Navío Asia (3º) (1789)

Por Santiago Gómez Cañas
Autor del libro: «Historiales de los navíos de línea españoles, 1700-1850»

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Historiales de los navíos de línea españoles (XVIII-XIX)

Historial del navío de línea Asia. Tercero de su nombre. (a) San Jerónimo

Navío Asia, de 64 cañones

Navío de 64 cañones

Buque de dilatada trayectoria, fue el único navío de línea de la Armada perdido al amotinarse su tripulación. En los casi 35 años de servicio en la Real Armada realiza numerosas comisiones, la mayoría de transporte de tropas, pertrechos y caudales entre la península y América y entre diferentes puertos, tanto en América como en Europa. Realiza no menos de dieciocho travesías del Atlántico, permaneciendo desarmado en pocas ocasiones. 

Construido en 1789 con el diseño del ingeniero José Romero Fernández de Landa. Botado en la Habana el 9 de diciembre de 1789. Tuvo por advocación a «San Jerónimo».

Desde mediados de 1789, el comandante general de Marina del apostadero de la Habana, Juan de Araoz y Caro, solicita que se le envíen las dotaciones que debían servir en el navío, las cuales serán enviadas a la Habana a bordo de la urca Redentora desde el departamento de Cartagena.

El capitán general del departamento propone como comandante al capitán de navío Antonio Pérez de Meca y como segundo al mando al capitán de fragata Antonio Boneo. Pérez de Meca declina el mando por problemas de salud.

En la Corte se propone como segundo al capitán de fragata Santiago de Heceta y como comandante al capitán de navío Miguel Félix de Goicoechea, que acaba de ser relevado de la comandancia del arsenal de Ferrol. La urca Redentora llega a Cádiz desde Cartagena a primeros de octubre con el capitán Heceta enfermo, por lo que se decide que sea en la Habana donde se designe a su segundo. 

El 26 de enero de 1790 queda el navío arbolado y comienza su armamento. Ese mismo día toma el mando el capitán de navío Miguel Félix de Goicoechea, que llega de Ferrol a bordo de la urca Sª Paula. Queda concluido su armamento el 13 de febrero de 1790, preparándose para su primera comisión, la conducción de caudales a Cádiz. 

El 20 de junio de 1790 llegan a la Habana desde Veracruz las urcas Sª Polonia y Redentora, con maderas de construcción y 1.058.172 pesos fuertes destinados a Cádiz. Son embarcados en el navío Asia, al igual que 400.000 pesos del comercio en la fragata S. Carlos, llegada desde Cartagena de Indias.

El 4 de julio de 1790 zarpan de la Habana el navío, las dos urcas y varios mercantes. Al mediodía del 6 de julio llega a la Habana el teniente de navío Antonio Pilón con cartas para Domingo Cabello, gobernador interino de la Habana, y Juan de Araoz, comandante de Marina, donde se informa de la posible entrada en guerra con Gran Bretaña por el conflicto de Nootka y para que se tomen las medidas de precaución necesarias. 

El mismo 6 de julio llega a la Habana, procedente de Cádiz, el bergantín mercante Diligencia. Su capitán José Fernández Pérez informa que el 5 de julio había avistado sobre punta Icacos, a barlovento de Matanzas, un navío y dos fragatas británicas y que persiguieron a su bergantín para capturarlo.

El peligro era cierto. Los británicos no necesitan una declaración formal de guerra para atacar a nuestro comercio, incluso si es escoltado por buques de guerra. 

Ante las noticias del posible comienzo de una guerra con Gran Bretaña y el peligro de captura de los buques y caudales, Juan de Araoz ordena salir en su busca al bergantín Flecha, con órdenes para Goicoechea de regresar a la Habana. El convoy es hallado a unas doce leguas, antes de desembocar el Canal de Bahama, regresando a puerto el 8 de julio, excepto la polacra mercante Sª Tecla que sigue su rumbo.  

Parte de los caudales son embarcados en el navío Castilla, quedando a la espera de noticias. El 3 de noviembre de 1790 llega a la Habana el buque correo salido de la Coruña en octubre, con la real Orden de 29 de agosto de hacerse a la vela todos los buques detenidos en la Habana, de guerra y mercantes.

Se decide que el navío Asia salga a finales del mes de noviembre con el tesoro repartido con el navío Castilla. Sin esperar a los navíos, había zarpado en agosto la fragata Winchcomb para Ferrol, además de las dos urcas y varios mercantes con la escolta de la fragata Nª Sª del Rosario.

Navío Asia, tercero de su nombre (1789)
Única pintura del navío Asia conocida. En el ángulo inferior derecho consta cartela que dice: «Navío Asia desarbolado, 28 de Agosto 1824». El autor representa el buque navegando con la mar y viento de popa sobre la vela de trinquete, desarbolado de los masteleros de juanete, de gavia y de mesana, el resto de las velas rifadas; mar muy gruesa y cielo casi cubierto con cúmulos amenazantes y celajes que iluminan el casco. Cortellini comete el error de poner la artillería de la segunda batería (alta) con los cañones asomando por las portas cuando debían ir batiportados debido al temporal reinante. Ángulo inf. Izdo: A-Fdo Ángulo inferior izdo: A. Cortellini Sánchez, 1896. Texto de la Biblioteca Virtual de Defensa. Pintura de Ángel María Cortellini (1819-1882). Museo Naval de Madrid.

Los caudales que tenía a bordo el navío Asia cuando Araoz le hizo regresar a puerto disminuyeron en 680.000 pesos para las atenciones del servicio. Para completar esa suma manda a la fragata Venus a Veracruz, que regresa a la Habana el 18 de noviembre.

Los navíos Asia y Castilla y otros siete mercantes, que debían salir en su conserva, estaban listos para zarpar el 30 de noviembre, pero el mal tiempo lo impide.

La mañana del 3 de diciembre de 1790 son avistados cerca del puerto una corbeta y un bergantín de guerra británicos. Ese mes llegan a puerto varias naves atacadas por los británicos, otras con noticias del inicio cierto de la guerra.

El 6 de diciembre llega a puerto la polacra mercante Jesús, María y José, salida de Málaga. Su capitán José Compta informa que el 26 de noviembre fue cañoneada y perseguida cerca de cabo Corrientes por un bergantín inglés de 18 cañones y a la vista de una fragata de la misma nación.

El mismo día 6 fondea en la Habana la goleta San José y las Ánimas, salida de Florida al mando de Joaquín Mochoqui, que declara tener noticias desde su salida de Nueva York el 6 de noviembre de estar declarada la guerra con Gran Bretaña.

Con estas y otras noticias llegadas de Jamaica se determinó suspender la salida de los navíos con los caudales hasta que llegaran noticias ciertas de la corte, mientras se advertía a los capitanes de los mercantes que salieran si quisieran.

El navío Asia sale de la Habana el 27 de enero de 1791 con los navíos Soberano, Castilla y Miño, la fragata Venus y las urcas Bibiana y Aduana, repartiéndose los caudales, además de 92 oficiales y tropa de los regimientos de la Princesa y Nápoles, llegados a la Habana desde Puerto Rico y Cartagena.

El convoy estaba al mando del brigadier Francisco Santiesteban, a bordo de la fragata Venus. Los vientos contrarios obligan al convoy a regresar a puerto el 5 de febrero. Zarpan de nuevo el 19 de febrero los mismos buques y la urca Nª Sª de Regla, que se separa el 18 de abril para seguir destino a Ferrol, además de la fragata mercante Dolores, que se había separado la noche del 26 al 27 de marzo.

El navío Miño se separa el 3 de abril y llega a Cádiz con averías el 28 de abril, con 950.829 pesos, cobre y tabaco para S.M., y 613.329 pesos y otros géneros de particulares. El 30 de abril y el 1º de mayo llegan el resto de los buques. El navío Asia trajo a bordo 950.829 pesos, 89 planchas de cobre y 6.274 arrobas de tabaco para S.M., y para particulares 613.329 pesos, 1.059 arrobas de grana fina, 1.509 quintales de palo de tinte, 1.498 libras de añil, 521 libras de tabaco y otros efectos.

En la corte se ordena al capitán general de la Armada, Luis de Córdova, que los navíos Castilla y Miño desarmen en Cádiz, y los navíos Asia y Soberano fueran a desarmar a Cartagena con la urca Aduana. El Asia se hace a la vela el 26 de mayo y llega a Cartagena en junio de 1791. 

A comienzos de 1793 estaba desarmado en Cartagena al mando del capitán de navío José Bonanza, que tenía también a su cargo al navío S. Fulgencio.

Se ordena su armamento en abril de 1793 al entrar en guerra con la Francia republicana. Se pone al mando del capitán de navío Luis de Villabriga y Rozas y se une a la escuadra del teniente general Francisco de Borja en la campaña de Cerdeña. Finalizada dicha campaña a finales de mayo, a su regreso a Cádiz se pone al mando del capitán de navío Bartolomé de Ribera.  

El capitán general del Ejército del Rosellón, Antonio Ricardos, proyecta un ataque por tierra y mar para desalojar a los franceses de Col de Banyuls.

Las fuerzas navales quedan a cargo del brigadier Bruno Heceta, comandante del apostadero de Rosas, con los navíos Asia y Galicia, la fragata Preciosa, dos bergantines y otros buques menores. Zarpan de Rosas el 20 de noviembre de 1793 hacia el punto de reunión, el Col de Banyuls.

Las tormentas de ese día y los siguientes hacen fracasar el ataque, quedando varadas varias naves, entre ellas la fragata Preciosa, el bergantín Galgo y la galeota Rufina

Para deshacerse de los numerosos prisioneros franceses y el alto coste que supone mantenerlos, se decide enviarlos a la isla de Guadalupe, en el Caribe.

Son elegidos para su transporte el navío Asia y las fragatas Sª Rosa, Minerva y Sª Perpetua, que se ponen al mando del jefe de escuadra José Varela y Ulloa, que embarca en el navío.

El Asia se pone a las órdenes del capitán de navío Manuel Emparán en marzo de 1794, pero al salir de Cádiz lo hace al mando del brigadier Bartolomé de Rivera, mientras Emparán vuelve a su anterior mando, el navío Intrépido.

Las islas francesas de Martinica y Guadalupe son ocupadas por los británicos, por lo que los presos franceses debían ser llevados a Puerto Rico o la Habana.

El teniente general Gabriel de Aristizábal, comandante de la escuadra de operaciones de América, decide que los buques al mando de Varela queden en Puerto Rico para proteger el comercio en aquella costa. Los cuatro buques de Varela llegan a Ocoa, Santo Domingo, el 24 de mayo de 1794.

Antes de recibir las órdenes de Aristizábal, y a causa de los muchos enfermos que tenía a bordo, Varela zarpa rumbo a la Habana en junio con la fragata Minerva, que tenía muy dañado el palo mayor, dejando en Ocoa a las otras dos fragatas al mando del capitán de navío Juan Butler, a bordo de la Rosa, a disposición del Presidente de Santo Domingo, que solo debía esperar a embarcar más presos franceses hasta el 20 de julio.

El navío Asia y la fragata Minerva llegan a la Habana el 30 de junio, incorporándose a la escuadra de Aristizábal.

El 27 de febrero de 1795 sale de la Habana y llega a Trinidad el 29 de marzo con la escuadra de Aristizábal, tres navíos, cuatro fragatas y un bergantín, para defender la isla ante el peligro de insurrección de parte de la población, incitada por revolucionarios franceses. La escuadra regresa a la Habana en el mes de octubre.  

Finalizada la guerra con Francia, zarpa rumbo a Santo Domingo para evacuar la parte española de la isla, como parte de los acuerdos firmados con los franceses en Basilea en julio de 1795.

El 26 de noviembre de 1795 estaba listo para salir de Ocoa rumbo a la Habana con la fragata Sirena. La tarde de ese día llega un viento norte tan fuerte que rompe los cables y el jefe de escuadra Francisco Javier Muñoz, que se encontraba a bordo del navío, se hace a la vela para no ser destruido contra la costa.

Al día siguiente calma el viento y pone rumbo a la Habana, donde fondea el 9 de diciembre con 167 militares y civiles. Trajo de transporte al mariscal de campo Antonio Bobille, al brigadier coronel del Fijo de la Habana Matías Armona, 8 oficiales y 40 de tropas de los regimientos Cantabria y Fijo de la Habana, 27 monjas, 34 mujeres parientas y varios criados y criadas de las monjas, 3 religiosos y varias familias, compuestas por 48 personas.

Tenía órdenes de regresar a Santo Domingo para seguir en las operaciones de evacuación, pero necesitaba varias reparaciones, retrasándose su salida. 

A finales de febrero de 1796 zarpa de la Habana con el navío S. Eugenio, con 190.000 pesos del situado de Santo Domingo, 20.000 pesos y víveres para la escuadra, 20 oficiales y 300 prisioneros franceses. Llegan a Ocoa el 25 de marzo. A finales de junio regresa a la Habana desde Puerto Delfín con más tropas y civiles evacuados.

El 8 de julio fondea de nuevo en la Habana desde Santiago de Cuba con más evacuados de la isla. Estaba al mando del capitán de navío Tomás Ramery.  

El 23 de noviembre de 1796 sale de la Habana con la fragata Sª Perpetua mandados por el jefe de escuadra Francisco Javier Muñoz, para reforzar al navío S. Lorenzo y las fragatas Minerva y Gloria, que estaban patrullando sobre Bahía Honda para proteger la llegada de Veracruz con caudales de la fragata Nª Sª de la O. Las dos divisiones entran en la Habana el 3 de diciembre.

El 10 de febrero de 1797 ordena Aristizábal a Muñoz zarpar con el Asia y la fragata Juno a reforzar a las fragatas Sirena y Minerva, que estaban de crucero en Cabo San Antonio, esperando a la fragata Sª Elena, que debía llegar con caudales de Cartagena de Indias. Zarpan el 19 de febrero de 1797 y regresan a puerto el 11 de marzo. 

El virrey de Nueva España envía correspondencia al puerto de la Habana pidiendo la asistencia de varios buques de guerra para proteger la costa de Veracruz, infestada de corsarios británicos. Se decide enviar a las fragatas Sirena y Nª Sª de la O, escoltadas hasta Veracruz por el Asia, que debía recoger caudales.

Se estaban alistando los buques para dicha comisión, cuando el 11 de mayo de 1797 llegan a la Habana el bergantín Flecha y la goleta S. Bruno, con noticias de que el puerto de Trujillo estaba bloqueado por dos navíos y un bergantín británico.

El mismo día 11 se decide en Junta destinar al Asia y las dos fragatas a Trujillo. A estos buques se les debía incorporar el navío San Lorenzo al mando del capitán de navío Tomás Ugarte, la fragata Anfitrite, los bergantines Resolución y Príncipe y la balandra Ventura.

Estas fuerzas, con una goleta mercante cargada de víveres y pertrechos, debían fondear en Trujillo, desembarcar los víveres, 4 cañones de a 18 libras de las fragatas y otros pertrechos, y enfrentarse a los británicos. Con los buques alistados, llega la noticia de que los británicos se han retirado y se suspende la comisión.  

Retomando los planes de la comisión anterior, sale de la Habana el 6 de junio de 1797 al mando del capitán de navío Manuel Estrada, e insignia del jefe de escuadra Muñoz, con la fragata Nª Sª de la O, capitán de fragata Tello Mantilla.

Llegan a Veracruz el 16 de junio, y la fragata Sirena poco tiempo después dando escolta al buque correo que debía llegar a Veracruz. La fragata Nª Sª de la O queda a las órdenes del virrey para llevar dinero y municiones al gobernador de Yucatán, además de hacer el corso.

El 19 de julio zarpa el navío con la fragata Sirena y regresa a la Habana con 1.924.198 pesos fuertes del situado (1.379.514 para la plaza e islas, 189.343 para la Marina, 295.492 para la escuadra de operaciones y 59.847 para fortificaciones), pertrechos, al capitán de fragata Miguel de Palacios y otros tres hombres de transporte, 56 presidiarios para la Marina y arsenales y 22 para las plazas de Habana y Pensacola. 

El navío Asia, al mando del capitán de navío Ramón Echalaz, regresa a aguas caribeñas en 1799 con la fragata Sª Brígida, que estaba al mando del capitán de fragata Antonio Pilón y Espejo.

Los dos buques habían sido destinados a realizar una travesía de Cádiz hasta la Habana y Veracruz para llevar pertrechos y recoger caudales.

Después de haber recalado en Puerto Rico, tienen que arribar al puerto de Matanzas el 4 de julio al tener noticias de que buques de guerra británicos navegan en la costa norte de la isla de Cuba. Fondean finalmente en la Habana el 9 de julio al comprobarse que no había buques enemigos en la zona.

Se hacen a la vela una semana más tarde, el 16 de julio, con desino a Veracruz. El 12 de julio se había hecho cargo del mando del navío el brigadier Francisco Antonio de Montes Pérez. A las seis y cuarto del 18 de julio, cuando se encontraban a unas cinco leguas al sursuroeste del Cabo Catoche, Sonda de Campeche, avistan a una fragata enemiga.

Era la llamada Meleager, de 32 cañones, al mando del capitán Charles Ogle. El brigadier Montes Pérez ordena al capitán Pilón emprender la caza. A las diez de la mañana consigue alcanzarla con las miras de proa, pero no inicia el combate en solitario, al tener muchos marinos de leva con la consiguiente ventaja para la fragata enemiga, por lo que Pilón tiene que arriar los sobrejuanetes y esperar la llegada del rezagado navío Asia.

Ogle se vale de tres lanchas y botes para remolcar la fragata, pero no consigue alejarse, por lo que se deshace de las naves menores, sus pescantes, anclas, calabrotes, velas y mástiles de repuesto, municiones, pólvora, botellas y barriles de ron.

Aligerada la nave, para las cuatro de la tarde se había alejado unas siete millas y dos horas después se pierde de vista. Abandonada la caza, los dos buques llegan a Veracruz el 23 de julio, donde desembarcan azogue, papel sellado, bulas y diversas mercancías del comercio. 

En Veracruz se unen a las fragatas Anfitrite y Tetis, llegadas de la Habana para embarcar los caudales del situado. Poco después de haber zarpado estas dos fragatas, llega a la Habana un correo del virrey pidiendo una o dos fragatas para llevar caudales a Cádiz. Araoz y Aristizábal le responden que elija a dos de las tres fragatas, que a juicio de Araoz debían ser la Tetis y la Brígida.

El navío sale de Veracruz con las fragatas Anfitrite, Tetis y Brígida, cargados con cinco millones de pesos (un millón en géneros). El navío y la fragata Anfitrite llegan a la Habana el 11 de septiembre después de haber burlado la vigilancia de varios buques británicos, mientras las fragatas Brígida y Tetis se separan en las costas cubanas y ponen rumbo directo a Cádiz.  

El 3 o 4 de octubre de 1799 zarpa el navío Asia de la Habana con la fragata Anfitrite, al mando del capitán de fragata Diego Villagómez, y el bergantín Galgo, del teniente de navío José Rodríguez de Arias, para realizar varias comisiones, como escoltar una goleta correo a San Agustín de la Florida, con 80.000 pesos del situado bordo, escoltar a otro correo y siete mercantes destinados a la península hasta el Canal de Bahama, desde donde el navío y la fragata, al mando del brigadier Montes Pérez, se separan, recalan en Puerto Rico y dejan 586.000 pesos del situado. Salen de Puerto Rico el 6 de noviembre y dejan en Santo Domingo otros caudales del situado, 1.114.000 pesos.  

Zarpan de Santo Domingo el 8 de noviembre y ponen rumbo a la Habana. Navegan el Asia, la fragata Anfitrite y el bergantín Galgo, cuando la noche del 14 de noviembre se separa el bergantín.

En el paso de La Mona, entre Puerto Rico y Santo Domingo, avistan un convoy británico de 31 velas que se dirige a Jamaica, escoltado por la fragata Crescent, de 36 cañones, y la corbeta Calypso, de 16. La fragata británica se acerca a reconocer a los buques.

Al ver que eran españoles se zafa de ellos, pero en su fuga apresa al bergantín Galgo, que navega adelantado. El navío y la fragata dan caza al convoy y el Asia rinde la fragata General Goddard tras dispararla diez cañonazos.

Era un «Indiaman» de 800 toneladas, botado en 1782, al mando del capitán John Bennet, con 60 hombres y 13 pasajeros, armado con 14 cañones de a 9 libras en batería y en el combés, 2 de a 9 y 4 de a 4 en el alcázar. Montes manda al mercante un oficial, 12 marineros y 5 soldados como tripulación de presa.

El valor de la presa y carga se valoró en 440.000 pesos. Los buques llegan a la Habana el 16 de diciembre. La fragata británica prestó servicios como urca de carga en la Habana al mando del alférez de navío José Gregorio Zaldívar hasta 1800. Poco después fue vendida a particulares. 

En mayo de 1800 se encontraba en el apostadero de la Habana, junto a los navíos S. Ildefonso, capitán de navío Francisco de Alcedo y Bustamante, S. Pedro Alcántara, capitán de navío Dionisio Alcalá Galiano, y S. Ramón, capitán de navío Antonio García de Postigo, la fragata Anfitrite, los bergantines S. Antonio y Flecha y la goleta S. Bruno.  

El 26 de septiembre de 1800 cesa en el mando el brigadier Montes Pérez, que se hace cargo del navío S. Pedro Alcántara, mientras el capitán Alcalá Galiano queda como Mayor General de la escuadra a bordo del navío S. Ramón. A finales de septiembre de ese año tenía prevista su salida de la Habana con la escuadra formada por el navío S. Pedro Alcántara, el S. Ramón y la fragata Anfitrite, mandados por el jefe de escuadra Francisco Javier Muñoz, que se hace cargo del mando de la división el 25 de septiembre y embarca en el S. Pedro, para apresar o alejar de la costa al navío británico Thunder, de 74 cañones, que navega en la boca del puerto con otros buques de guerra británicos.

Se decide que salga solo el S. Ildefonso, después que salga el navío S. Pedro reemplazando al Asia en la división. Había muchos problemas de falta de dotaciones y mantenimiento adecuado de los buques. Después, el mal tiempo impide la salida de los buques.

Para cuando se hacen a la vela, a primeros de octubre, los británicos ya se habían alejado de la costa. Regresan a la Habana el 12 de octubre. 

En 1801 realiza varias salidas para la protección del comercio. Con el navío San Ildefonso y la fragata Anfitrite, insignia del Brig. Francisco Montes, escolta en el verano de 1801 hasta la Habana desde las islas de Barlovento a 50 mercantes cargadas de azúcar y otros productos.

En diciembre de 1801 Araoz sustituye al capitán de navío Manuel Estrada por el del mismo grado Antonio García de Postigo. Al estar previsto que el Asia regrese a Cádiz, García de Postigo es relevado por el capitán de navío Francisco Alcedo Bustamante el 29 de diciembre, y Postigo queda a bordo en calidad de pasajero.

El 10 de enero de 1802 sale de la Habana con 2.896.695 pesos fuertes, de los que 1.035.546 pertenecen a S.M. o a la Real Hacienda, y varios pasajeros, entre ellos el teniente general Aristizabal y su familia, 18 oficiales y otros familiares. Tiene que arribar a Puerto Rico la mañana del 10 de febrero a causa de un fuerte temporal, que había provocado daños en la arboladura y varias vías de agua.

El 6 de marzo de 1802 sale de la Habana el navío S. Pablo, al mando de Bernardo Muñoz, para auxiliar al Asia. El 23 de marzo sale de la Habana la fragata Soledad con la misma comisión de auxilio. El general Aristizábal embarca en el S. Pablo para seguir travesía.  

El 30 de abril de 1802 sale de Puerto Rico con la fragata Soledad, y comienza a hacer agua la mañana siguiente. De acuerdo con el capitán de la fragata, Antonio García de Quesada, decide Alcedo el 1º de mayo regresar de arribada a Puerto Rico, mientras la fragata sigue rumbo a Cádiz.

Entra en Puerto Rico para tomar práctico del canal viejo, zarpa el 2 de mayo y regresa a la Habana el día 15. Una vez reparado, sale el 11 de junio y llega a Cádiz el 20 de julio de 1802 con 50.000 pesos. Queda en cuarentena por la muerte de dos soldados y un artillero de vómito prieto y llevar siete enfermos.

Su dotación era de 410 hombres. Los oficiales de guerra en aquella travesía fueron el capitán de navío Francisco Alcedo, el capitán de fragata José de Iturrigaray, los teniente de navío Juan Libec y Pedro Coutac, los teniente de fragata Mariano Segovia, Miguel Basabrio y Vicente Camino, los alférez de navío José Doronyoro, Pedro Baeza y Juan Uztáriz, los alférez de fragata Vicente Lago y José Sana, el capitán del Regimiento de Cuba Ramón Moduy, el teniente de Regimiento Cantabria Juan Salazar y el alférez de la Habana José Flamy. Los oficiales mayores eran el contador José Valderrama, capellanes Domingo Uriol y Lorenzo Miranda, el cirujano 1º Cayetano Casado, cirujano 2º Roque del Río, piloto 1º Isidoro Pizeti, piloto 2º Juan Gómez Lande, pilotines José Casal y Ambrosio Soriano.

El 13 de octubre zarpa de Cádiz y llega a Cartagena el día 21, donde queda desarmado y entra en el dique para realizarle una carena de firme. 

En diciembre de 1804 se declara la guerra a Gran Bretaña. El 4 de enero de 1805 se firma un convenio entre Federico Garvina y Decrés, ministro de Marina francés, según el cual, España debía armar 8 navíos y 4 fragatas en Ferrol, 12 navíos en Cádiz y 6 en Cartagena.

Debían estar alistados, a más tardar, el 30 de marzo. El 16 de enero ordena Manuel Godoy, Príncipe de la Paz, al teniente general Francisco de Borja, capitán general del departamento de Cartagena, el armamento de los seis navíos.

Estaban ya armados el Reina Luisa y S. Carlos y se arman el S. Francisco de Paula, S. Ramón, S. Joaquín y Asia. El 3 de marzo se nombra al jefe de escuadra José Justo Salcedo comandante de la escuadra de Cartagena, de la que se hace cargo el 29 de marzo, izando su insignia en el navío Reina Luisa

El 19 de enero escoge el teniente general Borja para su mando al capitán de navío Pedro Ruiz Mateos y su segundo al capitán de fragata Pedro Albarracín.

A finales de marzo, el jefe de escuadra José Justo Salcedo, comandante de la escuadra de Cartagena, redistribuye los mandos por recomendación de Gravina, y el Asia queda al mando del capitán de navío José Calderón, que se hace cargo del mismo el 27 de marzo.

La escuadra de Salcedo zarpa a finales de abril de 1805 para adiestrar las dotaciones con los navíos Reina Luisa, S. Carlos, Paula, S. Joaquín, S. Ramón y el Asia, que estaba al mando de Calderón y su segundo era el capitán de fragata Eduardo Bryant. La escuadra zarpa de nuevo el 18 de mayo para unirse a la escuadra de Cádiz al mando del teniente general José Ignacio Mª de Álava y destruir al convoy del almirante James Craig, salido de Lisboa rumbo al Mediterráneo. La reunión de las dos escuadras no se realiza al regresar Salcedo a Cartagena dos días después.  

Godoy ordena a Salcedo la salida de la escuadra el 28 de mayo y el 6 de junio, se hace a la vela el día 8 y cruza frente a Cartagena. Se les había unido en esta salida el navío Guerrero y el bergantín Vigilante.

Por los vientos contrarios y las numerosas averías regresan a puerto el 11 de junio. La escuadra realiza nuevas salidas entre el 17 y el 22 de julio. Al amanecer del 20 de julio de 1805 habían descubierto los vigías varias naves enemigas, teniendo noticias de la presencia en Portman de dos bergantines británicos.

El jefe de escuadra Salcedo ordena que saquen a remolque durante la noche a los navíos S. Francisco de Paula, Guerrero, Asia y S. Ramón, puestos al mando del brigadier Juan José Martínez.

Con otros buques de la escuadra se hizo a la vela al amanecer del 21 de julio. Los buques de Martínez se acercan a 5 millas de los dos bergantines, los cuales evitaron el encuentro huyendo con remolques y ayudados de remos por falta de viento.

Un falucho al mando del alférez de fragata Isidoro del Postigo les hostigó con su fuego. Reunida la escuadra, navegan por la costa ese día y noche, volviendo a Cartagena la mañana del 22 de julio. En 1806 realiza varias salidas con la escuadra, que seguía al mando del teniente general Salcedo, ascendido el 9 de noviembre de 1805.  

En conserva de la fragata Proserpina captura en marzo de 1806, a la vista del puerto de Alicante, una goleta británica de 12 cañones y varios faluchos con un total de 14 cañones y 70 hombres.

El 3 de abril, con el navío S. Ramón y la fragata Soledad, da caza a dos fragatas británicas que no consiguen alcanzar, pero logran represar a un jabeque que habían capturado el día anterior. Salcedo deja el mando de la escuadra el 8 de marzo de 1807, nombrado vocal del Consejo del Almirantazgo, con Escaño y Álava, presidido por Godoy. Es sustituido ese día por el jefe de escuadra Cayetano Valdés. 

Godoy ordena a Valdés el 4 de febrero de 1808 unir su escuadra a la francesa en Tolón. Estaba formada por los navíos Reina Luisa, Asia, Paula, S. Pablo, Guerrero y S. Ramón.

La escuadra de Valdés sale de Cartagena rumbo a Tolón la noche del 10 de febrero de 1808, pero el mal estado de los buques les obliga a entrar en el puerto de Mahón. Valdés manifestó que le fue imposible pasar de las islas Baleares por los vientos contrarios. Vuelven a zarpar el día 18 y regresa a puerto por las mismas razones el día 20. Zarpan el 2 de marzo y llegan el día 5 a Mahón. 

Valdés se niega a hacerse de nuevo a la vela, por lo que el Consejo Supremo de Marina, que sustituye al Almirantazgo, ordena destituir a Valdés.

El teniente general Salcedo sustituye a Valdés el 28 de marzo, e iza su insignia en el Reina Luisa el 13 de abril de 1808. Salcedo, tras investigar su conducta, repone e Valdés en el mando. Después de la invasión francesa de la península y los sucesos del 2 de mayo, Salcedo debía ponerse al mando de la escuadra de Cartagena, pero no llega a tomar posesión, al quedarse en Valencia, sitiada por el ejército del mariscal francés Mousey. 

El 14 de septiembre de 1808 se ordena el desarme del navío Asia y José Calderón deja el mando. Por real Orden de 17 de diciembre de 1808 se manda alistar los navíos Asia y Reina Luisa, pero para ello hacía falta personal y dinero, del que se carecía en el departamento de Cartagena, según manifestó el 3 de enero de 1809 Baltasar Hidalgo de Cisneros al Secretario de Marina. 

El 29 de enero de 1809 se pone de nuevo al mando del capitán de navío Diego José Calderón. Zarpa de Cartagena el 8 de julio de 1809 y entra en Cádiz el 14 de julio con azogues y pasajeros.

El capitán general del departamento de Cádiz recibe la orden el 16 de julio de 1809 de aprestar el navío para llevar azogues a Veracruz. Zarpa la mañana del 26 de agosto de 1809 escoltando a varios mercantes.  

Fondea en la isla de Martinica por una vía de agua, de donde sale el 10 de octubre de 1809 con el bergantín de guerra británico Merope, llegando a Veracruz la mañana del 13 de noviembre. Zarpa el 4 de febrero de 1810 y llega a la Habana el día 23 con 3.003.571 pesos, 400 cajones con cuatro mil fusiles y sus bayonetas, 1.280 planchas de cobre y otros géneros para S.M., y 1.481.115 pesos de particulares.

El 15 de marzo sale de la Habana y 2 mayo llega a Cádiz con el navío Algeciras, la corbeta correo Príncipe de Asturias y el bergantín Alerta con caudales, pertrechos y numerosos productos. A los pocos días, el 14 y 15 de mayo, soporta las inclemencias de un temporal, que rompe los cables que amarraban al navío.  

En el mes de agosto de 1810 se encontraba en el departamento de Cartagena con el navío Guerrero. Varios diputados a Cortes habían solicitado su traslado a Cádiz a bordo de los dos navíos o en cualquier otro buque de guerra, pero la autoridad portuaria tenía otros planes para estos navíos.

El día 13 de ese mes y año toma su mando el capitán de navío Anselmo Gomendio, con el que zarpa de Cádiz el 14 de septiembre rumbo a Portsmouth, donde es carenado dada la situación precaria de nuestros arsenales. Regresa a Cádiz el 18 de agosto de 1811. Al mando del ahora brigadier Gomendio, con las fragatas Proserpina, Esmeralda y la urca Astrea, traslada de Ayamonte a Algeciras a las tropas del general Ballesteros. 

Plano del navío español Asia, de 64 cañones
Plano del navío español Asia, de 64 cañones, realizado en el astillero de Portsmouth Dockyard en 1811, cuando ambos países eran aliados contra la Francia napoleónica. Esta era una de las unidades que participaron en la caza de la fragata HMS Meleager. National Maritime Museum, Greenwich, London.

En septiembre de 1811 se ordena que sea alistado en Cádiz para llevar tropas a Veracruz. Embarcan las tropas la noche del 8 al 9 de noviembre y el navío zarpa el día 14 con cinco transportes destinados a la Habana y Veracruz.

Las tropas, embarcadas en el navío, las fragatas mercantes Vicenta, Coro y Magdalena y otros dos buques llamados Fraternidad e Isis, eran del regimiento de infantería expedicionario de América, al mando del brigadier Juan José Olozábal, 24 oficiales, 30 armeros y 538 de tropa del 2º batallón, y 36 oficiales y 695 de tropa del primer batallón.

Llegan a Santa Cruz de Tenerife el día 18, a la Aguadilla de Puerto Rico el 23 de diciembre, y a la Habana el 13 de enero de 1812, donde queda desembarcado el 2º batallón.

Se hacen a la vela la mañana del 18 de enero y llegan a Veracruz los seis buques la tarde del día 29. Las tropas desembarcadas salen el día 31 hacia el interior para unirse a las tropas llegadas con la expedición de los navíos Miño y Algeciras y que habían fondeado el 14 y 16 de enero. 

Desde primeros de mayo de 1812 en el puerto de Veracruz se hallaba concentrada una escuadra española formada por los navíos Miño, Algeciras, Asia, S. Pedro Alcántara, la fragata Atocha, seis bergantines y seis goletas.

El navío Asia zarpa de Veracruz el 17 de febrero de 1813 y entra en la Habana el 14 de marzo con caudales. Reparado en el arsenal, regresa a Cádiz el 18 de mayo con siete millones de pesos.  

El brigadier Gomendio es relevado en el mando el 4 de junio por el capitán de navío Pedro de Valencia. El 25 de diciembre de 1813 sale de Cádiz con tres fragatas mercantes y el 24 de abril de 1814 llega al puerto de Callao al mando del capitán de navío Valencia, con 6.000 quintales de azogue, pertrechos, mil hombres del regimiento Talavera y 200 artilleros a bordo del navío y las fragatas.

La Vigarreña llega el día 25 de abril, el 27 la Castilla y el 23 de mayo la Veloz Pasajera. El capitán Valencia tenía órdenes de regresar de inmediato a Cádiz, pero el virrey del Perú se sirve del navío para varias comisiones.

En una de ellas sale de Callao el 19 de julio de 1814 con la corbeta Sebastiana y el bergantín Potrillo con 550 hombres del regimiento de Talavera, mandados por el coronel Mariano Osorio, 50 artilleros, armamento y pertrechos. Fondean en Talcahuano el 14 de agosto.

Regresa a Callao el 22 de septiembre con harina. Zarpa a mediados de febrero con 2.700.000 pesos y regresa a Cádiz el 30 de mayo de 1815.

A mediados de noviembre de 1815, al mando del capitán Valencia, con las fragatas Esmeralda y Prueba, el bergantín Cazador y el místico corsario Sº Xto del Grao, mandados por el brigadier José Rodríguez de Arias, patrullan entre cabo de San Vicente y el estrecho, y llegan a las Azores para proteger las naves que llegaban de América.

La división realiza una comisión en las regencias de Argel, Túnez y Trípoli. En Argel recoge a los marineros prisioneros tras el naufragio del Reina Luisa en diciembre de 1815. Buena parte del año 1816 estuvo al mando del capitán Valencia en la división del brigadier Rodríguez de Arias. 

El 30 de julio de 1817, después de una nueva travesía del Atlántico, regresa a Cádiz desde Veracruz y la Habana con 209.000 pesos fuertes.

Valencia deja el mando el 24 de febrero de 1818. Por real Orden de 17 de enero de 1818 se pone al mando del capitán de navío Joaquín Núñez Falcón, que toma posesión el 21 de febrero. En enero de 1819 queda en Cádiz, sustituido en la división por el navío Fernando VII, donde Rodríguez de Arias iza su insignia.  

Con órdenes de ir a Veracruz y detenerse en la Habana lo justo para entregar el correo, el 10 de enero de 1819 se hace a la vela al mando del capitán de navío Núñez Falcón. Sale de Veracruz el 12 de mayo de 1819 y llega a la Habana el 30 de mayo con averías y una epidemia de escorbuto.

Zarpa al amanecer del 7 de junio y regresa a Cádiz el 29 de julio con 2.092.173 pesos. Se hace a la vela el 12 de agosto y llega al lazareto de Mahón el 15 de agosto de 1819. Después de haber sido carenado en Cartagena a comienzos de 1820, llega a Cádiz en marzo para alistarse de nuevo y partir rumbo a América. 

El capitán de navío Núñez Falcón deja el mando del Asia por su mala salud y se hace cargo del S. Julián por real Orden de 3 de agosto de 1820. Se pone al mando del capitán de navío José Primo de Rivera y Ortiz de Pinedo, que toma posesión el 19 de agosto. Después de realizar una nueva comisión, queda fondeado en Cádiz el 20 de abril de 1821. Zarpa de Cádiz el 30 de mayo escoltando 18 mercantes.

Llega a Puerto Cabello el 4 de julio con 15 de los mercantes, uno se había quedado en Tenerife y otros dos pusieron rumbo a la Habana. Llega a Veracruz el 30 de julio con once de los mercantes, donde desembarca al nuevo virrey de Nueva España Juan de O´Donoju.  

Zarpa de Veracruz el 24 de octubre de 1821 con 2.300.000 pesos, y 65 pasajeros, con la corbeta Diamante y los bergantines Voluntario y Sorpresa. El navío había perdido 200 hombres en Veracruz por muertes, hospitalizados y deserciones. Llegan a la Habana el 11 de noviembre.

Embarca otros 700.000 pesos y parte con el virrey saliente Juan Ruiz de Apodaca y Eliza, conde de Venadito. Tras 52 días de travesía, regresa a Cádiz el 20 de marzo de 1822. Al día siguiente entra la corbeta Diamante, al mando del teniente de navío Ignacio Reguera, y cinco mercantes. El bergantín-goleta Sorpresa encalla en la costa entre Rota y Chipiona.  

El 15 de mayo de 1822 se designa para su mando al capitán de navío Roque Guruceta y Aguado, mientras el capitán Primo de Rivera deja el mando el 28 de mayo de 1822.

Al ser destinado a realizar una campaña en el océano Pacífico, a finales de 1822 entra en el arsenal La Carraca para ser reparado y alistado. En su carena se gastan 2.615.645 reales de vellón (174.376,3 pesos). 

Antes de realizar la campaña en el Pacífico, las necesidades del servicio retienen al navío en aguas europeas. El 7 de junio de 1823 arbola en el navío su insignia el jefe de escuadra Antonio Vacaro.

Se forma en Cádiz una división para navegar en el Mediterráneo, con la fragata Sª Casilda, la corbeta Aretusa y el bergantín Aquiles, asistiendo a todas las operaciones del sitio de Cádiz por el ejército francés del duque de Angulema en 1823. El jefe de escuadra Vacaro deja el mando de la división el 15 de octubre de 1823. 

Al mando del capitán de navío Guruceta zarpa de Cádiz el 13 de enero de 1824 con el bergantín Aquiles, al mando del teniente de navío José Fermín Pavía, para sofocar la rebelión de los independentistas en el virreinato del Perú.

Navío de línea Asia, botado en 1789
Detalle de la pintura del navío Asia, desarbolado por una tormenta en 1824. Pintura de Ángel María Cortellini (1819-1882). Museo Naval de Madrid.

El 15 de marzo llegan a Puerto Soledad, islas Malvinas, reponen agua y víveres, y preparan los aparejos para cruzar el cabo de Hornos, zarpando el día 27 de marzo. El 27 de abril llegan a San Carlos de Ancud, en la isla Chiloé, para adquirir noticias del estado del virreinato y de las fuerzas navales enemigas.  

Mientras Guruceta esperaba en Chiloé las esperadas noticias, se habilita al bergantín mercante Guadalupe y es enviado a Callao al mando del TF Alvarado para enviar la correspondencia al virrey José de La Serna.

Zarpan por orden del virrey el 16 de agosto y llegan a Callao el 12 de septiembre, sin que los buques enemigos que bloquean el puerto pudieran impedirlo.

Guruceta es nombrado comandante de las fuerzas navales existentes en el puerto, la corbeta Ica y el bergantín Pezuela, los bergantines mercantes armados Constante (a) El Ejército del Norte, que ya había apresado a la fragata Clarington, Moyano (a) Real Felipe, que capturó a la fragata Jerezana, y varias lanchas cañoneras. 

Los buques peruanos y colombianos al mando de Martin George Guisse, marino británico al servicio de los independentistas con el grado de vicealmirante, fondean al poco cerca de la isla San Lorenzo.

El 6 de octubre se presenta ante Callao la escuadra de Guise. Al día siguiente sale el navío con la corbeta Victoria de Ica y los bergantines Pezuela, Aquiles y Constante.

Sostuvo un combate de tres horas y media cerca de la isla de San Lorenzo, al sur de Callao, con varios buques de Guise, la fragata Protector, antigua española Prueba, la goleta Macedonia y el bergantín Rápido, además de otros buques de la Gran Colombia, la corbeta Pichincha, el bergantín Chimborazo y la goleta Guayaquileña. Guruceta pone en fuga a la escuadra enemiga, pero no hace nada por destruirlos o capturarlos, regresando los buques españoles a Callao el mismo día.  

Los realistas de Callao obtienen noticias de que la escuadra del chileno Blanco Encalado pretendía unirse a Guise en el bloqueo. El brigadier José Ramón Rodil, que estaba al mando de las defensas de Callao, ordena a Guruceta salir con su escuadra y tropas rumbo a Quilca, al sur.

Sin que la escuadra combinada de Guise pudiera impedirlo, Guruceta se hace a la vela el 20 de octubre con el navío Asia, la corbeta Ica, los bergantines Aquiles, Pezuela y Constante y dos transportes.

Fondea en Quilca el 19 de noviembre, de donde zarpa el 4 de diciembre y llegan al puerto de Ilo. Zarpan el 14 de diciembre para dar caza a la escuadra chilena de Blanco Encalada, regresando a Quilca el día 19. 

Allí se entera Guruceta, el 24 de diciembre, de la derrota del ejército realista en la batalla de Ayacucho el 9 de diciembre, por lo que decide zarpar rumbo a Callao el 1º de enero de 1825, desembarcando al batallón Arequipa, que abandonó a su suerte.

El virrey La Serna había incluido en la rendición a las fuerzas navales. Guruzeta no acepta el compromiso del virrey y zarpa el 2 de enero de 1825 rumbo a Filipinas con el Asia, los bergantines Constante y Aquiles y la fragata mercante Clarington.

El arsenal de Cavite era el único puerto donde podía carenar sus naves y abastecerse. Ordena salir para Europa, vía cabo de Hornos, a la corbeta Victoria de Ica y el bergantín Pezuela, y para Chiloé a la balandra Real Felipe y la fragata mercante Trinidad.

El mismo día de la salida, permanecen en la boca del puerto a la espera de la fragata francesa Arnestina, que conduce a Europa al virrey La Serna.

A las doce de la noche siguieron su derrota el navío Asia, la corbeta Ica, los bergantines Aquiles, Pezuela y Constante, las fragatas Trinidad y Clarington y la balandra Real Felipe, escoltando a unas cien leguas a los buques destinados a Europa y Chiloé, separándose los buques el 5 de enero, la Arnestina, Ica y Pezuela para Europa, y la Trinidad y Real Felipe para Chiloé.

Con la retirada de la escuadra de Guruceta de las aguas americanas, el mar quedó en poder de los independentistas, y con ello toda esperanza de victoria de los realistas. 

El 4 de marzo de 1825 fondea la flotilla en la rada de Umatac, de la isla Guaján en las Marianas, para reponer agua y reparar las naves. La mala calidad de la tripulación embarcada a la fuerza en España, el excesivo celo y abusos de varios de los oficiales y el ambiente de derrota e indecisión demostrada por los mandos, fueron el caldo de cultivo perfecto para lo que iba a ocurrir seis días más tarde. 

El 10 de marzo, a las diez de la noche se había ordenado zarpar, por lo que varios marineros estaban en el cabestrante para virar el ancla, pero se negaron a obedecer al oficial al cargo, el guardiamarina Francisco Armero, odiado por su comportamiento durante la travesía.

La conducta del oficial y el haber informado demasiado tarde a Guruceta, hizo que el motín se generalizara y ya no había marcha atrás por miedo a las represalias y castigos.

El motín se extendió al bergantín Constante. Al día siguiente, los amotinados utilizaron repuestos y medios navales de la fragata Clarington, que fue después quemada.

Los oficiales, entre ellos Guruceta 1 que estaba herido en la cabeza al intentar resistirse, y algunos marineros fueron desembarcados y abandonados en la isla. 

El teniente de navío Fermín Pavía, alertado de la situación, zarpa esa misma noche, manteniéndose el bergantín Aquiles a distancia de la isla.

Al día siguiente de haber zarpado los rebeldes, el Aquiles volvió a fondear en Umatac. El oficial Pedro Angulo, que estaba abordo como prisionero, y un grupo de chilenos, aprovecharon un aguacero para realizar su plan, al refugiarse la guardia bajo cubierta.

A las dos de la madrugada del día 14, los chilenos cerraron todas las escotillas dejando a la tripulación completa encerrada en los entrepuentes y toman preso al oficial de guardia que se había guarnecido en el jardín de popa para capear el fuerte chubasco, obteniendo así las llaves de la armería, las que fueron distribuidas entre ellos, tomando el control completo del bergantín.  

Los oficiales dejados en tierra son rescatados días después por una fragata ballenera británica, y llevados a Manila a primeros de abril. Embarcan en la fragata mercante Sabina y emprenden la travesía a Europa vía cabo de Buena Esperanza. Recalan en la isla Santa Elena y llegan a Cádiz el 7 de noviembre de 1824.  

El navío Asia y el bergantín Constante llegan a Monterrey el 28 de abril de 1825 con bandera parlamentaria dirigidos por el primer teniente José Martínez.

Los mexicanos aceptan las peticiones de los amotinados, recibir las pagas atrasadas, enarbolar pabellón mexicano y dejar en libertad a los marinos españoles que no tomaron parte en el motín. El 17 de junio llega al puerto de Acapulco. Será rebautizado como Congreso Mexicano.  

En el mes de julio, el gobierno mexicano lo pone al mando del capitán de navío José María Tosta con órdenes de cruzar el cabo de Hornos y llevarlo a Veracruz, donde debía unirse a la escuadra del comodoro David Porter.

Se había suscrito un acuerdo con la Gran Colombia de Bolívar para seguir haciendo la guerra a España, especialmente en el Caribe, al recelar que Cuba y Puerto Rico fueran usadas como cabeza de puente para un intento de reconquista por parte española.

En esta expedición será utilizado como buque de instrucción de diecisiete aspirantes a oficiales mexicanos de la Escuela Naval de Tlacotalpan. También debía llevar de transporte hasta Panamá a una representación mexicana al congreso convocado por Bolívar con la idea de unificar todas las repúblicas americanas surgidas de las independencias. 

Superadas las dificultades económicas, de falta de dotaciones, insubordinaciones y conspiraciones, el navío sale de Acapulco el 12 de junio de 1826 con el bergantín Constante, del que posteriormente se separó, pues al bergantín se le encargó llevar a los representantes mexicanos a Panamá.

El navío estaba al mando del capitán Tosta y era su segundo el primer teniente Manuel Lara Bonifaz. La falta de viento obliga el 21 de junio a tomar la decisión de recalar en Guayaquil el día 30 para hacer aguada, comprar víveres y reparar algunos daños.

Al llegar a Valparaíso, el 29 de septiembre, se les acaba el dinero para las reparaciones, comprar víveres y pagar a la dotación. Por la falta de fondos del gobierno mexicano, Tosta no pudo colocar en el mercado chileno las letras que llevaba de su gobierno.

Había gastado en Guayaquil el dinero que llevaba en efectivo. La ayuda de México no llegaba. El gobierno chileno permite carenarlo en Valparaíso tras el aval de 25.000 pesos de un magnate chileno, Luis Aycimena, después de que el Barclay Bank británico rehusara dar préstamos al gobierno mexicano.  

El 24 de agosto de 1826 sale de Valparaíso. El capitán Tosta había dejado en el hospital a 20 hombres. Varios aspirantes a oficiales se habían amotinado y varios marineros habían desertado.

Tosta tiene que contratar a varios oficiales británicos, como el primer teniente Guillermo Cochram y los segundos tenientes William Williams y John Usworth, además del chileno Robert Simpson, que había servido en la Marina británica como guardiamarina. El navío alcanza una dotación de 549 hombres. 

Después de hacer escala en el puerto de Pampata, en isla Margarita, y después en Cumaná, en la actual Venezuela, llega a Veracruz el 9 de marzo de 1827.

A la altura de la costa de Yucatán apresan al bergantín español S. Buenaventura, con tropas de reemplazo para la Habana, lo que sería la única acción bélica del navío con sus nuevos propietarios. Llega a Veracruz con el buque capturado y presos 22 hombres de la dotación, 189 tropas y 5 polizones. 

La presencia del navío en aguas caribeñas era un serio peligro para el comercio español en aguas cubanas y puertorriqueñas.

Las autoridades españolas desconocían el lamentable estado de mantenimiento en que se encontraba, destinando a varios buques para su captura, como la división del brigadier Ángel Laborde, con el navío Guerrero, la fragata Iberia, la corbeta Aretusa y el bergantín Hércules, que lo estuvo buscando en aguas de Costa Firme desde diciembre de 1827 en su travesía de Acapulco a Veracruz.

Fue una búsqueda inútil, pues para ese entonces, el navío ya había llegado a Veracruz y no volvería a hacerse a la vela.

Cuando llega a Veracruz, el comodoro norteamericano David Porter, contratado como comandante en jefe de la naciente Marina mexicana, lo desecha para cualquier operación militar, y es usado como cuartel general del comodoro, depósito o almacén y después como prisión.

En 1832, con sus maderas podridas y varias vías de agua, es remolcado hasta el bajo de Pastelillo, frente a San Juan de Ulúa, donde se hunde lentamente 2

Dimensiones

En pies y pulgadas de Burgos 

Julio de 1802: 160 pies de quilla limpia, 181 de eslora, 40,6 de manga, 23 de puntal, 24 de plan, 22,5 de calado a popa, 20,5 de calado a proa, 6,10 de batería al medio, 1.466 toneladas de arqueo. 

1806: 160 pies y 3 pulgadas de quilla, 180 pies de eslora, 49 pies y 6 pulgadas de manga, 23 pies y 11 pulgadas de puntal, 24 pies de plan, 23,5 de calado a popa, 24,11 de calado a proa. Arqueo: 1.541 toneladas. 

Armamento

Julio 1802: 68 piezas, 26 cañones de a 24 libras, 28 de a 12 y 10 de a 8 libras, 2 obuses de a 4 y 2 obuses de a 3 libras. 

Mayo de 1805: 78 piezas, 26 de a 24, 28 de a 18, 14 de a 8 libras y 10 obuses (4 de a 30, 2 de a 24 y 4 de a 4 libras). 

En 1805: 74 piezas, 26 cañones de a 24 libras, 28 de a 18, 14 de a 8, 4 obuses de 30 y 2 obuses de 24 libras. 

Dotación

Mayo 1800: 419 hombres (13 oficiales de guerra, 9 oficiales mayores, 21 oficiales de mar, 162 tropas de infantería, 37 tropas de artillería, 68 artilleros, 19 marineros, 47 grumetes, 1 paje, más 42 en el hospital y convalecientes), faltando 104 según el reglamento. 

Julio 1802: 410 hombres (15 oficiales de guerra, 9 oficiales mayores, 19 oficiales de mar, 95 tropas de infantería, 24 tropas de brigadas, 92 artilleros, 43 marineros, 113 grumetes) más 4 criados. 

Mayo de 1805: 547 hombres. 

29 julio 1819: 509 hombres. 

Notas

  1. (TAB) Una carta encontrada en la Gaceta de Madrid del 27 de diciembre de 1825 supuestamente de su comandante, nos relata los detalles del motín.

    Se nos ha pasado una carta de don Roque de Guruceta, comandante del navío «Asia», escrita a un amigo suyo, cuya publicación creemos será grata a nuestros lectores; y de cuya autenticidad salimos garantes.

    Manila, 25 de abril d 1825.- A la salida de Quiloa, y estando ya en el mar en el momento de abandonar las costas del Perú, escribí a vmd. Diciéndole que me dirigía a las Islas Filipinas. Nuestra navegación fue felicísima hasta las Islas Marianas, donde me dirigí para tomar agua. Hecha en 4 días esta operación, di orden de aparejar y dar la vela en la noche del 10 de marzo, cuando un acontecimiento extraordinario, y desconocido en la marina española, me sumergió en el mayor dolor.

    Sin ningún antecedente de que hubiese descontento por motivo alguno, se sublevó la tripulación de mi navío, principado por los soldados de marina, y la señal del alzamiento fue el dar la orden de acudir al cabestrante para levar el ancla. La tripulación corrió a las armas, y se puso sobre la cubierta de popa del navío: inmediatamente me dirigí allí para apaciguar tan desconocido desorden, y al decir “me reconocen vds.. por su comandante” algunas voces contestaron que sí, fueron sofocadas por gritos furiosos de “afuera”, y al momento se echaron sobre mí y sobre los oficiales y guardiamarinas que se habían puesto a mi lado. En este conflicto me dieron dos sablazos en la cabeza, y se me rompió la pierna izquierda, cayendo en el suelo sin poderme levantar, aunque lo intenté por dos veces.

    Y allí me dejaron medio muerto, hasta que a poco rato me trasladaron dos marineros a mi cama. Después acometieron los rebelados a los oficiales, e hirieron a uno y a dos guardiamarinas, maltratando a todos los demás, que encerraron conmigo en la cámara, poniendo dentro y fuera de ella muchos centinelas.

    Juzgue vmd. Del espantoso desorden que habría después de esto. Al principio no tomaron parte en la rebelión los marinos, pero fueron después envueltos por los otros. Luego se discutió sobre nuestra suerte, diciendo que “hombre muerto no habla”, querían degollarnos. Otros sólo querían hacerlo sólo con algunos. ¡Que noche tan horrible para un oficial de honor, obedecido y amado siempre por los suyos!.

    En fin, se decidió que se nos echasen a tierra, después de despojarnos de nuestro equipaje, lo cual ejecutaron a la siguiente mañana 11, principiando por los demás oficiales. Yo fui de los últimos, y observando, cuando me vinieron a sacar, que aun parecía que se me tenía alguna consideración, les dije que a lo menos esperaba no completarían el horroroso atentado que habían cometido, entregando el navío a los insurgentes.

    A esta idea vi que a algunos de ellos se les caían las lágrimas. Inmediatamente les prometí el perdón, y emplee todos los medios de persuasión que pude para atraerlos, y hubo un momento en que me lisonjeé de que aun salvaría al Rey el navío. Pero los que habían dirigido el alzamiento , les repitieron toda aquella noche que ya no podía haber perdón para ellos y que todos serían fusilados o decapitados por haber tomado las armas contra nosotros, o por no habernos defendido; y me contestaron que ya no era tiempo, y por su propia seguridad les precisaba a desembarcarme. Me bajaron en la hamaca, y al pasar sobre el puente aun me esforcé inútilmente en atraer la tripulación, pues dieron orden de desembarcarme al momento. Me vi desesperado…. Todavía flotaba la bandera en el navío….

    ¡Ahora es, y no comprendo como sobrevivo a un lance tan cruel. Me estaba sin duda reservado este trago, y el ser el primer español que ha perdido un navío de un modo semejante!.

    La tripulación del bergantín “Aquiles” se sublevó del mismo modo dos días después, y el comandante y oficiales fueron echados a tierra.

    Hemos venido aquí desde las Islas Marianas en dos barcos ingleses, que se emplean en la pesca de ballenas. Las heridas de mi cabeza se han curado enteramente. El hueso principal de la pierna se quebró por tres partes, y el colateral por dos. A pesar de esto, y de una llaga grande que se ha formado en una de las fracturas, voy bien, y he principado a andar con dos muletas
    ”.
  2. (TAB) A modo de epílogo mencionaremos que el 28 de noviembre de 1825 uno de los principales cabecillas del motín, llamado Manuel Caballero, fue capturado en la ciudad de San Fernando y ejecutado en la horca y mano cortada. Además se siguió la causa de otros cinco individuos más que fueron aprehendidos en La Habana y que fueron remitidos por la fragata Iberia para España. Tres de ellos pertenecientes al Asia y los otros dos al bergantín Aquiles.

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  • Vela Cuadros, Rubén.: Presas de la Armada española, 1779-1828. Edición ampliada. 
  • Gaceta de Madrid (GM), nº 23, viernes, 21/03/1800. Londres, 14/02, p. 228. 
  • GM, nº 61, 30/07/1805, pp. 654-655. 
  • GM, nº 143. Cádiz, 30/07/1819. Publicado el martes 10/08, p. 795. 
  • GM, nº 130. Mahón, 15/09/1819. Publicado el 23/10, p. 1.067. 
  • GM, nº 130. Mahón, 15/09. Publicado el Sábado, 23/10/1819, p. 1.067. 
  • Gaceta del comercio de Cádiz, nº 1, 01/08/1809. 
  • Gaceta de México, tomo IX, nº 54. Veracruz, 24/07. Publicado el Sábado, 03/08/1799, p. 427. 
  • Gaceta del Gobierno de México (GGM), nº 16. Tomo I. Martes, 13/02/1810, p. 122.  
  • GGM, nº 39.  Tomo I. Viernes, 06/04/1810, p. 205. 
  • Estado General de la Real Armada (EGA). Imprenta Real (IR). Madrid, 1793, p. 152. 
  • EGA. IR. Madrid, 1805, p. 158. 
  • Mercurio histórico y político. Tomo II. Mayo 1791, pp. 67, 69-70. 

Fuentes documentales

  • Archivo General de Marina Álvaro de Bazán (AGMAB). Expediciones a Indias (EI), leg. 11, doc. 093, 075; leg. 12, doc. 059, 062, 076, 142; leg. 17, doc. 123; leg. 20, doc. 005; leg. 22, doc. 016, 036, 097, 162, 168, 176; leg. 24, doc. 022; leg. 26, doc. 013, 095, 098, 099; leg. 27, doc. 007, 022; leg. 28, doc. 006, 075; leg. 32, doc. 025, 035, 039, 058, 064, 109, 110; leg. 45, doc. 007, 047, 053; leg. 46, doc. 065; leg. 47, doc. 171; leg. 50, doc. 049, 051; leg. 51, doc. 052, 090; leg. 53, doc. 010, 119; leg. 63, doc. 001; leg. 64, doc. 062; leg. 67, doc. 019; leg. 68, doc. 044, 061; leg. 69, doc. 030, 041; leg. 70, doc. 003, 025; leg. 75, doc. 046. 
  • Archivo General de Indias (AGI). Estado (E), 20, N. 50; 5B, N. 175; 26, N. 8; Diversos Colecciones, 4A, 1815, R. 1, D. 76. 
  • Archivo General de Simancas (AGS). Secretaría del Despacho de Guerra (SGU), leg. 6844,133; leg. 6845, 8; leg. 6845, 20; leg. 6867, 34. 

 

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