Navío San Pascual (1766)

Por Santiago Gómez Cañas
Autor del libro: «Historiales de los navíos de línea españoles, 1700-1850»

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Historiales de los navíos de línea españoles (XVIII-XIX)

Historial del navío San Pascual

Navío de entre 70 y 74 cañones

Navío de línea de 74 cañones

Segundo de los seis navíos de la serie del San Juan Nepomuceno, construidos por el ingeniero francés Francisco Gautier en el astillero de Guarnizo. Se le puso la quilla el 9 de julio de 1765 y fue botado el 16 de diciembre de 1766.

Para llevarlo a Ferrol y completar su alistamiento se hizo cargo de su mando el capitán de navío M. de Lastarría de Sendagorta. Poco después se hizo a la mar con el mismo comandante para realizar sus pruebas de mar.

En 1768 se encontraba destinado en el departamento marítimo de Ferrol, con otros veinte navíos, tres fragatas y varios buques menores. En diciembre de 1777 se trasladó de Ferrol a Cádiz al mando del capitán de navío Felipe López de Carrizosa. 

Comenzada la guerra con Gran Bretaña en junio de 1779, toma parte en la primera campaña del Canal de la Mancha entre junio y septiembre de 1779, con la escuadra del teniente general Luis de Córdoba, combinada con la francesa de Orvilliers.

Estaba al mando del brigadier Ignacio Ponce. El 9 de noviembre de 1779 zarpa de Brest rumbo a Cádiz con la escuadra de Córdoba.

A su paso por las aguas gallegas es uno de los cuatro navíos que entra en Ferrol por el mal estado en que se encontraban. La noche del 17 al 18 de mayo de 1780 salen de Ferrol los navíos Purísima Concepción, S. Carlos, S. Vicente, Brillante, Firme, Galicia, S. Pascual y Septentrión y las fragatas Carmen y Perpetua. Fondean en Rota el 24 de mayo y en Cádiz el día 28.

Navío San Pascual
Navío San Pascual. «Viage á Constantinopla, en el año de 1784, escrito de orden superior». José Moreno. Imprenta Real (Madrid) 1790. Biblioteca Complutense.

Formando en la escuadra de Córdoba realiza varias salidas para vigilar las aguas cercanas a Cádiz y el Estrecho de Gibraltar e interceptar los buques enemigos destinados a romper el bloqueo del Peñón.

La mañana del 9 de julio de 1780 zarpa de Cádiz con la escuadra combinada del teniente general Córdoba, con su insignia en el navío Santísima Trinidad, para interceptar una escuadra avistada, que se creía que era la británica del almirante Geary.

La escuadra estaba compuesta por 22 navíos españoles y 9 franceses, con seis fragatas, una corbeta y tres balandras. La noche del 9 de julio estaba a unas 10 o 12 leguas de Cádiz. La escuadra regresa a Cádiz el 18 de julio, cuando descubren que la escuadra avistada eran naves marroquíes escoltando un convoy.

La inteligencia española y francesa descubre la salida de Portsmouth el 29 de julio de un convoy británico con destino a América y la India. El conde de Floridablanca ordena buscarlo y capturarlo.

La escuadra de Córdoba se hace a la vela el 31 de julio de 1780. El 8 de agosto estaba la escuadra combinada hispano-francesa a sesenta millas al Este de la isla de Madeira. A las diez de la mañana ponen rumbo a Levante y a la una de la madrugada del día siguiente, con viento NNE flojo, se ve señal de cañón por barlovento, sin poderse distinguir.

Quince minutos después se oyen más cañonazos que, al no corresponder al código de señales, se cree que es la escuadra de Geary y deciden no entrar en combate esa noche. Mazarredo, mayor general de la escuadra, opina que Geary no habría descendido al sur a no ser por dos razones, enfrentarse a la escuadra o socorrer Gibraltar.

En el primer caso, Geary no podía suponer a la escuadra a 300 millas al oeste, sino en Cádiz. Si Mazarredo se equivoca, el combate era inevitable por estar la escuadra combinada a sotavento.

Como el enemigo estaba evitando el combate, no le cabe ninguna duda que era un convoy, que en ese momento estaba a 4 leguas de distancia, que se sabía por tardar 63 segundos en llegar el ruido de los cañonazos.

Si la escuadra sigue el Este, al amanecer estaría al doble de distancia del convoy y sería imposible capturarlo, pero si invertían el rumbo, como aconseja Mazarredo, avistarían al convoy al amanecer.  

A las cuatro y media de la mañana se ven acercarse a las primeras naves. Algunas de ellas comienzan a huir y Córdoba ordena caza general. A las cinco de la mañana rodean a 36 naves con 16 navíos, que son rendidas y marinadas.

Al anochecer habían capturado 51 buques y otros siete mercantes huyen por el Este, de los que cuatro son apresados. Las presas, escoltadas por los buques al mando del jefe de escuadra Vicente Doz llegan a Cádiz el día 20, mientras la escuadra de Córdoba llega el 29 de agosto, la escolta británica, al mando del capitán de navío John Montray, el navío Ramillies y la fragata Southampton se refugian en Madeira, mientras la fragata Thetis es enviada a Inglaterra para informar. 

Fue la mayor pérdida de buques en una sola acción en el siglo XVIII. Varias unidades de la escuadra no toman parte directa en la captura del convoy por diversas razones, entre ellos el navío San Pascual, que es destinado, con el navío Terrible, las fragatas Santa Lucía y Santa Rufina y la balandra Trucha, a cruzar al O del Estrecho. 

La escuadra de Córdova se hace a la vela rumbo al SO la tarde del 1º de mayo de 1781 con 29 navíos. Regresa a Cádiz el 8 de junio después de navegar 37 días entre los cabos San Vicente y Santa María. El San Pascual estaba al mando del CN Luis Francisco Varona (Barona).

En 1781 participa en la expedición destinada a recuperar la isla de Menorca, perdida en septiembre de 1708 durante la guerra de Sucesión española, cuando la escuadra del almirante Lake y el general Stanhope se apoderaron de ella, conservándola tras el tratado de Utrech. Los franceses la ocuparon en 1756.

Con la paz de París, los británicos volvieron a ocuparla en 1763. En esta nueva guerra, Menorca jugaba un papel vital en el sostenimiento de Gibraltar, y Mahón era el puerto de base de más de ochenta corsarios, y único puerto que tenían los británicos para sus escuadras en el Mediterráneo. Si caía Menorca, el único apoyo de Gibraltar debía llegar de las costas de Inglaterra. 

La escuadra, convoy, los pertrechos y las tropas se concentran en Cádiz. Solo unos pocos conocían que el objetivo era atacar Menorca, el Rey, el Príncipe de Asturias, el Secretario de Estado conde de Floridablanca, el Ministro de Marina Castejón, el jefe de las operaciones, el teniente general del Ejército duque de Crillón, y el Capitán General de Andalucía conde de O’Reilly.

Al concentrarse la expedición en Cádiz, todos pensaban que su destino era América. Para una empresa en el Mediterráneo, la escuadra y convoy debían haberse concentrado en Cartagena o Barcelona. El secreto era fundamental para el éxito de la empresa, y se consiguió.

A mediados de julio acabaron de fondear la escuadra y convoy destinados a la expedición. Estaba formada por diez buques de guerra, navíos San Pascual, capitán de navío Barona e insignia del brigadier Buenaventura Moreno y Zavala, y Atlante, capitán de navío Diego Quevedo y Quintano, fragatas Juno, capitán de navío Antonio Ramón de Ortega, y Santa Rufina, capitán de fragata Pedro Cañaveral y Ponce, balandras Paloma, teniente de navío José Lorenzo de Goicoechea, y Amistad, alférez de navío Lorenzo Mendoza Moscoso, bombardas Santa Casilda y Santa Eulalia, tenientes de navío José Mª Lasqueti y Antonio Torres Durán respectivamente, y brulotes Gertrudis-Magdalena y Eulalia, teniente de fragata Benito Vilán y alférez de fragata Andrés Castel.

El convoy lo formaban 73 mercantes (34 fragatas, 10 polacras, 9 bergantines, 5 urcas, 4 paquebotes, 3 saetías, 3 jabeques, 2 pingues y 5 sin especificar, de los que 37 eran españoles, 11 genoveses, 9 holandeses, 5 suecos, 4 napolitanos, 3 portugueses, 2 imperiales, uno toscano y tres que no consta la procedencia).

Por la carga que transportaban, 49 buques llevaban las tropas, 20 de ellos llevaban cañones, morteros y armas, uno para pertrechos de ingenieros, 3 con víveres y 2 eran hospitales.

A estos buques se incorporaron otros cuatro del comercio de Cádiz que servirían para el desembarco. Las tropas eran casi 8.000 hombres, 107 de Mando y Plana Mayor, 354 oficiales y 7.448 hombres de los Regimientos de Infantería de Cataluña, Saboya, Burgos, Murcia, América, Princesa y Ultonia. Comenzaron a embarcar el 18 de julio y finalizaron el día 20.  

A las nueve de la mañana del 21 de julio comenzó a salir la escuadra de Moreno, detrás de la combinada de Córdoba, quedando fondeadas en las inmediaciones de Rota.

El resto del convoy sale de la bahía al día siguiente. La escuadra combinada estuvo a la vela durante el día y al ancla por la noche, hasta que se separa del convoy al anochecer del día 22 de julio, poniendo rumbo O.NO., hacia el Océano. A las seis menos cuarto del día 23 se hacía a la vela el convoy de Moreno rumbo a levante. Por la tarde, al embocar el Estrecho, el duque de Crillón entrega a Moreno los pliegos reservados y el derrotero a seguir.

El 25 de julio quedaron rezagados diez transportes y el navío Atlante a causa de un temporal. Ese mismo día 25 se destaca a la fragata Rufina a una misión secreta. El 27 de julio zarpan de Algeciras los buques al mando del capitán de fragata Joaquín de Zayas, los jabeques Lebrel, insignia y San Luis Beltrán, teniente de navío Federico Gravina, y las galeotas Concepción, teniente de fragata Antonio Barrientos Rato, y San Antonio, alférez de fragata Antonio de Aguirre Villalba.

La escuadra y convoy comenzó a entrar en La Subida, cerca de Cartagena, el 28 de julio, quedando fondeados esa noche. Al día siguiente, se reúnen en La Subida los buques salidos de Cartagena al mando del capitán de fragata Baltasar de Sesma y Zaylorda, las fragatas Rosario insignia, y Santa Gertrudis, capitán de fragata Aníbal Tolomeo Casoni, los cuatro jabeques Mallorquín, Gamo, tenientes de navío Nicolás de Estrada y Posada y Marcos Fonguión, y Carmen y Fortuna, alférez de navío Onofre Barceló y Juan Bautista Donal respectivamente, la balandra Carlota, alférez de fragata Andrés de Valencia, seis cañoneras y dos mercantes.

Hasta el 6 de agosto no pudieron hacerse a la vela por los vientos contrarios. Seis días después se encontraba el convoy frente al cabo de Palos a causa de los vientos contrarios, en ocasiones flojos, y las calmas.

A medianoche del 17 de agosto rebasan la isla Formentera. Al amanecer del día 18 se incorporan los cuatro buques de Zayas salidos de Algeciras, además de la fragata Rufina. A las 7:30 del 19 de agosto, se avista desde los buques el cabo de Pera, en la costa Este mallorquina.

Al amanecer del 19 de agosto desembarca un destacamento en la cala Degollador, para después bordear la isla de Menorca por el norte, según lo planeado.

Los vientos contrarios y la mar gruesa obligan al convoy a ceñir, cambiar el rumbo y costear la isla por el sur hacia cala Alcaufar, en espera de desembarcar cuando pudieran, mientras otra parte del convoy sigue costeando hasta que llegan a la cala Mezquita (Mezquida), a la una y media, y media hora después bajan a tierra en un bote del navío el capitán de fragata Salazar, el alférez de navío Tavern, el teniente coronel Crespo y tres edecanes para buscar el lugar más adecuado para el desembarco, que se inicia con 23 cañonazos del San Pascual y finaliza a medianoche.

Aunque faltaba por desembarcar el material pesado, las tropas ya habían ocupado el arsenal, almacenes, apresadas varias embarcaciones y hecho 150 prisioneros. Destacamentos de tropas, al mando de los marqueses de Avilés y Peñafiel, avanzan por tierra y ocupan Ciudadela y Fornells.

Mientras tanto, en la cala Alcaufar no se pudo desembarcar hasta la madrugada del día siguiente, el día 20, entre las 04:00 y las 06:30, donde se destacó la actuación del capitán de fragata Baltasar de Sesma al mando de la fragata Rosario. Toda la isla estaba en manos españolas el 24 de agosto, excepto el fuerte de San Felipe.

Esa misma noche se sacaron dos bergantines, antes se había sacado otro, abandonados en la embocadura del puerto. Las tropas británicas, algo más de 2.600 hombres, al mando teniente general Jacobo Murray y su segundo el teniente general W. Drapper, se encerraron en el fuerte de San Felipe. 

Comienza la segunda parte de la campaña, que se caracteriza por el sitio al fuerte de San Felipe y el bloqueo marítimo de la isla, realizando la Marina patrullas de vigilancia constantes y escolta de mercantes con tropas y pertrechos.

Durante esta etapa los intentos británicos por romper el bloqueo se vieron frustrados al perder catorce naves corsarias y más de cien mercantes. Durante el bloqueo se distinguieron jóvenes oficiales como el capitán de fragata José de Salazar y los dos alféreces de navío Honorato Bouyón y Santiago Liniers.

En una ocasión, dos fragatas británicas, armadas con 14 y 10 cañones, logran burlar el bloqueo y fondear cerca de la costa, al amparo de los cañones de fuerte de San Felipe.

Al frente de chalupas armadas se ordenó al alférez Liniers capturar las dos fragatas. Un primer intento nocturno fracasó a causa de la niebla, pero a las 08:00 de la mañana siguiente, a plena luz del día y a pesar del intenso fuego de las fragatas y el fuerte, logró Liniers apresarlas al abordaje con 16 lanchas de la escuadra, levar anclas y llevarlas ante la escuadra española.

Al pasar frente al navío insignia, el brigadier Moreno ordenó a la tripulación subir a las jarcias y rendir honores. Este hecho fue comentado con detalles en “La Gaceta” de Francia el 11 de diciembre de 1781.

Liniers fue ascendido a teniente de fragata por su comportamiento, y a teniente de navío en marzo de 1782, al terminar la campaña de Menorca.

A finales de octubre de 1781 llegaron cuatro mil soldados franceses, al mando del barón de Falkenhain, elevando los efectivos aliados a casi 10.500 hombres.

El 6 de enero de 1782 comenzó un fuego artillero contra el fuerte de San Felipe en el que se usaron 112 cañones y 33 morteros, además de las bombardas y lanchas cañoneras. El 4 de febrero de 1782 se rinden los británicos. Habían perdido 184 muertos y 280 heridos. A Inglaterra fueron repatriados 3.032 personas, de ellos 131 mujeres y 174 niños. 

Finalizada la campaña de Menorca, los navíos San Pascual y Atlante entraron en Cádiz el 21 de octubre de 1781. Al mando del capitán de navío Luis Francisco Barona zarpa de Cádiz el 2 de enero de 1782 con la escuadra de 35 navíos y varios buques menores del teniente general Córdoba, insignia en el Purísima Concepción, para dar protección a los buques al mando del brigadier Francisco de Borja que se dirigían al Caribe con tropas, pertrechos y azogues.

La escuadra de Borja se separa el 5 de enero, a unas 14 o 15 leguas de Cádiz, para seguir su travesía. A mediados de enero se unen las escuadras de Córdoba y la francesa de Guichen. Después de navegar en los cabos San Vicente, Santa María y Espartel, regresa el 10 de febrero, mientras la francesa llega a la vista de Cádiz el 24 de febrero. 

En octubre de 1782 sale del arsenal de La Carraca carenado y con sus fondos forrados de cobre. En enero de 1783 era el navío insignia del teniente general Juan de Lángara.

Formaba parte de la escuadra combinada hispano-francesa destinada a la proyectada ocupación de la isla de Jamaica. Estaba al mando del capitán de navío Gerónimo Bravo.

La escuadra comenzó a alistarse en Cádiz desde diciembre de 1782, quedando formada por 24 navíos, 3 fragatas y 3 balandras españolas, puestos al mando de Lángara, y 19 navíos y 6 fragatas francesas al mando del almirante D’Estaing.

La salida de la escuadra se suspende por la llegada de la paz, al firmarse sus preliminares en Versalles el 20 de enero.

Al amanecer del 13 de julio de 1783 zarpa de Cartagena con la escuadra destinada a la expedición de castigo a la regencia de Argel. Era su comandante el capitán de navío Jerónimo Bravo.

En agosto de 1783 comienza el bombardeo de la plaza de Argel con la escuadra mandada por el teniente general Antonio Barceló, a bordo del navío Terrible.

Después de haber lanzado 3752 bombas y 3833 balas sobre la plaza, el tiempo fue empeorando, por lo que Barceló decide regresar a Cartagena, dejando una pequeña flotilla para vigilar el puerto, compuesta por el navío San Pascual, la fragata Santa Rosa y el jabeque San Sebastián

El 13 de septiembre de 1783 es puesto al mando del capitán de navío Francisco Javier Winthuysen y Pineda. El navío es destinado a un viaje a Constantinopla, Turquía, con motivo del tratado de paz entre la Corona española y el imperio otomano, llevando a bordo al embajador español Juan de Bouligny y regalos que el rey de España enviaba al sultán Abdul Hamid I.

Para esta comisión se formó una división, puesta al mando del brigadier Gabriel de Aristizábal, compuesta por los navíos San Pascual, capitán de navío Winthuysen y su segundo el teniente de navío Juan José Martínez de Espinosa, Triunfante, al mando del capitán de navío Sebastián Ruiz de Apodaca, y el bergantín Infante, teniente de navío Juan Mª Villavicencio. 

La escuadra de Aristizábal zarpa de Cartagena el día 24 de abril de 1783. La tarde del 4 de mayo llega al puerto de Menorca el bergantín Infante y al día siguiente el resto de la escuadra junto a la fragata Santa Clotilde, que se une a la expedición al mando del capitán de fragata Bartolomé de Ribera.

El 27 de junio queda el navío San Pascual varado en unos arrecifes de la isla de Lemnos, saliendo del apuro haciendo mucha agua y con necesidad de descubrir la quilla, lo cual se hizo en los Dardanelos. Llegan a Constantinopla el 10 de septiembre.

Carena improvisada al navío San Pascual
Carena improvisada al navío San Pascual. «Viage á Constantinopla, en el año de 1784, escrito de orden superior». José Moreno. Imprenta Real (Madrid) 1790. Biblioteca Complutense.

Se hacen a la vela para su regreso a la Península el 24 de octubre, recalando en Malta para hacer cuarentena de la peste que asolaba la ciudad de Constantinopla. Una vez de regreso en Cartagena, el comandante Winthuyssen desembarca el 8 de mayo de 1785 al quedar el navío desarmado. 

En 1790 se encontraba desarmado, asignado al departamento marítimo de Cartagena. En 1793 seguía desarmado en el departamento de Cartagena, al mando del capitán de navío Nicolás de Rojas, al igual que en mayo de 1795. 

En septiembre de 1796 se estudió, por la Junta del departamento, la conveniencia de venderlo o desguazarlo. Se dispuso su desguace por Real orden de 25 de octubre de 1797.

Desguazado en Cartagena en 1797 junto al navío Velasco. Según Mercapide, p 184, se deshizo en el departamento de Cartagena por falta de carena en 1797. 

Dimensiones

Sus dimensiones, en pies y pulgadas de Burgos, son las siguientes: 196 pies y 4 pulgadas de eslora, 173 de quilla limpia, 51,4 de manga, 25,4 de puntal, 25,1 de plan, 24,6 de calado a popa, 22,9 de calado a proa.  

En metros: 56,42 de eslora, 49,71 de quilla limpia, 14,75 de manga, 7,20 de puntal, 6 de calado, 7,38 de plan, 7,06 de calado a popa, 6,44 de calado a proa. Desplaza 1.800 toneladas.

Artillado

Su artillado habitual era de 74 cañones, 30 de a 24 libras, 32 de a 18 libras y 12 de a 8 libras.

Dotación

531 plazas. 

567 plazas en julio de 1781. 

En el viaje a Constantinopla de 1783: 

  • 4 pilotos 
  • 3 cirujanos 
  • 37 tropa artillería 
  • 113 tropa infantería 
  • 23 oficiales de mar 
  • 98 artilleros 
  • 140 marineros 
  • 115 grumetes 
  • 23 pajes 
  • Total: 556 plazas 

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