Plano del navío de línea HMS San Jose

Por Juan García (Todo a Babor)

Plano del HMS San Jose, en su servicio para la Royal Navy, 1801

El HMS San Jose, era el navío de línea de 112 cañones ex español San José (o San Josef), apresado por la escuadra de Jervis en 1797, en la batalla del cabo de San Vicente. En Todo a babor pueden leer su historial, aquí en su servicio británico.

Pero no quiero hablarles sobre su periodo español o inglés, que por cierto estuvo más tiempo en manos británicas que españolas, sino para que vean la buena fama que tenía la construcción española, y sobre todo la de este buque, cuando lo examinaron en un astillero, convirtiéndose así en el único navío capturado de primera clase, preparado para el servicio en la mar en la Royal Navy.

Plano del navío de línea San José
Vista exterior del navío de línea San José.

En contra de lo que se suele pensar, los ingenieros navales británicos no tenían tanta estima a los navíos de origen francés, a los que consideraban demasiado «flojos» para su servicio en la Royal Navy. Eran los oficiales quienes los tenían en mejor consideración, sobre todo por sus, en general, indudables cualidades veleras.

Pero los que de verdad conocían las maderas, sabían que los buques franceses, también en general, adolecían de la falta de la resistencia necesaria para permanecer largos periodos en la mar, tal y como ocurría en su flota, que tenía que estar muchos meses en constante navegación, sobre todo bloqueando puertos enemigos o el Canal de La Mancha, bajo todo tipo de inclemencias y avatares.

Por eso muchos navíos franceses capturados, como el Commerce de Marseille, de 120 cañones, capturado unos años antes en Tolón, acabaron su vida como pontones. Este buque en concreto fue revisado por los ingenieros navales y comprobaron que no podría resistir un periodo en la mar bajo mando británico, a pesar de que los oficiales reportaron unas excelentes cualidades náuticas en su viaje de presa. Pero como digo, una cosa era lo que opinaban los oficiales que lo marinaban y otra cosa muy distinta era lo que podía dar de sí ese mismo buque en sus cuadernas.

El HMS San Jose era un navío de 112 cañones, de construcción ferrolana, al contrario que muchos de los tres puentes españoles, construidos en la Habana. Era gemelo del Purísima Concepción, también excelente buque.

La característica principal de la mayoría de ellos fue la solidez que daban las maderas tropicales. En el listado de navíos españoles de la batalla de Trafalgar nos encontramos con los buques más veteranos de las tres marinas. El San José, en concreto, se preciaba de ser, además de robusto, un buen velero, para su tamaño, y de excelente factura. Los británicos no iban a tener hasta entonces un navío tan enorme. Como decía, el Commerce de Marseille, que era algo más grande, no llegó a hacerse a la mar.

Prueba de ello fue que en su preparación para el servicio en la Royal Navy, al que si bien realizaron unos cuantos trabajos en detalles y algunas características propias de sus navíos, como tener dos «Santa Bárbaras» (magazines en inglés), una a proa y la otra a popa como era lo normal, o un espejo de popa a la inglesa, la estructura del navío no se tocó.

El buque cumplía, en este aspecto, con las exigencias requeridas para una más que posible vida agitada. El plano que he puesto en la parte superior corresponde a esa primera preparación para su servicio en la Royal Navy, en 1801.

El historiador Edward Brenton en su famosa obra sobre la Royal Navy, escribió que el San José maravilló a los constructores y marinos británicos sobre todo por la siguiente razón:

Sus cañones de la primera batería (la más baja) estaban más altos fuera del agua de lo que se había conocido en cualquier otro navío de línea. Esto significaba que podría llevar sus cañones [de la cubierta inferior] cuando pocos buques británicos se habrían aventurado a abrir las portas; además, el navío español almacenó 500 toneladas de agua y no teníamos nada que comparar con ella como buque de guerra.

De hecho, Brenton confirma que este francobordo en medio del navío es de 5 pies y 10 pulgadas (en un calado de 254 pies hacia adelante y 27 pies hacia atrás) en comparación con los 5 pies y 6 pulgadas del Caledonia y los 5 pies y 2 pulgadas del más pequeño Queen Charlotte.

Solo con los diseños de la era victoriana, se pudieron mejorar estas cifras, con un francobordo de 6 pies y 6 pulgadas.

Eso quería decir que con mala mar el navío español podía hacer uso de toda su artillería, mientras que la mayoría de los navíos no podían más que utilizar su segunda o tercera batería, lo que le daba una indudable ventaja.

Cuando se desarmó el navío San José, en 1849, el buque había disfrutado de una vida útil de 66 años, lo que habla muy bien de su construcción y diseño. Impresionante.

Mascarón de proa del HMS San Jose
Mascarón de proa del HMS San Jose, en 1801. Nótese el aspecto del Santo que da nombre al buque.
  • Fuente: Warships of the Napoleonic Era, de Robert Gardiner.
  • Imagen plano y mascarón de proa:  San Josef, as fitted in Plymouth Yard in 1801. National Maritime Museum, Londres.

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