Por Santiago Gómez Cañas
Autor del libro: «Historiales de los navíos de línea españoles, 1700-1850»
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Historiales de los navíos de línea españoles (XVIII-XIX)
Índice
Navío de línea de 74 cañones
Navío de línea de la Real Armada, segundo de su nombre, construido en los astilleros cántabros de Guarnizo con el sistema francés de Francisco Gautier. Uno de los seis navíos de 70 cañones de la serie del San Juan Nepomuceno, el tercero en orden de construcción.
En los 37 años que estuvo en servicio realiza muchas comisiones, y participa en casi todas las campañas que emprende la Real Armada durante las diferentes guerras en las que toma parte.
En palabras que manifiesta en su diario Francisco Saavedra, en conversaciones con sus oficiales, al estar embarcado en el navío para una travesía a Veracruz en octubre de 1781:
Él tiene buen gobierno, llega bien la vela, vira con facilidad por avante, cae con mucha suavidad, y bolinea excelentemente. Además, es de los mejores veleros que tenemos; es cierto que no anda mucho en este viaje; pero además que va muy mal cargado, hace seis años que no se le descubren sus fondos, y por precisión los ha de tener muy sucios. Este navío es de la primera construcción de Gautier, igualmente que el «San Agustín» y el «San Juan»; y como estos tres navíos por confesión de los mismos oficiales de marina son los mejores de la escuadra de La Habana, me desengañé que mucho de lo malo que se había dicho de esta construcción era dictado por el espíritu de partido.
Se coloca su quilla el 12 de agosto de 1765. Fue botado el 15 de marzo de 1967. Una vez alistado, es asignado al departamento marítimo de Ferrol.
El 7 de mayo de 1768 se le realiza una recorrida en el arsenal ferrolano, quedando desarmado los años siguientes, durante los cuales se le realiza una media carena a flote en agosto de 1771 y una recorrida en noviembre de 1776. Posteriormente es destinado al departamento de Cádiz.
El 29 de mayo de 1778 llega a Cádiz desde Cartagena y se incorpora a la escuadra del teniente general Luis de Córdoba. El 23 de junio de 1779, al comenzar la guerra con Gran Bretaña, zarpa de Cádiz con la escuadra del teniente general Córdoba.
Estaba al mando del capitán de navío José Domás y Valle. Incorporada la española a la francesa del Conde d´Orvilliers, realizan una campaña del Canal de la Mancha, entre junio y septiembre de ese año, para dar cobertura a una invasión de Gran Bretaña, que finalmente no se produce, entrando en Brest a mediados de septiembre.
Finalizada la campaña, parte de la escuadra queda en puerto francés, y otra, formada por quince navíos, regresa a Cádiz el 19 de noviembre al mando de Córdova, pero la escuadra no entra en puerto, al tener que cubrir la ausencia de la escuadra de Juan de Lángara, que se encontraba reparándose en Cartagena, dañada por los temporales.
Durante el mes de diciembre los mismos buques de Córdova sufren numerosos daños causados por nuevos temporales, que obligan finalmente al general Córdoba en entrar en Cádiz. El navío San Francisco de Asís, junto al San Isidro, fondea en Cádiz el 20 de diciembre, y posteriormente entran en el arsenal de La Carraca para ser reparados en la arboladura y varias vías de agua. En febrero de 1780 es habilitado en La Carraca.
Con el envío al Caribe de una potente escuadra británica al mando de George Rodney, la mañana del 28 de abril de 1780, al mando del capitán de navío José Domás y Valle, zarpa de Cádiz con la escuadra y convoy al mando del jefe de escuadra José Solano Bote, cargados de tropas y pertrechos, para reforzar a las fuerzas navales y a los ejércitos españolas en el Caribe.
Después de dejar tropas y pertrechos en Puerto Rico, la escuadra de Solano llega a la Habana en los primeros días de agosto de 1780, después de una accidentada travesía.
Después en un intento fallido de ocupación de la plaza de Pensacola, en Florida, en octubre de 1780, regresa con la escuadra a la Habana al haber sido dispersada por los temporales. Vuelve a zarpar el 21 de marzo de 1781 con la escuadra al mando de José Solano para capturar un convoy británico salido de Jamaica.
Esa misma tarde, al virar la escuadra, el navío francés Destín abordó al San Francisco de Asís. Tuvo que regresar a la Habana para reparar la rotura del palo bauprés.
La escuadra de Solano, con 11 navíos españoles y 4 franceses, más 3 fragatas y 5 buques menores, zarpa de nuevo de la Habana el 9 de abril de 1781 para llevar tropas a Pensacola y colaborar en la ocupación de la plaza, iniciado el asedio por las fuerzas al mando de Bernardo de Gálvez.
Con la rendición de Pensacola, ocurrida el 11 de mayo, la escuadra de Solano regresa a la Habana el 30 y 31 de mayo de ese año.
La mañana del 24 de octubre de 1781 zarpa de La Habana rumbo a Veracruz acompañado de la fragata francesa Courageuse y ocho mercantes, llegando al puerto de destino al amanecer del 5 de noviembre.
El capitán Domás y Valle tenía en esta ocasión la comisión de recoger víveres y caudales y llevarlos a la Habana, necesarios para proseguir las operaciones bélicas contra los británicos.
El 18 de diciembre zarpa de Veracruz llevando a bordo dos millones de pesos, otro millón se embarca en la fragata francesa, además de 920 hombres del regimiento de infantería de la Corona, 250 forzados para la Marina, 500 barriles de pólvora, doscientos quintales de plomo, cuerdas, mechas, víveres y otros productos a bordo de los buques de guerra y mercantes del convoy.
Durante la travesía de regreso a la Habana ocurre una anécdota curiosa.
A las tres de la tarde del 3 de enero de 1782 descubren doce velas a barlovento. Creyendo que era un convoy enemigo intentan evitarlo, pero a las doce de la noche se encuentran en medio del convoy británico.
Al no conocer las fuerzas de escolta que lleva el convoy, los buques españoles y franceses huyen a toda vela. Al amanecer del día siguiente, una de las embarcaciones del convoy se encontraba muy cerca, a barlovento.
Le dieron caza y, al primer disparo, arría la bandera inglesa. Era una fragata mercante cargada de ron. Mientras se estaba marinando con dotación de presa, se descubre otra nave que llegaba por proa.
Poco después vira de bordo y fuerza la vela para escapar. A las cuatro de la tarde la fragata francesa Courageuse la alcanza a la vista de la isla de Cuba, cerca de Mariel.
Era un bergantín armado con 16 cañones cargado de azúcar y ron. Dio la casualidad que el capitán de la fragata capturada era hermano del dueño y capitán del bergantín.
Al ver que la distancia con el bergantín se reducía, se tiró al agua para dar tiempo a escapar a su hermano. La fragata francesa arría las velas y se atraviesa para recogerle, olvidándose de la presa.
Los esfuerzos por recoger al náufrago fueron inútiles, volviendo después a la caza del bergantín, que fue capturado bien entrada la noche, a pesar de la mucha ventaja que había conseguido. A las ocho de la mañana del 5 de enero entran en la Habana los buques de guerra y el convoy.
En el mismo mes de enero de 1782 zarpa de nuevo de la Habana y entra en Veracruz el 16 de febrero para recoger más caudales, otros dos millones de pesos. Regresa al puerto cubano en el mes de febrero convoyado por el navío de guerra San Genaro.
Al mes siguiente, en marzo de 1782, sale de la Habana rumbo al puerto francés de Guarico, isla de Santo Domingo. Al poco de zarpar tuvo que regresar de arribada a puerto por la mucha agua que hacía, teniendo que entrar en abril en el arsenal para ser reparado.
Vuelve a realizar una nueva travesía a Veracruz para regresar a la Habana el 26 de julio de 1782 cargado con dos millones de pesos.
Permanece en puerto hasta el mes de noviembre por escasez de tripulaciones en la escuadra. Pasa después al puerto de Guarico y se incorpora a la escuadra del brigadier Francisco de Borja.
Tras haber regresado a la Habana a finales de ese año, zarpa de nuevo con la escuadra de Francisco de Borja en enero de 1783. Al mando del capitán de navío José Domás llega a la Habana con la escuadra de Solano el 20 de enero de 1783 tras una patrulla de corso.
Se hace de nuevo a la vela con la escuadra al mando del ascendido a jefe de escuadra Borja, insignia en el navío Glorioso, y patrulla en la Sonda de la Tortuga, regresando a la Habana el 11 de febrero de 1783 dando escolta a varios buques salidos de Veracruz.
Zarpa de la Habana el 6 de marzo con los buques al mando de Borja, diez navíos, dos fragatas y una corbeta, dando escolta a unos setenta mercantes.
Su destino era Guarico, donde debían desembarcar las tropas y pertrechos destinados a la ocupación de Jamaica. En el puerto francés de Guarico se encontraba en abril de 1783, necesitado de una carena urgente.
Una vez finalizada la guerra, con la firma de la paz en Versalles, la escuadra de Solano y el ejército de Gálvez regresan a la Habana a mediados de mayo de 1783.
Carenado y alistado de nuevo, zarpa de la Habana el 1º de junio de 1783, al mando del capitán de navío Domingo Pérez de Grandallana, con la escuadra de José Solano, doce navíos, tres menores y 27 mercantes.
Llega a Cádiz el 20 de julio. El Asís estaba cargado de cueros y tabaco.
En agosto de 1783 es puesto al mando del capitán de navío Antonio Chacón de la Escalera. Zarpa de Cádiz en conserva del navío San Genaro el 24 de agosto de 1783 rumbo a Cartagena para ser desarmado. El capitán Chacón deja el mando el 30 de septiembre de ese año.
Entre septiembre de 1784 y junio de 1786 se le realiza una carena mayor en el dique de Cartagena.
En 1786 se encontraba al mando del capitán de navío Pedro de Leiva.
El 9 de octubre de 1787, por Real orden, se dispone su armamento en Cartagena y que sea forrado de cobre junto al navío San Antonio.
El 10 de octubre de 1787 se concede su mando al capitán de navío Francisco Delgado, con el que sale de Cartagena el 10 de diciembre y llega a Cádiz con pertrechos el 31 de enero de 1788.
Se incorpora a la escuadra de evoluciones del mando del jefe de escuadra José de Córdoba y Ramos, quedando formada por siete navíos, insignia en el San Agustín, dos fragatas, tres bergantines y una balandra.
El 22 de abril de 1788 sale de Cádiz rumbo al cabo de San Vicente con la escuadra de evoluciones de Córdoba y Ramos, y regresa a Cádiz en junio.
Repiten salida en julio, navegando en el Mediterráneo hasta finalizar la campaña en el mes de octubre. El San Francisco de Asís entra en Cartagena el 9 de octubre, quedando desarmado.
En noviembre de 1789 es carenado en el arsenal de La Carraca y puesto un nuevo forro de cobre. Al salir del arsenal es destinado al puerto de Cartagena, donde queda asignado a su departamento marítimo.
En febrero de 1790 es puesto al mando del brigadier Pablo Obando. Alistado en el mes de abril, zarpa de Cartagena y llega a Cádiz el 31 de mayo de 1790 con los navíos Atlante y Firme.
Se incorpora a la escuadra que sale de Cádiz en julio de 1790 por los incidentes de Nutka con los británicos, escuadra que estaba al mando del teniente general José Solano Bote, marqués de Socorro. Durante esta campaña realiza patrullas en las aguas gallegas de Finisterre y la costa africana. Finalizada la campaña, la escuadra del marqués de Socorro regresa a Cádiz el 8 de septiembre.
En vez de ser desarmado, es destinado a mediados de octubre a patrullar con los buques a las órdenes del jefe de escuadra Gabriel de Aristizabal, los navíos San Rafael, insignia, Santa Isabel, San Telmo, San Joaquín, Glorioso, las fragatas Santa María y Santa Catalina y el bergantín Atocha.
El 12 de diciembre de 1790 zarpa de Cádiz y el 16 de diciembre entra en Cartagena con los navíos San Vicente y Gallardo para ser desarmados. Los dos años siguientes estuvo en Cartagena desarmado y al mando del mismo comandante.
A comienzos del año 1793 se encontraba desarmado en el departamento de Cartagena al mando del brigadier Juan Obando. Es armado en Cartagena ese mismo mes de enero de 1793 en previsión de una nueva guerra, en esta ocasión contra la República francesa.
Realiza una salida de instrucción de Cartagena el 1º de marzo y regresa a puerto el 6 de abril. Francia había ocupado Cerdeña a finales de 1792, y declara la guerra oficialmente a España el 7 de marzo de 1793.
Con la escuadra del teniente general Francisco de Borja, marqués de los Camachos, insignia en el navío Real Carlos, zarpa de Cartagena el 6 de mayo de 1793 y participa en la campaña de Cerdeña.
El navío San Francisco de Asís estaba al mando del capitán de navío Andrés Tacón y Gamir. Al finalizar la campaña de Cerdeña, con la toma de las islas San Pedro y San Antioco, la escuadra navega en junio en las costas de Provenza, Génova y Córcega, encerrando en Tolón a la escuadra francesa.
Apoya las operaciones en las riberas del Var a los ejércitos piamonteses y napolitanos. Sufre una epidemia de tifus que obliga a los buques a regresar a Cartagena entre el 8 y el 10 de julio de 1793, dejando unos 3.000 enfermos, sin contar a los fallecidos.
Por una Real orden del 22 de febrero de 1794 se concede su mando al capitán de navío Miguel de Orozco, trasladándose a Cádiz para hacerse cargo del navío a bordo del San Fernando, llegando a la bahía gaditana el 13 de marzo siguiente.
Al día siguiente, por haber concedido el comandante de la escuadra el mando del San Francisco de Asís al brigadier Luis Villabriga, el capitán Orozco se hacer cargo del navío Gallardo.
El 5 de junio de 1794 toma su mando el capitán de navío Estanislao Juez Sarmiento, zarpando en día 19 para cruzar durante setenta días sobre la isla de Santa María, en las islas Azores.
A finales de septiembre de 1794 pertenecía a la escuadra del Océano basado en la bahía de Cádiz. Seguía al mando del capitán de navío Juez Sarmiento.
El 2 de noviembre de 1794 zarpa de Cádiz con la escuadra de Francisco Melgarejo para participar en las operaciones en torno a la plaza de Rosas sitiada por los franceses.
Durante la noche del 30 de diciembre es bombardeado por los cañones franceses. En enero de 1795, durante los temporales que sufre la escuadra de Juan de Lángara, el Asís queda en peligro de naufragar al perder los cables.
Por orden de Federico Gravina zarpa de Rosas el 10 de enero de 1795 y entra en Cartagena con otros cinco navíos el 20 de enero. Con la colaboración de la fragata Santa Catalina, represa a unos corsarios franceses la fragata mercante británica Fame y el bergantín Príncipe Indio (sic) que son llevados a Cádiz.
En febrero de 1795 llega a Cádiz desde Cartagena, con escala en Málaga, al mando del capitán de navío Juez Sarmiento, quedando agregado en el mes de mayo a la escuadra del Océano por Real orden del 24 de abril, mandada en ese momento por el teniente general José de Mazarredo.
El 16 de abril de 1795 había dejado el mando el capitán Juez Sarmiento por enfermedad, sustituido por el brigadier Adrián Valcárcel.
Entra en el dique del arsenal de La Carraca el 17 de junio de 1795 para carenar sus fondos y cambiar el forro de cobre, quedando listo para zarpar de Cádiz rumbo a Londres al mando del capitán de navío José Manuel de Villena y llevar 160.000 pesos fuertes, según Real orden de 26 de julio.
La guerra con la República francesa había acabado con la firma de la paz en Basilea el 22 de julio de 1795. Previamente, en compañía del navío San Agustín, realiza una escala en el puerto de Santander para desembarcar tropas.
Durante el año 1796 estuvo basado en Cádiz al mando del capitán de navío Alonso de Torres Guerra. Había zarpado para proteger la recalada de embarcaciones de comercio españolas, cuando al amanecer del 25 de enero de 1797, cruzando las aguas de Cádiz, descubre a unas once leguas de distancia a cuatro velas, presumiendo el capitán Torres que eran enemigas al no responder a sus señales.
Efectivamente, era una flotilla británica de dos fragatas de 40 cañones, otra de 34 y una corbeta de 28 cañones.
La Gaceta de Madrid de 7 de febrero de 1797 comentaba así la noticia del navío San Francisco de Asís contra cuatro fragatas británicas:
El capitán general interino del Departamento de Marina de Cádiz ha dado cuenta a S.M. con fech de 26 de enero último, por medio del Exc. Sr. D. Juan de Lángara, Secretario de Estado y del Despacho universal de Marina, de que en el mismo día había anclado en aquel puerto el navío del Rey nombrado San Francisco de Asís, mandado por el Capitán de igual clase Don Alonso de Torres y Guerra, que habiendo salido a cruzar en aquellas inmediaciones para proteger en sus recaladas sobre la costa a nuestras embarcaciones de comercio, avistó al amanecer del día 25 del mismo mes, a distancia de 11 leguas en el paralelo de aquel puerto, siguiendo la vuelta del N con vientos E cuatro buques, que no dudó fuesen enemigos así por las noticias anticipadas que tenía, como por su falta de contestación a las señales que les hizo de reconocimiento.
Empezaron estos a perseguir al Asís, confiados en su ventaja de vela y superioridad de fuerzas, pues muy luego se conoció que consistían en dos fragatas de 40 cañones, otra de 34 y una corbeta de 28, las cuales a la una del día estaban a tiro de cañón, y entonces afirmó el navío Asís su pabellón español, preparado ya para un combate tan desigual.
Correspondieron los enemigos largando sus banderas inglesas, y rompió el fuego el navío Asís, que se batió en retirada sin intermisión hasta las 4, sufriendo el de dos fragatas que alternativamente lo batían a metralla, dirigiendo él sus tiros con sólo los cuatro guarda-timones de ambas baterías con viveza y acierto, y dando de tiempo en tiempo una orzada o arribada para presentarles el costado, cuyas descargas no pudieron resistir, obligándolas en estos casos a arribar por el daño y averías que sufrían.
Separáronse las fragatas del combate a las 4, y habiendo consultado entre sí los comandantes ingleses volvieron a combatir a las 4 y media, y prosiguieron hasta las 5 que se retiraron.
La proximidad de la noche, y la situación de quedar empeñado en la costa entre Huelva y Ayamonte, determinaron al Comandante del Asís a virar de vuelta del E resulto a pasar entre los enemigos batiéndolos por ambas bandas; pero estos viendo tal resolución arribaron, y se pusieron en huida, lográndola a favor de la oscuridad de la noche.
Las averías en el navío español fueron de un balazo en la verga mayor, otro a flor de agua, varios balazos en el velamen y otro de metralla en los costados, y las bajas de dos muertos y doce heridos.
Además del comandante y su segundo, contaba con los tenientes de fragata Antonio Tiscar, Juan de Pardo y Lama y Francisco Ampudia, el alférez de navío Antonio Gamboa y Flores, los alféreces de fragata Manuel de Cañas, Silvestre Madrazo y Escalera y Hilario Artacho y la Torre, el teniente de brulote Antonio de la Cámara y los guardiamarinas Nicolás Meñaca y Francisco Topete.
En marzo de 1797, al llegar la escuadra de José de Córdoba a Cádiz tras el desastroso combate del cabo San Vicente, el San Francisco de Asís es incorporado a esta escuadra, mandada desde primeros de abril por el teniente general José de Mazarredo.
Con la división del teniente general Domingo de Nava acude al socorro del navío Santísima Trinidad, que es cañoneado por unidades británicas en cabo Cantín, entrando con el navío en Cádiz.
La escuadra española de Mazarredo queda bloqueada en Cádiz por la británica al mando del almirante John Jervis. Por Real orden del 25 de abril de 1798 deja el mando el capitán de navío Torres-Guerra.
En diciembre de 1798, junto a los navíos Soberano, Neptuno y Príncipe de Asturias, estuvo designado para llevar tropas a América, cuya salida estaba programada para el 20 de diciembre, pero finalmente no se realiza.
Liberada la escuadra del bloqueo británico, el 12 de mayo de 1799, al mando del brigadier José Lorenzo de Goicoechea, zarpa de Cádiz con la escuadra de Mazarredo para unirse en el Mediterráneo la francesa de Eustache Bruix, entrando en Cartagena los días 20 y 21 de mayo muy dañada por los temporales.
Unidas las dos escuadras, salen de Cartagena, sin un claro objetivo, recalan de Cádiz y fondean finalmente en Brest el 9 de agosto de 1799, donde la española es «secuestrada» en el puerto francés, por el capricho del Directorio francés, y bloqueada por las escuadras británicas hasta finales de 1801, al finalizar la guerra con la paz de Amiens.
En este puerto francés fallece su comandante Goicoechea el 14 de abril de 1800, siendo sustituido interinamente por su segundo, el capitán Gabriel de Mella, hasta que se hace cargo del navío en propiedad el capitán de fragata José Meléndez.
Finalizada la guerra, parte de la escuadra regresa a puertos españoles, pero otros buques quedan a merced del gobierno francés, que estaban preparando una expedición a la isla francesa de Santo Domingo, donde el general negro Toussaint-Louverture se había sublevado.
Los buques españoles designados para esta operación estaban al mando del teniente general Federico Gravina, sucesor de Mazarredo, zarpando del puerto francés de Brest el 14 de diciembre de 1801 con los navíos Neptuno, insignia, Guerrero, San Francisco de Paula y San Pablo, la fragata Soledad y el bergantín Vigilante.
La española estaba incorporada como escuadra de observación a la francesa del almirante Louis Thomas Villaret-Joyeuse. Cumplida la comisión, con el desembarco de las tropas y la ocupación de Cabo Francés (Cap Haitien), Gravina zarpa del puerto francés de Guarico, en Santo Domingo, y entra en la Habana el 20 de febrero de 1802.
Una vez reparados, abastecidos y alistados de nuevo, zarpa el 22 de abril con los navíos Neptuno, Guerrero y San Francisco de Paula, mandados por Gravina, y regresa a Cádiz el 25 de mayo de 1803.
En 1802, por muy poco tiempo, estuvo al mando del teniente de navío Anselmo Gomendio. El 22 de julio de 1802 zarpa de Cádiz y entra en Ferrol el 10 de agosto para ser desarmado.
A primeros de noviembre de 1804 se hallaba carenándose de firme en el arsenal del departamento de Ferrol. A mediados de ese mes ordena el gobierno armar una escuadra en Ferrol, entre cuyos navíos se encontraba el San Francisco de Asís.
Las relaciones con Gran Bretaña pasaban por un momento crítico, declarándose la guerra el 12 de diciembre. El teniente general Domingo Péres de Grandallana, comandante de la escuadra de Ferrol, propone para su mando el 19 de febrero al capitán de navío Luis Antonio Flores y Pereyra.
El navío quedó listo, al finalizar su carena, el 13 de marzo. Un día antes, el 18 de febrero, había sido incorporado a la escuadra de de Grandallana, el mismo día que toma el mando de la escuadra del departamento.
El 2 de agosto es incorporado a la escuadra de Federico Gravina, a la llegada de este a Ferrol con la francesa al mando de Pierre Villeneuve tras su navegación por las Antillas.
Zarpa de Ferrol al mediodía del 10 de agosto al mando del capitán de navío Flores y fondea en la ría de Ares con la escuadra de Gravina. Se hacen a la vela con la escuadra francesa de Villeneuve rumbo a Brest el 13 de agosto, según las órdenes de Napoleón, pero el vicealmirante Villeneuve, ante la presencia de las escuadras británicas en el Canal de la Mancha, decide fondear finalmente en Cádiz la tarde del 20 de agosto.
Siete días después es destinado a la división al mando del brigadier Dionisio Alcalá Galiano para situarse en la boca del puerto junto a otra división francesa. La división española contaba además con los navíos Bahama, San Leandro, Monarca y Montañés.
Participa en la batalla de Trafalgar, al mando del capitán de navío Luis Antonio Flores, y su segundo el también capitán de navío Juan de Dios Topete y Fuente.
Debido a su posición, no tuvo una actuación destacada en el combate, sufriendo la pérdida de 5 muertos y 12 heridos.
Regresa a Cádiz, y vuelve a salir el 23 de agosto junto a otros navíos españoles y franceses, Plutón, Rayo, Indomptable, Neptune y cinco fragatas francesas, consiguiendo represar a los navíos Santa Ana y Neptuno, encallando tres días después en la costa del Puerto de Santa María a causa del temporal que siguió al combate.
Dimensiones
En pies y pulgadas de Burgos: 196 pies y 4 pulgadas de eslora, 173 de quilla limpia, 51,4 de manga, 25,4 de puntal, 25,1 de plan, 24,6 de calado a popa, 22,9 de calado a proa. Disponía de 8.780 quintales de lastre (según Mejías Tavero)
Según un estado de fuerza en Cádiz del 2 de enero de 1782, sus dimensiones, en pies de Burgos, eran éstas: 153 pies de eslora, 148 pies de quilla limpia, 49 pies de manga, 41 pies de puntal, 23 pies de plan, 27 pies de calado a popa y 25 pies y 6 pulgadas a proa. Desplaza 1.781 toneladas de arqueo y lleva un lastre de 14.000 quintales.
En metros: 56,42 de eslora, 49,71 de quilla limpia, 14,75 de manga, 7,20 de puntal, 6 de calado, 7,38 de plan, 7,06 de calado a popa, 6,44 de calado a proa. Desplaza 1.800 toneladas.
Artillado
En noviembre de 1770: 62 cañones, 24 de a 24 libras, 30 de a 18, 8 de a 8 y 2 pedreros de a 3 libras.
Su artillado habitual era de 74 cañones, 30 de 32 libras, 32 de 22 libras y 12 de 18 libras.
En 1799: 28 cañones de a 36 libras, 30 de 18, 16 de a 8 y varios pedreros de 3 y 4 libras. Según Mercapide, estaba armado con 28 de a 24 libras, 30 de a 18 y 16 de a 8 libras.
En 1805, en la batalla de Trafalgar, tenía un artillado de 82 piezas, 28 cañones de a 24 libras, 30 de a 18 libras, 8 de a 8 libras, 10 obuses de a 30 libras y 6 obuses de a 24 libras, sin contar los 4 pedreros de a 4 libras.
Dotación
El 15 de mayo de 1800, en Brest: 611 hombres en total, 53 oficiales (9 de guerra, 4 del ejército, 10 mayores, 3 guardiamarinas, 27 de mar), 216 tropas de infantería, 45 tropas de artillería, 98 artilleros de mar, 81 marineros, 112 grumetes y 6 pajes.
En 1805, en Trafalgar: 684 en total, 67 oficiales (12 de guerra, 5 de ejército, 10 mayores, 3 guardiamarinas, 30 de mar), 234 tropas de infantería, 53 tropas de artillería, 88 artilleros de mar, 114 marineros, 112 grumetes y 23 pajes.
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