Por Juan García (Todo a Babor)
Este especial se compone de los siguientes artículos:
¿Cómo se llegó? | Antecedentes | Antes de la batalla | Escuadra británica | Escuadra combinada | Columna de Nelson | Columna de Collingwood | Tras la batalla | Epílogo | ¿Por qué se perdió la batalla?
Índice
Nelson mantuvo la aproximación a la flota combinada desde el amanecer con una formación en paralelo a estos, que derivó más tarde en dos columnas, claramente orientadas a cortar la línea franco española.
La columna de Nelson se componía de 11 navíos, al que se le uniría en pleno combate el Africa, que había sido destacado en otras comisiones y no había llegado a tiempo para formar. Esta columna se dirigía en línea recta a sus oponentes.
A las 12.40 el Victory de Nelson alcanzaba ya a la flota franco-española. Varios navíos españoles dispararon algún tiro para comprobar la distancia y poco más tarde se hizo el fuego generalizado.
El Bucentaure disparó los primeros tiros eficaces a las 12.15 cuando el Victory se acercaba y se estima que el navío británico podría haber tenido no menos de 50 bajas cuando alcanzó la línea aliada y unos 90 impactos en las velas, esto nos hace suponer que si las tripulaciones aliadas hubieran sido como las británicas y se hubiera formado una línea cerrada los británicos hubieran tenido muchísimas bajas antes de traspasar las líneas enemigas.
El escritor Mark Adkin en su libro sobre la campaña de Trafalgar da los siguientes datos sobre la cadencia de disparo en estos primeros momentos de la batalla, durante el acercamiento del Victory de Nelson entre las 12:05 y las 12:30.
Según este autor, el Mont Blanc (74) hizo en 5 minutos dos descargas, lo mismo que los Duguay Trouin (74), San Agustín (74), Bucentaure (80) y Redoutable (74). Mientras que el San Francisco de Asís (74), el Heros (74) y el Santísima Trinidad (136) hicieron en 10 minutos tres descargas.
En total, durante todo ese tiempo, fueron disparados unos 846 proyectiles. De estos se calcula que unos 130 disparos (el 15%) dieron en el navío de Nelson. Y de esos 130 unos 90 dieron a las velas o jarcia (70%) y el 30% restante al caso y cubiertas.
Cortando la línea
La intención original de Nelson era pasar entre el Bucentaure (Villeneuve) y el Santísima Trinidad, pero el Bucentaure largó trapo y el Trinidad recogió velas, cerrando así el hueco que obligó al navío de Nelson a pasar por estribor del Bucentaure.
El Santísima Trinidad y el Bucentaure abren juntos fuego sobre el Almirante inglés, ocasionándole bastantes bajas. Se dice que un sólo tiro de palanqueta del Santísima Trinidad mató a nueve infantes de marina de una vez (algo que no se puede corroborar). Además, el Victory perdió el palo de mesana, no sin antes causar gran daño al navío de Villeneuve cuando el navío británico le pasó por la popa.
…se dirigía (el Victory) a cortar por la popa del Bucentauro, y cuando iba a cruzar por el través de barlovento del Trinidad, a un tercio muy corto de tiro de cañón, rompió ésta el fuego más bien dirigido e incesante y terrible, tanto que desde aquel momento empezó a experimentar el Victoria averías de la mayor consideración en su arboladura y aparejo; y a la mitad del combate, como a las dos de la tarde, ya había desarbolado del palo de mesana por su fogonadura, de sus masteleros mayores y sus vergas todas, y se hallaba sin gobierno para dirigirse a efectuar su valerosa resolución de cortar la línea…
Pero el fuego no detienen al buque británico. Esto dura entre 30 y 40 minutos.
Por fin, a las 13h 00 exactamente, el viejo navío británico de tres puentes llega al Bucentaure, sin haber casi disparado.
Hay que precisar que, además de su tripulación, Villeneuve llevaba en su navío dos compañías de infantería de marina, y tres en el Redoutable.
El abordaje quizás era buscado por el Almirante francés, posiblemente viendo en esto la única solución para evitar el desastre. Aunque sin carronadas, ni siquiera obuses, para contrarrestar las propias de los británicos se hace difícil pensar que de verdad buscaran el abordaje, viendo el serio peligro al que se exponían con dichas armas cargadas de metralla.
El Capitán del Victory, Hardy, decidió obrar de otro modo. Temiendo por la vida del vicealmirante Nelson, con razón, Hardy ordenó hacerse a un lado, evitando al Bucentaure y echándose sobre el más débil de los buques aliados, el Redoutable, de setenta y cuatro cañones del Capitán Lucas.
Nelson es herido mortalmente
Para que Nelson pudiera seguir dirigiendo la lucha prefirieron enfrentarse a un navío de 74 cañones, con los que los 104 del Victory podrían arreglarse mejor.
Pero lo que no sabían los británicos es que estando los dos navíos a «toca penoles» entrarían en juego los tiradores. Ya lo dijimos, no falta gente a bordo del pequeño buque francés, contando con tres capitanes de infantería con sus respectivas compañías.
Ordenando a sus tiradores de primera en el aparejo, el Redoutable se dispuso a combatir a golpe de fusilería. Tan eficaz era el fuego de los tiradores de primera franceses que Nelson ordenó a las tripulaciones de los cañones de 12 libras del castillo y alcázar que bajaran a las cubiertas inferiores.
Los marineros británicos caían uno tras otro en el alcázar y el castillo de proa. Sorprendidos ante este inesperado revés, Nelson, que se paseaba a pasos lentos sobre la cubierta, se paró en seco.
De repente, cayó mortalmente herido.
Era aproximadamente la 1.25 de la tarde cuando el disparo de un tirador francés hirió a Nelson mortalmente en la espina dorsal. El Redoutable había conseguido cobrarse 19 muertos y 22 heridos en su particular batalla contra el insignia británico.
La batalla en el centro de la escuadra combinada
La situación desesperada del Victory cambió con la ayuda del navío Temeraire de 98 cañones, que había conseguido llegar a estribor del Redoutable y se colocó entre el Victory y el Neptune (el francés), disparando a los dos barcos franceses.
Debido a las carronadas de gran calibre que el Temerarie despachó en su llegada, causó gran mortandad entre las tripulaciones francesas y británicas del Victory, y es que estas armas eran tremendamente mortales e imprecisas a cierta distancia, pero fue duramente contestado por el San Justo y el San Leandro.
El Temerarie se «enganchó» junto al Redoutable francés y libraron un intenso duelo artillero. Juntos, los dos navíos británicos (junto con el Victory), con tres veces la potencia de fuego del navío francés, se pusieron a batir a quemarropa al Redoutable, quien finalmente se rindió al Victory con 487 muertos y 81 heridos de un total de 643 tripulantes.
El Bucentaure, después de haberse dejado maniobrar por el Victory y por el Temerarie, fue atacado por el Neptune, luego por el Léviathan, luego por Conqueror, sin que un sólo buque de la combinada acudiera a su auxilio, y también ocurrió lo mismo con el Santísima Trinidad, el cual había sido rodeado por hasta cinco navíos británicos puntualmente, ya que en un principio estos creyeron que era el insignia de la flota y fueron a por él.
Estos dos buques, en conjunto doscientos veinte cañones, tendrían que haber aplastado todo lo que se les oponía bajo sus ráfagas de fuego. Pero fueron ellos quienes fueron aplastados de manera salvaje.
Totalmente desarbolados, cubiertos de cadáveres, ahogados de sangre, incapaces de replicar a los buques que habían sabido tomarlos de enfilada, por la popa o por la proa, por las amuras y la aletas, terminaron por sucumbir.
El buque de Cisneros se rindió el primero, el buque de Villeneuve, el segundo, después de tres horas de una gloriosa pero agonía inútil de ambos.
Progreso de los británicos
Con el Redoutable rendido, el Fougueux, quien acababa de marcharse sin ayudar mucho al Santa Ana, y tras una escaramuza con el Belleisle, atacó al Temeraire por un costado duramente.
Como el Temeraire había perdido sus banderas en la batalla, el navío francés equivocadamente creyó que se había rendido y se acercó para el abordaje. Cuando se acercó a menos de 100 metros, el Temeraire descargó una serie de devastadores ataques que arruinaron al navío francés antes de poder responder siquiera.
En sólo 10 minutos, el Fougueux se rindió. El Victory se libró del Redoutable, dejando al Temeraire con un barco apresado a cada lado. El Neptune (el francés) siguió disparando contra el Temeraire y sus capturas hasta que llegó el Leviathan.
El Leviathan, había dejado anteriormente al Neptune (Br) tratando con el Trinidad, y se dirigió al Neptune (el francés), quien escapó.
Sin ninguna captura todavía, se acercó a la vanguardia y se encontró con el San Agustín que venía de trabar combate sobre las 3.00 de la tarde.
Cuando dentro de los 100 metros, el español viró a estribor para atacar. El Leviathan viró a su vez y atacó por su lado de estribor. Temeroso del español, con buena maniobrabilidad tras estos primeros disparos, el Leviathan corrió a su lado y atacó sin descanso junto con los navíos Orion y Ajax, que a su paso descargaron sus cañones, hasta que una hora después el navío español se rindió.
El San Agustín había logrado evitar dos abordajes británicos, subiendo a la gente de las baterías y luchando hasta la extenuación, tanto que ni siquiera se rindió, sino que los británicos lo tomaron al ver que no hacía ya fuego dada la gran destrucción a bordo.
Tras haber asegurado su captura el buque británico recibió los disparos del Intrepide francés, que volvía con varios navíos desde la vanguardia. Combatieron hasta que el Africa británico, que andaba cerca, se presentó.
El Africa había llegado tarde a su posición, ya que venía de una anterior comisión a la batalla, por lo que apresuró su marcha. Cuando finalmente entró en batalla, ya bastante tarde, y creyendo que el Santisima Trinidad se había rendido (ya que le pasó como al Temeraire que perdió sus banderas en el combate), se envió en un bote al Teniente John Smith a bordo para recibir su rendición.
Sobre la cubierta del destrozado navío español, fue informado que el barco español no se había rendido y según la costumbre de la época, el comandante español le permitió volver a su propio navío.
En la hora y cuarto de su lucha con el Intrepide, fue bastante mal dañado el navío Africa y hubiera acabado rindiéndose si el Orion no hubiera llegado disparando salvajemente al navío francés. En la batalla que siguió, el Intrepide luchó valientemente, pero finalmente desarbolado y rodeado por seis barcos británicos se rindió a las 5.00 de la tarde.
Mientras tanto, el Santisima Trinidad, incapaz de luchar y fuera de control, se rindió eventualmente al Prince.
Dumanoir se escapa
El Contralmirante Dumanoir, que era el jefe de la vanguardia aliada, eventualmente respondió a las señales frenéticas de Villeneuve, a las cuales no había hecho caso durante más de dos horas, y había virado su división hacia las 2.00 de la tarde.
El Comandante del Intrepide, Luis Antoine Infernet, al igual que el español Cayetano Valdés, a bordo del Neptuno, no podían creerse que en un principio Dumanoir no les hubiera ordenado atacar mucho antes, su disgusto se torna en alegría cuando se ordena virar, sólo para después ordenar virar de nuevo y poner rumbo a Cádiz.
De los barcos en la vanguardia, Scipion, Formidable, Duguay-Trouin y Mont-blanc, todos franceses, obedecieron las ordenes del contra almirante francés.
Pero, ¿por qué huyó?. «Para no aumentar inútilmente al triunfo de los enemigos del Emperador», explicará prudencial, e inútil y lamentablemente, quince días más tarde, bajo el cabo Vilano, no lejos de la Coruña.
Dumanoir se rendirá entonces con sus cuatro últimos buques al Comodoro Strachan, mientras que sólo el Intrepide y el Neptuno (el español) se habían negado obedecer y se dirigieron prontamente al fragor del combate.
Al menos esta versión es la que siempre se ha dado, pero no queda claro si los buques desobedecieron a su contralmirante o fueron interceptados por los británicos mientras seguían las aguas de su insignia. El caso es que se encontraron, como no, con fuerzas superiores.
Final de la batalla
Los Ayax, Agamemnon, Orion, Minotaur y Spartiate, al final de la columna de Nelson, se interpusieron a estos dos navíos que acudían al rescate.
Mientras tanto, el Britannia de 100 cañones, quien había logrado meterse sin ningún gran peligro en la batalla, disparaba de lejos sobre el San Francisco de Asís de 74, que rápidamente intenta acercarse a la cobertura del Rayo de 100 cañones.
Estos dos buques estaban en un principio tan sotaventeados de su línea que prácticamente no hicieron nada en el combate y se unirían a Gravina más tarde en dirección a Cádiz.
Dejando al Orion con la posesión del Intrepide, los navíos Minotaur y Spartiate persiguieron y machacaron al Neptuno. Fieles a su táctica (insistimos en ella) de enfilar al enemigo, durante una hora, acabaron con la resistencia del buque español, hasta que se rindió a las 5.10 de la tarde.
Dumanoir y sus cuatro navíos, que huían sin entrar en combate, vieron al Intrepide rendido y al Neptuno sitiado y no hicieron ningún esfuerzo por ayudarlos. Aunque fueron desafiados por el Ayax y Agamemnon que llegaron a dispararlos, pero rehusaron meterse de lleno en la batalla.