Fragatas pesadas británicas 1793-1815 (con planos)

Por Juan García (Todo a Babor)

Los inicios de las fragatas pesadas británicas

La guerra de 1812 entre Estados Unidos y Gran Bretaña hizo descubrir a las fragatas pesadas estadounidenses, que derrotaron en varias ocasiones a fragatas británicas, gracias en parte al poderío de unas embarcaciones armadas con cañones de a 24 libras, un calibre hasta entonces privativo de los navíos de línea.

Sin embargo, Gran Bretaña ya había tenido sus fragatas pesadas de batería de 24 libras años antes de aquel conflicto. A principios de la guerra contra la Francia revolucionaria de 1793, los británicos tuvieron conocimiento de que los franceses habían estado construyendo unas fragatas pesadas derivadas de navíos de línea.

A esto lo llamaron los franceses «rasées«, es decir, eliminar la segunda batería de un navío y dejar la primera con cañones de 24 libras, lo que les daría una indudable ventaja frente a las por entonces fragatas pesadas británicas con batería de 18 libras, máximo calibre que estos portaban por entonces.

Así, los británicos no dudaron en probar a hacer «rasées» algunos de sus buques. En 1794 probaron con tres pequeños navíos de 64 cañones: Anson, Magnanime e Indefatigable, dejándolos como fragatas de 36 cañones de 24 libras, además de el debido complemento de carronadas que hacían subir el número a 44 piezas.

Una de estas fragatas, la Indefatigable, fue una de las fragatas que estuvo en la batalla del Cabo de Santa María en 1804 contra una división de fragatas españolas.

También se construyeron otras fragatas, a imitación de la francesa apresada Pomone, para llevar artillería de 24 libras. Entre las que destacó la HMS Endymion, de la que hablaremos más adelante.

Pero este tipo de buques no estaban exentos de complicaciones. Las fragatas de 24 libras en particular eran vulnerables a problemas estructurales, y pronto todas pasaron a portar artillería de 18 libras.

Hasta finales del siglo XVIII se tenía como fragata pesada a toda aquella embarcación que llevaba en su batería principal artillería de 18 libras, hasta entonces lo máximo con que se había artillado a una fragata.

Los pesados ​​cañones de 24 libras no solo sacudían en exceso el casco, sino que eran difíciles de manejar en la cubierta relativamente estrecha de una fragata y, como resultado, su velocidad de disparo y precisión se resintieron.

Esta fue una de las razones por la que los oficiales de la Royal Navy que tenían algún conocimiento de las «super fragatas» norteamericanas de 44 cañones no se sintieron particularmente disuadidos por la perspectiva de encontrarse con ellos en acción, sin saber que las dimensiones mucho mayores de los buques estadounidenses los convertían en plataformas de artillería más estables.

En aquella guerra de 1812 pronto se darían cuenta de que las norteamericanas eran fragatas mucho más potentes que las construidas hasta entonces por los británicos como pesadas (aquí no incluimos a las «raisée», que al tener un origen distinto al de una fragata al uso quedaban más a la par que las de Estados Unidos).

De todas las «súper fragatas» británicas de la década de 1790, la HMS Endymion fue la mejor. Era muy rápida (tenía fama de ser la más rápida de la Royal Navy), maniobraba bien, a todas luces era un excelente buque en la mar y, si era necesario, podía llevar cañones de 24 libras sin problemas gracias a su robusta estructura, aunque en aquellos primeros momentos la armaron con batería de 18 libras.

De hecho, estaba tan bien considerada que siguió siendo una referencia de las cualidades de navegación en las fragatas hasta la llegada de los «Experimental Squadrons» de la década de 1830.

Pero fragatas pesadas como tal la Royal Navy no tenía demasiadas. Estaban la Forte y la Egyptienne, ambas de origen francés y apresadas por los británicos, que eran lo más grande y poderoso que podían oponer a las fragatas norteamericanas. Sin embargo, la Forte naufragó en 1801 y la segunda demostró tener una estructura demasiado débil y languidecía en puerto desde 1807.

Así que al almirantazgo sólo podía recurrir a las fragatas «rasée» y a la HMS Endymion, que por entonces estaba en el astillero en un reacondicionamiento que la llevaría un año alejada del mar. Cuando este periodo terminó en mayo de 1813, ya con su armamento de 24 libras fue rápidamente enviada a América.

Aunque era un buque excelente, la Endymion tenía solo veintiséis cañones en la cubierta principal en comparación con los treinta de las fragatas pesadas norteamericanas, pero al estar basada en un diseño francés, la fragata británica no llevaba cañones en la proa por lo que era posible añadir una porta más en los planos de las siguientes fragatas ideadas según aquella.

A mediados de enero de 1813 se mandó construir cinco fragatas de esta clase, todas para ser construidas en pino por el astillero de Sir Robert Wigram, con tres de las mismas listas para ser botadas en junio. Se convirtieron en el estándar de la cuarta clase de 40 cañones nominales.

Subiendo la apuesta: convirtiendo navíos en fragatas

Pero los británicos necesitaban más fragatas pesadas. Y para ello volvieron la vista a la idea de hacer «rasée» a alguno de sus viejos navíos, tal y como habían hecho en 1794.

A principios de 1813 el almirante en jefe de la estación de Norteamérica de la Royal Navy, el almirante John Borlase Warren, solicitó la llegada de navíos a su zona de operaciones. El almirantazgo le respondió que no se preocupase, porque ya tenían planes, desde noviembre del año anterior, sobre una idea del capitán John Hayes.

Para «rasée» más navíos de 64 cañones y convertirlos así en fragatas pesadas, tal y como comentamos, como ya se hizo en 1794, se necesitaban este tipo de buques que no eran precisamente de los más habituales en su marina.

Y además, había otro problema: de los que había de 64 cañones apenas quedaban disponibles, pues los que tenían no podían ser «sacrificados» para ser convertidos, por estar en diferentes comisiones.

Así que los del almirantazgo decidieron hacerlo con navíos de 74 cañones, de los que tenían de sobra. Y para no desprenderse de ninguno de sus navíos en servicio, se decidió rescatar de las tareas de pontones de prisioneros a los siguientes buques: Majestic, Goliath y Saturn.

Si bien un navío de 64 cañones hecho «rasée» podía equivaler a una fragata pesada, con un navío de 74 cañones era ya otra cosa distinta. El resultado no podía ser una fragata si no algo diferente no visto hasta entonces.

Hayes hizo que los buques seleccionados sufrieran una serie de nuevas modificaciones. Para empezar se quiso conservar la batería de 32 libras, las escotillas se estrecharon todo lo que se pudo y las embarcaciones menores se sacaron de la cubierta para llevarlas en voladizo en pescantes, para así poder disponer de veintiocho carronadas de 42 libras. También llevaba cañones cazadores de proa de 12 libras y una dotación de 495 hombres.

Con aquel monstruoso artillado se esperaba obtener la ventaja definitiva frente a sus homólogos estadounidenses.

La conversión de los buques fue tan rápida que la Majestic ya estaba en la mar para mayo de 1813. El mando de este buque se le dio al instigador de esta nueva clase de buques, al capitán Hayes, quien quedó muy satisfecho con el resultado.

En su opinión, la Majestic era:

Superior a cualquier fragata y no inferior a ningún navío en el que haya servido.

Según sus informes, la Majestic era robusta, navegaba y maniobraba bien incluso en condiciones meteorológicas adversas.

Por otra parte, pintándola de negro la parte superior del buque, disimulaba la batería de potentes carronadas, pasando como fragata convencional. Uno de los oficiales dijo sobre esto:

Su apariencia es tan engañosa que cualquiera se acercaría a ella pensando que es una fragata, teniendo mucho de la apariencia de las fragatas estadounidenses: espero que se construyan más como estos buques y equipados de la misma manera, así no sería necesario buques más grandes, lo que sería un gran ahorro.

A ello también ayudaba que los palos y aparejos eran muy parecidos a los de una fragata. Sin embargo, como se quejó el capitán del Goliat, una vez vistos por el enemigo, eran instantáneamente reconocibles para siempre.

Aunque estos buques se desplegaron principalmente para luchar contra las fragatas de 44 cañones estadounidenses, no se sabe con certeza cómo se habrían comportado contra sus objetivos previstos porque nunca tuvieron la oportunidad de combatir entre ellos.

Llevaban mucha más potencia de fuego, pero nunca hubieran podido atrapar una fragata norteamericana con viento ligero, siendo la principal ventaja de estos «rasées» su facilidad para navegar con mal tiempo.

El contacto más cercano que tuvieron fue la persecución de la fragata President en enero de 1815, cuando la Majestic lideró la persecución hasta que el viento amainó, cuando entonces la Endymion se hizo cargo.

Pero es que aunque solo hubieran podido cazar a sus oponentes con mal tiempo, las nuevas fragatas británicas habrían estado en desventaja en la batalla debido a que su francobordo de cañón era relativamente bajo: menos de 6 pies en la mayoría de las condiciones en comparación con más de 8 pies en la fragata Constitution.

Como buque perseguidor, sería más que probable que fuera la batería de sotavento del «rasée» en el lado atacado, y podría haber resultado difícil combatir con su armamento principal por tal lugar.

Para demostrar que por lo general no tiene sentido diseñar un nuevo sistema de armas para enfrentarse a un solo oponente específico, el mejor momento de la Majestic llegó en febrero de 1814, cuando cazaba a un corsario de Filadelfia, Hayes se encontró con dos fragatas francesas de 18 libras y un buque que había apresado anteriormente de 20 cañones.

La Majestic rápidamente dispersó este escuadrón, capturando una de las fragatas, la Terpsichore, sin que los británicos sufrieran baja alguna.

Super fragatas británicas construidas desde cero

La construcción de fragatas pesadas de 40 cañones fue algo provisional, pero a medida de que surgieron más pruebas del éxito de las fragatas estadounidenses, hubo un deseo creciente en el Almirantazgo de construir un modelo equivalente.

Ya no se quería apañar una solución de urgencia, ahora se quería tener una fragata construida desde cero con las características de las norteamericanas o incluso algo más potente.

Por lo tanto, en abril de 1813, la Junta de la Armada recibió instrucciones de construir un nuevo diseño para «un buque de 50 cañones de la clase fragata con una cubierta de mástil» de aproximadamente 1.500 toneladas.

Hubo varios proyectos sobre los que decidir, con prisas todo sea dicho, a pesar de que se trataba de un nuevo modelo de buque. Uno de estos diseños fue el de un constructor emigrado francés llamado J. L. Barrallier.

Los buques debían ser diseñados para llevar treinta cañones de 24 libras en la cubierta inferior y veintiocho carronadas de 42 libras más dos 24 largos en la cubierta del alcázar y castillo. Los dos buques de sendos proyectos eran similares en tamaño, aunque, por lo general, la fragata del francés era más largo.

También tenían aproximadamente el mismo tamaño que sus oponentes estadounidenses, pero mientras que las fragatas estadounidenses, construidas en la década de 1790, eran tradicionales en su apariencia, las fragatas británicas se notaba que provenían de un época más austera y estéticamente brutal como lo era la arquitectura naval de entonces.

Nombradas como Leander y Newcastle, ambos buques fueron construidos por el ya muy congestionado astillero Wigram, con madera no muy curada para tenerlas en servicio cuanto antes.

Cuando se hicieron a la mar, tanto la Newcastle como la Leander demostraron ser muy rápidas, superando ambas los 13 nudos, pero también tenían tendencia a caer a sotavento y al principio parecían demasiado rígidas.

Al igual que los «rasées», eran mejores en condiciones más duras, y lo mejor es que llevaban la batería al menos a 8 pies sobre la línea de flotación en cualquier estado de carga, lo cual las hacía poder combatir sin problemas en malas condiciones.

Después de la guerra se les dotó de cubierta completa, por lo que estas fragatas se convirtieron en sustitutas de los navíos de 50 cañones con dos cubiertas; y, por supuesto, fueron los buques insignia en las bases donde era necesario vigilar a los estadounidenses.

En conclusión, una vez que se aceptó la necesidad de tener grandes fragatas pesadas, el Almirantazgo se había apoyado generosamente en la considerable fuerza industrial de Gran Bretaña para resolver el problema.

A mediados de 1813, los «rasées» se unieron a la flota, seguidos por la primera de las fragatas de 40 cañones armadas con 24 libras hacia finales de año, y las dos fragatas de 50 cañones en la primavera de 1814.

Tipos de fragatas británicas pesadas durante las guerras napoleónicas

A continuación listaremos todos los tipos de fragatas pesadas de este periodo, con sus características principales y artillado a su botadura. También añadiremos los planos de las mismas. Las imágenes se abrirán en una nueva ventana para que puedan compararlas si así lo desean.

Recordemos que fragata pesada era aquel buque que tenía la batería principal con cañones de 18 libras como mínimo. Entre las mismas listaremos las que han sido referidas en el artículo, así como el resto de fragatas de la flota británica de entonces.

Medidas en pies ingleses. Imágenes del NMM (National Maritime Museum, Greenwich, Londres).

Fragatas clase Tribune (36)

Tribune (1803)

Características principales

• Dotación: 264 hombres
• Toneladas brutas: ca. 880 t
• Eslora: 137 Pies, Manga: 38 Pies, Calado 13,4 Pies
• Batería 26 x 18 Libras. Cañones
• Alcázar: 12 x 32 Libras. Carronadas
• Castillo: 2 x 32 Libras. Carronadas, 2 x 9 Libras. Cañones

Salsette (1805)

Fragatas clase Forte (38)

Fragatas clase Amphion (32)

Fragatas clase Narcissus (32)

Fragatas clase Hyperion (32)

Fragatas clase Bucephalus (32)

Fragatas clase Pyramus (36)

Fragatas clase Apollo (36)

Fragatas clase Leda (38)

Fragatas clase Lively (38)

Fragatas clase Scamander (36)

Navíos de 64 cañones convertidos (rasée) en fragatas de 44 cañones

Fragatas clase Endymion (40)

Fragatas clase Cambrian (40)

Fragatas clase Acasta (40)

Fragatas clase Lavinia (44)

Navíos de 74 cañones convertidos (rasée) en fragatas de 58 cañones

Fragatas clase Leander y Newcastle (50)

Fuentes

• «The naval war of 1812». Caxton Pictorial Histories. Editado por Robert Gardiner.
• National Maritime Museum, Greenwich, Londres.