La artillería de ordenanza

Por Oscar Salas Díez

Esta entrada pertenece a la la sección Apuntes sobre la construcción naval del siglo XVIII

Del cañón

Hasta finales del siglo XVII, el cañón de bronce, era el mas utilizado y también el mas costoso de fabricar, comparándolo con el cañón de hierro. Y se fabricaban indistintamente, con una gran diversidad de modelos y características, ya que cada fundidor establecía sus propios parámetros (Longitud, espesor de los metales, calibres, identificaciones, etc.).

Todos estos factores dificultarían cualquier intento por ubicar  un cañón de hierro en ese contexto. Pero gracias al afán reglamentista y de ordenación durante el reinado de Felipe V, quien promulgo la Ordenanza de1718 para la artillería, prescribiendo las proporciones y reglas con que se han de hacer las fundiciones y pruebas de artillería en bronce.

Es a partir de dicho momento histórico donde nace La Artillería de Ordenanza, formado por la selección de los calibres de a 24lb., 16lb., 12lb., 8lb., y 4lb. Y por supuesto el resto de cañones, que no se ajustaran a dicha ordenanza, pasaron a denominarse Artillería de Calibres Irregulares ó Artillería de Preordenanza, (Incluidos los Doble cañón, cañón, ½ cañón, 1/3 de cañón, ¼ de cañón y 1/8 de cañón, fuesen de bronce o de hierro).

Por ejemplo, cañones muy famosos en España como El Hércules, pertenecían a la preordenanza.

En la foto Nº 5, que corresponde a un cañón de preordenanza, en bronce, podemos observar muchas de las características (Asas ó delfines, escudos y  decoraciones y lemas y filacteria), que bajo las nuevas ordenanzas se eliminaron.

Es de resaltar, que estos coexistieron a pleno uso con los de la Ordenanza, y muchos de ellos de unas calidades inigualables.

Nº. 5- Cañón de bronce de preordenanza.
Nº. 5- Cañón de bronce de preordenanza.

A continuación  un pequeño cuadro, donde sólo esta reflejado el calibre de a 24 lb., en las diferentes ordenanzas acaecidas durante este siglo XVIII. (1718, 1743, 1783).

Ordenanzas para cañón de 24 libras

Partiremos sobre la base que los cañones de a 24 lb., encontrados en JF, encuadran dentro de las ordenanzas de 1743, ya que del cuadro anterior podemos notar que la variación de las proporciones de estos desde antes de 1743 hasta poco después de 1772 eran mínimas.

De las Cureñas

Como sabemos, son las cureñas, esos carros destinados a sostener al cañón. Con la ordenanza de 1728, también se reglamento la fabricación de las cureñas, obteniéndose proporciones bien definidas y en función al diámetro de la boca del cañón.

Es esta la razón, por la cual he elegido el calibre de a 24 lb, para este trabajo.

Entre las innumerables clasificaciones de cureñas, las que ciertamente están reseñadas con lujo de detalles son las siguientes:

  • Cureñas de Plaza
  • Cureñas de Sitio
  • Cureñas de Campaña
  • Cureñas de Costa
  • Cureñas de Marina

Algunos autores consideran que las de Plaza y Sitio son prácticamente las mismas; Las de Campaña perfectamente definidas y nos centraremos en las de Costa y de Marina, por ser estas las que nos interesan en este trabajo para los cañones referidos.

Aunque son también muchos los que afirman, que es grave inconveniente el emplear en las baterías de Costa, afustes de Sitio y Marina, ya que no elevan bastante la pieza.

Punto este, que podría refutarse, ya que dependerá de las características del fortín y de la propia costa a defender. En un cañón de a 24 lb, de hierro, el disparo con 15º de elevación, tenía más de 3.000 metros de alcance bruto y con puntería 1.000 m.

En el caso que nos ocupa, tomemos como referencia que la distancia desde la fortaleza o castillo Sta. Bárbara al mar, es apenas superior a los 200 metros, en la bahía de San Juan Bautista.

Aunado a que dichas baterías, tenían la prioridad de defender el desembarco y sobre todo el aprovisionamiento de agua, maderas, etc., de los navíos adversos al reino. (Aún hoy puede notarse desde las aguadas, su artillería protectora), por lo que este aspecto, no es relevante.

Son muchos los factores que debemos considerar, para establecer que tipo de cureñas, se empleaban en estas fortificaciones de defensa de costas. Y para comenzar he decidido señalar, unos aspectos interesantes para conocer y resaltar la importancia de las cureñas, inicio con una nota del maravilloso estudio de la licenciada Juana Crouchet González (4):

El reducido número de artilleros en la primera mitad del siglo XVIII, nos demuestra lo tardío de la organización de esta arma (cañón) en Chile, cuestión que puede estar ligada a la tardía regularización y formalización del cuerpo en España, que data solo de 1710, 1756, y 1762.

Aunque la referencia es para Chile, es bien sabido que estas deficiencias, se presentaban en España. Aspecto que es de importancia, por ser ellos, los artilleros, los responsables directos de la artillería y de todos sus componentes en las diferentes plazas y Costas.

Es conocido, que durante este siglo, el sistema defensivo americano presentó grandes complicaciones, ya sea por lo antes mencionado como por aspectos inherentes, como conservación de los arsenales, etc.

A manera de ejemplo el trabajo de Gómez Pérez, Carmen (14), nos índica que en Cartagena de Indias, la operatividad real de la artillería era muy dudosa, y nos entrega un gráfico impresionante que copio a continuación.

Operatividad de los cañones en Cartagena de Indias

En este, se nos muestra como el número de cureñas es notablemente inferior al de los cañones. Y concluye diciéndonos que:

Si la estructura defensiva de una plaza tan importante como la de Cartagena de Indias, presentaba estas fisuras, bien podemos imaginarnos el panorama de otras plazas mas alejadas de los puntos neurálgicos del imperio.

De este extracto, es importante destacar, la importancia de la cureña, sin ella, el cañón será considerado inútil.  

Otro de los aspectos que deben ser considerados, las maderas empleadas en la construcción de las cureñas, sus dimensiones y calidades, su duración promedio, mantenimiento, etc.

Todos hemos oído hablar de las maderas incorruptibles, que tal vez lo sean de una manera ideal, porque lo cierto es que de vida muy corta cuando expuestas a la dureza del clima.

Son innumerables las referencias, donde encontramos gran cantidad de Partes, de cañones inservibles por estar descabalgados, por cureñas y/o sus componentes deterioradas.

Las maderas empleadas en la construcción de cureñas, nos comenta Tomás de Morla (6 ) en su obra Tratado de Artillería:

Que eran las mas comunes, encinas (roble), álamo negro ú olmo, fresno, nogal, pino, haya, álamo blanco, chopo y aliso. Y que en general en las Américas, existen mejores maderas. Y concluye  que la importancia de los materiales de que se componen las cureñas, ya que según su calidad y dimensiones apropiadas, entreguen una resistencia proporcional a los esfuerzos que han de sufrir.

A principio del siglo, existió una continua variación en las dimensiones de las cureñas, pero no de sus formas. Desde 1718 hasta más allá de 1756, encontramos tres tipos de cureñas de marina, empleadas en costa. Mostradas en el diccionario de Navarro, la de solera continua, la de media solera (propuesta por el propio Navarro) y la del tipo a la inglesa.

Y por supuesto la evolución de las cureñas, presentada por Tomás de Morla, no se aplica para este periodo, al igual que las de Rovira.

Hay un aspecto relevante, que quisiera resaltar, y es el relacionado directamente con las reparaciones de cureñas, que como es lógico suponer, era común el repararlas con las maderas de que se disponía. Comenta Pedro de Agüeros González (5), Del Pelú, una de las mejores maderas para construir ejes y cureñas.

Esta especie, representativa de la flora del sur de Chile, según lo refiere Michael Hall y Jörg Witte (15) en Maderas del Sur de Chile. Quien dice “árbol de crecimiento muy lento, lo que explica su gran dureza, densidad y calidad” con el nombre científico de Sophora microphylla Ait, podría muy bien haber sido utilizada en este periodo y para las reparaciones de cureñas de estos cañones del archipiélago.  

La accesibilidad a las distintas fortificaciones. Como el caso que nos atañe, donde se dificultan enormemente las descargas en el archipiélago. Es pues importante considerar que es bastante más fácil, maniobrar con cureñas de marina, que con las de costa, ya que tanto en volumen como en peso era más ventajoso y rápido. 

El considerar todos estos aspectos nos ayudaran para la obtención del objetivo propuesto.

Parecería casi imposible obtener de una manera categórica la especificidad del tipo de cureña empleada para estos cañones, pero es que, son muchos y variados los autores que aún han diferenciado y proporcionado los diferentes tipos de cureñas, que admitían, que las cureñas comúnmente denominadas de marina, o navales  se empleaban, no solo en los navíos, sino que además era muy común el uso de estas en las defensas de costa.

Otros por el contrario, llegan a afirmar que las dichas cureñas de costa son las iguales empleadas en la marina, con las mismas ventajas, hasta más ventajoso es su uso en tierra firme. Y como se ha comentado, otros no lo recomiendan por la poca elevación del cañón.

Lo que si esta del todo claro, es que las empleadas en la marina, tenían un mantenimiento constante, que les proporcionaban mas duración, y que era mas conspicuo el deterioro por la fisura de las piezas, ya que el sufrimiento era mayor. Pero esta condición, me parece que no es suficiente, para diferenciar la cureña naval de la de costa.

Por otra parte, los componentes de la cureña de costa evolucionada, que presentó T. De Morla, en su obra, eran de mayores proporciones que la de marina  fabricada a la antigua, y por lo tanto mayor superficie, peso y deterioro por condiciones climáticas, luego la cureña de costa a la antigua, era de superiores dimensiones aún. Los que tengan alguna duda, consideren que la cureña de costa como tal, empleaba ruedas con rayos, y las navales ruedas macizas, con diámetros muy inferiores y menor cantidad de componentes de hierro.
 
Todos estos aspectos, me conducen a considerar que el empleo de la cureña naval, era  lo mas probable (Para mi sorpresa, y lo digo con mayúsculas, ya que siempre pensé, que las cureñas de marina, eran de uso especifico en los bajeles), tal vez no la única, pero si lo mas común, en toda la defensa fortificada tanto en España, como en su América Hispánica.

Esta cureña naval ó de costa, debió haber sido una cureña a la española, sin lugar a dudas, como la descrita  por JJ Navarro, de solera continua y ojos de braguero. Ya que la cureña de media solera, propuesta también por Navarro, es posterior (1756).

Una prueba de ello, referida en la bibliografía de la obra de Mario Orellana et al.(19), es que el Sr. Jacinto de Villanueva, maestro carpintero, construyo en mayo de 1750, cinco cureñas para las baterías de JF. (Real Audiencia. Vol. 2115 Pieza 9ª. F.1, 2, 3, 4), y la cureña evolucionada de Navarro, aún no se conocía.

Desde este punto de vista, no existe mejor referencia, sobre diseño y proporciones de las cureñas, que las que nos entrega Juan José Navarro, Marqués de La Victoria, en su maravillosa y completa obra “Diccionario Demostrativo Con la Configuración o Anatomía de toda la Arquitectura Naval Moderna”1719-1756.

Y de cureñas, lo muestra todo, hasta el tipo de rueda que se debería usar cuando de defensa de costa se tratare.

Un aspecto bien interesante, es que el piso original de la fortaleza Santa Bárbara, era de piedra de cantos rodados (Piso de huevillo), donde el sufrimiento para las ruedas debió ser excesivo, mas razón creo, nos entrega esta particularidad, para considerar el uso de ruedas macizas y no las de rayos.

Hemos logrado ubicar los cañones de la isla, dentro del contexto de la artillería de Ordenanza de 1743, mas por la fecha de la construcción del fortín Sta. Bárbara, que lo que nos entregan los cañones propiamente dichos.

Sabemos que las modificaciones a nivel de diseño y construcción de las cureñas, durante esos años se mantuvieron sin muchas modificaciones, hasta más allá de la mitad del siglo XVIII, donde el mismo Navarro propone la cureña naval de media solera. (22) en este artículo hay información al respecto.

Analicemos esta cureña, propuesta y descrita maravillosamente por JJ. Navarro.

Todos los componentes de la cureña a la española

SOLERA. (1) Continua, que podía ser de una sola pieza (FECD), o de dos (FABD) corresponde a media solera continua, no confundir con la media solera propuesta de Navarro (FE1415).

Solera de una cureña española de mediados del siglo XVIII
Solera continua, pero de dos piezas.
Solera continua, pero de dos piezas.

GUALDERAS. (2) Que podían ser de una sola pieza (Lo mas común), o de dos piezas, con empalmes del tipo rayo de Júpiter, pero nunca de más piezas. Caracterizadas por la presencia del ojo de braguero y no aldabas ó cáncamos.

Las dimensiones de estas piezas, así como su peso son considerables. Con las escaletas, se logro más maniobrabilidad, ya que se disminuía considerablemente el peso de la pieza.

Gualdera de cureña
Detalle de la gualdera de dos piezas y su empalme.
Detalle de la gualdera de dos piezas y su empalme.

EJES. (2) Delantero y trasero, este diseño aportó mucha resistencia al conjunto, en la cureña de media solera propuesta por Navarro, en la de solera continua, los ejes carecían de empalmes.

Eje de la cureña de un cañón

RUEDAS. (4) Dos delanteras (mayor diámetro), dos traseras, ambas con arandela de hierro como refuerzo.

Rueda de cureña de cañón
Rueda de cureña de cañón
Rueda de tres piezas usadas en costa
Rueda de tres piezas usadas en costa

TELERON. (1) Compacto madero cuya función es mantener las gualderas fuertemente en la parte delantera de la cureña. Nunca la pieza de artillería se apoyará en el.

Telerón

BANQUETA. (1) madero para elevar la pieza, donde asienta la cuña de puntería.

Banqueta de cureña

SOBREMUÑONERAS. (2) De fierro, retendrán el cañón por sus muñones, estos apoyados en las muñoneras de las gualderas.

Sobremuñoneras de cureña

SUNCHOS. (4) Para la protección del final del pesón.

Sunchos de cureña

PERNOS CAPUCHINOS. (4) Dos anteriores y dos posteriores, en sobremuñonera.

Pernos capuchinos de cureña

PERNOS PENETRANTES. (2)

Pernos penetrantes de cureña

PERNOS TRAVESANTES.(2) Delantero y trasero.

Pernos travesantes de cureña

CANCAMOS DE ATRAVIESE DEL EJE TRASERO. (2) y PLANCHUELAS. (10)

CANCAMOS DE ATRAVIESE DEL EJE TRASERO y planchuelas de cureña

SOTROZOS (6) y CHAVETAS (10)

Sotrozos y chavetas de cureña

Detalle de la cureña, vista lateral y por flanco vertical. Cuaderno de taller OSD.

Cureña española

Las proporciones de las cureñas van a depender del diámetro de la boca de la pieza de artillería, pero su estructura y forma se mantendrá en todos ellos, hasta 1756.

Maqueta a escala. Cureña para cañón de a 24 lb. En roble, alquitranada como era costumbre hasta 1756. (OSD), según modelo de JJ Navarro.
Maqueta a escala. Cureña para cañón de a 24 lb. En roble, alquitranada como era costumbre hasta 1756. (OSD), según modelo de JJ Navarro.
En esta se nota la solera continua y de una sola pieza. (OSD)
En esta se nota la solera continua y de una sola pieza. (OSD)
Proporciones de la cureña de a 24. (Navarro)
Proporciones de la cureña de a 24. (Navarro)
Continuación - Proporciones de la cureña de a 24. (Navarro)
Continuación – Proporciones de la cureña de a 24. (Navarro)
A continuación la tabla original con las proporciones de las cureñas. JJ Navarro.
A continuación la tabla original con las proporciones de las cureñas. JJ Navarro.
Tabla original con proporciones de las ruedas.
Tabla original con proporciones de las ruedas.
Y de pernos, sontrosos y sobremuñoneras.
Y de pernos, sontrosos y sobremuñoneras.

Conclusión

Estoy convencido de que este tipo de soporte ó cureña se constituye en la representación  con mayor fidelidad y rigurosidad histórica, que cualquier otro tipo.

La cureña a la española, caracterizada como hemos dicho, de solera continua y ojos de braguero, es la única cureña, que para la fecha de 1750 se utilizaba. Recordemos que, por los muchos factores mencionados, he trabajado con las condiciones originales que debieron tener estos cañones. Estas les otorgarán a los cañones, sin lugar a dudas el esplendor que merecen.

Estos cañones iberoamericanos, gracias a Dios están siendo rescatados del total abandono en el que han estado desde muchísimo tiempo olvidados.

Para españoles y americanos, es orgullo que dichas baterías del archipiélago Juan Fernández, renazcan no para disparar, sino para enseñarnos, un poco más de nuestra historia. Sé que por la tenacidad de muchos, pronto veremos estas baterías en sus cabalgaduras.

Consciente de que este es solo un pequeño aporte del gran proyecto para Juan Fernández, y del que sin lugar a dudas será del todo exitoso.

Me ha sido muy placentero y gratificante, que como maquetista-investigador, pudiese aportar, al menos  un indicio fiel, del tipo de cureña que posiblemente soportaren estos extraordinarios cañones en el castillo de Santa Bárbara, en el archipiélago de Juan Fernández.

He realizado una maqueta, o más bien un diorama, centrándome en algunos datos, como el plano de la fortaleza Santa Bárbara, elaborado por el ing. José Antonio Birt en 1764 y el piso original de huevillos (cantos rodados), y los utensilios característicos, para considerar un cañón operativo.

Pueden ver la maqueta en el siguiente enlace.

Agradezco al Sr. Don. Felipe Paredes Vergara (FPV), pionero resaltando el valor de estos cañones, por sus extraordinarias fotografías. Así como a el grupo Comunidad Lircay, del hermano país de Chile, por su valiosa colaboración.

Bibliografía consultada

  1.  Alcalá Zamora y Queipo de Llano, José “Historia de una empresa siderúrgica española: Los Altos Hornos de Liérganes y La Cavada” (DGB)
  2. Angulo E, Salvador E. “La Artillería y los Artilleros en Chile. Valdivia y Chiloé. Como Antemural del Pacifico” Militaria Revista de cultura militar nº10 Editorial.U.C. Madrid 1997.
  3. Baeza Martín, Ascensión. “Fundición de Artillería en Nueva España. Proyectos fallidos, la alternativa de Sevilla” (1722-1794). 1992 www.americanistas .es
  4. Crouchet González, Juana. “La artillería en la frontera de Chile. Del Flandes Indiano a los fuertes del Biobío” 1997. (DGB).
  5. De Agüero González, Pedro. “Descripción Historial de la Provincia de Chiloe.” 1791.(DGB)
  6. De Morla, Tomás, “tratado de Artillería” Tomos I y II. 1816. (DGB).
  7. De Paula Mellado, Fco. “Diccionario de Artes Y Manufacturas” Tomo 2º. 1857 (DGB)
  8. De Salas y Cortés, Ramón. “Memorial Histórico de la Artillería Española”. Madrid 1831. (DGB)
  9. Du Mongeau, Dudamel. “Tratado del Cuidado y Aprovechamiento de los Montes y de los Bosques. Corte, Poda, Beneficio y usos de sus maderas y leños. Trad. De Gómez de Ortega, Casimiro.2ª Parte 1774. Cureñas. Art II. (DGB)
  10. Fernández de Navarrete, Martín. “Diccionario Marítimo Español” 1831. (DGB)
  11. Fernández de Medrano, S. “El Perfecto Artificial Bombardero y Artillero”. Cap. VI Cureñas.1708 (DGB).
  12. Flores Morón, Braulio L. “Hacía una evaluación de los Costos de la Artillería Americana en el siglo XVIII”. Militaría. Revista de cultura militar nº10. UCM. Madrid.1997
  13. Gil Osorio, F: “Organización de la Artillería Española en el siglo XVIII” Madrid 1981.
  14. Gómez Pérez, Carmen. “El Sistema Defensivo Americano: Siglo XVIII” Madrid. Ed. MAPFRE 1992. Dialnet. ISB: 84-7100-550-6
  15. Hall, Michael y Witte, Jörg. “Maderas del Sur de Chile, aplicaciones y procesos. Ed. Universitaria Bosque Nativo. 2ª edición 2004. (DGB).
  16. Helguera Quijada, Juan. “La Industria Metalúrgica Experimental en el siglo XVIII” 1772-1780. Universidad de Valladolid.1984. (DGB)
  17. Herrero Fernández de Quesada, MD: “La Artillería de Ordenanza. Contribución de Felipe V a la Modernización y Homologación de los Materiales” Memorial de Artillería, año 148. 1992. (DGB).
  18. Leblon, Guillaume. “Tratado de las Defensas de las Plazas” Madrid .1777. (DGB)
  19. Orellana, Mario. Morel, Patricio.et al. “Las Islas de Juan Fernández”. Publicación del depto. de Ciencias Antropológicas y Arqueológicas. Universidad de Chile. Sede Oriente. Facultad de Ciencias Humanas. 1975
  20. Tous Meliá, Juan. “EL Tigre un cañón de a 16. Historia y Leyenda.1999 (DGB)
  21. Tous Meliá, Juan. “El Hércules, el cañón mas precioso del mundo”. Conferencia pronunciada en el Instituto de estudios canarios. San Cristóbal de la Laguna. 2004. (DGB)
  22. Salas Díez, Oscar. “La Cureña Naval de principio del siglo XVIII” Art. Publicado en Web «Todo a Babor». Cuaderno de taller OSD. (oscar.salasdiez@gmail.com)
  23. Sociedad Económica de Amigos del país (Cuba). “Memorias de la Sociedad Patriótica de la Habana”. Tomo .VI, Pág.429. 1838. (DGB).
  24. Tosca, Thomas Vicente. “Compendio Mathematico”. Tomo V. 1757. (DGB).
  25. Vivas Pineda, Gerardo. “La Aventura Naval de la compañía Guipuzcoana de Caracas”. Fundación Polar. Editorial 3xlibris. Caracas 1998.
  26. Zapatero, Juan Manuel.”Dos Ejemplos de Fortificaciones Españolas en la exposición de Puertos y Fortificaciones en América y Filipinas” Comisión de Estudio Histórico de Obras Públicas y Urbanismo CEHOPU.
  27. Zapatero, Juan Manuel “Las (Llaves) Fortificadas de la América Hispana” Militaria. Revista de cultura militar. Nº1 -131-140 Edit. Univ. Complutense Madrid 1989. (DGB) Digitalizado por Google Books.

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