Por Juan García (Todo a Babor)
Índice
Introducción
Hace un tiempo hice una entrada sobre un precioso cuadro romántico de la destrucción de una fragata turca por los griegos que luchaban por la libertad de su pueblo.
En realidad, no fue una fragata turca la que ardió hasta ser destruida, si no un navío. Un 74 cañones, o 76 según las fuentes.
En aquel momento no pude averiguar más sobre aquel episodio, que por fuerza tenía trazas de ser muy interesante.
No hace mucho, revisando el material que pude salvar del antiguo foro de historia naval, hallé una entrada sobre este particular.
La había escrito nuestro antiguo colaborador Gerardo Etcheberry, y es la información que os añado a continuación. Tras ella, intentaremos analizar más datos sobre este episodio y veremos la otra destrucción de otro buque turco acaecido al año siguiente en términos muy similares.
Este es el relato de un navío de línea turco que combatió contra varias naves menores griegas durante la guerra de independencia de este último país.
Se trata de una versión turca de los hechos, extraída del volumen 1 del libro de Fevzi Kurtoðlu “La marina turca en la guerra de la independencia griega”, publicado en 1944 por la Imprenta de la Academia Naval Turca (en turco), traducida al inglés por Emir Yener, participante turco de un foro en la lengua de Shakespeare, que he traducido al castellano y considero de interés.
El relato de los acontecimientos
“Mansuriye”(EY)/”Mansouriye”(HeMM) «Mansourija«. Navío de línea (de primer rango – HeMM).
Armamento de 76 cañones (HeMM lo considera de tres puentes, aunque esta fuente atribuye su voladura a C. Kanaris y señala que el navío quemado y volado por el capitán D. Papanikolis era de dos puentes).
Comandado por Bektash Kaptan, por lo que algunas fuentes lo llaman el navío de Bektash Kaptan, sin hacer referencia a su nombre.
Como decimos, este navío comandado por Bektash Kaptan, formaba parte de la escuadra del Riyale (podría traducirse como contraalmirante) Ali Bey. Esta escuadra comprendía otros dos navíos de línea, tres fragatas y tres corbetas. Su tarea era barrer el Archipiélago Egeo.
Los buques de la escuadra habían sido precipitadamente movilizados desde la flota de reserva y sus tripulaciones estaban mal entrenadas y eran indisplinadas.
El Mansuriye aún no estaba listo cuando la escuadra de Ali Bey zarpó de Estanbul. Bektash Kaptan terminó aceleradamente el trabajo y zarpó para unirse al resto de la escuadra.
Al llegar a los Dardanelos se enteró de que Ali Bey estaba navegando hacia Morea. Bektash Kaptan navegó entonces a toda vela. Luego sobrevino el desastre.
Mientras el Mansuriye estaba cerca de la costa de Mytilene, dieciocho buques corsarios griegos mandados por el comandante Tombasis rodearon al aislado navío.
Aunque los cañones pesados de este navío de línea forzaban a los corsarios a permanecer a una respetable distancia, estaban constantemente molestándolo como un enjambre de avispas, descargando sus cañones en repentinas embestidas y luego retirándose con igual velocidad.
La indisciplinada tripulación entró en pánico y amenazó a Bektash Kaptan con arribar al puerto más cercano. El experto comandante se negó, pues sabía que anclar el buque sólo lo convertiría en un blanco fácil. Pero la suerte no estaba con los otomanos.
Bektash kaptan fue muerto por una bala de cañón griega y la rebelde tripulación amenazó a su sucesor en el mando para que anclara en un puerto seguro. Este se acobardó e hizo entrar al navío en la bahía cercana a Sýgrý, Mytilene.
Los corsarios lo siguieron, pero las poderosas andanadas del Mansuriye los forzaron nuevamente a retroceder. Entonces, el oficial griego llamado Papa Nikola [Dimitrios Papanikolis] tuvo la idea de realizar un ataque con brulotes.
Este había servido en la flota rusa que destruyó a la turca en la batalla de Chesma, hecho que lo inspiró. Cuatro bergantines fueron elegidos para su conversión en brulotes. Fueron empapados con aceite de oliva y brea y equipados con ganchos de hierro en las vergas para sujetarse al navío de línea.
Los primeros dos fueron encendidos y remolcados cerca del navío otomano, pero el viento y la corriente los derivaron hacia la costa. El tercero, comandado por el propio Papa Nikola, fue derecho hacia la proa del navío, lo enganchó y le prendió fuego. Los 18 tripulantes del brulote lograron salvarse, mientras el fuego envolvía rápidamente el navío turco.
Algunos de sus botes fueron a la costa con parte de la tripulación, pero los que permanecieron a bordo no eran suficientes para llevar al resto de los tripulantes.
El navío voló con una gran pérdida de vidas; quienes se arrojaron al mar fueron muertos por los griegos, mientras el grupo que desembarcó fue perseguido y exterminado por rebeldes locales.
La escuadra de Ali Bey estaba entonces en Ayvalýk (ciudad de Anatolia Occcidental, en la costa norte del Egeo) y su jefe, al oír sobre el destino del Mansuriye y su indisplinada y revoltosa tripulación, decidió regresar a Estambul.
De este modo los rebeldes griegos ganaron una victoria significativa en su primer verdadero encuentro con la flota otomana en 1821.
Claves:
- EY (Emir Yener)
- HeMM (una página de museos griegos)
Más información sobre el Mansuriye
Buscar información sobre este navío turco no es nada fácil.
En la marina turca hubo tres navíos de línea llamados Mansuriye. Uno botado en 1747, de 54 cañones del que no hay más referencia pasado 1770.
Otro era de 62 cañones, botado en 1772 (¿quizá sustituyendo al anterior?) y, curiosamente, incendiado y destruido en Tendra por los rusos el 9 de septiembre de 1790.
Digo curioso porque que dos navíos del mismo nombre acabaran igual, es muy llamativo.
Del Mansuriye de esta entrada sólo se sabe que fue botado en 1803 y que portaba 74 cañones (o 76).
Según la historiografía griega, el episodio en cuestión se llama Batalla de Eressos, y tuvo lugar el 27 de mayo de 1821, siendo la primera confrontación naval contra sus opresores otomanos en aquella guerra.
El protagonista de la gesta helena fue Dimitrios Papanikolis, quien en aquel momento tenía apenas 19 años. Pero ya era un experto marino e ideó la táctica de atacar al navío turco con brulotes incendiarios. Un poco más tarde, el 29 de agosto de 1824, repetiría la estratagema en la batalla de Gerontas (o del Anciano o de Mandalia en griego) en la que gracias al envío de brulotes dispersaron a la flota otomana salvando así a la exigua escuadra griega que estaba encajonada en la bahía de Gerontas en la isla de Kos.
Volviendo a aquella noche del 27 de mayo, según los griegos ocurrió en la bahía Eressos de Lesbos y aquella gesta elevó la moral del pueblo griego, y por contra hundió la de sus enemigos.
El episodio de 1821 se suele confundir con otro muy parecido ocurrido tan sólo un año después.
Esta vez se trató del incendio del navío insignia turco del almirante Kara Ali, del cual no he conseguido averiguar su nombre, excepto en una fuente que lo nombra Mansur el liwa (1), de 84 cañones, y que fue quemado por el revolucionario griego Konstantinos Kanaris el 6 de junio de 1822.
En aquella ocasión, una escuadra turca de 34 buques desembarcó en la isla de Quíos para sofocar a los rebeldes griegos. Se produjo entonces la llamada Masacre de Quíos, en la que 42.000 personas, entre hombres, mujeres, niños y ancianos, fueron asesinados y otros 50.000 vendidos como esclavos.
Una operación de venganza
Hasta ese momento, tras la masacre, los griegos no tenían forma de combatir a los turcos, salvo por medio de escaramuzas navales. Además, las tripulaciones griegas estaban molestas por la falta de pagas y los marineros originarios de varias zonas amenazaron con irse (los de la isla de Spetses y los de Hidra principalmente). Los primeros terminaron yéndose a Creta el 31 de mayo.
Sin embargo, los de la isla de Psará con el beneplácito de Andreas Miaoulis, quien era el jefe de aquella variopinta agrupación, quisieron llevar a cabo una misión especial, una que vengara aquella afrenta que había sido perpetrada en Quíos.
Uno de aquellos lugarteniente de Psará, Konstantinos Kanaris pensó que la mejor táctica para ello era quemar el buque insignia de los otomanos y con él al cabecilla de aquella escuadra de la muerte: el almirante Nasuhzade Ali Pasha conocido como Kara Ali.
Para ello utilizaría dos brulotes, acompañados de cuatro embarcaciones con la misión de rescatar a los tripulantes de los buques incendiarios. En uno de ellos iría embarcado Kanaris y en el otro Andreas Pipinos.
Kanaris eligió la noche entre el 6 y 7 de junio, muy ventosa, aprovechando también que los turcos celebraban el Bayram, una fiesta religiosa musulmana, y que por tanto no estarían demasiado alertas.
Mientras, Pipinos acercó su buque al costado del navío del segundo al mando turco, detonando los productos incendiarios antes de poder aferrarse al costado del buque, fallando así en la misión.
Más suerte corrió Kanaris, gracias a la excelente labor de su timonel Ioannis Theofilopoulos, que situándose por barlovento del bajel insignia, provocó un terrible fuego que se comunicó rápidamente debido al fuerte viento.
Los griegos se pusieron a salvo a bordo de los buques auxiliares para ver cómo el Mansur el liwa volaba por los aires tras el pavoroso incendio.
De 2.286 tripulantes del navío turco, sólo sobrevivieron 180 hombres (2). El almirante Kara Ali pudo subirse a su bote, pero terminó pereciendo cuando parte de un mástil ardiendo cayó sobre su cabeza (3).
El historiador británico contemporáneo Thomas Gordon dijo sobre este hecho:
Ha sido uno de los logros más sorprendentes de la historia y Kanaris es el representante más prominente del heroísmo del que Grecia puede estar orgullosa.
Lo malo del éxito de aquella impresionante operación es que los turcos reaccionaron de la misma forma: vengándose a su manera, cebándose otra vez con los habitantes de la isla de Quíos.
Toda aquella barbarie no haría más que encarnizar la guerra y predisponer a la opinión pública europea a ayudar a los griegos, cuando hasta entonces sus gobiernos se habían mostrado bastante indolentes con aquel asunto, que veían lejano y molesto porque desestabilizaba la paz en la zona.
Pero al fin, la alianza de Francia, Gran Bretaña y Rusia desembocaría en la Batalla de Navarino marcando el fin del Imperio Otomano en Grecia.
Notas
- Fireship: The Terror Weapon of the Age of Sail. Peter Kirsch. Es muy probable que este autor confunda también ese nombre de Mansur el liwa por el Mansuriye de 1821 y que el navío insignia quemado en 1822 no se llame así. Es indudable el parecido de los nombres y lo corrobora también el hecho de que este autor no describa en su libro la quema del navío de 1821 y simplemente ha supuesto que se trataba del mismo combate. Lamentablemente, no he encontrado el nombre del buque de 1822 salvo en este libro de Kirsch.
- El enorme número de tripulantes muertos me hace pensar que con motivo de la festividad que celebraban a bordo había muchísima más gente que la normal en el buque. En todas las fuentes dicen que el navío era un navío de tres puentes y 84 cañones. Pocos cañones para un tres puentes, pero no he encontrado más información al respecto.
- The Greek War of Independence: The Struggle for Freedom and the Birth of Modern Greece. David Brewer Abrams.