Por Juan García (Todo a Babor)
El USS New Orleans y el USS Chippewa fueron dos navíos de línea norteamericanos que jamás sirvieron en su marina.
La construcción de estos navíos fue autorizado por el Congreso norteamericano en una ley del 3 de marzo de 1813, durante la guerra contra los británicos de 1812, en las que hacía falta tener más buques de guerra. En el puerto de Sackett, en el lago Ontario (New York) se empezaron a construir estos navíos, que permitirían combatir a los británicos en aquellas aguas en las que sólo disponían de embarcaciones menores.
El contrato se adjudicó el 15 de diciembre de 1814 a Henry Eckford y a Adam and Noah Brown. El contrato establecía que los constructores construyeran dos navíos de línea capaces de llevar entre 74 y 100 cañones, además de una fragata del tipo de las más grandes de su clase. También se preveía que se hicieran todos los esfuerzos posibles para tener los buques botados en la primavera siguiente.
Debido a esa premura, se dijo que los buques estuvieron casi listos en 42 días. Pero entonces se firmó la paz con los británicos y todo se paralizó. Los comisarios de marina detuvieron la construcción del New Orleans y el Chippewa, que se hallaban ya en avanzado estado. Medían 204 pies de eslora total, 56 de manga y desplazaba 2805 toneladas.
Eran en verdad unos navíos grandes para su tipo, y tenían previsto que montaran 63 cañones largos de a 32 libras y 24 carronadas de a 32 libras. Fenomenal armamento que era superior a un navío británico de similar porte. Se seguía en los navíos la política que tan buenos resultados les dio con las fragatas.
El diario «Niles Weekly Register» decía el 18 de marzo de 1815: «600 carpinteros del astillero de Sackett habían hecho grandes progresos en la construcción de un navío de 98 cañones y otro de 74 cuando las obras fueron detenidas por las noticias de la paz».
Una semana después la misma publicación describía a los dos navíos como «dos monstruos del lago con 102 y 110 cañones, que no son más que un montón de tablones».
Sin embargo el New Orleans no fue desmantelado y se mantuvo así hasta que fue vendido el 24 de septiembre de 1883 a Wilkinson, Jr. of Syracuse, New York. Manteniéndose en las listas de la marina durante 70 años sin haber navegado nunca. Como se ve el despilfarro de dinero público no entiende de naciones.
- Fuente: Louisiana’s Military Heritage.