naves armadas y otros dos mercantes.

Se une a la Flota de Nueva España del mando de Juan Esteban de Ubilla y parten juntas el 27 de julio de 1715, cuando tres días más tarde les sorprende un temporal en la costa de Florida, perdiéndose todas las naves excepto la fragata mercante francesa Griffon.

En nuestra nave se perdieron 135 hombres y su comandante, el capitán D. Manuel de Echevers, que era hijo de Antonio.

Mercante Jesús, María y José

Construido en Pasajes como mercantes para la Carrera de Indias en 1692 ó 1693. Era de unas 600 toneladas, con sólo 36 cañones de pequeño calibre y otros cuatro cañones en la toldilla.

En alguna fuente aparece con 44 cañones, pero más sorprendente es que venga con 70 cañones en varios listados de la batalla de Rande.

Era propieddad de D. Juan Agustín de Iturri, buque poco velero y con defectos en su construcción, pero era de lo mejor que se podía encontrar dadas las graves carencias de la Armada a finales del siglo XVII y principios del XVIII.

Es elegido para capitana de la Flota de Indias de 1699 puesta al mando de D. Manuel Velasco y Tejada. Anteriormente sólo había realizado un único viaje a América. La Flota zarpó de Cádiz el 19 de julio de 1699 y entraron en Veracruz a finales del mes de septiembre.

Preparada la Flota para su regreso a la Península, se encontraba España envuelta en la guerra de Sucesión. Recibió la escolta de una escuadra francesa al mando de Chateaurenault compuesta por quince navíos y varios buques menores.

Entraron en la ría de Vigo el 25 de septiembre de 1702, siendo atacados al mes siguiente por la escuadra anglo-holandesa al mando de Rooke, siendo la nave capitana de Velasco uno de los buques destruidos.

Mercante Santísima Trinidad y Nuestra Señora del Rosario y las Ánimas

Construido en Campeche. Tenía como alias «La Bufona». Era una pequeña nave de 454 toneladas de arqueo, armada con 34 ó 36 cañones de bronce, con las siguientes dimensiones: 54 codos de eslora, 48 codos de quilla, 16 codos y 60 centavos de manga, 15 codos y 94 centavos de cuadra, 16 codos y 60 centavos de mura, 6 codos y 74 centavos de puntal, 10 codos y 70 centavos de plan, 11 codos y 60 centavos de redeles.

Era propiedad de D. Francisco de Aguirre. Regresó a Cádiz el 20 de septiembre de 1698 en conserva de la Flota de Nueva España, que estaba al mando del general D. Juan Gutiérrez de Calzadilla.

Al llegar a España quedó el navío embargado por irregularidades en la carga.

Para la Flota de Indias de 1699 fue elegido para nave almiranta, siendo el buque insignia del almirante D. José Chacón. A su regreso a España entraron en la ría de Vigo en 1702, perdiéndose con el resto de la Flota ante la escuadra anglo-holandesa.

Mercante San Juan Bautista

Mercante de 420 toneladas de arqueo y armado con unos 50 cañones. Fue comprado por el Consulado a finales de enero de 1700 para enviar un cargamento de azogue (mercurio) a Veracruz.

Al mando del capitán D. Juan de Córdoba zarpa de Cádiz en mayo de 1700 con 2.494 quintales de azogue. Para su regreso a la Península se une a la escuadra de D. Pedro Fernández de Navarrete que zarpa de La Habana el 17 de marzo de 1701, llegando a Sanlúcar el 2 de mayo.

El 13 de agosto de 1701 vuelve a zarpar de Cádiz como capitana de la Flota de Azogues que es puesta al mando de D. Fernando Chacón Medina y Salazar, siendo la almiranta el navío o galeón Santa María de Tézanos de la Armada del Mar Océano, y otro buque mercante.

Llegan a Veracruz, después de una escala en Puerto Rico, el 30 de octubre de 1701, desembarcando 8.151 quintales de azogue.

El 14 de noviembre se perdió la nave almiranta, uniéndose el San Juan Bautista a la Flota de Indias de D. Manuel de Velasco. En septiembre de 1702 entraron en la ría de Vigo, perdiéndose ante el ataque de la escuadra anglo-holandesa.

Mercante Nuestra Señora del Buen Consejo y San Lorenzo

Este navío mercante no participó en ningún hecho militar, pero es interesante por su historia y por su última singladura, naufragado en la costa chilena.

Construido en el astillero de Tolón y diseñado por el ingeniero Pierre Blaise Coulomb, siendo llamado . Desplazamiento de 1.500 toneladas, tenía las dimensiones de 41,3 metros de eslora, 40,18 metros de quilla, 10,78 metros de manga, 4 metros de plan, 5,16 metros de puntal y 1,72 metros de entrepuentes.

Podía ser artillado con 56 cañones, 24 de a 18 libras en la primera batería, 26 de a 12 en la segunda y 6 cañones a a 6 libras en el alcázar.

Fue botado el 2 de febrero de 1743 y participó en la guerra de los siete años contra los británicos, siendo capturado el 1 de abril de 1761 por el navíos británico de 50 cañones Isis, al mando del capitán Edward Wheeler.

Los británicos lo transforman en navío mercante. Pasó a manos españolas, se supone que en diciembre de 1761, cuando Carlos III ordena capturara a todos los buques británicos que se encontraran en puertos españoles, cuando España entró en la guerra al lado de Francia.

Se subastó y fue adquirido por Juan Bautista Uztariz, Hermanos y Compañía. Realizó varios viajes a Nueva España entre 1763 y 1768, en los que regresaba cargado de caudales a Cádiz desde Veracruz y La Habana.

Normalmente era artillado con 28 cañones de a 8 libras en la segunda batería, al ser utilizada la segunda como bodega.

Había recibido el nombre de Nuestra Señora del Buen Consejo y San Loepoldo, aunque siguió conociéndose con su anterior nombre de Oriflama, nombre castellanizado del francés Oriflamme.

El 18 de febrero de 1770 zarpa de Cádiz para realizar un viaje al puerto del Callao en compañía del navío de registro San José, alias Gallardo.

Con una tripulación de 176 hombres y 38 pasajeros, estaba al mando del capitán D. José Antonio de Alzaga. Transportaba numerosas mercancías, como telas, platería, monedas de oro, adornos, herrerías, siendo la mercancía más valiosa 1.738 cajones con cristalería de la fábrica real de San Ildefonso.

Cruzando el cabo de Hornos los dos navíos se separan. El 25 de julio es avistado el Oriflame entre los puertos de Concepción y Valparaíso por el capitán D. Juan esteban de Ezpeleta, comandante del Gallardo. Ezpeleta manda un bote al no responder el navío a las señales.

Se encontraba en un estado lamentable con sólo 30 hombres para maniobrarlo, otros 106 se encontraban enfermos y 78 cadáveres habían sido arrojados al mar víctimas del escorbuto, el frío y el hambre.

El capitán Ezpeleta ordena que se le envíen provisiones y cuarenta hombres de tripulación, pero un fuerte viento del norte impide que el bote se acerque. El Gallardo arrió las velas para mantener la posición y señaló al Oriflame que se acercara, aprovechando el viento a favor. En ver de hacer eso, siguió su rumbo, que era claramente a la deriva, alejándose del Gallardo.

Al llegar la noche se le pierde de vista, siendo avistado de nuevo la tarde del 26 de julio, aunque esta sería la última vez que le vieron.

En medio de una violenta tormenta y totalmente desarbolado, el Oriflame se hundió en la costa chilena, en la desembocadura del río Huenchullami, sin poder ser auxiliado por las personas que acudieron a la costa.

El 8 de marzo de 1771, por orden del virrey Amat, acudió al lugar del naufragio D. Juan Antonio de Bonachea con nueve marineros y tres buzos expertos. La valiosa carga no fue encontrada y se abandonó la búsqueda a primeros de 1772.

Fuentes

  • La Flota de Nueva España en Vigo 1702, Juan Juega Puig.
  • Política Naval española en el Atlántico 1700-1715, Pablo Emilio Pérez-Mallaina Bueno.
  • Varios artículos de la Revista General de Marina.
  • Armada española, desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón, Cesáreo Fernández Duro, Tomo VI, páginas 125 y 126.
  • Página web Maritime History, de Michael Phillips.
  • Revista de Historia Naval
  • Mervyn Francis Lang, Las Flotas de Nueva España.
  • Thomas Ledland, Histoire Navale d’Angleterre, tomo III, página 311.
  • Juan Carlos Rodríguez, artículo «Tesoros que siguen ocultos», en La Voz de Galicia.
  • oriflama.org

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