Un obstinado lugre corsario español

Por Juan García (Todo a Babor)

Buque lugre británico
Un lugre naval armado que patrulla la desembocadura del Tajo con la Torre de Belem a lo lejos de su arco de estribor. Pintura de Thomas Buttersworth.

El 7 de junio de 1807 salió de Veracruz para España el lugre corsario español nombrado Jesús, María y Josef (alias los Tres Amigos), mandado por el capitán don Santiago Secllé.

Dicha embarcación estaba armada en corso con 6 cañones reforzados de a 12 libras, lo que no estaba mal para el tipo de embarcación que era. Pero atravesar el Océano Atlántico en un buque tan pequeño y con las aguas infestadas de corsarios y buques de guerra británicos era digno de admiración.

El 26 de junio a 20 leguas de Matanzas apresó un bergantín británico nombrado el Experimentado (sic), que estaba cargado de palo de campeche, procedente de Honduras y con destino a Halifax.

Un cabo de presa y cinco marineros se ocuparon de la presa con la orden de conducirlo al primer puerto español.

Como buenos corsarios que buscaban presas en cualquier parte, durante la travesía por el Atlántico, dieron caza cuando menos a 50 embarcaciones, que alcanzados y registrados los unos, y con otros puestos al habla, resultaron ser de todas partes menos de Gran Bretaña. Los había norteamericanos, hamburgueses, dinamarqueses,… de todo.

No tardarían en dar con ellos.

El 27 de julio, cerca ya del Cabo de Finisterre los del Tres Amigos avistaron una escuadra y un convoy británicos en número incontable de buques con rumbo al oeste. La escolta los divisó y despacharon a dos fragatas que andaban destacadas previendo precisamente peligros como aquel, y que se les echaron encima. Pero el lugre corsario español no era fácil de atrapar. Y, efectivamente, logró escaparse.

El 31 de julio, a 20 leguas al norte de Santander, represaron dos queches españoles que estaban armados en corso y mercancía, uno de ellos con carga de cacao y el otro en lastre. Hacía un mes habían sido apresados por los británicos.

Puso a sendos cabos de presa en las embarcaciones con cinco hombres y les instó a entrar en el primer puerto de Vizcaya o Guipúzcoa antes de que aquellas aguas llenas de enemigos se los echaran encima. Los propios prisioneros que llevaban les informaron de ello.

El capitán español determinó tomar el rumbo de la costa vasco francesa y dirigirse a Bayona, donde se encontró con dos lugres de guerra británicos que le dieron caza nada más ver la embarcación corsaria española.

Así entró el 2 de agosto en dicho puerto francés a las seis y media de la tarde con los enemigos pisándoles los talones. Estos permanecerían todavía a varias leguas del puerto esperando como tiburones a que saliera el lugre español.

El Tres Amigos llevaba a bordo, además de los 30 tripulantes propios que les quedaban, dos pilotos y ocho marineros prisioneros de las tres presas que habían hecho en aquella singladura.

Fuente: Gaceta de Madrid

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